Cuando empecé estas «memorias» románticas ya comenté que, en realidad,
lo que yo siempre había querido hacer era hablar de los subgéneros de
romántica. Y que, aprovechando que llevo cuarenta años leyendo romántica, se me
ocurría que podía hacerlo enfocándolo como unas memorias lectoras.
El planteamiento tiene un fallo. Hay mucha romántica fuera de
mis lecturas habituales. Soy
muy de carril fijo y poco dada a las modas. Me centro en leer lo que me va, se
haya escrito cuando se haya escrito. Anteayer o hace cuarenta años.
Llamo «rarito» a lo que yo leo poco, generalmente años después de publicarse y un poco por casualidad. Evidentemente, hay mucha gente para la que no son novelas raritas, a la vista del
éxito a lo largo de los años de sagas como Crepúsculo, o actualmente, Empíreo.
Por eso no me ha costado nada hablaros de contemporánea, histórica o
suspense romántico. Pero he tenido mis dudas de cómo finalizar la serie, cuando me toca hablar de libros
que no conozco mucho.
Así que, en muchas cosas, hablo de oídas. Espero que sepáis
disculparlo y, si algo no es como yo lo cuento, lo comentéis, para aprender
todas.
Y contaré las cosas de una manera un poquito diferente.
Evolución de los géneros
Yo diría que los setenta y noventa se dedicaron, en romántica, a lo
histórico. Luego en los noventa, tomó el relevo la contemporánea. Después, las
editoriales se han dedicado a eso tan propio de que una saca algo que funciona
muy bien y el resto lo copia y repite, hasta que deja de funcionar y aparece
algo nuevo.
Helen Fielding publicó su Diario de Bridget Jones (Bridget Jones’s
Diary) en 1998 y entonces le dio a todo el mundo por el chick lit.
Stephenie Meyer nos trajo Crepúsculo (Twilight) en 2005 y el
mercado se inundó de historias paranormales.
Hasta que E. L. James confeccionó una parodia erótica de Crespúsculo,
lo llamó Cincuenta sombras de Grey (bueno, en inglés Fifty shades of Grey,
2011) y, venga, todos a sacar chorreantes historias sadomaso.
Poco antes, Los juegos
del hambre (The hunger games, 2008) de Suzanne Collins, había originado sagas
de fantasía, muchas postapocalípticas, orientadas sobre todo el público
juvenil.
Y hablando de juegos,
aquello del «Juego del odio» (The hating game, que aquí se tradujo como Cariño,
cuánto te odio) de Sally Thorne, no sabemos por qué, pero dio la campanada en 2016. De allí
vino, en mi opinión, esta inundación de portadas colorinchis.
No es que no hubiera
libros de este tipo (paranormales, fantasías, eróticos, etc.) con anterioridad.
Pero, por razones que no siempre me explico, alguien da con la tecla justa en
el momento oportuno, se convierte en superventas y todo el mundo lo imita.
Eso se nota mucho en el
mundo editorial español, donde escritores de escasa personalidad se apuntan a
la última moda. Hay autoras y autores que pasaron del chick lit a la
española a lo paranormal, luego se dieron un paseo por lo erótico y ahora andan
o bien intentando ser graciosos (¿rom-com a la española?), o bien imitando
a los Bridgerton; hasta los he visto escribir sobre hockey sobre hielo
universitario.
También se percibían los
cambios en romántica a través de los premios que se daban. Los RITA, Romantic
Times (RT) o el Romance Readers Anonymous Award iban cambiando las categorías.
Al principio, en los
ochenta-noventa, todo eran, básicamente, premios a contemporánea, histórica y,
si se acordaban de algo diferente, metían suspense. Es curioso, porque de
histórica hacían toda una serie de categorías: medieval, regencia, del oeste,
Colonial, de las Islas Británicas… Esto te demuestra la variedad que existía en
aquella época.
Cuando metían elementos
paranormales o de fantasía, era asociado a alguno de estos géneros, como por
ejemplo histórica con algo de fantasía. Así, en los Premios RT de 1991 vemos un
premio a «fantasía histórica» que dieron a Across a Wine-Dark Sea, una
novela de Jessica Bryan ambientada en la Antigua Grecia, con criaturas
míticas como las amazonas. Otro premio fue a «fantasía medieval», que gano Marylyle
Rogers con Chanting the Dawn, una historia que se supone de la Alta Edad
Media, pero en ambiente celta, con druidas y tal.

