viernes, 26 de agosto de 2016

Crítica: “Nacida del fuego”, de Nora Roberts



Fui débil y piqué. Ahora que ya me he leído las tres novelas de esta serie puedo decirlo: la primera es la mejor Nora Roberts en su vertiente contemporánea. Las otras dos, no merecen la pena.
Diseño: Penguin Random House grupo editorial /
Ruxandra Duru
Fotografía: © LuisViegas / 500PX
DATOS GENERALES
Título original: Born in Fire
Fecha de publicación original en inglés: 1994
Subgénero: contemporánea
Parte de una serie: Hermanas Concannon #1

SINOPSIS (de la contraportada, retocada)

Maggie Concannon se ha criado junto a su hermana Brianna en un ambiente familiar tan inquietante como el paisaje rural que la rodea. La joven, obstinada y visceral, encuentra un refugio contra la soledad y la amargura de su madre en la creación de piezas de vidrio.
Rogan Sweeney, dueño de una galería de arte de Dublín, descubrirá en ellas el alma apasionada y libre de la joven.
Pero ¿acaso tienen algo en común la chica de campo y el guapo, culto y elegante hombre de negocios?

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Definitivamente, sí. Y hasta entre las cien mejores novelas románticas de todos los tiempos. En mi lista actual está en el puesto 51. Cuando los lectores de The Romance Reader votaron sus favoritos del siglo XX, esta novela alcanzó el puesto 19 del ranking. Ha tenido fabulosas críticas: en esa misma página, la máxima valoración, un Five Hearts Keeper, y en All About Romance, un DIK A, libro que te llevarías a una isla desierta. También en dear author ha conseguido una crítica de A, y Rosario (Rosario’s Reading Journal) le hizo una de A+.
Estuvo en todas las encuestas Top 100 de All About Romance entre el año 1998 y 2007: la n.º 20 en 1998, 72 en 2000, 26 en 2004 y 57 en 2007. No entró, en cambio, en el Top 100 de 2010 ni en el de 2013, pero sí que estuvo entre “lo mejor del resto” es esa última edición, en el puesto n.º 163.
Gusta a las lectoras de esa página web, y también a los miembros de su grupo de críticos, puesto que tanto LinnieGayl como Blythe la escogieron entre sus favoritas. La he visto mencionada por un lector de All About Romance entre sus favoritas, y hasta por tres de Romance Reader igualmente entre sus preferidas de todos los tiempos. Y en más listas en las que no me voy a extender más.
Cuando en 2008 hicieron una mini-encuesta sobre los favoritos estrictamente contemporáneos, estuvo la cuarta. RomanceNovels.Me publicó una lista de las que consideraba mil mejores novelas románticas, y esta apareció la 540.
En un clásico, pues, dentro de la modalidad de Best Enemies.

CRÍTICA
Al final piqué con esta trilogía gracias a la recomendación de AztecLady.
No me arrepiento.
Margaret Mary vive en el condado de Clare, costa oeste de la República de Irlanda. Crea artísticas figuras de vidrio que vende localmente. Su obra atrae la atención de un galerista de Dublín, Rogan, quien se empeña en comprarle su producción y en lanzarla como artista internacional.
Margaret desconfía. Se ha creado su mundo pequeñito, libre e independiente. Le basta conseguir lo justo para ir tirando. En el fondo, tiene miedo a ambicionar más y darse el batacazo.
Parte del libro es esa lucha de Margaret consigo misma, por reconciliarse con la ambición de ser mucho más, de ganar dinero a espuertas, conocida y respetada como artista más allá del condado de Clare.
Lo inolvidable de esta novela es el personaje de Maggie, su crecimiento personal y profesional. Me ha encantado un personaje de mujer tan fuerte e independiente, que se resiste con uñas y dientes a perder su libertad o su aislamiento, frente al hombre calmado que aparece a su puerta.
Rogan es quien la pica para que abra sus alas y se lance al mundo. Y no, no es fácil. Maggie es una artista temperamental. Llega un momento en que él la acusa de ser “desagradecida, egoísta y desconsiderada”. Como es verdad, ella no lo niega. Llega a ser francamente borde en más de un momento.
No contesta al teléfono, no es puntual, no cumple con el calendario previsto,… algo que pone de los nervios al hombre de negocios que es Rogan, siempre ocupado por mil cosas. Bueno, a mí también me pondría de los nervios. Y a cualquiera que se tome su trabajo en serio.
Los diálogos, llenos de frustración y con inesperados toques de humor, creo que harán las delicias de cualquiera que guste (como me pasa a mi) de ese tópico “de enemigos a amantes”.
En este circo de tres pistas, lo que se te queda en la cabeza, es el personaje de Maggie. Tiene cosas increíbles, no es tu típica heroína virginal. Si la apetece coger y emborracharse, o dormir al raso, lo hace. Es fantástica, es libre.
Y eso que tiene una vida familiar de asco. Su padre siempre fue un soñador con más habilidad para perder dinero que para ganarlo, y su hermana Brianna es tan dulce que cae en lo masoquista.
¿Y la madre? Aquí entra la vena menos sentimental de La Nora. La madre es una tipa insufrible que está resentida con Maggie por cosas que no son culpa de la joven. Hay un momento en que Maggie le dice a Rogan:

