Cierre de la serie Society of Gentlemen, con la
historia de Lord Richard Vane y su sirviente, el “titiritero” David Cyprian.
DATOS GENERALES
Título original: A Gentleman’s
Position
Subgénero:
histórica / 1820
Fecha de
publicación original en inglés: abril 2016
Parte de
una serie: A Society of Gentlemen #3
SINOPSIS (tomada de la página web de la autora)
Dentro de un grupo de amigos excéntrico, aunque con principios estrictos, Lord Richard Vane es el confidente del
que todos dependen para pedir consejo, modelo de rectitud moral y discreta
ayuda. Pero cuando Richard tiene un problema, a quien recurre es a su ayuda de
cámara, un auténtico “arreglador” de genio sin igual, y objeto de los deseos
más profundos de Richard. Si hay una regla que todo caballero debe seguir es “no
tontear nunca con el servicio”. Pero cuando David está tan cerca que se pueden
tocar, las reglas de clase chocan con el instinto animal más básico: una
lujuria abrumadora.
Para David Cyprian, robar y
extorsionar son tareas tan cotidianas como limpiar el calzado: lo que haga
falta para el hombre al que está dedicado totalmente. Pero hay una cosa que
quiere para sí mismo, y es justo lo que Richard rechaza entregarle: su corazón.
Con la tensión entre ellos creciendo hasta convertirse en algo insoportable, el
aparentemente incorruptible amo de David no le ha dejado elección. Poniendo en
práctica sus afinadas habilidades de seducción y manipulación, convencerá a Richard
para que olvide todas sus bien intencionadas objeciones y se entregue a una
pasión dulce pero pecaminosa.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica?
De momento, no porque acaba de salir cuando hago esta crítica. Pero
entra dentro de lo bueno, estoy segura. De momento, ya ha tenido una crítica DIK A en All About Romance.
CRÍTICA
A Seditious Affair era tan increíble, que difícilmente
la siguiente novela de la serie podía estar a su altura. Y no lo está, pero es tan buena, al
menos, como la primera.
Recordemos: “Sociedad
de caballeros”. Inglaterra, 1820. Los Ricardianos, jóvenes aristócratas que se
ayudan y protegen los unos a los otros. Falta les hace, ya que la sodomía era
considerada un delito merecedor de la horca.
El “jefe” del
grupo, al que todos recurren en caso de necesidad, es Richard, un hombre
incapaz de negar su ayuda a quien la necesite. Tuvo su gran historia de amor,
hace años, con Dominic (uno de los protagonistas de A Seditious Affair) pero rompieron porque era incapaz de entender
sus gustos sexuales. Para él, el sexo sin amor no tiene mucho sentido, y aspira
a tener un compañero, un aliado, no sólo un amante. Resultado: lleva tiempo en
dique seco.
No ayuda nada,
claro, que el objeto de sus deseos sea David Cyprian, su ayuda de cámara y
“titiritero”. Es Cyprian quien, realmente, resuelve los problemas del grupo,
recurriendo al robo, la extorsión, el soborno, la mentira,… Asigna a cada noble
el papel que en cada momento sea preciso. Fue director y guionista de la charada
que salvó al radical Mason en el libro anterior.
Pero para
Richard, profundamente clasista, es impensable tener una relación amorosa con
David. Por responsabilidad: no concibe que David, empleado suyo, pueda
aceptarle libremente, pues su puesto de trabajo estaría en juego, así que nunca
sabría si realmente lo querría a él o no.
David, tan
manipulador en otros campos y de escasos escrúpulos, justo en esto no resulta
tan lúcido. Le ciega la pasión: lleva años enamorado de Richard. Llega un
momento en que se impacienta y quiere dejar de marear la perdiz; actúa, por una
vez, sin pensar en las consecuencias. Aquello acaba en desastre.
Richard tendrá
que aprender que David es capaz de decir “no”, de manera que no debería dudar
cuando le diga que “sí”. Además, aunque él se horrorizaría de ser un criado, lo
cierto es que David siente orgulloso en ser quien es, de su trabajo como ayuda
de cámara y mano derecha del jefe, y le decepciona profundamente que Richard lo
encuentre humillante.
La tensión
entre estos dos personajes pasa, pues, por la aceptación mutua, por ver las
cosas como el otro las ve, y no intentar decidir por otro. La parte
erótico-festiva es muy de agradecer; nada “rarito” como los violentos Mason y
Dominic, pero no deja de ser sexo explícito, así que… no, no es apta para
menores.