Los premios RITA en
general fueron bastante comedidos. Al principio no aparecía nada paranormal, ni fantasía, ni nada. En 1996 ya
vemos una categoría a la que podía aspirar cualquier rarito:
«futurista/fantasía/paranormal», luego creo que se limitó a un premio
«paranormal» y ya. Eso sí, desde mediados de los noventa dieron un premio a lo «inspiracional»
(o sea, cristiana).
Más diverso fue RT con sus
premios, revista orientada más a las editoriales que a las autoras. Por eso
pronto se sumó a esta ola de raruneces. Allí donde en 1991 premiaba fantasía
histórica y fantasía medieval, cinco años después (1995) ya tenía categorías
como reencarnación contemporánea, fantasía contemporánea, romance futurista,
histórica paranormal,...
Damos otro salto de cinco
años y vemos, como novedad más destacada, que crearon una categoría específica
para el romance vampírico, que ganaban novelas como Dark magic de
Christine Feehan.
Avanzando un poco más,
metieron una categoría especial para la ciencia ficción romántica, en fantasía
diferenciaban entre épica, fantasía a secas y fantasía actual. Y creaban cosas
tan específicas como el premio al «romance erótico paranormal», que ganó Jaci
Burton con Animal Instincts. Y otro especialito, el romance de
cambiantes.
En torno a 2010 ya la cosa
es un delirio de categorías específicas, diferenciando entre fantasía,
paranormal, ciencia ficción, cambiantes,… Hay ficción paranormal, romance
paranormal, suspense romántico paranormal, romance erótico ciencia
ficción/fantasía/paranormal, futurista/fantasía paranormal Small press,
romance de cambiantes, urban fantasy, romance vampírico, novela de
fantasía/paranormal juvenil.. Ya véis, solo con paranormal se cascaban nueve
categorías, nada menos, para premiar otros tantos libros. Ya digo que Romantic Times se orientaba sobre todo a las editoriales, les daba mucha cancha, hablaba de muchos libros, y muy diversos.
Para 2015, a estas
categorías se sumaron más, ¡hasta veintiún categorías de lo rarito! Por no
mencionar todas, sí pondría como cosas un poco novedosas el que hablaran de
romance futurista, creasen un premio al paranormal worldbuilding, otro a la urban
fantasy worldbuilding e incluso reconocieran, de forma separada, el steampunk.
Por si queréis entrar en
más detalles, os dejo enlace al artículo que escribí sobre los que creo que fueron últimos premios RT que se
dieron, los del año 2017-2018.
¿Y ahora, cómo estamos y a
dónde vamos?
Ahora, sobra decirlo,
estamos en la fase comedia romántica como plato principal. Todo son portadas colorinchis, incluso en
novelas contemporáneas con poca o ninguna gracia.
Con su ración extra de
romantasía. Parece que lo que ahora entusiasma a la gente, después de que
Rebecca Yarros lo petara con Empíreo, es la romantasía (fantasía romántica de
toda la vida, solo que ahora ya le han encontrado nombre propio).
Yo me pregunto, ¿hacia
dónde irá la romántica, cuando se agote el filón de la comedia romántica y se
vea que la romantasía no es para todos?
Pues mirad, ya lo he
comentado aquí hace unos días: igual es el momento del suspense romántico.
Autoras como Nalini Singh,
Alyssa Cole o Sarina Bowen, que han destacado en otros géneros, están haciendo
sus pinitos en el tema del misterio. Algo me dice que Romancelandia se está
orientando poco a poco hasta este tipo de libros.
Quizá el futuro esté en ellos.
Se trata de un género en que no cabe la posibilidad de sacar varios al año, ya
que requieren trabajo de planificar bien, retorcer las cosas, dejar pistas, que
el lector se lo piense… Y en tercera persona, no es fácil narrar suspense en
primera persona, sea dual o no. Porque se trata de que el autor nos proponga un
juego. Todo esto tiene una contrapartida, son libros más caros.
Retomando lo rarito, ¿qué tienen en común?