“-No tienes idea de lo afortunado que eres. Qué suerte tienes de haber crecido en un hogar feliz y lleno de amor. Yo no sé lo que es eso. Nunca voy a saberlo. No había amor entre mis padres, sólo rabia, culpa y obligación, pero no amor. ¿Te imaginas lo que es crecer en un hogar donde a las dos personas que te crearon no les importa el otro?”.


Es difícil de imaginar. Yo misma adoro a mis hijos y a mi marido y haría casi cualquier cosa por ellos. Pero comprendí perfectamente a Maggie, porque conozco a gente así: parejas con escaso amor entre ellos, madres que simplemente no quieren a todos o algunos de sus hijos. Me encanta que Nora Roberts le de ese toque de realismo de una madre fría emocional que odia a sus hijos, o a alguno de ellos, por cosas que en realidad nunca han sido responsabilidad de los hijos. Y, además, que lo haga de una manera tan normal, tan cotidiana, porque la vida misma es así... No como un escritor masculino, que montaría un melodrama tipo Al este del Edén de John Steinbeck. 
Maggie lo acepta, esa es su vida y sabe seguir adelante, cuando comprende que lo que les pasó a sus padres no tiene por qué ocurrirla a ella.
Rogan es un héroe más convencional. Rico, guapo, no hay en él ninguna evolución particular a lo largo del libro, sigue siendo el mismo al final que al principio: un hombre de una pieza. Conoce a Maggie, le irrita y le atrae a partes iguales, pero nunca le pierde el respeto (salvo insistir de vez en cuando que se calle). Cuando se enamora de ella, lo acepta sin problemas. Es sincero en sus deseos y sus planteamientos. Consciente de que Maggie necesita su independencia, su libertad, no hace ni asomo de forzar su voluntad. Le viene a decir “esto es lo que hay, y si me quieres, aquí estoy”. La decisión será de ella. Qué maravilla de hombre sosegado. A años luz de los machistas avasalladores de tantas novelas. ¡Y esto se escribió en 1994!
He disfrutado como una enana de esta historia ambientada en la República de Irlanda, años noventa. Si tenéis oportunidad, leedla, por favor. Muy particularmente, la recomendaría a los que escriben romántica (o cualquier tipo de novela), para que vean cómo se crea un argumento atractivo, qué parte de la investigación (en este caso, sobre la elaboración de figuras de vidrio) tienes que dejar caer en la novela y qué parte no usarla, cómo dar a luz a personajes inolvidables, cómo escribir con gran economía de medios: descripciones las justas para añadir algo a la historia y los diálogos ágiles.
¿Y por qué no le pongo la máxima puntuación? Por varias cositas. No me dejó resacosa, ni con ganas de que aparecieran, mágicamente, más páginas. Más bien fue un “virgencita, que se queden como están”. Tienes la impresión de que la relación futura entre estos dos no será fácil, y prefieres no seguir siendo testigo de sus tira y afloja, aunque sepas que lo superarán. Además, a mi me sobra todo eso de que Rogan sea un millonario, con su jet privado, su villa en el sur de Francia; habría preferido que fuese un galerista normal y corriente. La sombra de Roarke es demasiado alargada y se me superponía a este hombretón por momentos. Los toques costumbristas irlandeses a veces bordeaban el tópico prototípico. Y, finalmente, hay una relación amorosa secundaria que podría haber escrito mejor.
Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: los que gusten del romántico contemporáneo, y a todos los escritores de ficción comercial, para que vean cómo se escribe una historia inolvidable.

