lunes, 4 de abril de 2022

Crítica: “Game changer”, de Rachel Reid


Me admira que esto sea un primer libro



DATOS GENERALES

 

Título original: Game changer

Subgénero: contemporánea / LGBT

 

Fecha de publicación original: octubre de 2018

Parte de una serie: Game Changers #1

Páginas: 334

 

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

 

SINOPSIS (según Fiction Data Base)

El capitán de los New York Admirals, Scott Hunter, se toma muy en serio sus rituales previos al juego. En este caso, no es solo un batido de la suerte lo que anhela, es el hombre que lo preparó.

La estrella de hockey profesional Scott Hunter reconoce lo bueno cuando lo ve. Cuando después de un smoothie hecho por el barista Kip Grady, Scott supera una mala racha en el hielo, está desesperado por recrear la magia... y conocer al chico sexi y divertido detrás del mostrador.

Kip sabía que en las visitas frecuentes de Scott había algo más que un batido de frutas, pero nunca se permitió imaginar que lo invitarían de nuevo al ático de Scott. O que lo besaría con un abandono de lo más imprudente, tocado en todas partes al mismo tiempo. Cuando sucede, es candente, increíble y frecuente, pero también solo en los términos de Scott y siempre detrás de las puertas cerradas de su apartamento.

Scott necesita a Kip en su vida, pero con los playoffs acercándose, el foco se centra en él más que nunca. No puede permitirse el lujo de hacer nada que pueda arruinar su carrera... como presentarle al mundo a su novio. Kip está listo para apostar todo con Scott, pero, ¿cuánto tiempo más tendrá que permanecer en secreto?

Este libro tiene aproximadamente 94.000 palabras.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica?

Estaría dentro de las digamos quince mil mejores, de esos a los que merece la pena dar una oportunidad porque tienen algo especial, gracias a que What’s Better than Books le dio un 10.

CRÍTICA

Después de Heated rivalry, decidí leer esta serie de male/male romance empezando por la primera.

El veinteañero Christopher «Kit» Grady se ha graduado en la universidad, pero para pagar las deudas vive con sus padres y trabaja de barista haciendo smoothies. Un día aparece por allí un tipo impresionante que viene de correr.

Aunque a la primera Kit no lo reconoce, es Scott Hunter, capitán del equipo de los Admirals de Nueva York. Pasa una mala racha en la pista de hielo.

Kit es abiertamente gay y no puede evitar flirtear un poco con este hombre tan atractivo. Supone que es hetero porque claro, ¿cómo no va a serlo un deportista profesional? Pero aún así, le tira los tejos, así, indirectamente, y el otro no le dice claramente que no.

¿Entiende, o no…?

Ya sabéis cómo son de supersticiosos los deportistas. Resulta que después de ese smoothie las cosas mejoran, y repite. Claro que también es la atracción que siente por el que se lo prepara.

Lo de enrollarse también parece ayudar a su buena suerte en la pista. Toda la primera parte del libro se dedica básicamente a eso, al sexo entre estos dos, mientras la temporada de Scott va viento en popa, y acercándose a los playoffs.

Las cosas se complican emocionalmente entre ellos. Kit siente que es mucha la diferencia económica con Scott. Y lo de ser una relación secreta le agobia bastante. Él es un tipo social, con sus amigos, le gusta salir,… 

Está bien eso del sexo fabuloso, incluso lo de estar enamorados es genial, pero a veces preferiría simplemente pasear cogidos de la mano a un buen revolcón.

Scott es un tipo solitario. Huérfano, sin parientes ni amigos fuera del hockey. Su vida es el deporte, al que lo ha sacrificado todo. Su vida sexual se redujo durante años a rollos vacacionales en países donde no lo conocen. Exhibe esa imagen impoluta de profesional totalmente centrado en lo suyo, que gana una pasta gansa no solo con el equipo sino también en la publicidad, exhibiendo musculatura.

Asume que, si se revelara como gay, pondría en peligro su carrera, los contratos de publicidad, incluso su amistad con los compañeros del equipo que empezarían a sentirse incómodos y recelar de él. 

Y aunque asumiera el riesgo, es muy reservado con su vida privada. Llevaría mal que la gente hablara de él por eso, como el primer jugador abiertamente gay de la NHL, y no de su juego o logros profesionales.

Por otro lado, ¿cómo someter a Kit a eso? Es un chico normal, un atractivo historiador que solo quiere dedicarse a lo suyo. ¿Cómo va a llevar bien la presión de los medios, el escrutinio público, los comentarios en redes sociales?

La tensión en la pareja llega a su zénit justo en el peor momento, cuando los playoffs pueden poner a Scott en lo que siempre ha deseado, camino de la copa Stanley (*). No es momento para estar perdido emocionalmente, despistado por la vida y ese hombre al que ama pero con quien no puede ni cogerse de la mano en público.

Para que os hagáis una idea de las dificultades de Scott, os pongo un comentario que sale un poco avanzada la novela, cuando por primera vez se plantea salir del armario y casi le da un ataque a Todd, su representante. Este le dice:

   Es solo que… mira, no hagas nada sin decírmelo antes, ¿vale? Mejor, no hagas nada en absoluto. Nunca.

   Que me quede en el armario para siempre. Lo pillo.

   ¿Qué hay de malo en el armario? Es un sitio maravilloso lleno hasta los topes de atletas profesionales.

Pensad en el deporte rey. Estadísticamente, tiene que haber decenas de futbolistas gais o bi, y sin embargo, brillan por su ausencia, a diferencia de lo que ocurre en el fútbol femenino. Hasta hay un artículo en la Wikipedia dedicado a la Homosexualidad en el fútbol profesional. No solo la homofobia campa por los estadios, es que ni siquiera pretenden combatirlo, a diferencia de otros deportes como el rugby en que tienen entre sus valores la inclusión del diverso.

