Me gustó tanto Cetaganda, que me lancé todo seguido
a leer esta; que es de ciencia ficción, no romántica (creo).
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DATOS
GENERALES
Título original: Ethan de Athos
Subgénero:
ciencia ficción / Space opera
Fecha de
publicación original en inglés: diciembre de 1986
Parte de
una serie: #3 de la Saga Miles Vorkosigan, por fecha de publicación
Edición
en español: Ethan de Athos
Traductor:
Rafael Marín Trechera
Edición:
1.ª edición, 1.ª imp. 2/1998
Publicación:
B (Ediciones B)
Colección:
Nova ciencia ficción, 106
SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Cualquiera pensaría que un obstetra de un planeta prohibido a las mujeres
estaría desempleado...
No es así. El doctor Ethan Urquhart,
jefe de biología del Centro de Reproducción del Distrito de Severin, es uno de
los hombres más ocupados del planeta Athos. Esto es, hasta que una misteriosa
crisis genética amenaza a Athos con la extinción.
Elegido para salir al vasto universo en busca de nuevos cultivos tisulares
de ovarios, Ethan se prepara para su primer encuentro con estos seres
alienígenas: las mujeres. Pero ni en sus más salvajes fantasía se ha podido
imaginar una alianza con la comandante Elli
Quinn, un oficial de inteligencia mercenaria enormemente atractiva, que
tiene su propio interés en los problemas de Athos.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
No, porque NO es novela romántica. A este libro, como el resto de la
serie, he llegado a través de las páginas web de novela romántica. Así, All
About Romance considera que toda la serie en su conjunto es merecedora de ser considerada DIK A, es decir, libros que te
llevarías a una isla desierta.
CRÍTICA
En 1986,
Bujold lanzó tres libros, cada uno con un protagonista diferente, a ver qué
interesaba al público: Fragmentos de
honor (junio, sobre Aral y Cordelia), El
aprendiz de guerrero (agosto, con Miles de protagonista) y este Ethan de Athos (diciembre, con Elli
Quinn de mercenaria estrella).
Ethan de Athos mantiene el tono de space opera. Ethan, el protagonista, es
obstetra en un planeta en el que sólo viven hombres. El nombre del planeta,
Athos, ya lo dice todo: prohibido mujeres. Crean los niños en el laboratorio, a partir de
tejido ovárico. Parece que los hombres se relacionan entre sí sexualmente,
aunque no resulta tan claro que se formen parejas estables. Hay co-padres de
los niños, habitualmente amantes pero no forzosamente, porque puede ser un
pariente. Resulta que también hay unos cuantos hombres célibes. Tener hijos de
esta manera es un procedimiento costoso que consume prácticamente todos sus
recursos.
Pero dependen
de unas menguantes reservas de tejido ovárico y, cuando la última remesa
resulta ser inutilizable, alguien tiene que salir al vasto universo para saber
qué ha ocurrido y encontrar ovarios de calidad. Le tocó hacerlo al valiente
Ethan que, nada más llegar al enlace interplanetario Estación Kline, es objeto
de ataques, secuestro y hasta un poco de interrogatorio militar. ¿Su salvadora?
Elli Quinn, comandante de los mercenarios libres de Dendarii.
Resulta que en
esos ovarios hay más interesados que Athos. Los cetagandianos, una sociedad con
sus peculiares formas de reproducción al que vimos en el libro anterior, están dispuestos a todo para recuperarlo. Elli Quinn, aparentemente de
vacaciones, sin embargo tiene sus propias órdenes como oficial de inteligencia.
El peculiar Dr.
Urquhart no ha visto una mujer en su vida y las mira como si fueran, bien,…
esto… sí, una especie de alien.
Si uno se lee la
sinopsis, podría pensarse que surge alguna atracción entre Ethan y Elli. Pero no
van por ahí los tiros. La actitud general de Ethan frente a las mujeres es de
desconfianza: para él son bichos raros que le provocan incomodidad.
La novela es
aventurera, con idas y venidas, secuestros, ataques, muertos, suspense,… Muy
entretenida, me gustó bastante toda la intriga y a ver a dónde iba a parar la
cosa. Elli aporta un sentido del humor parecido al de la madre de Miles. Parte
de la diversión es el choque cultural de Ethan cuando se ve obligado a
interactuar con mujeres.
La ambientación
en prácticamente sólo un escenario, el nudo de enlace Estación Kline, más que
ser una limitación resulta un punto de interés. Al ser una estación espacial,
hay problemas técnicos que resolver como qué hacer con los cadáveres, cultivar
comidas o controlar el frágil ambiente, susceptible de que cualquier virus que
entre acabe devastándolo todo. Lo que se ve de este ecosistema planetario llama
la atención, porque normalmente no reparas en ello.
Pero creo que
no me gustó tanto como Cetaganda porque
todo el tema de un planeta para hombres me resultó incómodo y molesto. Puedes
tener una sociedad gay, eso lo entiendo, es una utopía interesante. Podría
haber sido una especie de refugio planetario para todos los gais del universo,
una especie de Israel para homosexuales masculinos. Tendría su punto. Pero no
es eso lo que aquí se plantea.
