lunes, 15 de enero de 2024

Crítica: “Ana María and the Fox”, de Liana de la Rosa

Del DRAE:

bodrio 

De brodio, y este del germ. *brod 'caldo'.

1. m. Caldo con algunas sobras de sopa, mendrugos, verduras y legumbres que de ordina-rio se daba a los pobres en las porterías de algunos conventos.

2. m. Guiso mal aderezado.

3. m. Sangre de cerdo mezclada con cebolla para embutir morcillas.

4. m. coloq. Cosa mal hecha, desordenada o de mal gusto. 



DATOS GENERALES

 

Título original: Ana María and the Fox

Subgénero: histórica/1863

1.ª publicación: Berkley, 4/2023

Parte de una serie: The Luna Sisters #1

352 páginas

ISBN 9780593440889

 

SINOPSIS (según Goodreads

Un amor prohibido entre una heredera mexicana y un astuto político británico crea una tentadora temporada victoriana.

Ana María Luna Valdés se ha esforzado por ser la hija perfecta, la sobrina perfecta y la representante perfecta de la poderosa familia Luna. Cuando Ana María es enviada en secreto a Londres con sus hermanas para buscar refugio durante la ocupación francesa de México, experimenta su primera experiencia de libertad lejos de los ojos críticos de su dominante padre. Si tan solo pudiera ignorar las miradas penetrantes que recibe en los salones de baile del austero Sr. Fox.

Gideon Fox se elevó desde las cloacas de Londres persiguiendo su ardiente deseo de más: más oportunidades, más opciones. Para todo el mundo. Ahora, como miembro del Parlamento, Gideon está a punto de conseguir los votos que necesita para presentar una medida que abolirá la trata de esclavos en el Atlántico de una vez por todas, una causa que está cerca de su corazón como nieto de una mujer anteriormente esclavizada. . La encantadora e irritante Ana María es una distracción que debe ignorar.

Pero cuando Ana María se encuentra en la mira de un noble infame con sus propios planes políticos, Gideon sabe que debe ofrecerle su mano como protección... pero ¿esta heredera mexicana también se ganará su corazón?

 

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Pues a día de hoy, creo que entraría entre las mejores mil novelas románticas. Kirkus Reviews la ha considerado entre lo mejor del año. Ha sido editors choice de Booklist y mejor libro del año (entre los romances, para Library Journal). Le hicieron crítica de A en Smexy Books, Starred review en Booklist, Kirkus Reviews y Library Journal. Cinco estrellas para The Romance Dish. Y tiene ese tópico que tanto nos gusta a algunas, como es el romance intercultural.

 

CRÍTICA

¿Qué diferencia hay entre un romance histórico y una novela histórica? 

Pues la misma que entre Napoleón (Scott) y Oppenheimer (Nolan).

El romance histórico coge cuatro datos históricos y los deja caer en una historia bastante fantasiosa. Lo que busca es, en realidad, tejer un relato que funcione, sea o no verdadero.

En cambio, una novela histórica es rigurosa. No solo te da la anécdota, sino que te lo enmarca en una realidad más compleja. No es maniquea, encuentras intereses en conflicto, matices y sutilezas, que desafían al espectador/lector, que muchas veces no sabe qué habría hecho él ante una situación tan poliédrica.

En el cine el equivalente a...:

* romance histórico ↦ Amadeus (Forman) o Napoleon 

* a novela histórica  ↦ Oppenheimer o The Queen (Frears).

La novela (o película) histórica te cuenta cómo ocurrieron (o pudieron ocurrir) las cosas, mientras que con el romance sabes que no ocurrieron así ni de coña. Si quieres saber de verdad cómo fueron Mozart o Napoleón, pues mejor te lees ensayos, que hay muchos y muy buenos. O ves películas con más rigor.

Rara vez la romántica es verdaderamente histórica. Por el corazón de mi dama, de Kinsale, o Catalina, duquesa de Lancaster de Anya Seton, y poco más.

Normalmente, lo que aquí llamamos históricas son romances fantasiosos, el peso de lo histórico es mínimo. 

No se me entienda mal. Si están bien hechos, son una gozada. De hecho, Amadeus es una de mis películas favoritas ever. La disfruto como una enana a pesar de saber que es una visión deformada.

