Mi crítica número 99 de mi Desafío AAR. La anteúltima...
Es una pena que a Sherry Thomas la
traduzcan tan poco. Una auténtica injusticia para los lectores, porque no me
parece que en las librerías españoles abunden este tipo de novelas románticas,
de calidad, trabajadas, algo complejas y maduras.
Edición mass-market
Berkley Sensation, 2012
Arte
de portada, por Gregg Gulbronson
Letras
a mano, por Ron Zinn
Diseño
de portada, por George Long
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DATOS
GENERALES
Título original: Ravishing the
Heiress
Fecha de
publicación original en inglés: 2012
Subgénero:
histórica – 1888 a 1896
Puesto
en la lista AAR 2013: 14
Parte de
una serie: 2.º de Fitzhugh
SINOPSIS
(de la contraportada)
Millicent entiende los
términos de su arreglo matrimonial demasiado bien. Conseguirá convertirse en
condesa, casándose con un conde empobrecido. Y a su vez, el conde Fitzhugh recibe el beneficio de
su enorme riqueza, evitándole la bancarrota a su familia. Debido a su juventud,
están de acuerdo en esperar ocho años antes de consumar el matrimonio y, aun
entonces, sólo lo harán para conseguir un heredero. Después de eso, llevarán
vidas separadas.
Es un
arreglo de lo más sensato. Salvo por un detalle: sin saber muy bien cómo,
Millie se ha enamorado de su esposo. Su esposo, que se ha convertido en su
mejor amigo, pero nada más… Su esposo, que planea reencontrarse con su amor de
juventud, la bella Isabelle, recientemente viuda, tan pronto como él haya
cumplido el pacto con su esposa…
Conforme
se acerca la hora de convertirse en verdaderos cónyuges, tanto Millie como
Fitzhugh deben enfrentarse a la verdad de sus corazones. Su pacto, ¿sólo ha
creado una gran amistad, o sin darse cuenta ninguno de ellos, sólo ha dado
lugar al nacimiento de un gran amor?
CRÍTICA
Ravishing the Heiress podría
traducirse, libremente, como “Seduciendo a la heredera”, aunque la verdad es
que poca seducción hay por parte de Fitzhugh, Fitz para los amigos, hacia la
sufrida Millie. Ella se enamora de él en cuanto lo conoce.
El padre
de Millie, la “heredera de las sardinas”, quiere casarla con un noble. Consigue
apalabrar el matrimonio con un conde empobrecido y treintañero, pero muere
antes de casarse, así que lo sustituyen por su heredero, un chico de 19 años
que todavía no ha alcanzado la mayoría de edad. Al ser joven y guapo el precio
sube un poco más.
Para Millie,
es amor a primera vista. Para Fitz, no. Ama a otra muchacha, y no se toma
demasiado bien que el destino le haya obligado a esto. Pero asume su
responsabilidad para evitar la ruina económica de la familia. Al descubrir
esto, Millie opta por ocultarle sus verdaderos sentimientos.
Deciden esperar
unos años antes de hijos, tiempo que emplean en hacerse amigos. Justo cuando
llega el momento de consumar el matrimonio, regresa a Inglaterra Isabelle, el
amor de juventud de Fitz, con toda la intención de reanudar su relación, sin
importarle lo escandaloso que resulte mantener un lío con un hombre casado.
En
cierto sentido, recuerda a Acuerdos privados (2008): un
matrimonio en situación anómala. También aquí se cuenta la historia con flashbacks, alternan capítulos dedicados
al “ahora”, 1896, cuando el amor de Fitz regresa a Inglaterra, con otros en que
van contando cómo se conocieron, se casaron, y cómo ha ido evolucionando su
matrimonio.
No es
que sea muy complicado, pero tampoco es lo habitual que se narre una historia
con esa estructura de ir adelante y atrás en el tiempo todo el rato. Sello de
la casa, que además le suele funcionar muy bien. Da cierta dinámica que te
atrapa y te impulsa a seguir leyendo.