Ya me parece
que es pasarse un poco dedicar prácticamente todos los recursos del planeta al
hecho de crear a la siguiente generación, todo niños, sin que me quede claro
qué hacen con los fetos hembra, o es que no los producen... Sólo por no tener
que vérselas con una mujer.
Pero la actitud
general hacia las mujeres es de paranoia histérica, como si la mujer fuera el mismo
demonio. Ni siquiera pueden leer cosas escritas por mujeres, o tener imágenes
de ellas. Ethan no se desprende de esta actitud ni siquiera al final. Pueden no
interesarte las mujeres como parejas sexuales, pero eso no significa que las
reduzcas sólo a eso, su sexo biológico, y por lo tanto sean seres humanos a los
que conviene evitar como si tuvieran la peste. Parecía muy aliviado de regresar
a su planeta y no tener que ver ya más a las mujeres.
Bujold propone un
planeta en el que, al parecer, sexo, género e identidad sexual son todo uno: macho men, gais sin discusión, sin
diferencias ni matices, no hay heteros, bi ni trans. Ethan lo reduce todo a que
así son las costumbres de su planeta. La sexualidad sólo como forma de
comportamiento. Si te vas a vivir allí, aunque hayas sido hetero toda tu vida, sólo
te emparejarás y tendrás sexo con otros hombres. La sexualidad como una forma
de comportarse, no como algo que tú eres.
Me pareció ver
un trasfondo religioso en esta opción (el nombre del planeta, los padres
fundadores, las continuas referencias a un Dios Padre) en la que no se
profundiza, pero que me resulta de lo más inquietante, como si nos estuvieran
hablando de un planeta fanático e inquisitorial.
¿A esos les voy
a dar yo mis ovarios? ¡Ja, y una gónada de pato, que los busquen en otra parte,
si tenen collons!
Creo que por
esto Ethan no acabó de caerme bien del todo.
Tampoco conecté
con Terran-C, un sujeto con el que se han hecho experimentos genéticos y que ha
huido de Cetaganda. También él, como parece que todo el resto del mundo
mundial, tiene su poquito de interés en el tejido ovárico. Lo que ocurre es que
en su caso hay una obsesión amorosa llevada más allá de la muerte, y eso te
permite explicártelo un poco.
Ethan tiene su
final más o menos feliz. Aunque no estoy segura. Puede que para ese planeta
suyo sí lo sea. Por si acaso, que nadie lea este libro pensando que encontrará
algo romántico.
Quería
leerlo en español, pero no está aún en digital. En papel tiene precios disparatados.
Lo leí en inglés, en digital.
Aunque forma
parte de la serie Vorkosigan, se puede leer perfectamente de manera
independiente.
Valoración personal: bueno,
3
Se la recomendaría a: todos
los aficionados a la ciencia ficción.
Otras críticas de la novela:
Como es
un clásico, tiene página en la wikipedia.
En español, he
encontrado crítica aquí, aquí y en esta página de literatura LGBT donde leo algo
en lo que yo no había reparado y que me parece muy acertado: “No está del todo
explicado cuál fue el plan de los Padres Fundadores cuando decidieron asentarse
en Athos y crear un mundo solo de hombres, ni tampoco se desarrolla cómo funciona
la sociedad de dicho planeta”.
Pasemos al
inglés, All About Romance considera que toda la serie en su conjunto es merecedora de ser considerada DIK A, es decir, libros que te
llevarías a una isla desierta. También hablan de ella, un poco en extenso, aquí, donde
reconoce que como es una de las primeras novelas de Bujold, tampoco le vas a
pedir peras al olmo, pero parece que la tesis que la autora defiende es que el
tema sexual es, sobre todo cultural. Visto así, tendría sentido eso de que si
te vas a vivir a Athos, adoptarás un comportamiento gay, aunque hasta la fecha
no lo fueras.
A Nicki, de SFsite, le encantó este libro y empatizó bastante más que yo con Ethan
A pesar de decadas de recomendaciones, confieso que todavia he de leer algo de LMcMB. Sin embargo, he leido muchas criticas de esta novela en particular que se centran precisamente en la cuestion de la sexualidad en Athos.
ResponderEliminarLa premisa de que todos los hombres nacidos ahi son machos automaticamente, y de que si no sienten atraccion sexual hacia otros hombres tienen, por fuerza que vivir celibes, parece una critica (tal vez no muy bien realizada) de las sociedades que declaran que hay hombres y mujeres, y nada mas; vamos, que ser cualquier otra cosas salvo tradicionalmente lo que la sociedad decide, es imposible.
Gracias por el comentario. Creo que sus obras son interesantes sólo si te gusta la ciencia ficción porque básicamente es lo que son estas novelas. Si uno espera romance, queda bastante chasqueado.
EliminarLo que dices de que este libro parece una crítica es una explicación. Pero si es eso lo que pretendía, no lo consiguió en absoluto, al menos yo no lo vi. Sólo un planeta entero profundamente misógino.
Las criticas que he leido apoyan la idea de que, si esa era su intencion, el desarrollo fue un fracaso.
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