Sheridan Drake, otro héroe
recordado
DATOS GENERALES
Título original: Seize the fire
Subgénero: histórica /
1827
Fecha de publicación
original en inglés: 10/1985
Edición 1.ª en español:
Plaza & Janés, 1/2008
Traductora: Ana Eiroa
Guillén
496 págs.
Colección: Narrativa
femenina
SINOPSIS (de la
contraportada)
Nunca pretendió ser un héroe, todo lo contrario. El capitán Sheridan Drake desprecia esa fama
gratuita porque, aunque pueda engañar a los demás, no se mentiría nunca a sí
mismo. Una vez fue un caballero. Ahora es un ángel caído. Un cínico. Un canalla
y un truhan, y nadie aparte de su persona merece su lealtad.
Por eso le exaspera y le desarma Olympia
de Oriens, con su inocencia y su fe en él y en unos ideales que Sheridan
enterró hace tiempo. Si cree que va a acompañarla en su arriesgada aventura,
está muy equivocada…
¿Entra dentro
de «Lo mejor de la novela romántica»?
Entró en mi lista de Las mil mejores novelas románticas del año 2017,
en el puesto 566. Obtuvo el premio
Romantic Times en el año 1989 en una categoría particular: Historical
Special Achievement. Ha aparecido en varias listas: la 29 de un Top 100 de Dear author, la 77 del Top 100 de Joyas Románticas del Club Romántica, el 568 del Top 1000 de RomanceNovels.Me,
la 579 en el Top 1000 de Book Binge.
En Romance Readers at Heart la escogieron como un Top Pick en el año 2008.
Mereció una A tanto para Dear Author
como para All About Romance y Kaetrin’s Musings, en este último caso, al
audiolibro narrado por Nicholas Boulton. No es tan extraño que muchos lectores
tengan a esta novela entre sus favoritas. Cuando All About Romance hizo su
último Top 100, no llegó al final, pero sí que estuvo en el round 2.
CRÍTICA
Esta es la primera novela que publicó Laura Kinsale. No la primera que
vendió, pues esa fue El corazón escondido,
pero por esas cosas de las editoriales, salió primero esta Dulce llama. Tengo entendido, ¿eh?
Creo que recordaré siempre a su protagonista. Kinsale es conocida por sus
héroes torturados, y Sheridan Drake, desde luego, lo es en grado superlativo,
con su aterrador PTSD avant la lettre.
Kinsale dedica el libro a los veteranos de Vietnam, pero podría ser para los de
cualquier guerra, pues en Drake se ven las tremendas consecuencias del combate.
No obstante, es algo que, al principio de la novela, no sale. Te lo presentan con el aspecto de un sinvergüenza y mentiroso, héroe a su pesar.
Empezamos en plena batalla de Navarino, desde la perspectiva del capitán
Drake. Un tipo cínico que no tiene en alto concepto de la política exterior
británica:
«Daba igual, tan solo era una variante más que dudosa de aquella antigua y desagradable costumbre de meter la nariz en las guerras ajenas.»
A pesar de su esfuerzo en salvar el pellejo, las cosas acaban resultando de
otra forma y su pátina de heroísmo sale más bruñida que nunca.
Ya en Inglaterra, conocerá a Olympia, una princesa exiliada del imaginario país
de Oriens. Esta muchacha, idealista e ingenua, quiere que la ayude… su idea es
contribuir a que la democracia llegue a su país, encabezando ella la liberación
de sus compatriotas. Algo que un escéptico como Drake no está dispuesto a
hacer, si implica riesgos para su vida.
Porque Sheridan es, ante todo, un superviviente nato, un egoísta,… No se
engaña sobre el tipo de persona que es:
«Realista, sinvergüenza y mentiroso».
No es así como lo ve Olympia. Para ella es un héroe, su caballero, alto,
gallardo y en la flor de la bizarría. Se enamora como una tonta… Aunque aquí hay
sitio para todo: enamorarse y desenamorarse, el amor y el odio, los engaños y
las mentiras… Casi quinientas páginas dan para mucho.
Porque sí, esta es una de esas novelas old
skool, bastantes largas, en las que hay un montón de aventuras bastante
entretenidas. Estos dos estarán en Inglaterra, en barcos diversos, en una isla
perdida en el Atlántico Sur que es toda una lección de supervivencia en
condiciones adversas, en el golfo de Adén, en el imperio otomano… Estos dos
vagarán de acá para allá, se juntan y se separan, habrá ataques de asesinos y
de piratas, rebeliones a bordo y el misterio de unas joyas que si se roban que
si no,…
En algún momento Olympia tendrá que darse cuenta, pese a lo cegada que está por su idealismo, de cómo es él en realidad:
A veces eres todo un sinvergüenza, eso lo sé muy bien… No tienes sentido de la moral ni ideales. Piensas primero en ti, y eso hace que en ocasiones te comportes como un cobarde. O, al menos, como lo que la gente llama cobarde. Ya no estoy segura de lo que es cobardía y lo que no. Ni tampoco sé lo que es la heroicidad. Pero hay una cosa que sí que sé, y la aprendí de ti. Sé lo que significa tener coraje.
Como es clásico, Sarah Wendell y Candy Tan hablaron de los personajes de
esta novela en su libro Beyond Heaving
Bosoms (2009).
