lunes, 5 de marzo de 2018

Crítica: “Envy”, de Sandra Brown


La envidia, que es «mu» mala

DATOS GENERALES
Título original: Envy
Subgénero: suspense
Fecha de publicación original en inglés: agosto de 2001

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS

Cuando la editora neoyorquina Maris Matherly-Reed recibe un prometedor manuscrito de alguien identificado solo como P.M.E, su potencial como superventas –y quizás algo más– la incita a conocer a su autor.
En una inquietante, arruinada plantación de algodón, en una remota isla de Georgia, descubrirá a Parker Evans, un hombre que esconde su identidad y su pasado. Maris se verá atrapada por su cuento de dos jóvenes amigos y una traición letal… y atraída por el propio Parker.
Pero hay algo especialmente escalofriante sobre esta novela, su posible conexión con la propia vida de Maris, y el personaje de la vida real que la usa a ella, o a quien sea, para conseguir lo que quiere.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Tal vez no entre en las mil mejores novelas románticas, pero sí estaría entre las diez mil a las que merece la pena darle una oportunidad. Desde luego, siempre hay quien la considera entre lo mejorcito. Así, cuando Book Binge publicó una lista de sus mil mejores novelas románticas, cuyo origen exacto desconozco, esta novela apareció en el puesto 268. Y el audiolibro mereció crítica de DIK A+ en All About Romance.

CRÍTICA
¡Por fin llegamos al siglo XXI!
Desde su primera novela, Love’s Encore, que vio la luz en agosto de 1981, hasta ahora,… ¿Cuántas he comentado ya aquí?
He perdido la cuenta. Más de sesenta. Estoy en la recta final: me quedarán unas veinte producciones con el nombre de Sandra Brown en la portada.
He leído la mayoría, pero hay unas cuantas aún pendientes. De estas novelas brownianas siglo XXI recuerdo especialmente dos: Lethal, que me pareció fabulosa, y esta Envy.
Envy («Envidia») es la novela de suspense que Sandra Brown publicó en el año 2001.
Es un poco más compleja de lo habitual en ella, y es que va sobreponiendo historias y personajes, realidad y ficción, intenciones aparentes y venganzas ocultas,…

Maris y su misterioso escritor
Por un lado tenemos a Maris Matherly-Reed, ejecutiva de una pequeña firma editorial de Nueva York, que descubre entre el montón de manuscritos no pedidos una pequeña joya, un prólogo que la atrapará.
Decidida a hacerse con este potencial superventas, Maris decide conocer al misterioso autor, P. M. E., que vive en una isla de Georgia, recluido en una mansión algodonera de pasado esplendor y realidad un poco achacosa.
Descubrirá a Parker Evans, un hombre atractivo, en silla de ruedas, un poco gruñón y aparentemente decidido a que su libro no se publique.
Es de los pocos héroes brownianos que no encaja –para mí– en ninguno de sus dos prototipos, ni el vaquero ni el hombre de la ley.
Maris hará lo que sea por hacerse con este libro, incluso ayudarle como editora, que es lo que a ella verdaderamente le gusta. Ya sabéis esa figura que se lleva más en los USA que aquí, y que no es ni un corrector ortográfico ni un beta reader, sino una persona que junto al creador da forma al libro.
Hace tiempo que Maris es infeliz en su matrimonio, sospecha que su marido le es infiel y eso de irse a una isla remota le sirve para ver su situación emocional con un poco de perspectiva. Claro que estar con este hombre tan interesante le hace sentir cosas que no debería, confirmando el derrumbe de su matrimonio con Noah Reed.
Noah, otro macizorro, publicó una opera prima alucinante con críticas geniales que casi podría decirse que es lo que más enamoró a Maris. Pero después dejó de lado la escritura para concentrarse en el aspecto empresarial de la industria, convirtiéndose en un brillante ejecutivo del ramo.

