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Título original: To Have & To Hold
Fecha de publicación
original en inglés: 1995Subgénero: Histórica - Victoriana
Puesto en la lista AAR 2013: 90
Parte de una serie: n.º 2 de la Trilogía Wyckerley
SINOPSIS
Sebastian
Verlaine,
el nuevo vizconde D'Aubrey, era cínico, sofisticado, y demasiado guapo para su
propio bien. Y se aburría. ¿Por qué, si no, iba a aceptar sentarse en estrados
con otros dos magistrados para juzgar los pequeños crímenes de sus
arrendatarios y sus vecinos? Es una diversión, hasta que les presentan a una
bella prisionera, y se da cuenta de que tiene en sus manos el destino de esa
mujer.
Rachel
Wade
sabe todo lo que hay que saber sobre el desvalimiento y la degradación sexual.
La violenta muerte de su marido la libró de esa pesadilla, pero diez años en la
cárcel por su asesinato era otra clase de tortura. Ahora, un hastiado vizconde
le ofrecía la libertad, pero a un precio. “Ama de llaves”, era el puesto que él
le ofrecía en Lynton Hall. "La puta de Lord D'Aubrey," la
consideraban en realidad los escandalizados aldeanos.
Un trato despiadado,
desconsiderado. Pero ninguno de los dos sospechaba el resultado que podría dar.
Cómo un juego que comenzó por puro deseo podía acabar siendo una apuesta por el
amor.
CRÍTICA
El título original de
“La mujer cautiva” (1995) es “To Have & to Hold”. Podría traducirse como
“Para tenerte y conservarte”. Esto viene de los votos matrimoniales anglicanos
tal como aparecen en el Book of Common
Prayer (“Libro de Oración Común” en traducción española.
Que dice:
"To have and to hold from this day
forward, for better for worse, for richer for poorer, in sickness and in health,
to love and to cherish, till death
us do part."
Resulta intrigante
que en español lo haya titulado “La mujer cautiva”. Porque se parece muchísimo a
los de dos clásicos de la agresión sexual en la novela romántica: “La novia
cautiva” (Captive Bride, 1977) de
Johanna Lindsey, y "La amante cautiva" (Lady Vixen, 1980) de Shirlee Busbee. Y es significativo porque esta
novela también es controvertida gracias a que, entre otras cosas, el “héroe”
(por llamarle de algún modo) viola a la protagonista.
La historia comienza
con un tono siniestro que recuerda un poco los relatos góticos. Sebastian Verlaine es un libertino que,
aburrido de su última amante -a la que acaba de dar el finiquito-, acude a
cumplir sus deberes como juez de paz. Ante el tribunal llevan a Rachel Wade, quien ha pasado diez años
en prisión por el asesinato de su marido. No la colgaron porque él la había
sometido a “actos sexuales desviados”. Ahora, en libertad condicional, no
encuentra empleo, y la han detenido básicamente por pobre.
Atraído por Rachel,
le ofrece un puesto en su casa, Lynton Hall, como ama de llaves. Así entra en
un ambiente mórbido de crueldad y fría desesperación. Todo el mundo asume,
incluida ella misma, que deberá calentarle la cama al amo. Pero hace tiempo que
perdió todo orgullo y esperanza. Cualquier cosa es preferible a volver a la
cárcel.
Este tiparraco juega
con ella, la humilla por puro entretenimiento. Sebastian es perfectamente
consciente del daño que le está infligiendo. Cuando él quiere, se acuesta con
ella. A pesar de que Rachel le deja muy claro que no quiere. Encima, el muy
cretino, quiere que consienta y le suelta: “No
hagas de esto una violación”. O sea, que ella dice no y él viene a
decir: “tía, di que sí, no hagas de esto una violación diciendo que no
quieres”. Absurdo. ¡¡Imbécil!! Eres tú quien está cometiendo una violación, la
víctima no es culpable por no
consentir. No te debe nada. No tiene por qué sentir deseo por ti. Idiota…
Rachel no pelea ni
grita porque sería inútil. Se resigna porque no quiere perder el puesto de
trabajo y volver a la cárcel. Sebastian es sólo un noble aburrido que se
entretiene de esta manera.