Se
diferencia de esa otra novela en que esta sigue el tópico “de amigos a
amantes”. A lo largo de estos ocho años de matrimonio, se han convertido sobre
todo en amigos. Se casan muy jóvenes, ella con 16 años y él con 19, y poco a
poco van madurando, cooperando en proyectos comunes, convirtiéndose en adultos
que asumen sus responsabilidades,… hasta que la llegada de aquel amor de
juventud le hará replantearse a Fitz, realmente, dónde se encuentra su corazón.
Me encanta esta autora. Lo que cuenta y cómo lo cuenta. Creo que transmite muy
bien ese ambiente victoriano de sentimientos reprimidos, de comportamientos
civilizados aunque por dentro se sienta el dolor ante determinadas cosas.
Puede que sea prejuicio mío, pero pienso que puede influir que no es
estadounidense de origen, sino que nació y creció en China. Por eso capta
muchísimo mejor que la escritora estadounidense media cosas como el respeto a
los padres, la aceptación del matrimonio que ellos decidan, la callada devoción
por el esposo, el mantener su dignidad en momentos difíciles, sin dejarse
llevar por arrebatos histéricos, la sencilla valentía de la vida cotidiana...
Y escribe de una forma que revela cierta ambición literaria. No se conforma
con contar una historia de amor de manera funcional y ramplona.
Pongo un ejemplo. Hay un momento en que Millie habla de su situación con
una de sus cuñadas, que sospecha que Millie en realidad está enamorada de su
marido. Millie lo niega, diciendo:
-Siempre hemos sido amigos, sólo amigos. La amistad es el amor sin alas y, ¿quién elegiría jamás algo que carece de alas?
A lo que su cuñada Venetia le contesta:
- No, querida Millie, estás equivocada. El amor sin amistad es como una cometa, que vuela sólo cuando el viento es favorable. La amistad es lo que da al amor sus alas.
En este libro hay contención, sentimientos profundos, emociones intensas
pero que no estallan violentamente. Una novela de las que yo llamo “para adultos”.
El que quiera arrebatos, y locura, y borbotones de palabras analizando
minucias, o mirarse el ombligo en plan adolescente,… entonces no, este libro no
es para ellos. Aquí hay sutileza: lo que los personajes hacen, lo que miran o cómo
se mueven, te dice más sobre sus sentimientos que las palabras que profieren.
Que Millie le eche demasiada sal a un huevo, y lo coma o no, y que su esposo se
fije o no en este detalle son cositas muy reveladoras sobre su relación.
Otro punto a su favor es que sabe hacer de Isabelle, “la otra”, un
personaje también de carne y hueso, no una mala de película. Tiene su propia
historia en un relato corto, “A Dance in Moonlight”, incluido en la antología Midnight Scandals (2013), de la que leí
otro cuento, el que escribió Courtney Milan.
Quizá lo que menos me gusta es que, a veces, se nota demasiado que es parte
de una serie y te andan preparando el terreno para el siguiente libro, el de
Helena, hermana de Fitz, y Hastings, el hombre a quien detesta cordialmente.
Son escenas que no tienen nada que ver con la historia de Millie y Fitz. Y mete
extractos de una novelita pornográfica que se supone que ha escrito Hastings, “The
Bride of Larkspear”. Por cierto, que tanto este relato erótico como “A Dance in
Moonlight” se pueden comprar en digital.
El final me pareció apresurado. Eché en falta algunas páginas en las que
explicaran un poquito más los actos y sentimientos de Fitz, que resulta un poco
egocéntrico, consciente de que durante años la vida interior de su esposa ha
sido un misterio, pero sin admitir que quizá debería haberse esforzado por
conocerla mejor.
En la encuesta anual AAR, tuvo una mención honorable dentro de la categoría
romance histórico ambientado en el Reino Unido y ganó como Biggest Tearjerker, o sea, novela lacrimógena. Aunque, la verdad, no
me pareció que fuera para mojar la pestaña. Es todo tan civilizado,…
En resumen: si algún editor no sabe qué traducir, aquí tiene una historia de
calidad.
Valoración
personal:
muy buena, 4
Se la recomendaría a: todo
lector de romántica, en particular los que quieren ver sentimientos adultos.
