Tópico
harlequinero: matrimonio en crisis.
Bantam Books, diciembre 2001
Arte de portada © 2001 Marlies Najaka c/ o theispot.TM
Caligrafía © 2001 Ron Zinn
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DATOS GENERALES
Título original: Riley in the Morning
Subgénero:
contemporánea/Genérica
Fecha de
publicación original en inglés: noviembre de 1985
Serie: Loveswept (LS) - 115
NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL
SINOPSIS (de la
contraportada)
La productora de televisión Brin
Cassidy estaba dando la fiesta más grande de su vida. En medio de un caos
total, ¿quién aparece a su puerta sin avisar? Su guapo esposo del que está
separada, Jon Riley. Brin no sólo ha
trabajado con la popular estrella de Riley
por la mañana, sino que se enamoró de él y se casaron. Sabe que le debe una
explicación de por qué se marchó. Pero ¿tenía que venir justo esta noche de
todas las posibles?
Temperamental, carismático, y devastadoramente guapo con
sus ojos azules, Riley era un hombre
que sabía lo que quería, y no se marcharía hasta que lo tuviera. Pero la
sensual y tenaz belleza a la que aún llama su esposa estaba totalmente a su
altura. Desde el crepúsculo hasta el amanecer, los dos experimentarán una
segunda luna de miel de pasión, seducción y profundas revelaciones que
determinarán si hay algún futuro para Riley por la mañana.
¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No, la verdad, la compré
en su día sólo porque era de Sandra Brown. Y no es de las mejores, la verdad.
CRÍTICA
Otra de las novelas que fui comprando poco a poco, para
hacerme con toda la bibliografía de Sandra Brown. La leí en su momento y no me acordaba
de nada, así que ha sido como leerla por primera vez.
Este tema de “matrimonio en crisis” suele funcionar muy
bien en el formato corto, sean antologías, sean romances genéricos con cierta
chicha.
Lo incluiría como una variante de las “segundas
oportunidades”, uno de mis tópicos favoritos. El “matrimonio en crisis” tiene
que estar cuidadosamente hecho: si están separados, tiene que ser por algo
serio, pero no tanto como para que su segundo final feliz no sea creíble. Luego
os cuento si me convenció o no cómo lo resuelve Brown.
Brin Cassidy es productora de televisión. Da una fiesta de
cumpleaños para su jefe. Justo antes de que empiecen a llegar los invitados, ¡momento
de pánico! Entre otros problemas, tiene una cremallera atascada y una barra de
bar desatendida. Por si fuera poco, su jefe le ha hecho una propuesta que
significa más sueldo, ascenso profesional y cambio de ciudad. Brin tiene que
decidir, ¡ya!, si la acepta o no.
Así que no, no es el momento oportuno para que a su
puerta llegue Jon Riley, estrella televisiva y marido del que lleva siete meses
separada. Riley cree que ya es hora de que su mujer le diga por qué se marchó.
Brin reconoce que le debe una explicación, pero la verdad
es que ahora tiene unos cuantos quebraderos de cabeza y no desea unir a ellos
su guapo ex. Como Riley es de los que no acepta un “no” por respuesta y se
niega a marcharse, Brin le pone a trabajar: él le arregla el tema del vestido y
se pone a servir copas, algo que sale la mar de bien porque es famoso,
encantador y bastante atractivo.
A lo largo de la noche, estos dos hablarán, se besarán,
discutirán,… en fin, lo necesario para el final feliz.
Me resultó muy interesante la estructura del libro. Va desde
el anochecer, cuando Riley llega a casa de su mujer, hasta el amanecer del día
siguiente, cuando deciden darse una segunda oportunidad. Intercalados, en flash backs, te cuentan cómo se
conocieron, se enamoraron y decidieron casarse. Y lo que ocurrió ese día en que
Brin empezó a distanciarse de su marido. Me parece una forma de contar las
cosas original y un poquito más compleja de lo habitual en un romance genérico.
Me gustó ver los aspectos de producción de un programa de
entrevistas televisivas. En qué consiste el papel de Brin como productora. Cómo
el gruñón Jon Riley se vuelve todo encanto cuando se enciende la cámara...
