lunes, 18 de enero de 2016

Crítica: “Heart of the Falcon”, de Francis Ray



Una decepción. Esperaba encontrarle algo especial, pero no, es como un harlequín alargado. Algo de esta novela se me escapa, porque es un clásico de esos que oyes mencionar de vez en cuando. ¿Lo mejor? El machote de la portada.

DATOS GENERALES
 
Título original: Heart of the Falcon
Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación original en inglés: febrero de 1998

Parte de una serie: #3 de la serie Taggart/Falcon

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS (según la contraportada)

En el juego del amor

Madelyn Taggart ha roto unos cuantos techos de cristal. Como una joven ingeniera en una compañía petrolífera de Houston, ha logrado triunfar en una industria que es básicamente de hombres más viejos y todos blancos. Pero su éxito ha tenido un alto coste en cuanto a su vida amorosa. Hasta ahora, su belleza clásica no ha conseguido encontrar al hombre de sus sueños… hasta que ve una fotografía de uno de los amigos de su hermano, y está decidida a conocerlo.

Romperán todas las reglas

Daniel Falcon es una especie de leyenda en el estado de la Estrella Solitaria. Con un atractivo físico fuera de lo normal y muy, muy rico. Todas las damas fantasean con ser “la elegida”… para descubrir bien pronto que no es del tipo de los que sientan cabeza. Entonces Daniel conoce a la hermana pequeña de su amigo Matt. Está claro que le gusta a esta Madelyn, pero hay algo en ella que le hace fijarse más detenidamente. Es increíblemente lista, y ambiciosa, y sexy lo que no está escrito. ¿Es ella material apropiado para ser su media naranja? Por primera vez, que él recuerde, Daniel va a dedicarse un tiempo a descubrirlo – empezando con un abrazo lento y apasionado

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, estaría está la 169 de mi lista de miles de títulos.
Cuando la extinta página web The Romance Reader escogió las cien mejores novelas románticas del siglo XX, Heart of the Falcon estuvo en el puesto 95. NPR ha hecho este verano una lista de las mejores 100 novelas románticas de todos los tiempos y, ¡zas! he aquí de nuevo que aparece esta novela. Hubo un tiempo en que la página web de intercambio PaperBackSwap la tuvo como número 1; la última vez que miré estaba más o menos por el puesto 75 de su Top 100.
Este parece ser el libro más apreciado de su autora, Francis Ray (1944-2013), una escritora que vivió en Dallas (Tejas) y que a pesar de ser autora superventas, nunca estuvo traducida al español, al menos en España.

CRÍTICA

Esa portada, esa sinopsis,… ¡tiene que ser algo muy hot entre dos personajes apasionados!

Pues no.

Madelyn Taggart es mujer, negra y joven en un mundo de hombres, blancos y viejos. Ha conseguido, por sus propios méritos, un buen puesto en una compañía petrolífera.

Una vez vio una foto de un amigo de sus hermanos, y se le alegraron los ojillos. Pero no lo conoce en persona. El maromo triunfador en cuestión es Daniel, guapo hasta decir basta, súper rico y el típico que un día está con una y otro día con otra, objeto de deseo de todas las mujeres con las que se cruza.

Se conocen de una manera casual. Ella comete la torpeza de ponerse un vestido blanco cuando va a llover, y empapada busca refugio en un hotel donde tiene uno de esos encuentros de anuncio de colonia: “Miss camiseta mojada tropieza con machote cachas que tiene que sujetarla para que no se caiga y ¡hola, hola! Qué guapos nos encontramos”.

En fin,… La cosa es que se conocen, se gustan, tienen un rollo, y como suele ocurrir en esta fértil tierra de Romancelandia, queda embarazada con sólo decirle “ojos negros tienes”.

Por supuesto, ella es una niña buena. Sexy y lista, pero hasta la fecha era virgen, y claro, ni se le pasa por el magín la posibilidad de abortar. Nadie lo hace en Romancelandia, salvo que sea una novela sentimental y luego la muchacha en cuestión esté torturada por los remordimientos durante años. Al menos, las heroínas de otras autoras reconocen el derecho de las mujeres a decidir, aunque ellas, por supuesto, jamás podrían hacer eso. Madelyn ni eso.

A pesar de que ella era virgen cuando lo hicieron, al tontolín este del haba se le mete en la cabeza que el niño no es suyo. Eso ya debería haber sido un buen indicativo para que Madelyn dijera “ahí te quedas, Contreras”. Pero no, decide que hay que “luchar por su amor”. Y de eso va la mayor parte del libro. ¡Ah! Y en determinado momento, Madelyn rechaza un ascenso en el trabajo porque está embarazada, algo que no nos explican por qué. ¿Es que se cree que en el extranjero no va a tener una buena asistencia médica? Que la ofrecen ir a Singapur, por Dios, no a Afganistán o Mali. Singapur es uno de los países del mundo con menor mortalidad perinatal. Estadísticamente se sitúa entre Suecia y Noruega; su índice (2) es tres veces menor que el de EE. UU. (6) ¿Me queréis decir exactamente qué problema había para ir, pasar ahí el embarazo, dar a luz y criar al niño en una ciudad-estado cosmopolita?

