sábado, 10 de octubre de 2020

Crítica: “Cautivo de mis deseos”, de Johanna Lindsey

 

Una de piratas, más o menos




 

DATOS GENERALES

Título original: Captive of my desires

Género: histórica

Fecha de publicación original en inglés: junio de 2006

Páginas: 440

Parte de una serie: The Malory-Anderson Saga (Los Malory) #8

 

1.ª edición en España

Traductora: Ana-Isabel Domínguez Palomo

Edición: 6/2007, B (Ediciones B)

Páginas: 352

Col. Amor y aventura

 

SINOPSIS (de Qué libro leo)

La popular autora nos propone una nueva aventura protagonizada por los incomparables Malory, que nos llevará del privilegiado mundo de los aristócratas ingleses a las búsquedas de tesoros perdidos en el Caribe. Drew Anderson, un encantador sinvergüenza, por fin conoce a la horma de su zapato cuando James Malory presenta en sociedad a la hija de su viejo amigo pirata...

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

No estaría entre las mil mejores. Ahora la tengo en mi lista más allá del puesto 3.000. O sea, es una de esas novelas que están bien sin ser de lo mejor. En el Top 1000 de RomanceNovels.Me apareció la 160. Tengo la impresión de que ha gustado especialmente en España. Aparece entre las favoritas con temática pirata, como en El rincón de la novela romántica. Y luego en el blog Sin libros no soy nada le ponen un 7 que, en la forma de valorar de esa página, es lo máximo.

 

CRÍTICA

Buscando en mis baldas una novela de Johanna Lindsey que comentar aquí, me encuentro, en inglés, rústica, Captive of my desires. Veo que como datos de edición Reino Unido, 2007.

Es razonable suponer que la leí en su momento hace trece años. Pero como ya he dicho aquí repetidas veces, soy incapaz de recordar uno solo de los argumentos de las novelas de Lindsey que he leído a lo largo de mi vida. Así que ha sido como leerla de nuevo.

Lo bueno de Lindsey es que no importa que estuviera ya publicando en el siglo XXI. Ella seguía a lo suyo, cultivando ambientaciones ya vistas en la old skool y que no son frecuentadas por las autoras recientes.

Es lo bueno y también lo malo, dependiendo de que la cosa le saliera bien o un pestiño.

¿Qué hay más tradicional en romántica que una de piratas?

Comenzamos con la heroína, Gabrielle, perdiendo a su madre, una señora de buena familia con un marido que hace pocas apariciones por la isla de Gran Bretaña. Ambas creyeron, de toda la vida, que este ausente papá se dedicaba a eso del comercio marino.

Así que es toda una sorpresa lo que espera a Gabrielle cuando se marcha a vivir con su padre a una isla tropical. Viaja así a lo que hoy es el estado de San Cristóbal y Nieves, sí, uno de esos sitios que solo conoces cuando en el instituto te tienes que aprender los países del mundo y cada una de sus capitales. En este caso, os lo digo: Basseterre.

Aunque su padre se dedica sobre todo a la caza del tesoro, lo cierto es que ha vivido como pirata toda su vida, algo que consiguió ocultar a su esposa y su hija. Con su tripulación de hombres con nombres ficticios e incluso un loro que suelta inconveniencias.

Sin embargo, allí Gabrielle descubrirá que le encanta el sol, el calor, la isla, las aguas transparentes, montar a caballo, navegar con su padre en busca de tesoros…

En el plan de Gabrielle está el casarse, pero no parece haber un candidato adecuado en las Antillas. Así que su padre la manda a Londres, a casa de un antiguo conocido, James Malory, para que le ayude a pescar marido.

Ahí entramos en una fase «Regencia de salón», aunque como calculo que más o menos se desarrolla en torno a 1825, ya no es propiamente dicha la Regencia inglesa, pues Jorge IV ya había subido al trono. Gabrielle hace sus rondas por salones, fiestas, el teatro, y algún paseo por el parque, en busca de un candidato a su corazón.

Confía en encontrar a alguien que le permita, al menos en parte, vivir en el Caribe, y no en esta fría Inglaterra donde todos son tan pálidos que parecen enfermos.

A ella quien le entra por el ojo es Drew Anderson, hermano de Georgina, casada con James Malory. Es un capitán de barco, estadounidense, cuyo atractivo no es solo una tez morena sino un cuerpo de infarto.

