Con esta mi
cuarta entrega termino el repaso de la antología Premiere. Después de hablar del modelo de relato “Esto va con buen camino”
y del “Nosotros enamorados y yo sin saberlo”, remato la faena con lo que yo llamo “Reencuentro de enamorados”. También en
este modelo, como en el anterior, los protagonistas se conocían de antes. Pero
el añadido está en que tuvieron una relación de amor o, al menos, de amistad,
emocionalmente significativa, rompieron por lo que sea y ahora se reencuentran.
UNDER THE WICKED MOON, de Lila Bell
Esta es una
historia de amor paranormal. Stacia es una maga a la que un tribunal mágico ha
condenado por el mal comportamiento de un familiar. Mira, unos que no creen en la
personalidad de la pena y el principio de culpabilidad. Uno la lía y paga toda
la familia.
Quien tiene que
ejecutar la orden es Liam, un asesino hombre lobo, si he entendido bien, porque
estas cosas paranormales no son lo mío. Liam y Stacia se conocieron de jóvenes
en una casa de acogida. Se gustaban, pero no se lo dijeron. Y después, un día,
Liam desapareció. Ella no lo sabe, pero lo secuestraron y él le echa la culpa a
ella. Por eso está encantado de ser el ejecutor de la bruja.
Pero esta se
defiende con un encantamiento que en teoría iba a despertar el lado protector
de Liam. Sólo que funciona de manera un poco particular por un error de número,
tendría que haber cinco escamas de dragón y sólo le pone cuatro. ¿Resultado?
Liam acaba deseando a Stacia apasionadamente. ¿Será cosa del encantamiento, o
realmente están hechos el uno para el otro?
Al ser
paranormal, es más fácil el tema este de relato corto que sin embargo habla de
un amor para siempre. Parece ser tópico frecuente en este género que hay un alma
gemela, una media naranja en concreto, que te está predestinada. Así que una
vez que eso se identifica, te crees (porque es una convención de este
subgénero) que seguirán juntos por siempre jamás. Aunque no se conozcan gran
cosa, suspendes la incredulidad.
Como lo
paranormal no me gusta especialmente, la leí, pero sin que me interesara gran
cosa. Además, al no haber leído otros libros de la autora, parte del worldbuilding no lo entendí del todo.
Lila Bell es el seudónimo de una autora que escribe harlequines contemporáneos
como Tanya Michaels. Así que no, no me entraron ganas de seguir leyendo nada
suyo.
A LIGHT IN THE DARKNESS, de Regina Scott
Subgénero:
Regencia cristiana.
Percy, oficial
que ha estado en la guerra de la Independencia española con Wellington (y
supongo que violando pacenses aunque claro, eso aquí no se dice) ha vuelto a
casa por Navidad. Soñó con la gloria militar y descubrió que la guerra es algo
más duro y cruel. Se dedica a escribir un libro sobre sus experiencias bélicas
y no está para fiestas.
Pero su hermana
aparece horrorizada: un matrimonio de invitados han traído a una pariente pobre
como acompañante y el número de personas a la mesa está equivocado. Hace falta
que Percy se una al grupo. Lo hace, renuente, y cuál no será su sorpresa cuando
descubra que la invitada inesperada no es otra que Eleanor: una joven que lo
rechazó años atrás y sigue soltera.
El tono de la
historia es bastante religioso, no sólo porque es Navidad sino también por las
referencias a un Salvador, a que las oraciones de los ingleses eran el arma más
poderosa de Wellington, etc. En la referencia biográfica final me entero de que
la autora es especialista en esto de la histórica cristiana (inspirational lo llaman ellos),
“dulcemente romántica” y tal. Inspirational
debería ser traducido como “inspirador” o algo así, pero para mí, es sólo
propaganda cristiana sector evangélico.
No es mi tipo
de novela. Quizá sí lo sea para todas esas fans españolas de autoras tipo Julianne
Donaldson, a quien parece horrorizar el sexo en la novela romántica.
DEAD WRONG, de Cindy Gerard
Una de suspense
romántico. Erin acaba de ser acusada y absuelta del asesinato de su marido.
Pero aunque el jurado la absolviera, su suegro no la cree y le ha amenazado.
Para alejarse de la presión de la prensa se refugia en una cabaña frente a un
lago donde pasó maravillosos veranos de jovencita.
Allí se
reencuentra con su amor adolescente, Jed, un militar que ha servido en
Afganistán y que acude a apoyarla y protegerla. Hace años que no se ven, pero
se han seguido la pista en la distancia. Se separaron porque ella era un poco
estirada y le avergonzaba algo que la vieran con él, de clase más baja.
Pero Jed es un
hombre de una pieza que sigue amándola y Erin tendrá que,… bueno, encontrarse a
sí misma, enamorarse de nuevo, superar lo que la amenaza y… en fin, que tienen
su happy end después de años de estar
separados.
No había leído
nada de esta autora, pero parece interesante y el subgénero suspense romántico
me resulta atractivo. Quizá le dé una oportunidad.