A mi modo de ver, lo
que diferencia este libro de los otros abusones que puedes encontrar en “Tú eres mi amor”, o las otras
cautivas ya mencionadas de Busbee y Lindsey, es la gran calidad como novelista
de Gaffney. Nos describe los pensamientos, sentimientos y acciones de los
personajes con una gran frialdad, con distancia de entomóloga.
Gaffney no toma
partido por Sebastian, no pretende que este héroe-villano nos resulte simpático.
No es el típico tipo torturado que sufre e intenta superar su dolor íntimo
siendo cruel con los demás. No, Sebastian es un noble disoluto y cruel que no
sufre en absoluto. Ella misma, en su mensaje de RT Book Reviews lo reconoce:
“Es posible que nadie salvo yo sea capaz de soportarlo”.
Sebastian es sólo el
típico aristócrata indiferente al sufrimiento ajeno. Algo propio de casi cualquier
clase dominante en cualquier tiempo y lugar. Como se ve, es bastante diferente
a la ñoña idealización de la nobleza que se ve en tantas novelas románticas.
Y Sebastian es
consciente de su propia amoralidad. Él es el primer sorprendido cuando nota que
jugar con Rachel al gato y al ratón ya no le entretiene. Que, de hecho, le hace
sentir mal. Es entonces cuando empieza a cambiar, a esforzarse. Acaban
enamorándose y con su final feliz.
Rachel es un
personaje muy bien recreado. Su marido la sometió a terribles degradaciones.
Luego pasó diez años en la cárcel y sus primeras escenas son totalmente de ex
presidiaria. La cuesta hablar, mantiene la vista baja, es incapaz de decidir
las cosas más sencillas. Que la insulten o la violen es sólo otro episodio más
en su humillación. Pero poco a poco se va reconstruyendo como persona, y esa es
una evolución que se da gracias a la oportunidad que Sebastian le da de trabajar
como ama de llaves. No es el amor lo que la cambia, sino la oportunidad de
ganarse la vida.
“La mujer cautiva” es
una novela de personajes, más que de trama. El único punto de intriga, saber
quién mató en realidad al marido de Rachel, no es algo que nadie investigue. Se
resuelve al final, de modo inopinado, totalmente deus ex machina.
Mi experiencia
personal ha sido, durante la primera mitad, disfrutarla diciéndome ¡qué gran
novela! A secas, no dentro del género romántico. Minuciosa reconstrucción del
paisaje exterior y sobre todo el interior, o moral, de los personajes. Al no
pretender que el lector asuma el punto de vista de Sebastian, puedes distanciarte,
sin dejar de sentir empatía por la víctima, Rachel. La segunda mitad se centra
más en lo romántico y en este punto no es muy diferente a otras muchas novelas del
género.
Publicada en 1995,
“La mujer cautiva” no apareció en el primer Top 100 AAR, pero sí en los posteriores:
alcanzó el n.º 38 en 2000, n.º 25 en 2004, n.º 34 en 2007, n.º 60 en 2010 y ha
bajado hasta el n.º 90 en 2013. No sé si en la próxima encuesta acabará
desapareciendo. Es decir, ¿enganchará a nuevos lectores o no?
Resumo: este tipo de
historia me suele parecer detestable. Pero esta la disfruté porque me pareció
muy bien escrita. Como no mantiene el mismo nivel en la segunda parte de la
historia, lo dejo en un 4.
Valoración
personal: notable, 4
Se
la recomendaría a: todos los aficionados a novelas románticas
con una gran carga de análisis psicológico de los personajes. Quizá la más
lúcida advertencia la hace la propia autora en RT Book Reviews, en el mensaje ya mencionado más arriba:
Si
lo que te gusta son las historias de amor ligeras y divertidas con héroes
dulces, ni se te ocurra leer “La mujer cautiva”. Pero si no te importa que
lleven algo más fuerte, como un poco de absenta, entonces te puede gustar.
Otras
críticas de la novela:
En español, he encontrado crítica en Novelas Románticas: Críticas, reseñas, opiniones… , y en El Rincón de la Novela Romántica.
También hay críticas en inglés, tanto en RT Book Reviews como en All About Romance. Una interesante
crítica de deux, en forma de diálogo
entre dos reviewers, aparece en Dear Author.
Y la ficha en la base de
datos fictiondb está aquí.