Otras críticas de la novela:

Resulta curioso, parece que en España esta trilogía se ha visto como una más de Nora Roberts, que ha pasado sin pena ni gloria, mientras que en inglés la consideran como de lo mejor que ha escrito la autora. Como suele ocurrirme, mi gusto personal se aparta del de mis compatriotas y se acerca al de los extranjeros.
Encontramos un par de críticas positivas en El Rincón de la Novela Romántica.
Una que esperaba más del libro pero aún así le dio 4/5, fue el Baúl de Ireniam.
Y por contrastar, he aquí alguien a quien no le gustó: Lo que quiera leer hoy hace crítica en general negativa, no le gustó y le parece un piscinazo.
En inglés, en All About Romance gustó tanto que le hicieron dos críticas DIK A (libro que te llevarías a una isla desierta) una en 1997 y otra en 1998.
Rosario’s Reading Journal tiene crítica de A+.
Kati, en Dear Author, le dedica una crítica de A a toda la trilogía.

8 comentarios:

  1. No conocía esta serie. Veo si encuentro, por lo menos esta, y la leo. Con Nora me pasa que a veces me gusta y otras no me mueve un pelo. Generalamente lo que no me gusta es que sus personajes masculinos son de mero apoyo a la protagonista, no tienen conflictos, están para dar una mano y contener a la prota.
    ¿Es este el caso?
    O son manitas que arreglan todo en la casa, carpinteros, etc. (no creo que sea el caso si es millonario)
    Quizá excepto "Aurora boreal" que el conflictuado es él.

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    1. Sí, podría encajar en el prototipo mero apoyo a la protagonista, no tienen conflictos, están para dar una mano y contener a la prota. No, no en el de "manitas".

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  2. Me alegra muchisimo que esta te haya gustado, a pesar de las justas criticas que le haces. Me da tristeza que la segunda no te haya gustado :-( A mi Grayson (de Nacida en Hielo) me parece el mejor heroe de la trilogia.

    Roarke: yo he leido un numero suficiente de novelas de Nora Roberts para poder decir con confianza que el prototipo de Roarke se fue formando a lo largo de decadas--hay varias novelas de Harlequin/Mills and Boons, publicadas a mediados/finales de los 1980s, donde puedes reconocerlo.

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    1. Ya publicaré la crítica de la segunda, es que me pareció más anodina, más corrientita, y él un poco avasallador.
      Gracias por añadir el dato del origen del "prototipo Roarke". De Nora años 80 leí muy poquitas, y hace años, así que no recuerdo ni qué tipo de héroes había.

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  3. Totalmente de acuerdo contigo con que la mejor es la primera novela de la trilogía. De hecho es la que mejor recuerdo (las leí hace bastante tiempo). Me resultó muy curioso y atractivo el hecho de que fuese una artista del vidrio, porque normalmente los personajes cuya profesión es el arte suelen ser pintores. No se por qué no explotan más la profesión de escultor, con la carga de sensualidad que tiene el trabajar el barro con las manos.
    Recuerdo una novela de Lisa Gregory, "Solitaria" con tres historias de mujeres. Bueno, pues la de Brett y Joe me encantó y él es uno de los personajes masculinos a los que más cariño le tengo: taciturno, un poco hosco, sumamente protector y un artista esculpiendo. Es una novela antigua pero su historia es de las que no se me han olvidado.

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    1. Tienes toda la razón con que dentro de los protagonistas artistas aparecen sobre todo pintores. Y yo añadiría además que pintores de pincel y caballete, y realistas, nada de artistas más complejos con técnicas mixtas o de estilo conceptual o posmoderno. No había caído yo en que la escultura podía resultar mucho más sensual, y llevas razón. Yo creo que es por pereza a la hora de investigar. Lo que se curra la Roberts el competence porn que mete en sus novelas no lo hacen todos.
      La de Lisa Gregory no la conocía. No sé siquiera si he leído algo de ella. Suena tipo años ochenta, ¿con hombreras incluidas? ;-)
      Compruebo en la Fiction Data base que es Solitaire, publicada en 1988, sobre una chica de Arkansas que se marcha a Hollywood. Apunto la sugerencia, aunque parece difícil de encontrar. Un saludo.

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  4. Si, es de esos años. La portada horrorosa. Chica con look de aquella época. La novela es larga y la trama principal no es de mis favoritas. Es esa historia secundaria la que me hizo "tilín".
    Si te gustan las historias un poco al estilo de Lavyrle Spencer (por la ambientación) Lisa Gregory tiene "La estación del arco iris". Una historia cortita que está muy bien.

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    1. La estación del arco iris sí la tengo apuntada en mi lista virtual de novelas románticas pendientes de leer, por el puesto ciento y algo, entre otras cosas porque la página web The Romance Reader la escogió entre las cien mejores del siglo XX.

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