No capté cuál
era el número equivocado. ¿Quizá las campanadas del reloj cuando encontró a su
esposo muerto? Ni idea.
ALL I WANT, de Erica Ridley
Lady Matilda
Kingsley, una rica heredera, pupila de su primo Egbert, un auténtico calavera
dado al juego, que la invita a entrar en una partida. Allí se reencuentra con
Owen Turner, el único chico al que ella ha amado. Hace cuatro años que no le
ve, pues durante ese tiempo él ha estado combatiendo en las guerras
napoleónicas. También él la quiso, pero pertenecía a una clase social más baja,
y era hijo bastardo de un duque, así que el primo Egbert los separó.
Ahora, en una
refinada tortura mental, los hace jugar frente a frente a la veintiuna. ¿Qué se
apuestan? Por un lado, miles de libras, y por el otro, el cottage de Owen, su única propiedad
Aquí el número
equivocado es, obviamente, el que sale en la baraja jugando a ese juego, y no
digo más por aquello de no destripar el asunto, que bastante lo hago ya.
No conocía a
esta autora, y tampoco con esta historia me han entrado ganas de ponerme a leer
algo más de ella. En la breve biografía al final habla de que su última serie, The Dukes of War, presenta a pares del
reino y héroes de guerra que vuelven de la batalla sólo para arrojarse al
esplendor y la locura de la Inglaterra de la Regencia. O sea, no exactamente mi
tipo de libro, pero puedo leerlo y disfrutarlo mucho si la autora tiene algo
especial. No me parece que ésta lo tenga.
THE LONG WAY HOME, de Katy Regnery
Esta historia
es más o menos NA, pero sin demasiada angustia, la verdad, sino con un tono un
poquito divertido. Lo incluyo en este modelo, porque tuvieron un pequeño
rollito.
Ford McInerney
siempre ha estado colado por Clarissa Calhoun, que fue novia de su hermano
mayor. El tonto de su hermano la engañó con otra y acabó casándose con ella por
aquello de que había niño en camino. Clarissa está en la universidad, la misma
a la que Ford decidió ir sólo porque era a la que iba ella. Y fue quien la
consoló de aquella manera cuando Clarissa descubrió el engaño de su novio.
Ahora los dos
tienen que volver a su ciudad natal, a la boda de la mejor amiga de Clarissa
con otro de los hermanos McInerney. Coinciden en el autobús y, aunque al
principio ella es muy hostil, acaban hablando y teniendo un buen viaje en el
que descubren sus sentimientos mutuos, así que al final acaban bajando juntos
del autobús cogidos de la mano, dirigiéndose a su hogar.
Me gustó el
personaje de Ford, y ese aire de ambientación sureña, pero por momentos me
pareció demasiado sentimental. Así que esta autora me resultó interesante y sí,
puede que le de alguna oportunidad a su serie dedicada a los Lindstrom, que se
ambienta, según veo en su bio, en Yellowstone.
Dentro de este
esquema de cosas, hay un subtipo o submodelo, muy abundante en el relato corto
romántico, que es el “Matrimonio en
crisis”. Porque sí que lo veo como una variación de este tema de “reencuentro de viejos amantes”. A él ha
recurrido, por ejemplo, Mary Balogh en sus antologías de relatos navideños. Se
trata de una de las formas más usadas para superar la dificultad de un final
feliz creíble en un relato corto.
THE FALLOUT, de Harper St. George
Elena es de
familia humilde y logró ir a la universidad por sus propios méritos. A los
dieciocho años, en un espléndido verano, conoció, se enamoró y se casó con
Dexter, joven de familia rica. Sus trabajos y estudios los obligaron a pasar
mucho tiempo separados y al cabo de un año tuvieron una pelotera buena y no
volvieron a verse… hasta que aparece el abogado de él con los papeles del
divorcio.
El número
equivocado de esta historia es del móvil. Ella le llamó hace años pidiendo
perdón, una segunda oportunidad. Pero debió equivocarse de número y él nunca
recibió esa llamada. Y aunque la seguía queriendo, no intentó volver a verla
porque pensó que Elena no lo quería a él.
Historia sosita
que no tiene gran cosa y encima se basa en un tonto malentendido. La próxima
vez que discuta este matrimonio se tirarán otros chiquicientos años sin
hablarse. Pues mira qué bien.
No, la verdad
es que no invita a leer más de ella. A veces me sonó muy harlequinera. En el
mal sentido.
Y con ello termino mi repaso de esta antología. Todas encajan de una forma u otra en esos tres modelos de relato corto romántico. Muy útil para identificar, como lector, esquemas habituales en nuestras lecturas. Y si alguien quiere escribir un cuento de este tipo, ahí tiene tres esquemas habituales que puede seguir. Pero aparte de servirme para analizar un poco cómo meten una historia de amor en un formato breve, ya he dicho que esta antología no merece (en mi opinión) la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario