lunes, 16 de mayo de 2016

Crítica: “A Gentleman’s Position”, de KJ Charles



Cierre de la serie Society of Gentlemen, con la historia de Lord Richard Vane y su sirviente, el “titiritero” David Cyprian.

DATOS GENERALES

Título original: A Gentleman’s Position
Subgénero: histórica / 1820

Fecha de publicación original en inglés: abril 2016

Parte de una serie: A Society of Gentlemen  #3

SINOPSIS (tomada de la página web de la autora)

Dentro de un grupo de amigos excéntrico, aunque con principios estrictos, Lord Richard Vane es el confidente del que todos dependen para pedir consejo, modelo de rectitud moral y discreta ayuda. Pero cuando Richard tiene un problema, a quien recurre es a su ayuda de cámara, un auténtico “arreglador” de genio sin igual, y objeto de los deseos más profundos de Richard. Si hay una regla que todo caballero debe seguir es “no tontear nunca con el servicio”. Pero cuando David está tan cerca que se pueden tocar, las reglas de clase chocan con el instinto animal más básico: una lujuria abrumadora.

Para David Cyprian, robar y extorsionar son tareas tan cotidianas como limpiar el calzado: lo que haga falta para el hombre al que está dedicado totalmente. Pero hay una cosa que quiere para sí mismo, y es justo lo que Richard rechaza entregarle: su corazón. Con la tensión entre ellos creciendo hasta convertirse en algo insoportable, el aparentemente incorruptible amo de David no le ha dejado elección. Poniendo en práctica sus afinadas habilidades de seducción y manipulación, convencerá a Richard para que olvide todas sus bien intencionadas objeciones y se entregue a una pasión dulce pero pecaminosa.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica?
De momento, no porque acaba de salir cuando hago esta crítica. Pero entra dentro de lo bueno, estoy segura. De momento, ya ha tenido una crítica DIK A en All About Romance.

CRÍTICA

A Seditious Affair era tan increíble, que difícilmente la siguiente novela de la serie podía estar a su altura. Y no lo está, pero es tan buena, al menos, como la primera.

Recordemos: “Sociedad de caballeros”. Inglaterra, 1820. Los Ricardianos, jóvenes aristócratas que se ayudan y protegen los unos a los otros. Falta les hace, ya que la sodomía era considerada un delito merecedor de la horca.

El “jefe” del grupo, al que todos recurren en caso de necesidad, es Richard, un hombre incapaz de negar su ayuda a quien la necesite. Tuvo su gran historia de amor, hace años, con Dominic (uno de los protagonistas de A Seditious Affair) pero rompieron porque era incapaz de entender sus gustos sexuales. Para él, el sexo sin amor no tiene mucho sentido, y aspira a tener un compañero, un aliado, no sólo un amante. Resultado: lleva tiempo en dique seco.

No ayuda nada, claro, que el objeto de sus deseos sea David Cyprian, su ayuda de cámara y “titiritero”. Es Cyprian quien, realmente, resuelve los problemas del grupo, recurriendo al robo, la extorsión, el soborno, la mentira,… Asigna a cada noble el papel que en cada momento sea preciso. Fue director y guionista de la charada que salvó al radical Mason en el libro anterior.

Pero para Richard, profundamente clasista, es impensable tener una relación amorosa con David. Por responsabilidad: no concibe que David, empleado suyo, pueda aceptarle libremente, pues su puesto de trabajo estaría en juego, así que nunca sabría si realmente lo querría a él o no.

David, tan manipulador en otros campos y de escasos escrúpulos, justo en esto no resulta tan lúcido. Le ciega la pasión: lleva años enamorado de Richard. Llega un momento en que se impacienta y quiere dejar de marear la perdiz; actúa, por una vez, sin pensar en las consecuencias. Aquello acaba en desastre.

Richard tendrá que aprender que David es capaz de decir “no”, de manera que no debería dudar cuando le diga que “sí”. Además, aunque él se horrorizaría de ser un criado, lo cierto es que David siente orgulloso en ser quien es, de su trabajo como ayuda de cámara y mano derecha del jefe, y le decepciona profundamente que Richard lo encuentre humillante.

La tensión entre estos dos personajes pasa, pues, por la aceptación mutua, por ver las cosas como el otro las ve, y no intentar decidir por otro. La parte erótico-festiva es muy de agradecer; nada “rarito” como los violentos Mason y Dominic, pero no deja de ser sexo explícito, así que… no, no es apta para menores.