Todos estos libros podrían resumirse como «ficción especulativa». Imaginan
cosas inventadas, creadas y situados dentro o fuera de este mundo. Os pongo lo
que dice la Wikipedia:
Ficción especulativa es una denominación general que engloba los
géneros de ficción con mayor grado de fantasía e imaginación, y,
específicamente, ciencia ficción, superhéroes, fantasía, terror, temas
sobrenaturales, ficción utópica y distópica (clima-ficción, solar-punk, ficción
apocalíptica y ucronías).
A ello yo, personalmente, los inspiracionales o cristianos, así como
los que giren en torno a cualquier religión o mitología en que aparezcan cosas
fantásticas o sobrenaturales.
Mis favoritas
Este tipo de novelas no son de las que escojo espontáneamente. O bien
aparecen en alguna lista, o bien me llaman por algo especial. Solamente cuatro
han conseguido la máxima puntuación para mí, cinco estrellas.
En ciencia ficción, Astrid Amara y su Song
of the navigator (2015)
me dejó abrumada. No es una novela para todos los días, por la violencia y la
crueldad que tiene. Pero me pareció magnífica, potente. Es una historia gay
entre un navegador que es una mega estrella y su ocasional amante reconvertido
en terrorista o luchador por los derechos de su planeta, según como lo veas.
En steampunk, tengo
una ganadora absoluta en la serie Iron Seas de Meljean Brook. ¡Qué buena es!
Cinco estrellas le di a The Iron Duke
(2010),
la primera, y que entró en el Top 100 de All About Romance (versión de 2013 y 2018).
El steampunk es un
tipo de novela que mezcla una historia alternativa con ciencia ficción. Una
ciencia ficción del pasado, podríamos decir. Una época victoriana con
artefactos diferentes a los que existieron en realidad. Pueden aparecer zombis
o vampiros, pero para mí está más cerca de la ciencia ficción que de lo
paranormal por lo siguiente. Cuando aparecen estas cosas, no son «mágicas»,
sino que se le intenta dar una explicación racional, científica.
Paranormal en sí, aunque
alguna la he disfrutado, ninguna tanto como El beso del dragón (Dragon Bound,
2011),
de Thea Harrison. Otra que se encuentra en el Top 100 de All About Romance. Una
de dragones, criatura mítica, que se encarna aquí en el héroe, un cambiante de
dragón que mete algo de miedo a la incauta heroína que le roba un tesoro, y ya
sabéis cómo son los dragones con sus tesoros…
De fantasía épica, para mí
no hay otra como Milla Vane (seudónimo de Meljean Brook en este otro estilo, el romance de bárbaros) y
su Gathering of Dragons. La primera novela de la serie, A heart of blood and ashes (2020) fue un cinco estrellas para mi.
En el ámbito juvenil, hay
dos trilogías que me parecen de lo mejor, Los juegos del hambre, de Suzanne
Collins, y Los habitantes del aire, de Holly Black. En los dos casos, me leí
las tres novelas así seguidas, una detrás de otra, enganchadísima me tuvieron.
Y en ciencia ficción pura
y dura, la saga Vorkosigan me pareció fantástica. La comenté entera aquí.
Algunas tienen elemento romántico más marcado que otras, una historia de amor
autoconclusiva que podría leerse suelta, pero que cobra más sentido en el conjunto
de la serie. Yo diría que son románticas, con su final feliz, las siguientes
entregas (el número se refiere al orden de publicación, no a la cronología
interna, aunque en este caso se respeta):
·
N.º 1: Fragmentos de
honor (Shards of honor, 1986).
·
N.º
12: Una campaña civil (A civil campaign, 1999).
·
N.º 15: Captain
Vorpatril’s Alliance (2012).
·
N.º 16: Gentleman Jole
and the Red Queen (2016).
Las preferidas del público
Remato esta entrada, como
las demás, con las novelas que, según mi base de datos, son las más apreciadas
por el público en cada década:
Años 1980: Fragmentos de honor
(Shards of honor, 1986). Ciencia ficción. La primera de la saga Miles
Vorkosigan, que empieza con el encuentro y enamoramiento de sus padres, un tipo
recio y militarote y una científica bastante liberal, inolvidables Aral y
Cordelia.
Años 1990: Desnuda ante la
muerte (Naked in death, 1995), de J. D. Robb (seudónimo de Nora Roberts).
Inicio de una saga de ciencia ficción o suspense futurista, que se me antoja eterna,
a día de hoy sigue sacando títulos cada año.
