viernes, 24 de enero de 2025

Crítica: “Corazón roto”, de Linda Howard


 

 

Una genérica de los ochenta que aún aguanta el tipo



DATOS GENERALES

 

Título original: Heartbreaker

Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación original en inglés: 1987

Editorial: Silhouette

Serie: Rescues #3 / Silhouette Intimate Moments - 201 / Silhouette Sensation #10

Páginas: 292

ISBN13: 9780373072019

 

En España

ISBN 13: 978-84-396-9803-6

Traductora: Victoria E. Horrillo Ledesma

1.ª ed.: 2002, Harlequin Ibérica

Páginas: 320

Colección: Harlequín grandes autoras,17

 

SINOPSIS (según La Casa del Libro)

Michelle Cabot acababa de heredar un rancho y un montón de deudas. Pero lo peor de todo era que la mayoría de esas deudas eran con el propietario del rancho vecino, John Rafferty.

Nada podría haberlo sorprendido más que descubrir que aquella niña rica y mimada se había propuesto dirigir el rancho de su abuelo. John estaba realmente encantado con la nueva Michelle, y por eso decidió que tenía que conseguir que se convirtiera en su mujer. Lo que no sabía era que, debajo de su apariencia tranquila y estable, aquella mujer escondía un corazón roto y la firme determinación de no volver a pertenecer a nadie más que a sí misma.

Pero Rafferty no estaba dispuesto a aceptar un no por respuesta.


¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

No, pero la tengo bastante arriba en mi base de datos, la tres mil y pico. Book Binge la incluyó en su Top 1000, la 595, y Elle Q. Sabine, en su Top 100. Random Musings la calificó con una A. Y la he visto destacada en dos listas de esas que recogen tópicos de romántica: Best Enemies; cross-dressing & in disguise. Este último ignoro por qué, ya que ninguno se disfraza ni se hace pasar por otro; igual es porque, en cierto sentido, Michelle se oculta.


CRÍTICA

     Desde que me quité de Kindle Unlimited, me esfuerzo en bajar mi TBR pile. Entre los libros pendientes tenía este Heartbreaker. Lo leí en inglés, así que no sé cómo estará la traducción al español.

Todos asociamos La Florida a Miami y las playas caribeñas, a cabo Cañaveral y Disney World. Pero aquí te hablan de la cría de ganado.

Michelle Cabot (28) intenta sacar adelante, ella sola, un rancho. Suena disparatado, pero no quiere pedir ayuda, y aunque se muera en el intento, vive Dios que lo hará todo consigo misma y ya está…

Se trata de aguantar un poco, engordar el ganado, venderlo y así enderezar el rumbo. Lo que trastoca sus planes será un crédito que su difunto padre pidió a un vecino.

El acreedor no es otro que el odioso John Rafferty (36), a quien Michelle no puede ni ver.

Pero medía un metro noventa y pesaba alrededor de noventa kilos de masculinidad musculosa; era bueno empequeñeciendo a otras personas. Cada vez que él estaba cerca, Michelle se sentía amenazada de alguna manera básica, e incluso pensar en él la hacía sentir asfixiada.

 

El sentimiento es mutuo.

 

Poca gente había en este mundo que lo irritara tanto como Michelle Cabot.

 

¿Cómo va a pedirle un aplazamiento? Sin embargo, no le queda otra que hablar con él a ver qué se puede hacer.

No pasará mucho tiempo hasta que descubras que, en realidad, se sienten atraídos el uno por el otro desde que se conocieron. Solo que entonces ella era una niña de dieciocho años, sin más experiencia que chicos de su edad, mientras que él era todo un hombre de veintiséis años. ¿Cómo podía esperar atraer a alguien tan mundano, con tantas relaciones, como el «semental» Rafferty?

Una década después, las cosas no han mejorado. Ella ha tenido una historia truculenta, un matrimonio con un chico bien que acabó de mala manera. Ha llevado una vida de lujo y jet set antes de volver al rancho paterno.

Rafferty la tiene como una niña mimada, a la que desprecia bastante, por gastarse el dinero que su padre no tenía. Para Michelle, él es un bruto insensible.