Lo que pasa es que este muchacho tiene una novia en cada puerto, y no tiene la menor intención de casarse. No. Nunca jamás.

Chocan desde el principio, a pesar de lo mucho que se gustan el uno al otro. Pero, así como Gabrielle estaría dispuesta a perdonarle un poco su mal humor si se casara con ella, Drew no piensa en absoluto más que un revolcón. Como la sabe hija de un pirata, está convencido de que no es virgen.

Es una de esas cosas irritantes de la romántica tradicional: si una mujer es virgen, es intocable, pero si no lo es, entonces puedes intentar seducirla usando todas las armas, incluido emborracharla, con tal de acostarse con ella y luego si te he visto no me acuerdo.

Más tarde, la novela va por otros derroteros, aventuras marinas en el barco de Drew que, como ocurre en la segunda mitad del libro, no voy a entrar en detalles.

Es una de esas novelas de amor y aventuras bastante entretenida. Se deja leer. Hay tensión mantenida porque tú ves que estos dos se desean y acabarán enamorándose el uno del otro, a su pesar. Pero tampoco es que de mucho más de sí. 

Aparte de algún beso al que Gabrielle contribuye de lo más entusiasmada, habrá aquí poquitas escenas explícitas, y más al final del libro, como suele ser el esquema habitual de la romántica histórica de toda la vida.

Y sí, nuevamente lo del consentimiento es… ¿dudoso? No, directamente una violación cuando él se pone a follar el cuerpo dormido de Gabrielle, quien piensa que está soñando. Que luego ella despierte y diga que de perdidos al río, no absuelve a Drew, a mi modo de ver. Pero claro, es algo ya que te estás esperando en este tipo de novela que ya ni te importa.

Está para pasar un buen rato. Luego la olvidas a los dos segundos, porque es una más de piratas de las que Lindsey parece ser especialista.

Eso sí, tienes que suspender mucho la incredulidad, porque la Lindsey es así, te mete cosas improbables, casualidades, suertes y chiripas. Sabes que es histórica por cómo visten, pero no esperes ninguna reconstrucción medianamente verosímil de la realidad histórica.

Entre tanto Malory y tanto Anderson, llama la atención en esta novela un secundario llamado Richard, pirata del padre de Gabrielle, que se hace pasar por francés pero que en Inglaterra sabe muy bien fingir ser un aristócrata. Por lo visto, es el protagonista de una enemies to lovers, Enemigos perfectos (2010), la 10.ª de la serie, que debe ser más o menos como esta, de mediano atractivo.



Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: quienes quieran una de piratas de toda la vida.

Otras críticas de la novela:

En español, ya he comentado que le dan lo máximo en Sin libros no soy nada, que adora estos libros

Mia L. Castelo, en Anika entre Libros, considera esta novela divertida, ligera y relativamente floja

En El rincón de la novela romántica hay tres críticas, todas positivas, aunque sin darle lo más. 

Paso al inglés.

A pesar de ser una novela ya del siglo XXI, me ha resultado difícil encontrar alguna crítica de ella. Es como si estas grandes escritoras, una vez que alcanzan un nivel, ya no son merecedoras de atención por las páginas habituales de romántica, y es, a mi modo de ver, una pena.

All About Romance sí que la comentó, y la pusieron una B-

En Historical Novels Society consideran que es libro más para fans de la saga Malory, pero que la historia requiere una extraordinaria suspensión de la [incredulidad] si te quieres creer el romance. 

Como no he encontrado más, os dejo los enlaces a Good Reads y Amazon, donde a día de hoy tiene: Good Reads, 4.05 estrellas y Amazon, 4.6 estrellas

2 comentarios:

  1. Hola!!
    Otra de las muchas novelas que tengo por casa sin haber leído. No sé, leí muchos de ella cuando era más joven y llegó un momento en que sus protagonistas no eran muy de mi gusto y la dejé de lado. Me tengo que volver a animar con ella, ahora en diciembre es autora del reto rita, quizás sea la oportunidad de quitarme todos sus pendientes
    Un besote

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    1. Pues esta lo puedes intentar, porque es entretenida. Este año me he forzado a leer una de Lindsey por mes y bueno, sigue sin entusiasmarme, pero alguna distrae bien. Pero vamos, que no creo que sea muy del gusto actual. Me intriga a ver qué dice la gente en diciembre; leeré encantada los comentarios del reto RITA.

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