Para ellas, Olympia ejemplifica un prototipo de personaje femenino, The Plain Jane, una chica normal e
incluso poco atractiva:
«Estas heroínas maduraron en la segunda mitad de la década de los noventa, y muchas de las más apreciadas heroínas de esta época son chicas normales. No son llamativas a la vista, a veces pueden ser incluso regordetas, o no se ajustan a los estándares de belleza de la época; pero algo en esta heroína atrapa al héroe y no lo deja escapar».
Y sí, es cierto, Olympia es más
bien gordita, pero Sheridan se enamora de sus curvas, le encantan.
De Sheridan Drake mencionan que es un personaje complicado y oscuro, como el Sebastian Verlaine de La mujer cautiva.
Candy Tan lo incluye entre sus héroes favoritos, diciendo que es el
perfecto ejemplo de un protagonista de romántica que disfruta al leerlo, que lo
encuentra totalmente cautivador y, sin embargo, admite que es el único héroe de
su lista de quien no está enamoriscada ni un poquito. Señala que es un héroe
muy –pero que muy– dañado, por su
horrible padre y sus experiencias en la Armada, «y Dios sabe que nadie escribe
protagonistas dañados atractivos mejor que Laura Kinsale» pero, añade, hay algo
más, es increíblemente consciente de sí mismo, y tiene un ramalazo galante muy
–de nuevo, pero que muy– enterrado, que
aparece justo en el momento correcto
Yo creo que con eso Candy Tan la clava. Si no fuera por este protagonista, sería
una novela aventurera más de la vieja escuela. Con mucha peripecia,
representaciones estereotipadas y más bien negativas de todos los personajes de
otras culturas distintas a la británica, sus momentos sexis y románticos pero
con cuentagotas… Una más.
Olympia ni siquiera es una heroína que te llame. Es demasiado ingenua,
comprende poco del mundo, algo atolondrada… en fin una pizpireta más.
Pero, ¿Sheridan? Es justo como lo define Candy Tan. Un tipo sinvergüenza y
egoísta que miente más que habla, que hace cosas bastante bajunas… Que tiene la
peculiaridad de no engañarse a sí mismo, se conoce perfectamente e incluso es
el primero en despreciarse, convencido de que no tiene nada bueno que lo
redima. Luego resulta que sí, que tiene momentos brillantes, de cosas tiernas o
valientes en beneficio de otros.
Dentro de la extraordinaria producción de Kinsale, se queda en «buena»,
pero… ¿comparado con el noventa por ciento de lo que encuentras por ahí? Le da
cien mil vueltas. Le añado una estrella por ese fantástico héroe, Sheridan
Drake, que se te queda en la memoria.
Valoración personal: notable, 4
Hughtlon Mifflin, 10/1985 |
Se la recomendaría a: quienes quieran novelas de amor y
aventuras con un héroe inolvidable.
Otras críticas de la novela:
Maddy, en El rincón de la novela romántica, le da un seis y medio.
Pilar Alonso firma la
reseña de Anita entre libros.
Quien hace la crítica
del blog Infinitamente Yo admite que le costó un poco leerlo pero que es
precioso. No lo recomienda como primera lectura de Kinsale.
Paso a lo que se ve en inglés.
Jennie, en Dear Author, le da una A.
Y con otra A la calificaron en All About Romance.
Tengo la impresión de que es una de esas novelas que gusta más en el mundo romántico anglosajón que en el hispano. Pero vamos, lo mismo puedo estar equivocada.
Hola!!
ResponderEliminarRecuerdo este libro de aventuras, no es mi favorito de Kinsale, pero sí que recuerdo a ese protagonista que me caía tan mal y que, a medida que la autora nos lo va presentado e ir conociéndolo, se va entendiendo mucho mejor
Coincido que sin él, esta sería una novela más
Un besote
Hasta ahora todo lo que he leido de Laura Kinsale me ha encantado (aun me quedan algunas pero me las quiero leer de a poco porque la autora no ha publicado más, que lástima), tanto por la historia como por lo complejo de sus personajes, especialmente los masculinos. Y si, en realidad lo que más se quedó en mi mente luego de terminar esta novela fue Sheridan Drake.
ResponderEliminarFíjate que curioso oye... Que caprichosa es la mente, y yo que de esta novela solo recuerdo el asunto de los pingüinos y el aspecto de Olivia. Pensándolo bien, será porque cuando la leí ambas cosas me resultaron novedosas. Creo que se salían de los estereotipos que venía leyendo por entonces, junto con el estilo de su autora. Como parece que el marcador de mi memoria está casi a cero, y tú valoración es buena, me animo a darle un repaso a esta novela. :)
ResponderEliminarPara mí fue pesadísima, casi bodrio. Tuve que juntar mucha fuerza para seguir con la autora. De Flores en la tormenta, no me quejó.
ResponderEliminar¡Ay! A mi me encantó. Me reí muchísimo con “la princesa pava” y Sheridan es un personaje con complejidad, odio los protagonistas masculinos que tienen la misma profundidad que una lata de anchoas. Los protas están tan bien construidos... es fácil entenderlos a ambos, tanto la candidez y la inocencia inicial de Olimpia como el cinismo y el fatalismo de Drake. Es de mis favoritas de la autora, me encanta no solo como romántica sino como novela de aventuras. Para mi es lo mejor de Kinsale, su capacidad de hacerte vivir una aventura de principio a fin y lo bien que construye sus personajes, lo fácil que es empatizar con su forma de ver la vida y de actuar en la trama.
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