jueves, 26 de junio de 2025

30 años de…“El señor de la guerra”, de Elizabeth Elliott


 

 

Un tostón

 

 


DATOS GENERALES

 

Título original: The warlord

Subgénero: histórica

Fecha de publicación original en inglés: 6/1995

Parte de una serie: Montague #1 / Bantam Fanfare

Editorial: Fanfare (Bantam)

Páginas: 400

ISBN13: 9780553569100

 

 

En España

Título: El señor de la guerra

ISBN 13: 978-84-935262-1-4

Traductores: Darío Romanía García y Yolanda Aldana de Latorre

1.ª ed.: 2007, Nefer-JLR

Páginas: 352

 

 

SINOPSIS (de la contraportada)

La bella e inocente Lady Tess anhelaba volver a su hogar, el castillo de Remmington, del que había sido desterrada por su cruel padrastro. Lo que no podía prever es que el precio sería casarse con el más temible guerrero de toda Inglaterra. Fingiendo aceptar los planes de su tío y del propio rey, accede al matrimonio, pero su verdadero propósito es escapar e ingresar en un convento. De esa manera, intentará conseguir la paz. Sin embargo, sus planes se ven frustrados por algo que nunca hubiera imaginado: se ha enamorado de su marido, el peligroso Kenric de Montague, un hombre marcado por el oscuro secreto de su nacimiento. Él no desea casarse con nadie, pero cuando se ve unido para siempre con Tess de Remmington, descubre que su duro corazón no es tan impenetrable como creía. Y cuando las circunstancias amenazan con separarlos, arriesgará su vida para salvar a la única mujer capaz de capturar su alma.

 

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Sí, entró en mi primera lista de las mil mejores novelas románticas, en el puesto 290, y aún pasa el corte. Ganó el Premio RITA al Mejor Primer libro. Cuando en El rincón de la novela romántica hicieron un listado de medievales, esta estuvo la tercera. En el Top 1000 de Book Binge, destacaba como la 45, y aparecía la 172 en el Top 1000 de RomanceNovels. Y en una lista de cien mejores novelas románticas que hicieron en El rincón de la novela romántica en 2010, aparecía la 73; y en algo parecido, pero de aquello que se llamó Autoras en la Sombra, lo mismo, pero como 95. También la incluyeron en su Top 100 la página ScandaLISTious. Aparte de eso, Addicted to romance le dio 5 rosas. Era la favorita de un lector de The Romance Reader y, por razones que se me escapan, porque no le veo la gracia, la he encontrado en una lista de favorite funnies.

 

CRÍTICA

Este mes de junio se celebra el treinta aniversario de dos novelas históricas que me interesaron, al verlas una y otra vez en la parte alta de mi base de datos. Una de ellas es Amor mágico, de Amanda Quick, que ya comenté a principios de este mes.

La otra es este Señor de la guerra.

Cada una de ellas representa a un tipo de heroína típica de aquel entonces. En la novela de Amanda Quick era tu heroína pizpireta versión «pelirroja con carácter».

Ya decía yo entonces que el otro prototipo de la época era la de «ojos violeta»… Y eso es lo que te encuentras aquí, a la sílfide de ojos violeta, guapísima hasta decir basta, de esas que enmudece a cuantos la ven, arrobados por su belleza sin par.

Como recordé en enero, 1995 también fue el año de Lord of Scoundrels (Abandonada a tus caricias) de Loretta Chase y... simplemente... no hay color. 

Vamos a por este Señor de la guerra. Tiene un prólogo en que ves al protagonista como despiadado guerrero en Tierra Santa. Es una forma de presentar al personaje para que veas el desafío que puede suponer enamorarse de alguien así y, sobre todo, conseguir que él se enamore de la heroína. Es un poco la idea muy old skool del «varón domado».

Damos un salto de cinco años y nos encontramos en la época de Eduardo I Plantagenet, piernas largas y martillo de escoceses. Este es el arranque, en sí, de la historia. Estamos en la abadía de Kelso, en 1283. Hasta allí ha llegado, huyendo de sus malvados parientes, lady Tess, la chica de la película. Sí, ésta es la «sílfide de ojos violeta».

Piensa que simplemente se ha puesto a salvo de los malotes, pero en realidad acaba, sin pensarlo mucho, casada con este señor de la guerra, Kenric, al que llaman el Carnicero de Gales.El tópico del matrimonio de conveniencia habemus, muy de la época.

Un tipo brutal y grandote, un bastardo (literal, parte de la historia gira sobre este punto) del que toda buena mujer debería huir. Tess planea hacerlo, de una manera no demasiado aleborada, no es de extrañar que no tenga éxito. Su idea es acabar en la paz de un monasterio, a salvo tanto de su marido como de sus impresentables parientes.

Las cosas no resultan fáciles para Tess. Con el tiempo, se enamorarán, sobre todo ella de él, aunque entonces tiene otros miedos, como la vida del propio Kenric o el bienestar de los vasallos del castillo de Remmington, que Kenric tendría que conquistar.