Eso es lo rescatable de esta historia: la ambientación y
el estilo. Lamentablemente, no llegué a implicarme emocionalmente en la
historia de estos dos, ni en sentir su enamoramiento ni su pasión.
El que no sepas desde el principio qué pasó para que se
distanciaran, mantiene la intriga, pero al final no se resolvió de manera muy
creíble. Ya lo he dicho: tiene que ser creíble, primero, por qué no están
juntos y luego, porqué este final feliz sí que va a ser definitivo.
El motivo por el que Brin se marchó puede ser
comprensible, pero no para tirarse siete meses sin hablarle. Es de esos que se
solucionan hablando, viendo a ver qué se puede hacer para que Brin no se sienta
así. Huir como adolescente abrumado por la vida no resuelve nada.
Esa incapacidad de Brin para comunicar sus inquietudes, y
la de Riley para leerle la mente, no creo que esté bien solucionada al final.
Sobre todo porque, inesperadamente, todo pasa a ser una especie de elección
tradicional entre el trabajo y el matrimonio y, como siempre, parece que quien
tiene que sacrificarse es la mujer, sin que sopesen otras alternativas.
Lo cual me lleva a otra reflexión que suelo hacer sobre
el tema del suspense en general, tanto en este caso como en el de los thrillers o cualquier otra narración con
su intriga. Vamos, que sería también aplicable a la investigación casi policial
de Edipo de por qué se produce la peste en Tebas.
(Sí, una vez le leí a Steven Saylor que Edipo rey es la primera “novela
policiaca” de la historia, con Edipo investigando el crimen, para esclarecer
quien fue el autor, y con un giro final de los sorprendentes de verdad,… para
quien no se conozca la historia, claro. Tampoco lo voy a destripar por si algún
despistado aún no sabe quién mató a Layo, a pesar de que el cuento lleve 2.450
años rulando por ahí).
A lo que voy: el autor de la intriga puede dejar el
misterio en la oscuridad, para que el lector lo descubra al mismo tiempo que
los personajes, o bien contarlo desde el principio y que sean los personajes los
que lo averigüen después.
La primera vía es recomendable cuando tienes una solución
al misterio realmente sorprendente, de las que te dejan apabullada. En ese
caso, mejor mantener la intriga hasta el final.
Pero la segunda es la que conviene seguir cuando la trama
no es particularmente enrevesada y es fácil saber qué ha ocurrido o quién es el
malo. Mejor que el lector sepa la tontada y la tensión nazca de lo que el
lector sabe y los personajes, no.
El problema de este Riley
in the Morning es que opta por lo primero cuando los motivos por los que
Brin se mosqueó no me parecen suficientes para justificar su comportamiento. Te
dices “¡vaya! ¿Así que era eso? ¿Y por eso se ha tirado más de medio año de
morros?”. Te quedas con la impresión de que la próxima vez que se vuelva a
sentir así, repetirá comportamiento.
Así que, aunque se trata de una novela con cosas muy
interesantes, no sería de las que yo rescataría para que la cogieran y
tradujesen al español.
Nov-1985, Bantam |
Valoración personal:
prescindible, 2
Se la recomendaría a: fans de Sandra Brown que quieran honestamente decir que lo
han leído todo de la autora.
Otras críticas de la novela:
Como es habitual, no hay muchas críticas de cosas tan antiguas. Siempre
tenemos Good Reads,
donde
alcanzaba una puntuación de 3.43 cuando lo miré.
Aparte de esa, sólo he encontrado un resumen detallado, en AllReaders.com.
Si
alguien conoce alguna otra crítica de la novela, en inglés o español, siéntase
libre de enlazar abajo.
En su momento, como tu, coleccione todos los titulos de Sandra Brown, pero te confieso que tengo apenas el mas vago recuerdo de esta novela--y la verdad, no estoy tan segura de que no estoy confundiendola con alguna otra historia. En cualquier caso, no me siento muy inclinada a ir a desenterrarla.
ResponderEliminarPero eso si, disfruto mucho tus criticas :-)
... Y yo me lo paso muy bien escribiéndolas. Como son relecturas, me fijo más en la técnica, en cómo se cuentan estas historias, y no tanto en la trama, de la que a veces me acuerdo y otras veces no.
EliminarEs fácil confundir unas con otras, porque hay tópicos que repite.
Esta en concreto no merece la pena releerla.