El arranque, como vemos, es muy enemies. Aparentemente, se detestan. Chocan cuando ella reconoce que no tiene el dinero para devolver el préstamo. Él le hace una medio oferta y ella se le ríe a la cara. Sacará adelante el rancho ella sola, a lo Escarlata O’Hara, pero sin nadie más.

Las cosas se complican cuando una amenaza se cierne sobre ella y su rancho. Aunque al principio John lo mire con cierto escepticismo, no desperdicia la posibilidad de protegerla para llevarla a su terreno.

Sin embargo, Michelle no quiere otro hombre más que la mime, no va a ser otra muñequita más admirada y mantenida por un hombre. Contribuirá a su propia defensa y demostrará a todos que ni se inventa las cosas, ni es una inútil niña bonita.

A pesar de que en España no se tradujo hasta 2002, no nos llevemos a engaño, esto se escribió en los ochenta. En concreto, se publicó en 1987, por lo que la forma de vestir y actuar de los personajes, así como la tecnología, es propia de aquella época. Aunque sea contemporánea, nos puede sonar algo avejentada.

Una de las cosas en que más se nota es en el macho alfa dominante que es John Rafferty, con bigote incluido, te lo puedes imaginar como Tom Selleck o Burt Reynolds.

Es de esos que usa del mecanismo tira pa’lante, o sea, empieza a besar, tocar, lo que sea y si a ella le disgusta, ya dirá que no. Si no, tú sigues, entendiendo implícito el consentimiento. Es raro encontrar algo así hoy en día.

Trata un poco de violencia doméstica y de enfermedad mental, de hecho, es de los primeros en romance que trató del tema.

Ahora, lo hace como se hacía entonces: poniendo en evidencia su dureza, pero sin juzgar, ni convertir a Michelle en una víctima impotente, ni andar sermoneando a nadie. Se muestra de manera objetiva, como se ve, por ejemplo, cuando un trastornado va siendo dominado por la ira.

Estaba volviéndose frenético, la rabia y los celos crecían en él hasta que atacó violentamente.

En segundo lugar, he de advertir que esto es novela genérica (category romance), lo que en España llamaríamos un harlequín, aunque venga de una empresa distinta. Silhouette fue creada en 1980 por la editorial neoyorquina Simon & Schuster, para competir (con éxito) con Harlequin Books, que publicaba en Canadá.

Silhouette publicaba a más autoras estadounidenses. Entre sus primeras entregas estaban novelas genéricas de Nora Roberts, Jayne Ann Krentz (como Stephanie James), Elizabeth Lowell o Sandra Brown (como Erin St. Claire).

«Si no puedes a tu enemigo, únete a él» o, en términos de política empresarial, lo compras, y eso hizo Harlequin, que compró Silhouette en 1984. El sello siguió existiendo. Por eso en España quien publicó esto, ya en el siglo XXI, fue Harlequín Ibérica.

Cuento esto para que entendáis que esto es novela genérica, contemporánea, más bien breve. Hay que tener talento para armar una historia creíble, de personajes potentes, con semejante concisión en el lenguaje y en los planteamientos, y que no parezca todo trillado.

Al ser de Linda Howard ya sabes que encontrarás macho macho men, heroínas pizpiretas aunque un poco atolondradas que, a veces, suenan TSTL. No importa, ya vendrán a rescatarlas, aunque ellas mismas también ponen de su parte para que la cosa acabe bien.

En resumen, un gustazo de lectura aunque reconozco que es lo que hay, o sea, tampoco puedes pedirle peras al olmo a algo que por definición, estaba destinado a tener una breve estancia en las librerías. Bastante que aún se lee con gusto, treinta y siete años después de ver la luz.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: quienes quieran algo tirando a breve de cuando los hombres eran hombres (y bebían Soberano) y las mujeres van de punta en blanco hasta cuando se enfrentan a locos homicidas.

Otras críticas de la novela:

En español, tenemos dos críticas en El rincón de la novela romántica.

Críticas, reseñas y opiniones de libros, una de ellas.

El cofre de Nebe, dos estrellas. 

Pasamos a las críticas en inglés.

Top 10 Romance books, 3 estrellas.

Book Binge, 3.5 estrellas.

Análisis detallado en New Book Recommendation («Summary of ‘Heartbreaker’ by Linda Howard: A Detailed Synopsis»), que se entiende mejor cuando has leído el libro.

Heartbreaker

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