Casi sin
querer, dos enemigos acaban confiando el uno en el otro.
DATOS GENERALES
Título original: The Bride Fair
Subgénero: histórica / 1868
Fecha de publicación
original en inglés: abril 2002
Editorial: Harlequin
Páginas: 288
Series:
·
Harlequin
Historical (HH) – 603
·
Civil
War Brides (con The Bartered Bride,
1996, y Harrigan's Bride, 1998)
NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL
SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Maria Markham ha sobrevivido a la guerra sólo para tener que aguantar la ocupación, a
duras penas, mientras se enfrenta a diario con los persistentes recuerdos de
pérdida. Pero entonces Max Woodard, un
enigmático coronel del ejército con un corazón amable, le ofreció pasión y una
amorosa compañía en un mundo nuevo y desafiante.
Aunque fue prisionero de guerra, el coronel Max Woodard juró tratar con
justicia a los sureños bajo su gobierno. Deseaba entenderlos, especialmente a Maria
Markham, una femenina mezcla de coraje y gloria. Pero, ¿podría ella amar a un
hombre con el rostro del enemigo?
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí. En mi lista de Las mil mejores novelas románticas apareció en el
puesto número 972. En The Romance
Reader le dieron la máxima puntuación, Five Hearts Keeper. Ganó el premio RITA
en 2003 a la mejor novela histórica corta. Finalmente, cuando en 2009 Dear Author hizo su Top 100 de romántica, esta apareció, empatada con otras, en el puesto 19.
CRÍTICA
Cuando vi esta novela en mi lista de
las mil mejores, me llamó la atención el argumento y me decidí a leerla, porque
mi experiencia con otra de Cheryl Reavis, A Crime of the Heart, había sido positiva.
Me recordó, sobre todo, a Carla Kelly. Luego añadiré algo más al respecto.
A Salisbury, Carolina del Norte,
llega un coronel yanqui para dirigir la ocupación. Residirá en la casa de la
familia Markham. Va a recogerle a la estación la hija, Maria Rose, que lo trata
con frialdad y distancia. Para ella, no es más que un oficial de un ejército de
ocupación. Además, la experiencia de Maria con el anterior mandamás yanqui no
fue muy buena.
Max fue prisionero de guerra en una
infame prisión sureña precisamente en esa localidad, así que no guarda buenos
recuerdos. Una de las cosas que quiere hacer es encontrar los cuerpos de presos
que murieron allí. Y que lo vean los de esa ciudad, que nada hicieron por
mejorar sus condiciones. Me recordó un poco al empeño de Eisenhower en que los
alemanes vecinos a los campos de concentración vieran lo que allí había
ocurrido.
Pese a todo, Max intenta ser justo y
comprender mejor a sus gobernados, aunque ejerza la autoridad con la debida
firmeza.
Maria Rose, por su parte,… sobrevive
como puede. La guerra se llevó tantas cosas: sus dos hermanos, su novio,… de
sus dos mejores amigas («las tres mosqueteras» se llamaban a sí mismas) una ha
acabado dedicada a la prostitución y la otra, enferma y malcasada con un
borracho y dos niños pequeños.
Sí, esta es una «novela con niños»: Joe
y Jake, que están más en casa de Maria que en la suya propia. Buen recurso para
que veas lo cariñosos que son los protagonistas y cómo los niños enseguida se aferran
a Max, alguien sólido en un mundo tan inseguro.
Maria y Max se miran, se relacionan,
con distancia victoriana pero… Es una de
esas historias que se van cociendo a fuego lento. No revelan demasiado el
uno del otro. La parte sexualmente explícita está tirando al final. Son
personas apasionadas, pero muy en plan decimonónico, intenso sí, y dentro de un
orden también.
La historia se complica porque Maria
está soltera y embarazada. Estás todo el rato dándole vueltas preguntándote
quién puede ser el padre, y haciendo cuentas. Hace dos años que acabó la
guerra,… Reconozco que la solución al misterio no la vi venir.