Creo que ese es el momento en el que esta novela me perdió totalmente.

He leído que se publicó en una línea llamada Arabesque, especializada en romántica contemporánea con protagonistas negros. Me pregunto si no la escogerían en la encuesta NPR para rellenar una cuota o algo así, o quizás para incluir el libro de más éxito de una de las autoras afroamericanas más notables. A la historia en sí yo no le encontré nada especial.

¿Alguien ha leído esta novela en los últimos 17 años? ¿No se acordarán, más bien, de lo mucho que les gustó hace tres lustros?

Para mí, resulta demasiado conservadora.

No porque trabajen para la industria de los combustibles fósiles sin plantearse alternativas; al fin y al cabo, si ambientas algo en Tejas no vas a hablar de la industria de las renovables. Menos si escoges como héroe a un tipo que deja una huella de carbono como una catedral viajando en su jet privado de Denver a San Antonio sólo para que le arreglen unas botas…

Ni tampoco pongo objeciones a que Madelyn sea virtuosa, de misa dominical: es una buena caracterización del personaje; de hecho, me habría encantado conocer mejor a los parroquianos y toda esa experiencia tan ajena para mí.

No, lo que me chirría es la tesis subyacente de que sólo las chicas sexis pero inexpertas son las que se merecen el marido trofeo rico y guapo. La prueba es que si salen mujeres más atrevidas o liberadas en el libro, se las retrata como auténticos bichos. Las inocentes con una fertilidad a prueba de látex son las que doman al macho rebelde y ligón. Quizá hace veinte años lo encontraría adorable. Hoy en día, prefiero otro tipo de heroínas.

Hay mucho valor familiar en esta novela. Los hermanos de ella se mosquean e intentan amedrentar a Daniel, y se muestran muy ufanos cuando es el primero al que no logran intimidar. La madre de Daniel se vuelca con Madelyn en cuanto descubre que está preñada y se hacen las mejores amigas amiguísimas del mundo. Sus únicas confidentes parecen ser sus cuñadas (que debieron ser protagonistas de libros previos de la serie), quienes la protegen de sus hermanos, no vaya a ser que esto acabe en violencia. No parece que Madelyn tenga verdaderos amigos fuera de la familia, algo poco realista y más una pesadilla que un modelo a seguir. Sólo aparece un amigo, más como excusa para que Daniel se ponga celoso que otra cosa.

Mi interés por la historia empezó muy arriba, quería que me gustara, de verdad. Pero ese atractivo planteamiento de “mujer triunfadora en un mundo de hombres” resulta mera excusa que, al final, no lleva a nada,… salvo a eso de renunciar a una oportunidad laboral magnífica por estar embarazada. Mi atención rápidamente disminuyó. El último tercio de la novela ¡me llevó días! Y eso que no llega a las trescientas páginas. Acabé leyendo rápido y por encima.

Eso sí, la portada es de las que te alegran el día, aunque tu retoño adolescente le dé la vuelta, para no avergonzarse de las lecturas de su madre, y tu marido jure y perjure que los músculos del modelo no son de verdad.
Valoración personal: allá tú, 1

Se la recomendaría a: los que gusten de historias de amor clásicas, mejor si tienen mentalidad conservadora.

Otras críticas de la novela:

He intentado encontrar otras críticas sobre esta novela, pero no lo he conseguido.

Como no está traducida, ni ha despertado interés aquí, nada encontré en español.

Es de finales de los noventa, la prehistoria en materia de críticas de novela romántica por internet. Quizá, si The Romance Reader siguiera existiendo…

Luego, hay otra novela con el mismo título, de Suzanne Robinson, que no conviene confundir.

Así que pongo enlaces a los únicos sitios donde siempre encontrarás comentado un libro: Amazon y Good Reads. En Amazon com, la valoración media es de 4.8 sobre 5. Y en Good Reads, 4.60. Definitivamente, hay algo que hace de esta novela una de las favoritas del lector de romántica y yo no se lo he sabido ver.
                                                    
Lo mejor

Gracias a esta novela encontré, en Heroes and Heartbreakers, este artículo “Always Bet on Black: Taye Diggs, Idris Elba, Lance Gross, and More Black Hotties” en la sección Picture Perfect: ¡Eh! Que yo estaba buscando críticas y en el artículo mencionan a Daniel Falcon de Heart of the Falcon. ¿Básicamente? Hombres sexis en fotos guapísimas. Por si alguna o alguno quiere quedarse sin respiración. Vale, puede que sea un poco Blaxploitation en versión romántica, pero ver un hombre atractivo nunca le ha perjudicado a nadie.

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