viernes, 22 de marzo de 2024

Crítica: “Atrapada”, de Nora Roberts

 

Suspense correcto, ambiente ochentero

 


Atrapada

Brazen Virtue

 

Por Nora Roberts Fecha: mayo de 1988

 

La leí por vez primera hace más de veinte años, en un ejemplar que ya entonces era de segunda mano. Por aquel entonces yo vivía en Barcelona, y la compré en la Llibreteria Salas. Lo sé porque tiene un sello en la primera página, y pone 300. O sea, que me costó 300 pesetas (1,80 € al cambio).

Me gustaba mucho esta pequeña librería, Salas Llibreteria, que estaba en la Rambla y me sirvió para adquirir más de una novela romántica y de otro tipo, en inglés. De hecho, ahí compré el primero que tengo de Sandra Brown. Siempre la recordaré con cariño. He visto fotos de los dueños y me doy cuenta de que reconocí a Manel Gràcia, aún me acordaba de su cara, hoy, más de dos décadas después.

Veo en internet que cerró el 31 de agosto de 2017, y que siguen atendiendo en línea, Lleixiu Llibres.

Bueno, pues esta es una de las novelas que adquiría allí. La debí leer en su momento, pero no me acordaba de nada. Ahora, después de haber leído la primera de esta dulogía D.C. Detectives #2, me apetecía releerla, a ver qué tal.

Grace McCabe (cerca de 30 años) es una novelista de éxito, dedicada al género de suspense. Está de visita en casa de su hermana Kathleen, en Washington. Son muy diferentes. Grace intenta llevarse bien, aunque su hermana es algo borde. Yo no sé si te la ponen así porque es la primera víctima del libro, para que no la cojas mucho cariño.

Grace es entusiasta, le gusta la gente, ha tenido éxito en la vida, deja volar la imaginación, pero trabaja con disciplina. Parece que todo es fácil en su vida, pero sí que se lo ha currado, tampoco es que le hayan regalado nada.

El palo le viene cuando muere su hermana, violentamente, y es todo un choque. Por primera vez en su vida, algo se le tuerce y no puede arreglarlo.

Por suerte para ella, justo al lado vive Edward Jackson, un policía guapetón, y muy agradable al trato que la ayuda a sobrellevarlo. Es un tipo minucioso, tranquilo, un contraste con su compañero Ben, el protagonista de la primera de la dilogía.

El misterio radica más en saber cómo van a pillar al malo, no en cuanto a su identidad, ya que esta la sabes desde bastante pronto. Un grillado más. Van siguiendo las pocas pistas que tienen.

Me convence poco la forma que tiene Grace de entrometerse en la investigación policial. Hizo lo mismo Tess, la heroína del anterior libro de la dulogia, y que aquí aparece también, muy dispuesta a acudir con la policía a atender a la víctima o a quien sea, en algo que a mí me resulta algo incómodo, es como abogados persiguiendo ambulancias. Ya sé que no es así, pero suena un poco aprovechado.

Esta novela ganó el premio Golden Medallion en 1988, en la categoría se suspense. ¿Y eso qué es, diréis? Bueno, es un premio que la RWA daba antes del RITA (que luego un año fue llamado Vivian). Hoy ha desaparecido. La gente a veces es así, se pega tiros en el pie y para evitarse dolores de cabeza prefieren cortársela.

En resumen, a lo que voy. Esta es una historia muy competente si quieres darte un paseo por los ochenta. Se nota en unas cuantas cosas. Te hablan de la URSS, de los misiles de medio alcance, ella fuma sin complejos y los riesgos del SIDA hicieron más atractivo el sexo telefónico. Ella le besa sin pedir permiso, porque así eran las cosas en los ochenta: tú tira p’adelante, que si no quiere ya te dirá que no.

Resulta entretenida, sin ser de lo mejor de Nora Roberts.

 

Mi experiencia: buena, 3 estrellas.


 

1.ª edición, 5/1988

Bantam

Print / eBook / Audio

Parte de una serie: D. C. Detectives #2

Páginas: 279

ISBN13: 9780553272833

 

En España:

ISBN 13: 978-84-9032-342-7

Traductora: Raquel Vázquez Ramil

6/2013, Debolsillo

Descripción: 288 págs.

Colección: Best seller

 

Dos críticas, muy positivas, en El rincón de la novela romántica

2 comentarios:

  1. Acabo de leer la reseña que hice en su día porque no me acordaba demasiado de la historia aunque estaba segura de haberla leído. Me gustó, aunque es verdad que no está entre las mejores de la autora.

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    1. Sí, eso es. Literalmente poco memorable. Ya ves que me pasó lo mismo: la leí hace años, y no me acordaba tampoco de nada.

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