Este libro lo leí en abril, nada más salir. Es de esos libros comprados por adelantado y apareció mágicamente en mi Kindle.

Vino precedido de un capítulo suelto que cronológicamente tiene lugar en el anterior, “A Confidential Problem”, un interludio corto disponible sólo para los que estamos suscritos a su newsletter. Pero tampoco es preciso para entender nada de la historia.

La lectura de A Gentleman’s Position coincidió con un experimento mío que hice, que llamo “maratón a la española”: leer las novelas románticas españolas que tengo pendientes, en busca de una que sea mi TBR Challenge de mayo. No sé si hablaré de ello aquí algún día. Lo que sí es cierto es que, por contraste con algunas de ellas, he comprendido un poco mejor por qué me gustan novelas como las de KJ Charles y se me hacen tan cuesta arriba tantas de las nacionales.

El género romántico tiene como punto relevante de la historia el conflicto entre dos personas que se aman y desean, pero que encuentran obstáculos que impiden un final feliz inmediato. Como toda narración, te tiene que atrapar, y con una historia amorosa sola no construyes una novela larga. Un harlequín, sí, por supuesto, cien páginas que pueden ser perfectas, pero nada más. El argumento ha de enriquecerse con subtramas que lleven adelante la historia, relacionadas con la familia, o los negocios, o un asesinato, o una boda que planear, lo que sea que te de datos interesantes que el lector desconoce y mantenga su interés. No puedes hacer una novela sólo sobre dos personas que no pueden estar juntas. Si no tienes otros hilos conductores de la historia, tiendes a llenar páginas con cansinas descripciones de los sentimientos, las dudas, los pensamientos de los personajes, olvidando la regla elemental de cualquier narración, “show, don’t tell”, y rematando la faena con interminables declaraciones de amor que vuelven a contarte la novela toda otra vez.

KJ Charles es un ejemplo paradigmático de lo que yo pienso que debe ser una novela romántica.

Primero, las dudas y los sentimientos y la evolución psicológica de los personajes, están ahí, pero no nos la cuenta, nos la enseña, a través de actos, ademanes, a veces una simple mirada o una mano que se corta en mitad de un gesto.

Segundo, te mete otras cositas, otros problemas diferentes, como por ejemplo en este caso, una extorsión y la amenaza de que enjuicien a alguien por sodomía o por traición, y de qué manera el habilísimo David Cyprian monta toda una historia, manipulando a todo quisque, para que las cosas acaben como él quiere, con Richard y él felizmente juntos y todos los amigos y familiares a salvo.  

Tercero, la ambientación: esta historia ocurre en un determinado momento y lugar, la Inglaterra de la Regencia, con sus tensiones de clase, la pobreza, la profunda injusticia social.

Pero yo subrayaría algo que va más allá de una mera ambientación lograda. Los personajes resultan creíbles dentro de ese marco histórico. Piensan, sienten y actúan de determinada manera porque viven en esa época. Si vivieran en otro lugar, o en otro momento histórico, ellos serían diferentes. Sus conflictos serían otros. Su forma de reaccionar, distinta.

Esto me parece extraordinariamente difícil de lograr en una novela histórica, en particular en lo referente a la mentalidad de los personajes. Tal como yo lo veo, pocas novelistas de romántica lo consiguen. Laura Kinsale es, creo yo, la mejor en este sentido. Cecilia Grant o Courtney Milan, a veces, dan en este mismo blanco.

Claro que es sólo mi gusto personal. Si esta novela no logra la máxima puntuación es porque la comparo con la superlativa A Seditious Affair.

Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: aficionados a la novela romántica histórica con toques de realismo social y político.

Otras críticas de la novela:

Las críticas que pongo son en inglés, porque no he encontrado a otra lectora o lector que haya hecho críticas en español. Las que he encontrado en inglés son todas estupendas.

Ya he comentado arriba que All About Romance la consideró "libro para llevar a una isla desierta", DIK A.

Ellie Reads Fiction, 5 estrellas.

Binge On Books considera que es “A gorgeous conclusion to a stunning historical queer series!” y que no se le ocurre nada que pueda no gustarte en este libro, excepto si no te va la novela romántica histórica gay pero entonces, ¿qué haces leyendo esto?


Finalmente, Mandi, en SmexyBooks le da una B+ y dice que es su primer libro de KJ Charles, pero que no será el último.

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