Otras críticas de la novela:
Aunque no está traducida, es tan buena que tiene crítica en El rincón de la novela romántica. Luego hay unas cuantas en inglés, como en RT Book Reviews, en All About Romance le dan un B+ y no una A, precisamente por la historia de
Helena y Hastings, que no añade nada a la de Millie y Fitz. Luego tenemos la de Smart Bitches Trashy Books, Dear Author y The Good, The Bad and The Unread.
Ως συνήθως, la ficha en la fictiondb.
Otras novelas de la autora en el Desafío AAR:
AAR 14. Sherry Thomas – Not Quite A Husband (2009)
AAR 33. Sherry Thomas – Private Arrangements / Acuerdos privados (2008)
Ciertamente es una pena que no se traduzca más a esta escritora. Aunque he leído poco, me parece que tiene un modo de escribir muy cautivador y que, si bien no me ha vuelto loca todo lo que he leído, es muy original y eso me encanta. A ver cuándo puedo leer ésta!
ResponderEliminarSí que me parece una auténtica pena que no traduzcan cosas así. Yo no sé si es que las editoriales no tienen ojo, o que sus derechos internacionales son caros o que es difícil de traducir y que, bueno ahora venden más otras cosas que el romance histórico, por muy bien escrito que esté.
EliminarHola, me gusta lo que dices, personajes con presencia, me encantan, y ademas si es romanticon mas, que pena la verdad que autoras asi ya no se traduzcan, y uno sin saber idiomas.. ufff....
ResponderEliminarBesos.
Pues sí, una auténtica pena. Me dan ganas de mandar estas críticas a las editoriales de romántica española, por si acaso no saben que estas cosas existen,... pero luego me digo que es su negocio, que ellos sabrán.
EliminarEs una pena que no este traducida, yo llevo años esperando que asi sea pero tengo una pequeña esperanza porque un chavo en los comentarios del foro de novelaromantica en el apartado de Sherry Thomas puso que la editorial RNR habia comprado los derecho de esta trilogía que según la misma Sherry se lo confirmo por correo, la verdad ya no se que creer porque ese post esta desde el 2013, tu que crees? yo he tratado de buscar donde poder comunicarme con la editorial para preguntar pero no tienen una pagina, tu sabrás acaso donde podría comunicarme? Sin mas me encanto tu critica, saludos.
ResponderEliminar"Editorial RNR" no me suena que exista en España. "RNR" son las iniciales de la página web El Rincón de la Novela Romántica, donde sí he visto mensajes que lamentan que no se la traduzca más. Lo único que se me ocurre es consultar a Plaza & Janés (www.plaza.es), editorial que ha publicado a Sherry Thomas en España y preguntar directamente.
EliminarComparto tu crítica, querida Bono. Siempre acertada. Me gustó la delicadeza y dignidad con la que Millicent encaró su destino. También me disgustó el egoísmo de Fitz. Con relación a la actitud del egocéntrico personaje siento que, efectivamente, le faltan a la novela unas 30 ó 50 páginas que evidencien algún esfuerzo por su parte para ganarse el amor de Millie. Esto además la habría vindicado de alguna manera; me pareció que era necesario darle una salida honorable a la relación, vista desde el lugar de Millicente. Por la manera como finalizó la novela pareciera que Fitz es todo un “premio” y que Millicent “se lo ganó”. Pienso que todo le salió de rositas al atolondrado personaje, por muy detallista que hubiese sido con algunos gestos personales (incluso pienso que de haber tenido alguna mascota también habría podido detallar en cuál era su comida favorita).
ResponderEliminarMillie, por el contrario, dio a ese matrimonio no solo su dote, sino su voluntad, su inteligencia y su amor, mientras que el despistado egoísta mantuvo una actitud sumamente desconsiderada: vivía con la libertad de un soltero (sin ser precisamente muy discreto), pero con los beneficios sociales, económicos y afectivos de un hombre casado con una mujer rica, delicada y amorosa. No sé cómo Millie no perdió toda su estima. Pienso que debió de hacerlo sufrir un poco y que el vividor luchara algo, un mínimo, por su amor, no que "al descubrir" que era amado por Millie le cayera todo de perlas. Eso me molesto muchísimo. Ese inmerecido final feliz para Fitzhugh.
Sí, explicas muy bien por qué me faltan páginas y que él quizá tendría que reconocer un poquito que se ha portado mal.
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