La que es buena, es buena, y en este formato breve
y harlequinero, pocas autoras superan a Sarah Mayberry. Al menos, conmigo
siempre es resultona. Me gusta
❤ El toque humano que sabe dar a historias quizá
trilladas.
❤ Escenas sexis con sentido dentro de la trama.
❤ Sigue narrando en tercera persona, bravo por ella,
gracias por darme el gusto.
A los Carmody los descubrí con The Rebel and the
Cowboy, esa historia de un vaquero que toca en una banda y se enamora de
una artista visual que pasa por Marietta (Montana). Esa era la segunda novela de
la trilogía The Carmody Brothers. Ahora he leído la primera.
Es la historia del hermano mediano, Jesse Carmody
(29), que hace años se fue del rancho familiar y que se gana la vida en el
rodeo. Su prueba se llama saddle bronc, «caballo con montura» veo que
traducen en la Wikipedia. Se trata de aguantar ocho segundos sobre un caballo,
y luego los jueces puntúan qué tal lo has hecho, estilo, y esas cosas.
En dicha prueba, tan masculina, participa también
Cassidy Jane Cooper (27) con cuya perspectiva empieza la historia. Todos la
llaman CJ Cooper.
Es la segunda mujer en la historia que participa en una
prueba tan varonil. No todos los participantes lo entienden ni lo aceptan. La
típica tontería de machitos que ya me dirás qué más les da a ellos, si es
buena, que participe; si es mala, ya lo dejará, ¿no? Pues no, los hay que no la
tratan nada bien.
Superado el choque inicial, por la sorpresa, Jesse
es de los que dice que bueno, que vale, que si la tía se lo ha ganado, hay que
respetarla como cualquier otro participante.
Coinciden en el rodeo de Marietta. Para él es la
vuelta al hogar, un sitio que desde hace años visita más bien poco. Para ella,
su primera prueba como profesional.
Entre ellos dos nace amistad, y atracción
física. Vamos, que es mirarse, y remirarse, y les tiembla todo. Pero, dado que
el mundo es como es, mejor que no se enrollen, porque a ella la atacarían por
eso. A él lo felicitarían y a ella la considerarían una fulana.
Total, que es una historia sencillita, pero muy
bien contada. Tanto Jesse como CJ suenan personajes reales, con sus dudas, sus
traumas, que se superan en unos días, gracias a la intimidad que comparten, a
que hablan sinceramente, algo que a estos tipos duros, los vaqueros, les
resulta tremendamente difícil.
Estar allí sirve para que él se enfrente a los
demonios que lo torturan desde hace años. Pero eso, CJ lo ve, pasaría por
hablar con sus hermanos, sincerarse.
–¿Qué es lo peor que
podrían decirte, cualquiera de ellos? –le desafió ella.
La miró fijamente,
pálido.
–Nada que no me haya
dicho yo a mí mismo un millón de veces.
–Entonces, ¿por qué no
hablar con ellos?
–Porque entonces
tendría sus voces en mi cabeza, además de la mía propia.
Pero hay que ser valiente y en esta vida, a veces,
el coraje se necesita no solo para subirte a un caballo bravo, sino para hablar
con quienes te quieren de lo que te preocupa.
Ahora me están entrando ganas de releer la historia
de la Rebelde y el Vaquero, y luego ir a por la tercera, la de la hermana
Sierra.
Total, que digo de esta novela lo mismo que digo
otras veces: dame las cosas sencillitas, con aires harlequineros de personajes
adultos y que suenan auténticos.
Mi experiencia: notable, 4 estrellas.
eBook / trade paperback,
348 páginas
Tule Publishing Group (agosto/2018)
Parte de una serie: The Carmody
Brothers #1 / 79th Copper Mountain Rodeo #1
Un
golpe en la pista de hielo. Un año perdido. Un hombre al que no puedo dejar ir.
Cuando despierto, los últimos doce meses de mi vida se han ido. No sé en qué
equipo estoy, cómo llegué aquí... ni por qué hay un hombre guapísimo en mi cama
llamándome «cariño».
Hace
un año, me aferraba a duras penas a mi carrera y tenía demasiado miedo de admitir que deseaba
a un hombre. Ahora, puede que no recuerde haberme enamorado de él, pero cuando
sonríe, cuando me toca, cuando me besa, lo sé. Lo es todo.