Años 2000: La noche del cazador
(Slave to sensation, 2006), la primera de una saga paranormal de Nalini
Singh, los Psi-Cambiantes.
Años 2010: Otra de Nalini Singh y
los Psi-Cambiantes, en este caso la n.º 12, Heart of obsidian (2013).
Años 2020: Alas de sangre (Fourth wing,
2023), Empíreo #1, paranormal, romantasía.
🔶🔷🔸 🔶🔷🔸 🔶🔷🔸 🔶🔷🔸
El género paranormal, la urban
fantasy, o la fantasía, el steampunk o... en fin, cualquiera de estas rarezas, tienen una peculiaridad, tienden mucho a hacer series
o sagas con numerosas entregas, novelas cortas, largas, relatos, y hasta libros de acompañamiento, guías que explican el mundo de las autoras o los diferentes personajes.
A veces, incluso, la parte romántica, el final
feliz, no se obtiene hasta que pasan dos o tres libros, o más allá. Es otro de
los motivos por los que no son para mi, que prefieron las novelas
autoconclusivas.
No obstante, sí que quería
acabar de verdad, por hacer un servicio público, mencionando sagas y series valoradas por la gente a lo largo de las últimas décadas. No pretendo ser exhaustiva, sólo mencionar algunas de las más
queridas. Yo, lo repito, soy ciega a sus encantos. Cuando leo alguna, veo su mérito pero siento que no es para mí.
De las que no he mencionado, os cuento aquí un poco cuáles son, cuántos libros tienen, vaya, datos que tomo de Goodreads y las pongo más o menos en orden cronológico en que
fueron apareciendo:
Años 1990
·
Cazadores
oscuros de Sherrilyn Kenyon. Paranormal / fantasía / vampiros. Actualmente, por
temas de propiedad intelectual, Hunter Legends Series. Serían 33 obras primarias
y en total 55. Abarca varias series que se entrelazan (Dark-Hunters series, Dream-Hunters
series y más). Dicen en Goodreads que la cosa empezó en 1990, con el libro #0.5, El
comienzo (The Beginning), pero en realidad yo lo que creo es que la cosa empieza de verdad con Un amante de ensueño (Fantasy lover, 2002).
·
Toda la saga Outlander, de Diana Gabaldon, se basa
en viajes en el tiempo. 12 obras primarias, 27 en total. Empieza con Forastera
(Outlander, 1991).
·
Coalition
Rebellion, de Justine Davis. Ciencia ficción, 6 obras primarias, 7 en
total. El libro 1, Lord of the Storm, apareció en 1994.
Años 2000
·
La
hermandad de la daga negra, de J. R Ward. Paranormal de vampiritos. Según Goodreads, 23 obras
primarias, en total 39. Tiene sus derivadas: Black
Dagger Legacy, Black Dagger Brotherhood Prison Camp, y Lair of the Wolven. Empezó en 2005 con Amante
oscuro (Dark Lover).
·
Los
Inmortales de la Oscuridad, de Kresley Cole. Paranormal. Con 19 obras
primarias, 25 en total. Tiene derivaciones como Immortals After Dark: The
Dacians. La primera novela larga sería Sed de amor (A hunger like no other,
2006)
·
Karen
Marie Moning tiene dos series destacadas, ambas tienen lugar en el mismo mundo:
o
Fever,
urban fantasy, 11 obras primarias, 16 en total. Incluye la trilogía de
Dani O'Malley. El libro n.º 1 sería Fiebre oscura (Darkfever,
2006)
o
Highlander,
viaje en el tiempo / fantasía. Con 8 obras primarias, 11 en total. Todo comenzó
con Nieblas de las Highlands (Beyond the Highland Mist, 2007).
·
Mercy
(o Mercedes) Thompson, de Patricia Briggs. Urban fantasy, 14 obras
primarias, 29 en total. Libro 1, La llamada de la Luna (Moon Called,
2006)
·
Cazadora
de la noche, de Jeaniene Frost. Night Huntress, paranormal / urban
fantasy, 9 obras primarias, 25 en total. Aunque hay un libro 0.5, la
primera novela sería Besos de sangre (Halfway to the Grave, 2007)
·
La
pareja que escribe como Ilona Andrews tiene dos destacadas:
o
Kate
Daniels, con diez obras primarias y un total de 26. Paranormal,
postapocalíptica, urban fantasy. Empezó con La magia muerde (Magic
bites, 2007)
o
Hidden
Legacy, seis obras principales, divididas en dos trilogías, la de Nevada
Baylor y la de Catalina, en total 15 obras. Urban fantasy que empezó en
2014 con Burn for me.
