miércoles, 25 de mayo de 2016

Crítica: “Flirting with Pride & Prejudice”, Jennifer Crusie (editor)


Una mezcla de ensayo y ficción bastante irregular.
Leído en kindle


DATOS GENERALES

Título original: Firting with Pride & Prejudice
Subgénero: ensayo
Editado por Jennifer Crusie con Glenn Yeffeth

Fecha de publicación original en inglés: 2005
Editorial: Benbella Books, Inc.

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS

“Flirteando con Orgullo y Prejuicio: nuevas perspectivas sobre la obra maestra chick-lit original”

Una de las novelas más amadas de la dicción, este clásico del siglo XIX sigue capturando los corazones de los lectores contemporáneos con sus ideas del matrimonio, las citas y el romance. Autores destacados en el tema de la literatura de mujeres y el romance hacen sus contribuciones en esta refrescante colección de artículos sobre toda ella, desde el escandaloso matrimonio de Lydia con George Wickham hasta la casa de los Bennett, dominado por las mujeres, y el énfasis que se pone en el cortejo y el matrimonio. Entre los autores que han contribuido a esta obra, se encuentran Jo Beverly, Alesia Holliday, Mercedes Lackey, Joyce Millman y Jill Winters. La compilación es un excelente acompañamiento tanto para aquellos que son nuevos en Jane Austen como los muy versados austénfilos.

CRÍTICA

Jennifer Crusie, cuyo nombre aparece en la portada, es mera editora, o sea, que me imagino que se dedicó, principalmente, a presentar el material y darle un orden.

Ensayos

Me interesó bastante la primera parte, que son ensayos.

Does this petticoat make me look fat? de Beth Kendrick, explora el “tenerlo todo” en la época de Jane Austen y en la actualidad, esa obsesión de la mujer de toda época por hacer mucho, hacerlo bien y que, encima, parezca que es sin esfuerzo:

¿De dónde surge este ardiente impulso interior por ser perfectas? ¿Por qué es tan importante ocultar las debilidades y hacer siempre que parezca fácil? Propongo que hoy en día, lo mismo que en la época de Austen, la carga de sostener el “nombre de la familia” pesa más sobre las mujeres que sobre los hombres debido a que las mujeres tienen un margen de error mucho más estrecho.

En A Little Friendly Advice, Jennifer O’Connell, partiendo de la actitud de Elizabeth con su amiga Charlotte y el matrimonio con el señor Collins, se pregunta por qué los amigos no te advertimos que ibas a vas a casar con un cretino.

High-Class Problems de Laura Caldwell, habla de que en realidad este libro va de “los problemas de la clase alta” o media,... es decir, inanidades si te pones a compararlos con las realidades duras de la mayor parte de la gente.

A World at War de Lawrence Watt-Evans se pregunta por qué hay tan pocas referencias a la guerra en la época de Austen, cuando a lo largo de los años de su composición, el Reino Unido estaba inmerso en las Guerras napoleónicas.

Jo Beverley, en Gold Diggers of 1813, analiza el aspecto económico: qué significaban en realidad las rentas de Bingley y Darcy, cómo las mujeres viudas o solteras de la familia podían ser un verdadero lastre en las finanzas familiares, qué significaba que la señora Bennett y sus hijas viviesen del interés de una renta de cinco mil libras (alrededor de 250 libras al año)…

Para Elisabeth Fairchild (Any Way You Slice It), el secreto de la novela radica en su estructura de “cebolla” tratando una y otra vez el mismo tema: las “Primeras impresiones” engañosas. No sólo los personajes se hacen una idea equivocada de los demás; también el propio lector recibe una imagen errónea de los personajes.

Adam Roberts firma Jane Austen and the Masturbating Critic, un dialogo entre un profesor universitario y una lectora apasionada de Austen. Confronta el placer simple que siente el lector medio de Jane Austen, con los sesudos análisis que los estudiosos escriben en un lenguaje críptico. No es la primera vez que leo este reproche: hace más de 50 años, los estudios de los eruditos los podía comprender cualquier lector de cultura media, mientras que los más recientes son absolutamente ininteligibles. También apunta al efecto túnel: cada cual ve sólo lo que le interesa. Si uno es experto en, digamos, colonialismo, leerá la obra de Jane Austen sólo desde ese prisma, lo cual está a años luz de lo que el lector normal ve en esa obra.

