jueves, 25 de junio de 2015

Crítica: "What I Did for a Duke", de Julie Anne Long



Prototipo de Regencia actual. Personajes interesantes, elevada sensualidad, escaso sentido de la época.
Avon, 2011

DATOS GENERALES

Título original: What I Did for a Duke
Fecha de publicación original en inglés: 2011
Subgénero: histórica - Regencia
Puesto en la lista AAR 2013: 13

Parte de una serie: 5.º de Pennyroyal Green

SINOPSIS

Durante años, Alexander Moncrieffe, duque de Falconbridge, ha sido objeto de temor, fascinación,… y fantasía. Pero todos los rumores perversos que ensombrecen la fama del duque, la alta sociedad sabe algo seguro: sólo los tontos se atreven a enojarlo. Y cuando Ian Eversea hace justo eso, Moncrieffe sabe cuál sería la venganza perfecta: seducirá a la inocente hermana de Ian, Genevieve Eversea, el único miembro de la familia a quien no ha alcanzado el escándalo. Conquistará su corazón y luego lo romperá.

Pero todo lo que encuentra en Genevieve es inesperado: la pasión que bulle bajo su frío control, el agudo ingenio templado por su bondad… Y aunque Genevieve ha oído los rumores sobre el oscuro pasado del duque, y sabe que si juega con él sería bajo su propia responsabilidad, un beso incendiario le abre un tentador mundo nuevo de extraordinaria sensualidad.


CRÍTICA

What I Did for a Duke (“Lo que hice por un duque”) es un título bastante desafortunado. Podrías pensar que es la historia de una joven capaz de cualquier cosa por matrimoniar con un duque. Nada más lejos de la realidad. Todo lo más, tendría que haber sido “Lo que hice con un duque”.

Estamos ante un Regencia bastante prototípico. El héroe, Alexander es duque (por supuesto), de mala fama, peligroso, súper guapo, alto y rico. Se rumorea que envenenó a su primera mujer, gana siempre a las cartas y va sobrado de duelos al amanecer. En fin, el calavera modelo, ya un poco entrado en años.

Su compromiso con la bella Lady Abigail se va al garete cuando la pilla en la cama con Ian Eversea. Podría pegarles un tiro allí mismo. Pero no, se complace en jugar al gato y al ratón con los pobres nervios de Ian durante el resto del libro.

Ojo por ojo. Seducirá a la hermana de Ian, y le romperá el corazón. Es decir, el planteamiento, bastante trillado de la venganza que se convertirá (cabe suponer) en amor.

Lo que ocurre es que el corazón de la joven Genevieve ya está roto. No tiene la menor intención de caer a los pies de este hombre que casi le dobla la edad.

La vida continúa. Genevieve tiene que fingir que todo sigue igual. Pero la tristeza la desgarra por dentro. Ama a su amigo de toda la vida, quien le acaba de decir que su interés está en otra parte. Sólo Alexander, interesado en seducirla, se da cuenta del estado de ánimo de la joven.

El libro transcurre en la mansión de los Eversea, con el duque intentando interesar a la Genevieve y lográndolo poco a poco. No encontrarás peripecia externa a los personajes. Tampoco una ambientación histórica merecedora de tal nombre; entra totalmente en la categoría de “fantasía pseudohistórica” sin el menor sentido de la época o de cómo son o eran los británicos de principios del siglo XIX. Un Regencia estándar de escritora estadounidense. O sea, todo parecido con la realidad es pura coincidencia. Pero estamos en Romancelandia, esas cosas se superan si –como es el caso presente- la historia te atrapa.

La trama avanza a través de las conversaciones, bastante francas, entre Alexander y Genevieve. Así se van conociendo y descubriendo que el otro no es lo que uno pensaba.

La tensión sexual se despliega poco a poco, incrementando el nivel de sensualidad progresivamente. Primero a través de conversaciones que evocan imágenes erótica de Venus y Marte (versiones del Veronés y de Botticelli).

Abro paréntesis. No está muy claro a cuál de las obras del Veronés podría estar refiriéndose en la que Marte parezca que acaba de darle placer de rodillas a una Venus desnuda. Posiblemente sea el Marte y Venus unidos por el Amor (1565-1570) del Museo Metropolitano de Nueva York.

El Venus y Marte de Botticelli es más fácil de identificar. 

