Con
bebé de por medio, mñé
Cowgirls don’t cry
Por
LORELEI JAMES ‧ Fecha: noviembre de 2010
Sigo con los Rough Riders, aprovechando que están en KU. Este libro invita a decir aquello que se ve en las series de televisión:
«En episodios anteriores...»
Escena 1 Jessie está malcasada con Luke McKay,
que la engaña, ante la mirada ceñuda de los hermanos de él (Brandt, Tell y Dalton).
Escena 2 Luke se muere y su suegro, el malvado Casper, la echa del rancho.
Escena 3La viuda Jessie depende mucho de su cuñado Brandt (hermano de Luke), al que
llama continuamente y él deja lo que está haciendo para ir a arreglarle el
grifo o echarle una mano con el coche o lo que sea… ante la mirada ceñuda de
sus hermanos (Tell y Dalton), que mira que le dicen…
Escena 4 Brandt decide sincerarse, que en realidad le gustaría ser algo más. Jessie se
espanta, porque para ella es como si fuera su hermano.
Escena 5 El teléfono suena y suena, enésima llamada de Jessie a Brandt, que hace de
tripas corazón y se fuerza a ignorarla.
Eso es lo que hemos visto en otros libros anteriores.
Así llegamos a este episodio, la décima entrega de los Rough Riders.
Se supone que
han pasado meses, quizá hasta otro año entero, y Brandt se ha esforzado por
distanciarse de Jessie, a ver si lo supera.
El
difunto Luke le era infiel a su mujer. Ya lo sabemos. Lo que ignorábamos es que
uno de sus rollos, Samantha, una chica jovencita, se quedó embarazada. Because reasons, Samantha deja al bebé
un tiempo con Brandt, porque no tiene a nadie más que pueda hacerse cargo de
él.
Y a Brandt no se le ocurre una idea mejor 😵que pedirle que le ayude en el cuidado del bebé a la chica con el corazón más grande del mundo. O sea, sí, Jessie. ¡¡¡Que le ayude a cuidar al bebé que su difunto marido tuvo con otra!!!
Y pretende hacerlo,
además, al estilo McKay, como su primo Kade hizo con Skylar, o sea, viviendo en
parte con ella.
Como ya
se ve, a estos dos los hemos visto en las entregas anteriores, y era una pareja
que, la verdad, no me llamaba. Eso de estar enamorado de tu cuñada da un poco
de mal rollo. Luego, que ella fuera tan dependiente de él me parecía cruel,
como si se aprovechara de él porque, ¿cómo no iba a darse cuenta de sus
sentimientos…?
Aquí, en
su libro, pues la verdad es que no han ganado interés.
Llega un momento en que Jessie empieza a mirarlo con otros ojos y tienen sus momentos hot, sí, como muy propio de un McKay, raruno.
Otra cosa muy McKay: ramalazo violento porque por lo visto algunos de estos
McKay se ponen en plan berserker y
parece como que necesitan darse de
mamporros con otro, sea un pariente, o un extraño en un bar.
Es una
especie de defensa de la violencia física que me incomoda. Por no hablar de un
momento, avanzado el libro, en que acaba la propia Jessie implicada en una
«pelea de gatas».
No me
enganchaban ellos, ni el niño. Tampoco, el futuro de Brandt en el rancho bajo
el mando de su impresentable papá. Sí, el mismo Casper que echó a Jessie del
rancho, que oprime a sus hijos, que tiene acogotada a su mujer… de la vieja
generación Casper es un tipo de lo más odioso.
Con este libro, cuando lo leí hace unos meses, decidí hacer un alto en el camino. Distancié un poco la lectura de un libro con el siguiente. Los ubérrimos McKay me hartaron un poquito con este libro.
Estoy ya cansada de tanto crío.
Luego ya la retomé, pero metiendo otros libros en medio, y algunos me han gustado mucho.
Mi
experiencia: insuficiente, 2
estrellas.
1.ª
edición
Samhain, 11/2010
Print / eBook / Audio
ISBN13:
9781609282912
Serie: Rough
Riders #10
Páginas: 304
The Good the Bad and the Unread, una A.
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