Shanna Swendson (The Original Chick-Lit Masterpiece) defiende la idea de que en realidad Orgullo y prejuicio no es el origen de la novela romántica, sino del chick-lit, porque la novela va más sobre “el crecimiento de Lizzy como persona que sobre su relación con Darcy. Darcy permanece fuera de escena la mayor parte del libro, entrando sólo en la vida de Lizzy en determinados momentos clave”.

De Plenty of Pride and Prejudice to Go Around, escrito por Lauren Baratz-Logsted, me quedo con la idea de que Lizzy es mucho mejor heroína que sus sucesoras chick-lit. Segura de sí misma, con ideas claras y sin preocuparse demasiado por su apariencia física, mientras que Bridget Jones et cie son torpes, inseguras y se obsesionan con su peso, su apariencia, los tacones,… Todo un paso atrás si se las compara con Lizzy.

El cine

Luego pasamos al cine. Jennifer Coburn (Elizabeth… On the Roof) busca paralelismos y contrastes con El violinista en el tejado. Laura Resnick (Bride and Prejudice) comenta la versión Bollywood de la historia. Sarah Zettel (Times and Tenors) se centra en qué se mantiene y qué se cambia en las versiones cinematográficas de esta historia y lo que eso revela de quienes hacen las películas. Por ejemplo, los dos factores dominantes en la vida de los Bennett son la clase y el dinero, siendo decisivo esto último. Pues bien, en las pelis se enfatiza sobre todo lo primero, pues buscan reforzarse como sociedad democrática burlándose del clasismo británico y reforzando la idea de que cualquiera puede tener dinero suficiente si se esfuerza en ello.

Teresa Medeiros explora por qué nos resulta atractivo del señor Darcy, nos menciona su fase RCO (Russell Crowe Obsession) cuando se bajó más de 350 fotos “del enigmático actor en menos de un mes” y concluye que estos héroes nos gustan porque no se revelan cómo son más que poco a poco y al final resultan ser todo lo que soñamos que fueran.

Lani Diane Rich retrata una obsesión por Colin Firth en el papel de Darcy (no él en cualquier otro papel, ni Darcy interpretado por otros). “Es una verdad universalmente aceptada que cualquier mujer que haya visto la versión de Orgullo y prejuicio de la BBC se desmayará al ver la escena del lago…Un Colin húmedo, al que le dijeron que interpretara la escena como si tuviera una erección. Con eso está dicho todo”.

Ficción

La segunda mitad del libro son relatos cortos inspirados por Orgullo y prejuicio. Puedes encontrar la historia de amor de Georgiana, la hermana de Darcy, o que te relaten todo el argumento en formato de reality-show televisivo. Me interesó mucho menos, y no encontré ninguno particularmente recomendable.

En conjunto, es una lectura amena, pero que se queda corta.

Recomiendo este libro especialmente a austenitas de pro a quienes no les importe leer y releer sobre Colin Firth y su camisa mojada. El resto, podéis pasar de él.


P.D.: Una de las escritoras que contribuyó a este libro Jo Beverley, ha fallecido recientemente (el 23 de mayo de 2016). Sus compañeras y amigas las Word Wenches le han dedicado un conmovedor artículo. Sit tibi terra levis.

2 comentarios:

  1. Si te gustó la primera parte, con los ensayos, te recomiendo un libro que se llama What Matters in Jane Austen?, escrito por John Mullan.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me apunto la recomendación encantada.
      Siempre estoy buscando ensayos (sobre literatura, o ciencia, o política) que, como lectora normal, pueda disfrutar y entender. Los muy académicos suelen escapar de mi comprensión.
      Así que agradezco sugerencias como la que tú me haces. ¡Gracias!

      Eliminar