Ana María and the Fox es eso, una fantasía, un romance. Tan simplista y pseudohistórico como las de Garwood. Si ésta ponía a gentes del siglo XX disfrazados de medievales, De la Rosa presenta, creo yo, a veinteañeros wokes del siglo XXI con miriñaques y cravats.

La mejicana Ana María Luna Valdés (24) viaja con sus hermanas a Inglaterra. Allí disfruta (es un decir) del Londres victoriano, con sus fiestuquis y sus paseos por el parque. O sea, disfrutar no disfruta, no la veo para nada feliz. Es la típica tía borde que siempre está a la que salta, a ver cómo puede demostrar lo lista que es y lo poco que el mundo la comprende.

El parlamentario Gideon Fox (28) desea contribuir a la abolición de la esclavitud, poniendo palos en las ruedas del comercio transoceánico de esclavos.

En relación con Ana María es como tantos héroes encorsetados de la romántica del último lustro. Es un quiero (ser beta) y no puedo. Se queda en perfecto felpudo engrilletado. Pareciera que, de un tiempo a esta parte, toda masculinidad sea tóxica. Lo que le quita todo interés como héroe romántico.

Se encuentran en bailes, recitales poéticos, un paseo por el parque, una fiesta campestre… Él aparece en el momento oportuno para rescatarla y hablar de sus cosas, generalmente, de política.

Sus diálogos me parecieron plúmbeos. ¿Dónde está el ingenio, las chispas, de las que hablan otras críticas que me engañaron malamente?

Sus interacciones se mueven entre lo gélido y lo tedioso.

Les encuentro menos química que a Christensen/Portman, pareja que superó, en su sosez, a la que para mí siempre ha sido el referente de las relaciones glaciales: Gere/Foster en Sommersby.

Encontré mucho más feeling entre Gideon y sus amigos, el capitán y el duque, que entre Gideon y Ana.

Lo  que me decidió a comprar la historia es el atractivo de que la protagonista fuera mejicana y se hablara del no demasiado conocido episodio de la invasión francesa de México por Napoleón III (no confundir con su tío, Napoleón I, el Bonaparte, casi cuarenta años los separan). Sin embargo, toda esa parte te la cuentan, no la ves, no la vives. ¿Dónde quedó el show, don’t tell?

Cosas que sí me gustaron:

1)         Lo que más, cuando Ana María habla a Gideon de su ciudad, con el volcán Popocatépetl. Todo lo que sean montañas, naturaleza, me encanta. Fue un momento muy evocador, hasta atmosférico.

2)         Ana María viste con colores intensos, vibrantes, que se dicen propios de su país. Contrasta con las apagadas indumentarias de las vírgenes inglesas.

3)         En un momento de intimidad sexual, Ana María le suelta un ¡Ándale, Gideon! muy oportuno y de lo más sexi.

4)         Estuvo genial que, por una vez, las frases y palabras en español estuvieran bien escritas. Solo hay un supuesto error, un «Buenos tardes, mi esposa bonita», pero como es Gideon el que lo dice, me lo tomo como un guiño a lo torpe que es este personaje en su esfuerzo por aprender español.

5)         Ana María desciende, por parte de padre, del pueblo purépecha. No tenía ni idea de su existencia, porque lógicamente su historia es la de Méjico, que yo no tengo nada leída. A ver, tampoco un mejicano tiene por qué conocer a blendios o, ya que la madre de Ana María viene de Zaragoza, los sedetanos. Como no se dice mucho de los purépecha en el libro, aproveché para buscar cositas y oye, me entretuvo bastante.

 

Ahora, la novela en su conjunto me parece un bodrio en sentido bastante literal: mezcla cosas variadas y las adereza mal.

Su empeño en tratar Temas Importantes anula por completo la historia de amor.

Admito que se me hace muy cuesta arriba cuando las autoras hispánicas (de ambos lados del Charco) imitan modelos anglosajones. Esquema habitual: jovencita hispanohablante en Inglaterra o los EE. UU., enamorándose del anglo de turno.

Si lo hace una anglosajona, me resigno, porque ¿qué saben las pobres?, son de otra cultura. Pero cuando lo hace una de las nuestras, me sulfuro, siento como que me traicionan.