En conjunto, ¿qué puedo decir? Es un
Harlequin Historical muy competente. Lleva muy bien la historia, los diálogos
suenan naturales, muy de personas adultas que se callan bastantes cosas.
Intuyes, sospechas, la autora te insinúa,… pero no te lo pone todo blanco sobre
negro.
El personaje de Max resulta
enigmático y no acabas de explicártelo del todo. Su tristeza, su sentido del
deber, por qué alguien de buena familia se resigna a estar en el ejército, lo
que realmente siente en cada momento por Maria,… tienes que poner a trabajar tu
imaginación.
Si te convence de que tiene que
haber un sentimiento muy poderoso, la sutileza hace que sea una novela
deliciosa de leer, muy romántica en su contención.
Claro que hay un riesgo. Al ser poco
explícita, puede que no te transmita el enamoramiento ni veas cambios en los
personajes.
Aquí es donde entra mi teoría del «planchado». Dije que me
recordaba a Carla Kelly. Comprobé que las dos autoras han escrito para
Harlequin en concreto en esta línea que llaman «Historical». El problema de los
sellos editoriales genéricos es que como tienen que ser muy fieles a
determinadas líneas, acaban siendo muy parecidas unas novelas con otras, y es
difícil que la voz original de la autora sobresalga.
Yo lo llamo planchado usando la
metáfora de que el libro es como un papel que la autora coge, arruga, hace
origami,… dándole su propia forma, con los picos y los valles que son su
geografía como escritora. Pero luego viene el editor y plancha ese relieve
personal hasta que apenas se notan tus particularidades.
Así queda como una novela agradable de leer, en la que se elimina cualquier arista
potencialmente ofensiva para los lectores, sean del sur o del norte. Por
ejemplo, no se adentran en las causas de la guerra, nadie pone en entredicho a
unos políticos idiotas que les dio por decir que se separaban del país para
crear uno propio y con ello arrastraron a la guerra, la desolación y la pobreza
a sus compatriotas, a los que querían llevar a una Arcadia feliz y acabaron
causando tanto dolor. Uy, cómo me suena eso.
Ni mención de la esclavitud o
estructuras económicas.
El espíritu de lo «políticamente
correcto» lo impregna todo: no molestar, no plantearse nada. Toda la hostilidad
de Maria y los suyos se dirige al ejército de ocupación y nunca, ni por un
momento, al tipo de sociedad que eran antes de la guerra o hacia los políticos
mentecatos de pocas luces que les metieron en aquel embolado. Es casi como si
Max tuviera que pedir disculpas por estar allí.
Transmite la idea de que la guerra es algo que ocurre por azar, como si surgiera de la nada, caída
del cielo (o más bien surgida del infierno) como un huracán que lo devasta
todo.
En lugar de ser una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que
si se conocen pero que no se masacran (frase de Valéry).
Pues eso, que parece que Maria nunca se plantea que de todo su
sufrimiento, quizá, el ejército yanqui sea el menos culpable.
Esta es la segunda novela que leo de
Cheryl Reavis y confirmo que me gusta su estilo. No para leer todo lo suyo,
sino sólo aquellos que vengan recomendados, y especialmente si justo me apetece
este tipo de romántica histórica sin demasiada profundidad, con personajes
cotidianos y realistas, historias agradables y fáciles de leer.
Valoración personal: buena, 3
Otras críticas de la novela:
All About Romance, una B y es curioso pero
menciona que a ella le recordó un poco a los Regencias tradicionales de Carla
Kelly, así que no soy la única en notar el parecido.
Y como no he encontrado
más críticas de este libro, ni en español ni en inglés, pongo enlace a GoodReads.
Así que si alguien
conoce alguna otra crítica, en cualquiera de las 7.000 lenguas que se hablan en
el mundo, siéntase libre de enlazar abajo, en la zona de comentarios. Gracias.
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