No
hay
otras novelas de Patricia Gaffney en
el Desafío AAR.
Pocas han sido las
novelas de Patricia Gaffney traducidas al español.
De éstas, merece la
pena probar las otras dos de la serie Wyckerley: To
Love and to Cherish (1995, en español, Lealtades enfrentadas) y Forever & Ever (1996, traducida como Ahora y siempre).
Otras dos novelas
interesantes de la autora que están traducidas son Saving Graces (1999, Cuatro amigas) y Flight Lessons (2002, Aprender a volar), que ganó el premio
de la lista web Romance Readers Anonymous a la mejor novela romántica fuera del
género romántico, junto con The Stone Flower Garden de Deborah Smith.
Quien quiera leer
novelas en inglés de esta autora, puede probar con dos del Oeste: Wild at Heart (1997) y Crooked Hearts (1994).
Ediciones
en España:
En el ISBN del
Ministerio de Cultura aparece sólo una traducción, la de Plaza & Janés
Editores, S.A., del año 2000, con traducción de María Eugenia Ciocchini Suárez.
Colección Cisne, 20/2.
Sin embargo, la
versión que yo he leído es digital, con © Patricia Gaffney y Random House
Mondadori, S.A. de 2012. Y en ella se dice que la traductora es Natalia
Carrero. No sé si es una nueva versión.
Advertencia: En mi opinión, la traducción es bastante defectuosa. Al principio pensé que podrían ser erratas, quizá
por pasar el libro al formato digital. Pero me temo que no. Creo que la
traductora tiene ciertas carencias en español. «Joyas» que he encontrado son:
«Aquella silenciosa fantasma de la sala de juicios» (¡fantasma es de género
masculino!), «Ella se dirigía a la hoguera como si fuera san Juan» (aquí el
problema igual es mío, porque no entiendo a qué se refiere, tengo la impresión que podría ser referencia a santa Juana), «extremeciéndose» (sic, por «estremeciéndose»), «Ves a
buscarla, ¿quieres?», «ves a buscar a la señora Wade» (lo correcto es «ve»)…
Tengo la impresión de que la traductora tiene como lengua materna el catalán o el valenciano,
porque en un determinado momento dice «Es como una torre en una casa». «Torre», en el sentido de «Casa de campo o de recreo, o granja con huerta», sólo se dice Cataluña,
Zaragoza y Murcia, el resto de hispanohablantes no usamos esa palabra en este
sentido.
Totalmente de acuerdo con tu crítica.
ResponderEliminarLa primera mitad es fenomenal, bien escrita, realista y perversa.
La segunda, por momentos, demasiado almibarada; me hubiera gustado que siguiera un poco más ese oscurantismo que tiene la primera parte. Aunque debió ser difícil dar vuelta al personaje de Sebastian.
Y él me encantó como personaje. No tiene nada que ver con otros "violadores". Es maravilloso cómo él ve en Rachel el sufrimiento real de una vida y creo que eso es lo que lo fascina porque no sabe lo que es eso, tanto por su vida acomodada como por su amoralidad. Y esa fascinación lo lleva a presionarla y molestarla, casi a modo de experimentación, para ver hasta cuánto aguanta ella sin reaccionar. Si, para psicólogo. De cualquier manera, yo esperaba humillaciones peores.
Y lo de la "violación", se que es un tema controvertido pero no tiene nada que ver con otras "violaciones" que hemos leído (o no leído) en otras novelas ya que no hubo violencia física estricta porque ella está totalmente rendida a lo que sea. Y creo que tiene que ver también con los traumas e inhibiciones sexuales de Rachel debido a su experiencia anterior.
En fin, a pesar de su segunda mitad más tradicional, me dejó pensando mucho en lo que les pasó y cómo me hubiera gustado que siguiera. Tal vez sin que él se vaya tan al otro extremo, o con mayor participación de otros personajes conflictivos.
Lo que pasa es que en la primera parte la autora se jugó con todo, metiéndose mucho en la parte perversa de la mente de los personajes. Entonces la segunda mitad queda casi aniñada y el conflicto final, que es importante, con poco desarrollo.
Pero vale. Me movilizó. A pesar de las perversiones es sensual.
Pienso que es ideal para las que les gusta la histórica pero están medio aburridas de leer siempre lo mismo.
Besos