·
Tairen Soul, de C. L.
Wilson. Fantasía,
5 obras primarias, la primera de las cuales es Lord of the Fading Lands, publicada
en 2007.
Años 2010
·
Jinetes
del Apocalipsis, de Larissa Ione. Lords of deliverance, paranormal, 6 obras
primarias, 17 en total. Es una serie derivada de otra suya también muy reconocida,
Demonica. La novela n.º 1 es Jinete eterno (Eternal rider, 2011).
·
Charley
Davidson, de Darynda Jones, urban fantasy, 13 obras primarias, 25 en total. La
cosa arranca con Primera tumba a la derecha (First Grave on the Right,
2011)
·
El
príncipe cautivo, de C. S Pacat. Fantasía gay con 3 obras primarias, 10 en
total. Comenzaría con El príncipe cautivo (Captive prince, 2012), que yo
no fui capaz de terminar porque me revolvía el estómago, pero hay gente de cuyo
gusto me fío a quien le encantó.
·
Darkest
London, de Kristen Callihan, paranormal ambientada en la época victoriana, 7
obras primarias, 9 en total. Como 0.5 ponen Ember, de 2012. Del mismo
año, la n.º 1, Amor en llamas (Firelight).
·
Las
crónicas lunares, de Marissa Meyer. Fantasía juvenil con 4 obras primarias y
hasta 18 en total. Son novelas juveniles que reimaginan cuentos clásucos en un
mundo futurista. Aunque hay dos historias anteriores, marcadas como 0.5 y 0.6,
la primera novela sería Cinder, de 2012.
·
Sarah
J. Maas tiene dos series de fantasía juvenil:
o
Trono
de cristal, que empezó con Trono de
cristal (Throne of Glass, 2012)
o
Una corte de rosas y espinas, cuyo primer título
sería justo ese, Una corte de rosas y espinas (A court of thorns and roses)
·
The Others, de Anne
Bishop. Urban
fantasy.
8 obras primarias, 10 en total. Empieza en 2013 con Written in red.
·
Kingmaker Chronicles, de
Amanda Bouchet. Fantasía.
5 obras primarias, 8 en total. El libro 1 es A promise of fire, de 2016,
y del que, en su momento, dije que era una fantasía casi perfecta, con todo lo
que una romántica de fantasía tiene que tener.
·
Fallen
Empire, de Grace Draven. Fantasía, 3 obras primarias. El libro 1 es Phoenix
Unbound, publicado en 2018.
·
Consortium
rebellion, de Jessie Mihalik. Ciencia ficción en su modalidad space opera, que
es lo que más le va al romance. 3 obras primarias, la primera de las cuales fue
Polaris Rising, de 2019.
Años 2020
·
Sangre
y cenizas, de Jennifer Armentrout. Romantasía, 6 obras primarias, 14 en total.
Con derivadas y precuela. El libro 1, De sangre y cenizas (From Blood and
Ash) salió en 2020.
·
Dark Olympus, de Katee
Roberts. Fantasía
basada en la mitología griega, con 10 obras primarias, 18 en total. Empieza con
Dioses de neón (Neon Gods), protagonizada por Hades y Perséfone, del año
2021.
A la gente que no lee romántica le suelo decir que cualquier género literario, cualquier tema o tópico que se te ocurra, tiene su equivalente romántico. El suspense, lo histórico, la ciencia ficción, lo que sea.
Suele sorprenderles un poco, la verdad, como que no se lo esperan.
Confío en que estas once entregas que he hecho de mis memorias románticas sirvan como muestra de lo variado que es el romance, la cantidad de libros diferentes que hay detrás de lo que muchos consideran simples historias de amor.
Termino aquí mi recorrido por cuarenta años leyendo romántica, ¡que se dice pronto!, de 1984 con la versión española de Cenizas al viento, de Kathleen Woodiwiss hasta justo el libro que acabo de terminar hoy mismo, de Louise Dawn, Stain on the Earth, y que si tengo energías, algún día comentaré.