Venus y Marte, h. 1483. Fuente: wikicommons


Más adelante, tiene cierto papel una Venus de Tiziano descrita claramente como la Venus del perrito, que en lugar de estar en los Uffizi, aparece en la casa del duque, fiel al espíritu saqueador de los ingleses atropalotodo. Pero puede que no. Pensemos que es una copia de su taller y todos tan contentos.

Tras las evocaciones artísticas del deseo, vienen los roces, y un beso en la oscuridad que anticipa otras noches dedicadas a los encuentros íntimos,… lo que culmina en una entusiasta escena de exceso amoroso. Este es, creo yo, el aspecto más logrado del libro. Lo que se queda en la mente del lector como rasgo característico. Me explico perfectamente por qué se consideró que tenía escenas sexuales de premio (fuera del subgénero específicamente erótico). Nada más terminar el libro, releí una de ellas, modelo –para mi gusto- de lo que debe transmitir. Como le leí a Jennifer Crusie, las escenas de sexo no son sobre sexo, eso es lo que hacen los personajes. Pero no es de lo que va la escena. Los personajes descubren algo sobre sí mismos y sobre el otro. Lo que son después del sexo no es lo mismo que eran al principio. Sirven para hacer avanzar la historia.

De haberse escrito hace treinta años, el calavera cercano a los cuarenta acosaría y abrumaría a la virginal damisela antes de caer rendido por su dulzura y bondad. Pero no, en 2011 eso no funciona: Alexander no se impone a la fuerza, sino que seduce. Hace nacer el deseo en su “víctima”, y deja que sea esta la que decida (más o menos) el qué y el cuándo.

Al final, se produce un momento de romanticismo en el que Alexander hace algo totalmente contra su propia naturaleza, para demostrar el amor que siente por ella. Nada demasiado público, ni explícito. Algo que ella comprenderá perfectamente. Dejando que sea Genevieve quien se dé cuenta (o no) de lo que él siente, de lo que ella siente y si quiere o no intentar la felicidad matrimonial con él.

Además de este estupendo puesto 13 en la lista AAR, ha logrado otras distinciones, en particular en la encuesta anual de la misma página web: al mejor romance histórico ambientado en el Reino Unido, mejores escenas amorosas (en un romance mainstream, es decir, no específicamente erótico) y mención honorable en la categoría de mejor romance de 2011.

Se nota que es parte de una serie. Mencionan cosas pasadas de las que tú no sabes nada. Te preguntas qué pasó con el desaparecido enamorado de Olivia, la hermana de la protagonista. Pero eso no afecta en sí a la historia de Alexander y Genevieve.

Al no estar traducido, lo he leído en inglés, digital. Prosa sencilla y vocabulario asequible, para quien se quiera animar.

Valoración personal: bueno, 3

Se la recomendaría a: los aficionados a las Regencias con nivel alto de sensualidad.

Otras críticas de la novela:

Aunque no está traducida, sí que hay crítica de esta novela en El Rincón de la Novela Romántica (obra de Wanda)

En inglés, RT Book Reviews, All About Romance, Dear Author, Not another romance blog, y Romance Reader at Heart. En Rakehell observan lo horrible del título. En general son todas críticas buenas. La máxima puntuación o casi. Es diferente la visión del Rosario’s Reading Journal: le dio una C, y no le falta razón en un par de cosas que señala. Una, que realmente el héroe nunca se plantea lo inmoral que era su venganza en una inocente. Dos, que la actitud de los protagonistas hacia el sexo es totalmente anacrónica.

Oikoa den bezala, la ficha en la fictiondb.

No hay otras novelas de Julie Anne Long en el Desafío AAR.

Esta autora sólo tiene tres títulos traducidos al español. Los libros suyos de los que he visto mejores críticas son los siguientes, todos ellos del género histórico:

-          The Runaway Duke / El duque rebelde (2004)
-          Ways to Be Wicked / Seducir a un truhán (2006), el libro 2.º de la serie Holt Sisters
-          A Notorious Countess Confesses (2012), el libro 7.º de la serie Pennyroyal Green.  Ganó la encuesta entre los lectores de AAR al mejor romance de 2012, y tuvo menciones honorarias en las categorías romance histórico ambientado en el Reino Unido y Mejor héroe de Romance. Está incluido en la lista AAR “Lo mejor del resto” del año 2013, en el puesto 118    

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