Divertida comedia de costumbres con
su punto de mala leche. Totalmente recomendable. Ay, Jenny Crusie, por qué
dejaste de escribir cosas así…
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DATOS GENERALES
Título original: Crazy for You
Fecha de publicación
original en inglés: 1999
Subgénero: contemporánea
Edición en España:
Editorial: Debolsillo
Fecha: 2008, 2013, 2016
SINOPSIS
El miércoles, Quinn McKenzie adoptó un perro y cambió
su vida. El jueves, intentó que alguien se diera cuenta. El viernes por la
noche, alguien se dio cuenta.
Cuando Quinn McKenzie
decide cambiar su vida “beis” adoptando un perro perdido, todo empieza a
salirse de madre. Ahora se ve implicada en secuestro de perros, alguien allana
su casa, seducción, sabotaje, acoso, más secretos de los que realmente quiere
conocer, y dos hombres que de repente se han vuelto locos… por ella.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, entre las mil mejores novelas románticas, cerca del puesto trescientos.
Esta novela, además de tener
críticas estupendas (un Five Hearts
Keeper en The Romance Reader y un Desert
Island Keeper A en All About Romance), consiguió el premio RT Reviewer’s
Choice de 1999 a la Mejor novela contemporánea. La lista de Internet Romance
Readers Anonymous le dio ese año el premio al mejor romance de Amor & Risa.
RT Book Reviews la incluye en su lista de “favoritos de todos los tiempos”. Y
aunque no está en la lista Top 100 del año 2013, sí que apareció en la del año 2000,
en el puesto n.º 69.
CRÍTICA
No entiendo lo de Jennifer Crusie y
las portadas. La versión española antigua daba a entender que esta novela era
erótica y siniestra. En realidad, no es así.
La original parece algo más
adecuada.
La española de 2013 es menos gótica que el anterior, pero aún así, no le veo relación con el contenido de la novela.
En fin.
La primera vez que leí esta novela,
me encantó. La he releído ahora con placer, como me suele ocurrir con Jennifer Crusie.
Es una novela contemporánea en la
que, junto a la historia de amor de Quinn y Nick, están las de otras personas
que pululan por Tibbett, Ohio, un típico pueblo del Medio Oeste en el que el
deporte es el rey.
Quinn es profesora de arte, y vive
con Bill, el entrenador, un vikingo, alto y rubio, muy predecible. Durante años
se ha dejado ir, y de repente decide que ya basta, que quiere un cambio en su
vida tan “beis”. Lo decisivo es una perrita flaca que todo el mundo, excepto
Quinn, cree que tiene aviesas intenciones. Su novio no sólo no acepta la
perrita, sino que la lleva a la perrera, con lo que Quinn pone fin a la
relación.
Como es habitual en Crusie, el perro
tiene personalidad propia. Explica en su página web que la
perrita Katie “está tomada directamente de su perro, Rosie, un perro rescatado
igualmente ansioso, nervioso y adorable”.
Quinn vuelve a casa de sus padres.
Nick, su mejor amigo y ex cuñado, le ayuda a llevarse sus muebles. Pero el bruto de su ex se niega a aceptar el fin de la relación; poco a poco, se le va yendo la pinza, hasta
que deseas estrangularlo.
El interés amoroso de Quinn se dirige
entonces a Nick. Estuvo en el ejército, en la universidad, y acabó llevando su
negocio de taller mecánico con su hermano Max. Pero Nick aprecia mucho la amistad de Quinn, y no quiere perderla. Y eso que siempre ha estado un poco colado por ella. En un pequeño flash back cuentan que Nick, justo después
de casarse con la hermana de Quinn, pensó:
Mierda, me he quedado con la hermana equivocada, pensó entonces, con toda la intensidad de un chico de diecinueve años.
Es una de esas historias de “amigos
a amantes” en la que Quinn quiere a Nick, va detrás de él, pero él no está por la labor. Es de esos que tienen fobia al compromiso.
Tampoco quiere poner en riesgo la amistad de Quinn a cambio de sexo meramente transitorio. Nick se empeña en no ceder ante sus sentimientos.
O sea, no, no, no, ni hablar…
Pero al final, como esto es una
novela romántica, las cosas son como son y pasa lo que pasa. Y las escenas eróticas me parecieron de alto
voltaje, para una novela de los noventa.
Que Quinn, la tranquila Quinn, se
replantee su vida es como una piedra lanzada a un estanque: sus ondas se van
expandiendo y afectan a todo el mundo alrededor.
El ex novio entra en una espiral
cada vez más enloquecida. Pero no es el único. Hay un director del instituto,
al que llaman “Pequeño Director”, que está chiflado por el béisbol, y hará lo
que sea para que Quinn vuelva con Bill, y así este se centre y vuelvan los
buenos resultados deportivos.
Darla, amiga de Quinn, y Max,
el hermano de Nick, pasan por un momento de crisis matrimonial que no se sabe muy bien de donde sale.
Hay más cosas en esta historia, como
un par de amigas que salen del armario o una
empleada de banca que tiene la manía de ligarse a hombres casados de los
distintos gremios.