Una amistad que acabó mal
Junto a esta historia, te cuentan otra, la del libro que se supone que está escribiendo Parker. Una historia que empieza de forma muy intrigante: tres jóvenes se marchan en un barco de pesca, sólo regresará a puerto uno, con lesiones, y sólo pronuncia una palabra como justificación: «envidia».
Cómo se llega a ese momento terrible en alta mar te lo administran con cuentagotas. A veces, con otra tipografía, como si estuvieras leyendo directamente a Parker Evans. Otras, es el propio escritor el que describe a Maris cómo sigue el cuento o incluso le lee pasajes en voz alta.
Tú, como Maris, quedas intrigada por saber qué pasó, quién de los dos jóvenes es que vuelve a puerto, maltrecho pero vivo, y quién no. Y ¿por qué ocurrió?, ¿qué quiere decir con esa críptica palabra, «envidia»?.

Una grande de los medios que quiere zamparse a la editorial pequeña
Mientras Maris se dedica al autor enigmático y su fascinante obra, su marido Noah trama a sus espaldas (y las de su suegro Daniel, auténtico propietario) la venta de la pequeña editorial a un gran conglomerado mediático.
En este plan recibirá la ayuda inestimable de una periodista con pocos escrúpulos que es casi-casi un cliché de la «mala mujer» (pura ambición, envidiosa, sexualmente promiscua,…). Sin embargo, con un par de giros, la autora consigue elevarla un poquito y hacerla más persona: bicho, pero humana.

Si buena me la hizo, buena me la paga.
Y, además, poco a poco te va dejando entrever aún una capa más profunda de intriga, una historia de venganza en la que Maris no será más que un peón a usar en contra de quien hizo cosas terribles y que alguien quiere que pague «ojo por ojo».
¡A mí estas historias de venganza me encantan! Es otro tópico romántico que me vuelve loca, por el ingenio que despliegan los montecristos de turno para devolver golpes terribles. ¿Os acordáis (los que ya teñís canas) de aquella serie australiana Retorno a Edén? Pues eso.

De este libro destacaría lo bien que se van entremezclando esas distintas líneas argumentales, con los propósitos de los personajes (unos explícitos, otros ocultos).
La ambientación en el mundo editorial es siempre atractiva. Sigues un poco más de cerca el proceso creativo de una obra literaria. Quizá lo que menos me convence es el intento de poner parte de la historia como si la contase el escritor Parker Evans, que escribe de manera sospechosamente idéntica a Sandra Brown. Es algo que me ha pasado más veces, por ejemplo con Out of control, de Suzanne Brockmann, no hay diferencia de voz o estilo entre unos fragmentos y otros.
Lo que más me quedó grabado de esta novela es el final. Ese momento en que toca ya, por fin, poner en escena la venganza largamente mascada a lo largo de los años. Casi me daban ganas de saltar del sofá y gritar «¡bravo!» porque me sorprendió de verdad, no lo vi venir en absoluto.
Aunque la novela tiene el punto de enamoramiento entre Maris y Parker, lo esencial es la intriga. Sí que hay algo de la parte romántico-erótica que me gustaría destacar por lo especial: al estar el héroe en silla de ruedas, te describe un poco la manera en que resulta más cómodo tener relaciones sexuales, cómo superar las limitaciones. Para mí, eso le añade interés dramático a la historia y a las escenas sensuales, que están ahí para contar algo más sobre estos personajes.
Valoración personal: notable, 4.

Se la recomendaría a: los amantes del suspense y las terribles historias de venganza.

Otras críticas de la novela:

No he visto críticas en español. Si alguien conoce alguna, siéntase libre de enlazar debajo. Pongo a continuación las reseñas que he encontrado en inglés.
Reseña en Publishers Weekly
En All About Romance hay dos críticas, una de C+ y otra del audiobook que consiguió, nada más y nada menos, que lo máximo, un DIK A +
A Pages of Comfort le parece una gran lectura.
A The Independent Review no le convence en absoluto el personaje de Parker, considera que Maris, incluso siendo el cliché de niña rica trabajadora, se merece a alguien mejor.
Otra reseña, la de Kirkus reviews
Y por último, en un solo artículo, críticas de tres libros de Sandra Brown, Envy, The Crush y Hello, darkness, todas juntas.

2 comentarios:

  1. I liked this one too! The main relationship seemed so well done when I read the book.

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    1. Yep, I really think it's one of the best books Sandra Brown has written. I'm so glad you enjoyed it!

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