La familia (que no siempre es la de sangre) va
de estar ahí cuando te necesiten
DATOS GENERALES
Título original: Sass
Subgénero: contemporánea
Fecha de publicación
original en inglés: 2022
Parte de una serie:
Style #3
Páginas: 359
SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Durante dos años he mantenido a Leon
Steadman a una distancia segura, desde la noche en que me rechazó de manera
radical y con almibarada desaprobación. Peor para él. El mundo está lleno de
hombres sexis. «Un rollo y ya» es simplemente un uso eficiente de mi tiempo. O lo
sería si no hubiera estado deseando, desde entonces, a este hombre grande como
una montaña, irritante, crítico y hermoso.
Cuanto menos vea a Leon, mejor. Ya es bastante malo es que su negocio de
tatuajes esté al lado de Flare, la tienda de moda que dirijo, y que sea amigo
de mi jefe. Pero ahora también vive en un apartamento encima de la tienda. Cada
vez que me doy la vuelta, Leon está ahí. En mi tienda. En mi espacio. Jugando
con mi cabeza. Ser todo agradable y encantador y actúa como si no fuera el
idiota más grande del mundo, después de todo.
Bueno, no quiero ni necesito las disculpas de Leon. Pero, si pudiera
tenerlo, aunque solo sea una vez, podría poner fin a este hambre ridículo hambre
que se enciende cada vez que lo veo.
Sí, ya te hablaré de cómo va esto.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Acaba de salir, como quien dice, así que no sé cómo la van a valorar.
CRÍTICA
Me gusta Jay Hogan, y estando en
Kindle Unlimited, no puedo perder la oportunidad de cerrar la serie Style.
Aquí vemos la historia de
Christopher (26), que trabaja para Rhys en Flare, su tienda y marca de moda
entre los gais con estilo. Se ha visto que es un tipo de lo más sassy, es decir, con una lengua viperina
y más púas que un erizo.
Todo el mundo le llama Kip. ¿Todos?,
¡no!
El guapetón dueño del
establecimiento de tatuaje de al lado, Leon Steadman (35) le llama Christopher
o Chris. Algo que sabe que a Kip le irrita particularmente.
Estos dos tuvieron un encontronazo
hace un par de años. Kip le tiró los tejos para un rollo de una noche, y Leon
le rechazó.
¿Por qué? ¿Es que acaso no le gusta?
¡¡¡No!!!
Le gusta, y mucho, pero es que Leon
aspira a otra cosa en la vida. Ya tuvo su época en que su cama era más
frecuentada que la estación de Sol.
Ahora, aspira a una relación
estable, casa, matrimonio, niños, todo el plan, mientras que Kip es un espíritu
libre que nunca repite.
La cosa es que desde entonces, Chris
(Kip para todos salvo él) no le da ni los buenos días. Ni permite a Leon
explicar el porqué de su rechazo.
Las cosas entre ellos se ponen más
calentitas cuando Rhys se va de viaje y Chris asume el rol de director de su
empresa, con mayor implicación. Por su parte, Leon ha cambiado de casa y como
aún no puede entrar en su nuevo domicilio pasa un tiempo en el apartamento de
Alec y Hunter, encima de Flare.
Sí, son los protagonistas de las
entregas anteriores de la serie.
La cosa es que esta proximidad da una oportunidad a Leon para explicarse. Aunque Kip está muy decidido a mirarle por encima del hombro y lanzarle todas las invectivas que se le ocurran, Leon sigue gustándole.
Pero ambos sostienen su
postura de partida: uno quiere algo estable y otro no repetir jamás compañero
de cama.
Mis novelas de tres estrellas son
esas que están bien, que las disfrutas cuando las lees. Pero que si pasas, y no
la escoges como tu próxima lectura, tampoco te pierdes gran cosa, porque no le
encuentro nada especial.