 Prefiero mil veces la aproximación de una Florencia Bonelli, que, con todos sus excesos, normalmente ambienta sus historias en su país, o en otros lugares del mundo pero no forzosamente en los que dominan la romántica (Reino Unido y EE. UU.).

¡Si hasta ambientó una novela en Gaza y otra en el Congo…!

Con dos ovarios.

Igual la historia me habría gustado más si, por ejemplo, en lugar de mandar a las hermanas Luna a Inglaterra a valsar en los salones londinenses, las hubiera dejado en Méjico combatiendo la invasión a su manera. No sé.

Valoración personal: irritantemente tediosa, 1

Se la recomendaría a: social warriors en busca de refuerzo positivo.

Otras críticas de la novela:

Como siempre que me parece espantosa una novela que sin embargo ha gustado a muchísima gente, os pido por favor que no os quedéis con lo que yo digo de ella.

No, si estáis pensando en leer o no esta historia, que tiene un planteamiento atractivo hasta cierto punto, leed otras opiniones. Igual os convencen más.

Sobre todo, si sois jóvenes. A las señoras ya de cierta edad, como es mi caso, estas cosas nos pillan ya muy mayores.

Smexy Books, A

The Romance Dish, 5 estrellas

The Bashful Bookworm, 4 ½ estrellas

Starred review en Kirkus reviews

All About Romance, una B

Smitten by Books, 3 ½ corazones

4 comentarios:

  1. Ay, lo que me he reído con tu reseña! Me parece que tus lecturas sobre los purépecha te han gustado bastante más XD.
    Pues no me llamaba para nada pero ahora me llama menos, una lectura menos que apuntarme!
    Besotes!

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    1. Me alegro mucho que te haya hecho pasar un buen rato.
      Ay, cómo me conoces, me interesó mucho más investigar sobre este pueblo amerindio.
      Me apunté cosas que a una friki de la lengua como yo le apasionan. Así, que la lengua purépecha o tarasca fue de las primeras sobre las que se escribieron libros y diccionarios. De las americanas, la primera fue el náhuatl: «Arte de la lengua mexicana» (Andrés de Olmos, 1547).
      En concreto, quien se curró la lengua tarasca o purépecha fue de un franciscano nacido en Francia, Maturino Gilberti. Su «Arte de la lengua de Mechuacán» [o Michuacan, que de las dos formas he visto este título] (1558) fue seguida, un año después, por un diccionario tarasco-español y español-tarasco, titulado «Vocabulario en lengua de Mechuacan».
      Para ponerlo en perspectiva, el primer diccionario en inglés es el de Samuel Johnson, «Dictionary of the English Language» (1755). También es que los ingleses fueron un poco tardones. El primer diccionario normativo de la lengua italiana es de 1612, el «Vocabolario degli accademici della Crusca». El «Dictionnaire» de la Academia francesa data de 1694.
      Eso, solo por comentar lo del idioma. Sobre la historia leí mucho más, la verdad es que me resultó apasionante. Mucho más que este libro, vamos.

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  2. Hola!!
    Pues me fio y no pienso leerla, ya el argumento me llama poco, pero si, encima, la poca gracia de la autora lo estropea más aun en vez de arreglarlo. Pues a otra cosa. No sé si nos engañan con sus reseñas o que estamos muy fuera de los gustos actuales, tampoco me importa mucho, voy con pies de plomo con las reseñas que creo que pueden concordar con mis gustos
    Un besote

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    1. Pues no sé decirte si es que engañan o es que estamos fuera de los gustos actuales. Yo presumo la buena fe, o sea, supongo que quien dice que le ha encantado esto es porque de verdad lo ha disfrutado. Mi impresión personal es que va más por lo segundo, que los gustos en romántica de quienes llevan mucho leído no son los mismos que quienes, por la edad, no han tenido tiempo de leer más que un poco.
      Lo mejor es lo que tú dices, andar con pies de plomo y buscar solo lo que concuerda con nuestro gusto.
      En cierto sentido me he dado por vencida. No voy a comprar nada más de 4-5 € por mucho bombo que le den. Ahora, como no me siento derrotada del todo, y aún me queda un poquito de esperanza, si lo veo por debajo de ese precio pues todavía ando dándole oportunidades a estos engendros.

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