Este libro lo leí
en abril, nada más salir. Es de esos libros comprados por adelantado y apareció
mágicamente en mi Kindle.
Vino precedido
de un capítulo suelto que cronológicamente tiene lugar en el anterior, “A
Confidential Problem”, un interludio corto disponible sólo para los que estamos
suscritos a su newsletter. Pero tampoco es preciso para entender nada
de la historia.
La lectura de A Gentleman’s Position coincidió con un
experimento mío que hice, que llamo “maratón a la española”: leer las novelas
románticas españolas que tengo pendientes, en busca de una que sea mi TBR
Challenge de mayo. No sé si hablaré de ello aquí algún día. Lo que sí es cierto
es que, por contraste con algunas de ellas, he comprendido un poco mejor por
qué me gustan novelas como las de KJ Charles y se me hacen tan cuesta arriba
tantas de las nacionales.
El género
romántico tiene como punto relevante de la historia el conflicto entre dos
personas que se aman y desean, pero que encuentran obstáculos que impiden un
final feliz inmediato. Como toda narración, te tiene que atrapar, y con una
historia amorosa sola no construyes una novela larga. Un harlequín, sí, por
supuesto, cien páginas que pueden ser perfectas, pero nada más. El argumento ha
de enriquecerse con subtramas que lleven adelante la historia, relacionadas con
la familia, o los negocios, o un asesinato, o una boda que planear, lo que sea
que te de datos interesantes que el lector desconoce y mantenga su interés. No puedes
hacer una novela sólo sobre dos personas que no pueden estar juntas. Si no
tienes otros hilos conductores de la historia, tiendes a llenar páginas con
cansinas descripciones de los sentimientos, las dudas, los pensamientos de los
personajes, olvidando la regla elemental de cualquier narración, “show, don’t tell”, y rematando la faena
con interminables declaraciones de amor que vuelven a contarte la novela toda
otra vez.
KJ Charles es
un ejemplo paradigmático de lo que yo pienso que debe ser una novela romántica.
Primero, las
dudas y los sentimientos y la evolución psicológica de los personajes, están
ahí, pero no nos la cuenta, nos la enseña, a través de actos, ademanes, a
veces una simple mirada o una mano que se corta en mitad de un gesto.
Segundo, te
mete otras cositas, otros problemas diferentes, como por ejemplo en este caso,
una extorsión y la amenaza de que enjuicien a alguien por sodomía o por
traición, y de qué manera el habilísimo David Cyprian monta toda una historia,
manipulando a todo quisque, para que las cosas acaben como él quiere, con
Richard y él felizmente juntos y todos los amigos y familiares a salvo.
Tercero, la
ambientación: esta historia ocurre en un determinado momento y lugar, la
Inglaterra de la Regencia, con sus tensiones de clase, la pobreza, la profunda
injusticia social.
Pero yo
subrayaría algo que va más allá de una mera ambientación lograda. Los
personajes resultan creíbles dentro de ese marco histórico. Piensan, sienten y
actúan de determinada manera porque viven
en esa época. Si vivieran en otro lugar, o en otro momento histórico, ellos
serían diferentes. Sus conflictos serían otros. Su forma de reaccionar,
distinta.
Esto me parece extraordinariamente
difícil de lograr en una novela histórica, en particular en lo referente a la
mentalidad de los personajes. Tal como yo lo veo, pocas novelistas de romántica
lo consiguen. Laura Kinsale es, creo yo, la mejor en este sentido. Cecilia
Grant o Courtney Milan, a veces, dan en este mismo blanco.
Claro que es
sólo mi gusto personal. Si esta novela no logra la máxima puntuación es porque
la comparo con la superlativa A Seditious
Affair.
Valoración personal:
notable, 4
Se la recomendaría a:
aficionados a la novela romántica histórica con toques de realismo social y
político.
Otras críticas de la novela:
Las críticas que pongo son en inglés, porque no he encontrado a otra
lectora o lector que haya hecho críticas en español. Las que he encontrado en inglés
son todas estupendas.
Ya he comentado arriba que All About Romance la consideró "libro para llevar
a una isla desierta", DIK A.
Ellie Reads Fiction, 5 estrellas.
Binge On Books
considera que es “A gorgeous conclusion
to a stunning historical queer series!” y que no se le ocurre nada que pueda
no gustarte en este libro, excepto si no te va la novela romántica histórica
gay pero entonces, ¿qué haces leyendo esto?
Stevie en
The Good, the Bad and the Unread,
una A.
Finalmente, Mandi, en SmexyBooks le da una B+ y dice que es su primer libro de KJ
Charles, pero que no será el último.
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