Es lo que me pasa con esta historia. Es Jay Hogan, es decir, más de lo mismo:
... Un tipo tranquilo, cachas y tatuado, bi, muy masculino,
... Y otro muy sassy, pizpireto y más… ¿amanerado?
La cosa es que sube del nivel del
tópico porque consigue que sean personajes que te conmueven por sus problemas
familiares. A mí, en algún momento, me pusieron un nudo en la garganta.
Leon tiene que su hermana gemela
murió en un accidente y se siente culpable, mientras que Kip lleva años
separado de su familia porque se portaron con él fatal.
Esa es la principal lección de esta
historia, que en cierto momento me cuentan.
Esto de la familia se trata de estar
allí para alguien cuando realmente lo necesita, ¿verdad? Ahí es cuando cuenta. Solo que familia no es únicamente la de sangre, sino también la que te creas con tus amigos y amados.
Lo suscribo. En mi experiencia, los
parientes hay veces que no te hacen ni caso cuando estás mal. Y quien realmente
te apoya son amigos, compañeros de trabajo, otra gente que entienden lo que te
ocurre y te echan una mano.
Otra cosa buena es que admiten que
las perturbaciones emocionales lo que requieren no son mimitos, sino atención
de profesionales. En un momento determinado, Leon se sincera sobre ciertas
cosas, y le pregunta a Chris y este
contesta de fábula:
No me preguntes. No soy terapeuta.
Luego le da su opinión pero al final
tanto uno como otro, en determinados momentos difíciles, recurren a terapia. En
cierta ocasión le escuché a un psicólogo (o psicóloga, no lo recuerdo bien) que
deberíamos hacer como con el coche, que lo llevamos al taller en cuanto hay
algo que no suena bien.
Pues eso, que no esperemos a tener
depresión profunda, o fobias o ansiedad tremenda para ir al psicólogo o al psiquiatra. En cuanto notemos que
algo no ajusta bien, recurramos a los profesionales.
Aparte de eso hay otra curiosidad.
Un personaje secundario de esta serie es Drew, chico transexual y gay, y con él
te ejemplifican estos problemas en los que la gente no caemos. Aquí te cuentan
la dificultad que tienen para encontrar ropa chula. Tienen el problema que hay
que ocultar los signos femeninos, las caderas anchas, los tobillos finos, los
pechos que tienen que llevar apretados… y claro, acabas con ropa de tallas
grandes que no te sientan bien ni te hacen sentir sexi. Y también la ropa
interior, claro.
Acabo con otra cosa que me llamó la atención. Lo que es pedir perdón cuando has hecho daño a alguien. Entonces me acordé de cómo describía Leon una auténtica disculpa. Sin condiciones. Sin manipulación. Y responsabilizarse.
Cuando te disculpas no se trata solo de expresar eso. No. Te tienes que hacer cargo y procurar curar o reparar el daño. Lo que no puedes esperar es que el otro te perdone sin más, sin condicionarlo a nada, ni
manipulando para que al final «el pobrecito, qué pena» sea el agresor y no la
víctima.
Contado en primera persona dual.
Como me ocurre prácticamente siempre, me pareció indistinguible al voz de un
protagonista respecto a la del otro y respecto a los otros cientos de
personajes que pueblan el género en los últimos años. Es como si todos los
libros los escribiera la misma autora y los personajes fueran solo uno, disfrazado,
aquí pasando por un par de gais neozelandeses.
Valoración personal: bien, 3
Se la recomendaría a: quienes gusten de historias contemporáneas con chicos guapos y majos.
Otras críticas de la novela
No he encontrado críticas de este libro en español. Paso a lo que he
encontrado en inglés, que en general ha gustado.
Xtreme delusions, 5 corazones.
BFD Book Blog, 5 estrellas.
Bayou Book Junkie, 5 estrellas.
Love Bytes, 4.25 corazones.
Joyfully Jay, 4 estrellas.
All About Romance, B+.
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