Y
de alguna manera, tengo la vida que siempre soñé: una carrera próspera, un
hombre que me ama y un campeonato al alcance de la mano.
¿El
único problema? No recuerdo cómo lo logré.
Si
quiero conservar esta vida perfecta, tendré que ocultar la verdad hasta que
todo vuelva. Porque no puedo perder esto. Y sobre todo, no puedo perderlo a él.
¿Cuán difícil puede ser vivir mi propia vida sin recordarla?
Fingir
hasta que lo logres, ¿verdad?
Incorrecto. Totalmente incorrecto.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Pues para mí sí, me no la tengo entre mis mil mejores, sino a la altura
del 14.000. Acaba de salir y aunque tiene buenas críticas en Goodreads, no he
podido aún repasar las del último mes. Sí que le han puesto cinco estrellas los
de Love Bytes y además tiene el tópico que gusta tanto de second chance.
CRÍTICA
Bueno, yo he intentado leer esta
novela poquito a poco, pero me ha tenido tan enganchada, que las 810 páginas me
han durado pocos días. Pero, ¡eh, lo he conseguido alargar casi una semana!
Estaba tan obsesionada, que lo
comentaba con la gente de mi casa, les explicaba lo que había leído y las ideas
sobre lo que podría estar pasando.
Se han extrañado cuando les he dicho
que por fin lo acabé y que le puse cuatro estrellas. Me dijeron: ¿sólo, con lo
obsesionada que has estado? Bueno, si admiten medias estrellas, pon que es 4,5.
De hecho, pensé que iba a ser un cinco estrellas durante casi todo el libro.
Me ha obsesionado tanto que, llegado
un momento, tirando al final, volví atrás y me releí los capítulos 10 a 14,
antes de seguir ya todo recto hasta la línea de meta. Los que hayan leído el
libro, podrán sospechar el porqué.
Muchas de las críticas de esta
novela están ocultas por evitar espóilers, lógico. Es mejor leerlas después del
libro. Es fácil destripar las cosas si no tienes cuidado. Y con este libro no
conviene, ya que parte del interés de la lectura se mantiene precisamente por
el misterio de no saber qué le ha ocurrido (o le está ocurriendo, o le
ocurrirá) a Torey.
Como a mi no me gusta destripar
nada, no pasaré de los dos primeros capítulos, y luego todo por encima. Tengo
por regla no hablar nada más allá del primer tercio de la novela.
En el capítulo 1 conocemos a Torey
Kendricks (23), jugador de la NHL. Iba para gran estrella, pero no acaba de
cuajar un buen juego y nadie lo quiere en Vancouver, y mira que es su ciudad
natal. No lo aprecian sus compañeros, ni la afición, ni el equipo técnico. Torey
está solo y desesperado, y hasta se le ocurre la posibilidad de dejarse ir, de
suicidarse, vaya, aunque con este lenguaje tan poético lleno de imágenes que es
propio de Tal Bauer.
En un partido contra los Mutineers
de Tampa, sufre una conmoción, y lo último que ve, antes de fundir a negro, es
a Blair Callahan (27). Este tipo es el capitán del equipo contrario.
Torey no lo conoce personalmente, a pesar de que los dos son canadienses y no
muy alejados en edad.
Vamos al capítulo 2. Torey se
despierta en la cama de Blair. Es un año después. Ahora vive y juega en Tampa,
está enamoradísimo de su chico, goza de éxito profesional, incluso podrían
llegar a jugar la postemporada (los playoffs, vaya) y... no recuerda
absolutamente nada de este año pasado. ¿Cómo ha llegado aquí?
Hasta aquí puedo leer.
Más adelante, hay un giro, entre el 20
y el 25 %, del que no digo nada. Ya digo, por no destrozarle la lectura al que
se anime.
Buena parte del libro andas dándole
vueltas a qué ocurre, si lo que le pasa a Torey es amnesia, ha hecho un viaje
en el tiempo, o si no será todo un sueño que tiene Torey, o que está en coma y
lo imagina todo, ¿qué demontres es todo esto?