Kenric siempre está desconfiando de ella, e incluso cuando no hay razones para ello, se divierte intimidándola, amedrentándola, limitando su libertad,... excepto pegarla directamente, la verdad es que se complace pensando mal y haciéndola rabiar, por los jajas, supongo.

Se me hizo muy cuesta arriba el machismo de él, que la amenaza, la encierra, le falta al respeto, no le agradece ni una miajina que intente hacer las cosas mejor para él y los suyos, la hace de menos, aunque la desea hace juegos mentales de «pues ahora no hay concúbito hasta que tú me lo pidas»... vamos, lo dicho, que salvo darle de guantás, de todo.

Es la parte más irritante, la que me hacía poner los ojos en blanco una y otra vez.

Algo bueno habrá, ¿no? Hombre, pues sí. Me parece que está bien escrito. Lo mejor del libro es, por un lado, la dinámica sexual entre ellos. Aunque no haya abundancia de escenas eróticas, como ocurre en la actualidad, sí que era bastante calentito para la época.

Por otro lado, destacaría el intento de hacer algo más o menos verosímil desde el punto de vista histórico. Está bastante trabajada para ser una primera novela, sí, lo admito. Dentro de lo que es romántica, deja entrever problemas muy de la época, las bastardías, la lucha por el poder, la influencia de la iglesia, las luchas fronterizas entre el norte de Inglaterra y los belicosos escoceses, que la mujer pintaba menos que nada…

Solo por este par de detalles le puse una estrella adicional. Que, si no, se quedaba en estrellita solitaria.

Me fue difícil empatizar con ninguno de los protagonistas. Eso sí, entendía bastante a Tess, que tenía unos parientes desagradables que la maltrataban y con la que su vida correría peligro. Solo que la respetaría más si usara un poco la cabeza para pensar.

Como parece propio de la época, aunque intenta ser histórica, le mete un toque paranormal de premoniciones y visiones que tiene Tess. No molestan demasiado. Al menos en una ocasión sirve como deus ex machina tirando al final de la historia.

Luego esté el detalle que ya he comentado otras veces sobre la homosexualidad en la romántica de los ochenta y noventa. Los gais eran, o bien figuras trágicas, o bien los malos de la historia. Aquí toca la segunda opción. El hermanastro de Tess, con quien está prometido, tiene esos gustos, solo que encima para empeorarlo y que lo veas más vil, le van los niños y jovencitos. La idea del prenda es casarse con Tess, dejar que la violen sus hombres para ver si alguno la preña y una vez que tenga un hijo y heredero, deshacerse de ella rápidamente, para dedicarse a sus cositas como viudo alegre. No es de extrañar que ella se largara corriendo y hasta el Carnicero de Gales le pareciera una buena opción.

En resumen, se me hizo cuesta arriba la historia, que realmente tenía escaso interés para mí. Por eso he tardado tanto en leerla y acabé con un aliviado «¡por fin acabé este tostón!».

Hay libros que envejecen bien y otros... pues como este, que te preguntas qué le vieron en 1995 para darle el RITA a la mejor novela debut del año.

A diferencia de la novela de Amanda Quick, que aún puedes leer con placer, quizá por el tono ligero, por la chispa que sabe meter la autora, aunque su Edad Media sea de bastante cartón-piedra, esta otra de Elizabeth Elliott no pasa, a mi modo de ver, el test del tiempo.

Así que esta no la recomendaría.

Valoración personal: aburrida, 2

 

Se la recomendaría a: quienes gusten de las históricas viejunas.

Otras críticas de la novela:

Como la tradujeron ya entrado el siglo XXI, hay críticas en español, pero no en inglés. Y, oye, en general ha gustado a las aficionadas a la novela romántica histórica.

El Rincón Romántico5 estrellas.

Belldandy 7,5 sobre 10.

Libros en mi biblioteca lo disfrutó y lo recomienda si te gustan los romances de corte histórico.

A Románticamente también le gustó, le pareció bien escrito, aunque contiene «demasiado tira y afloja y demasiadas páginas». 

Más en mi línea, A la cama con… un libro, le cascan un 1 Gandy

 

En inglés no he encontrado ninguna review. Es demasiado antigua para eso. La única que tenía yo referencia era la de Addicted to Romance, que le puso 5 rosas. Pero esa página web ha desaparecido, o al menos yo no he sido capaz de encontrarla otra vez. Lover of Romance, sin embargo, escribe en Goodreads, y ha llevado allí las críticas originalmente publicadas en Addicted to Romance, así que ahí la puedes encontrar.

Os dejo enlace a Goodreads, donde tiene una puntuación media de 3.85, con 1.953 puntuaciones y 118 críticas.  


The Warlord  Sí, esta es la portada original de Bantam, 1995 que, al menos, tiene machote con melena al viento y de pelo en ... no, espera, machote sin pelo en pecho. Que uno será el muy feroz y cruel Carnicero de Gales, pero el músculo, donde hay, que se vea...

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