Como me pasó con Heated rivalry, admito que podría contarse esta historia en muchas menos páginas, hay escena tras escena erótica que nada te aporta. Aunque son calentitas de verdad, muy explícitas, y eso normalmente es agradable de leer.

El conflicto gira precisamente en torno a si saldrá Scott del armario o no. Y de hacerlo, la tensión de saber cuándo. Con eso tuve un problema, y es que, al haber leído Heated rivalry, el segundo de la serie, ya sabía cómo acababa el asunto.

Otra novela que me he leído totalmente colada, ¡contada en tercera persona! Ay, qué descanso es dar con novelas contemporáneas así, sin esa primera persona dual que tanto me cansa y que parece haber dominado este subgénero desde hace años, convirtiéndolo todo en NA.

Me parece alucinante que esto sea una primera novela. Aunque la primera parte sea larga y repetitiva, con más de una escena que no contribuye a avanzar la historia, cuando llegamos a la parte mollar mantiene una intensidad admirable. Te tiene en vilo con el coste emocional que tiene para ellos lo de mantener oculta su relación.

Es difícil que un autor se estrene con algo brillante. No hay más que pensar en los pestiños con los que empezaron Kleypas o SEP. Es excepción, no la regla, que lo primero que publique un autor sea algo tan fabuloso como Acuerdos privados, de Sherry Thomas. Game changer no llega a ese nivel, pero es muy bueno.

Aquí aparece como secundario Ilya Rozanov, con su borderío característico, y dando lugar a algún comentario graciosillo por parte de quienes se horrorizan al pensar que igual al amor secreto de Scott es este tipo insufrible.

... Con lo cual no pude evitarlo, después de leer esta, releí Heated rivalry y me gustó todavía más.

Veo en Amazon que esta novela la tradujeron al francés en 2021, Sortie de zone. ¿Por qué al español no? Otro de esos casos incomprensibles. Hay novelas románticas fbulosas que veo traducidas al francés, al alemán o al italiano y al español no, pero ¿qué #c”8º!pj9fo=pn*ke?ñs le pasa a nuestras editoriales?

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: quienes gusten de mucho sexo y los conflictos emocionales en un ámbito deportivo.

Otras críticas de la novela:

Solo he encontrado críticas en inglés. En español, solo esta entrada de Mi pequeño escape con la sinopsis de cada uno de los libros de la serie. 

What’s Better than Books le planta un 10, ya os lo he dicho. 

All ABout Romance, B-

The Blogger and the geek le gustó, aunque no veo puntuación. 

Love Bytes, 3 ½ corazones al audiolibro narrado por Tor Thom. 

Por poner una experiencia diferente, en Dear Author hicieron un artículo comentando los tres primeros de la serie, «What Janine is Reading: Rachel Reid’s Game Changers series, Part I» y este lo dejó (DNF) al 51 %, lo que es una pena —pienso yo—, porque justo a partir de ese momento es cuando la cosa se vuelve mucho más intensa. 

Vale, tampoco es que Dear Author te sirva para descubrir libros nuevos. Les gustan cosas que luego son pestiños y las cosas buenas o interesantes de verdad les pasan desapercibidas. Pero pensé que eso les pasaba solo con la romántica histórica.

Curioso, últimamente me pasa lo mismo con SBTB, que cada vez les cuesta más poner una A a novelas estrictamente románticas. En cambio, AAR siempre tiene unas cuantas cada mes.  

😉 💢 🏆🏆🏆🏆🏆🏆🏆 💢 👨

(*) Breve explicación de la NHL. Es la liga profesional de hockey que juegan equipos de Canadá y EE. UU., agrupados por conferencias (Este y Oeste). Está la temporada regular. Luego, los ocho mejores (3 primeros de cada conferencia más 2 wild cards) pasan a los playoffs. Se enfrentan en rondas al mejor de siete partidos. El mejor pasa a la siguiente ronda. Así, hasta la cuarta y última que son las finales. Actualmente, abril de 2022, está acabando la temporada regular 2021-2022. 


4 comentarios:

  1. Yo últimamente tengo la sensación de que las editoriales se centran en publicar, dentro del género de romántica, a autoras españolas como Alice Kellen, Megan Maxwell, María Martínez, Elizabeth Benavent, etc. Será que venden. Con esas cuatro lo he intentado pero no me gustan.

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    1. Sí, ahora que lo dices, posiblemente sea eso. Son estas novelas las que veo sobre todo cuando voy a librerías en papel. Creo que no he leído a ninguna de estas autoras, y tampoco es que me llamen mucho, la verdad. Pero bueno, si viera alguna baratita, alguna vez, igual. No lo descarto.

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  2. Este lo leí hace poco y me pareció bueno, pero con exceso de páginas, a ver cuando me pongo con el segundo que por lo que he visto gusta mucho...

    Como dato curioso, la mayoría de contemporáneos M/M que he leído son en tercera persona, y eso es de agradecer, además que uno se encuentra muchas joyas, cosa que en contemporáneo M/F últimamente me pasa muy poco, por lo que prefiero los primeros. Saludos!

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    1. El segundo me gustó muchísimo más. A esta novela sí que le sobran páginas, toda la primera mitad es muy repetitiva.
      No me había fijado, pero ahora que lo dices, creo que sí, en el romance gay tienden más a la tercera persona.
      Igual es cosa de Carina Press, que saca cosas muy interesantes, y creo que suele ser en tercera persona. Mira las de Lucy Parker.
      Ojalá la segunda de la serie te guste tanto como a mí. Fue una gozada.

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