Él mismo se lo pregunta, una y otra
vez, desde distintas perspectivas.
Para mí,
las paredes se están cerrando; parte de mi quería preguntarle si un alma puede
tener una conmoción. Lo que me está devorando, ¿es neurológico o existencial?
Una
sensación de déjà vu se instala en mi interior. Fueron mis decisiones
las que me trajeron aquí, ¿no?
Tal Bauer ha escrito una novela
inmensa, con sus momentos poéticos, a su ritmo, con dolor y sufrimiento, con
redención personal, en un mundo cambiante que parece
distorsionarse, alejarse o acercarse, en que muchas veces dudas qué es cierto y
qué no.
Pero hay una cosa fija, hasta obsesiva, que no cambia, desde el minuto
uno (bueno, desde el capítulo dos) que es 💕 el amor de Torey por Blair, constante
e indiscutido.
Una historia que, como dicen en Love
Bytes, es «el más hermoso romance gay de este año, una historia de dolor,
pérdida, sufrimiento, curación, esperanza, felicidad y mucho, mucho amor».
Amor entre ellos, y con sus amigos
(ese Hayes adorable), familiar (hermano, padre, esposa e hijos), de equipo
deportivo (cómo se forma, cómo se unen o separan, cómo trabajar juntos).
El estilo: narrado en primera
persona desde la perspectiva de Torey, con mucha imagen, símiles y metáforas.
Con un uso intenso del lenguaje propio del hockey. Como siempre,
pareciera que Tal Bauer es un experto en aquello sobre lo que escribe... a
pesar de que cada novela es diferente a las demás. Pero Bauer es así, lo mismo
te escribe una novela sobre un brote epidémico en África (antes de la COVID),
que te ambienta en la estación espacial, en el Vaticano, la Casa Blanca, el
servicio secreto, las llanuras siberianas, el océano Ártico o la frontera sur.
Y todo con competencia, bastante sexo explícito y mucho, mucho romance cuqui.
Es un romanticón.
El bello hockey
no significa una mierda si tú no estás allí.
Puede que
yo existiera antes de conocer a Blair, pero nunca viví hasta que lo amé.
¿Por qué no lo redondeo a 5
estrellas? Porque de Tal Bauer las que me gustan más son las de suspense, y hay
cosas suyas todavía mejores.
Luego hay una cosa que no me explico
y es el ritmo. Va poco a poco a lo largo de 700 páginas, con escenas
algunas redundantes, que no aportan nada (aunque guste mucho leerlas, porque
este autor me parece a mí que escribe fenomenal, suena precioso en inglés;
igual luego si lo tradujeran me parecería hasta cursi) y después todo ocurre
vertiginosamente en las últimas cien, es como si le entraran las prisas. Pasan
muchas cosas en poco tiempo, cuando el relato ha sido lento, hasta moroso,
antes.
También me quedo con ciertas dudas
en cuanto a la caracterización de los personajes. De Blair te cuentan que lee
en vacaciones de verano, pero luego en la historia no le ves coger un libro ni
por asomo. Sólo tirando al final, pero dice que no es buen lector. Todo se cuenta desde la perspectiva de Torey y Blair no es que hable
mucho.
Cuando
Blair está tenso, se queda callado, planeando cada palabra que va a decir antes
de soltarla.
Torey, por su parte, dibuja a Blair
obsesivamente, con lápiz y papel. Llena cuadernos y cuadernos con imágenes suyas. Pero no le ves dibujar nada más. Y llega un momento en que parece que
esta afición desaparece.
Al final, fuera del amor que sienten
el uno por el otro, las pérdidas que han sufrido, y el hockey, no parece
haber mucho más en ellos.
Pero muchas gracias, Tal, por haber
publicado después de dos años de silencio.
Ahora me he dado cuenta de que a Tal
Bauer lo leí en Kindle Unlimited hasta la fecha. Me ha entrado cierta
paranoia, por si desaparecieran estos libros digitales. Así que los que más me
gustan de él, me los voy a ir comprando en papel. Así los releeré.
Valoración personal: estupenda,
4,5 estrellas
Se la recomendaría a: quienes
gusten de novelones.
Otras críticas de la novela:
En
español, no he encontrado nada. Y en inglés, poquito.