El estilo de Crusie me encanta. Ya lo he dicho, ¿verdad? Narra
con humor cosas que muchas veces son bastante serias, como la obsesión del ex
por Quinn. Luego aprecio mucho que sea gente normal y corriente, una
profesora de arte de instituto, un mecánico, una peluquera,… Luego está lo bien que lo cuenta: la naturalidad de los diálogos, lo realistas que son los personajes masculinos, sin cursilerías. Hay una parte de relación entre sexos que me pareció
totalmente realista, como la queja masculina de que "no entienden" a las mujeres. Darla, por ejemplo, espera que Max haga algo, pero éste se desespera porque no sabe lo que es, y ella pretende que él lo averigüe por sí solo cuando ni ella misma sabe qué es lo que quiere.
Un buen complemento a esta novela es
Crazy People. The Crazy for You Stories (“Gente loca. Las historias
de Loco por ti”), una colección de cinco relatos con prólogos en los que Jennifer Crusie
habla un poco de la elaboración de esta novela, de cómo surgieron los
personajes, etc. La mayor parte de los personajes de Loco por ti viene de las historias cortas que tuvo que escribir
para la tesis de su MFA (Master of
Fine Arts), un posgrado universitario. Otro día hablaré de este libro.
En general, la traducción española que yo leí estaba bien. No creo que la hayan cambiado para la edición de febrero de 2016. Pero sí que había una cosa, en el primer capítulo, mal traducida.
Quinn lleva a la perrita protegida
en su cazadora, así que de lejos parece que está gorda por delante. Max
pregunta en alto (en la versión española)
“¿Es que Bill le ha dado una buena a Quinn cuando no estábamos mirando?”
En ingles lo que dice es otra
cosa:
“Did Bill knock Quinn up when we weren’t looking?”
Knock up es una expresión ofensiva que quiere decir “dejar embarazada”, “preñar”, o
sea lo que Max dice en realidad es
“¿Le ha hecho Bill un bombo a Quinn cuando no estábamos mirando?”
Si llevaba la perrita en la
cazadora, tiene más lógica pensar que está embarazada a que la hayan pegado. Y
segundo, eso explica mejor la reacción de Nick. Se queda un momento en pausa,
y sabes, aunque no sea explícito ni
diga nada más que “no es el estilo de Bill”, que esa idea le resulta
insoportable, que hay en él un anhelo secreto por esa mujer.
Valoración
personal: notable, 4
Se
la recomendaría a: aficionados a la novela romántica
contemporánea.
Otras
críticas de la novela:
En español, El rincón de la novela romántica, en el blog de Mariam, y Demencia lectora.
Luego, en inglés, hablan de esta novela en All About Romance, donde le dieron lo máximo, DIK A, en Pretty Terrible y Publishers Weekly. Hay una divertida review en Gossamer Obsessions. Y, finalmente, para Rosario’s Reading Journal, mereció una calificación de B+.
No cabe duda que, para gustos, los colores. Este es uno de dos libros de Jennifer Cruise que he leido--y el unico que me gusto.
ResponderEliminarFrancamente, nunca he entendido la adoracion de sus aficionadas.
Parte de la razon es que nunca conecte con la voz de la autora, y parte es que tuve algunos encuentros (en linea) con ella durante la saga de Cassie Edwards y el escandalo del plagio. Dichos encuentros, aunque minimos, me dejaron suficiente sabor de boca como para no buscar mas libros de Ms Cruise.
Tal vez si hubiera disfrutado mas los dos que lei,dichos encuentros, y mi opinion de la autora, no hubieran sido obstaculo para buscar mas de su obra...pero, no fue el caso.
Siempre me da pena que cuando a mi me gusta un autor, otros lectores no lo disfruten, pero evidentemente cada uno tenemos nuestros gustos. No tenemos por qué coincidir.
EliminarA mi me ocurre con autoras muy queridas, como Gabaldon, Garwood o Quinn, que a mi no me van, pero hay millones de lectores que las adoran.
Por eso, entiendo perfectamente lo que dices. Si no conectas con una autora y si, además, tus interacciones con ella no son afortunadas, a nadie le quedan ganas de seguir dándole oportunidades. No es mi caso, porque Jennifer Crusie sí es una de mis favoritas, pero te entiendo. A mí este libro me gustó bastante, la verdad.
Para aquellos que no entiendan la referencia de Azteclady al escándalo de plagio de Cassie Edwards, que sacudió la blogosfera romántica en inglés en el año 2008, creo recordar,
aquí un artículo de The New York Times al respecto; lo estudiaron a fondo en Smart Bitches Trashy Books y Jennifer Crusie explicó su postura sobre el tema por ejemplo aquí.
Muy buena lectura, lo que me ha hecho reir en algunas ocasiones con tantos líos, y un final, con lo que le pasa a Bill, que no me esperaba y que acabó poniéndome los pelos de punta... Me ha encantado Max, tan perdido, pobre, con lo que le pide Darla, y Nick, resistiéndose pero al final enamorado hasta las trancas. Las escenas hot muy bien contadas ;)
ResponderEliminarSegundo libro que leo de esta autora y lo que es a mi, me ha convencido su escritura.
Lo de Bill es muy loco, es verdad. Pero el enamoramiento silencioso y frustrado de Nick está escrito de fábula. Qué suerte, te quedan unas cuantas de Crusie aún por descubrir.
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