domingo, 6 de agosto de 2017

Crítica: “22 Indigo Place”, de Sandra Brown

Tópico harlequinero: chico pobre niña rica
Ene-1992
Fanfare (Bantam)

DATOS GENERALES
Título original: 22 Indigo Place
Subgénero: contemporánea/Genérica
Fecha de publicación original en inglés: agosto de 1986
Serie: Loveswept (LS) - 154

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS
Ella era de buena familia y viejo dinero…
Para la bella Laura Nolan, la mansión Indigo Place no era sólo un hogar –era la pasión de su vida. Ahora, viejas deudas familiares la obligaban a vender y, para su sorpresa, James Paden era el potencial cliente. En el pasado fue el chico malo del instituto, un tipo demasiado peligroso para flirtear con él, pero demasiado atractivo para ignorarlo. Ahora era todo un hombre, pero aún tenía el devastador poder de seducir los sentidos de Laura, de hacerla estremecerse con emociones que no osaba confesar…
Él era un millonario rebelde del barrio malo de la ciudad…
Hace años, James Paden se marchó de la ciudad, dejando detrás atrevidas carreras en sábado noche, por la emoción del circuito profesional de carreras. Quemaba goma por la vía rápida, con hermosas mujeres y un montón de dinero, pero ahora ha vuelto, un empresario millonario con un sueño –para reclamar el número 22 de Indigo Place y su seductora propietaria. Para él Laura ha sido siempre la chica que no podía tener, la hija del hombre rico para quien él nunca sería suficientemente bueno… hasta aquella noche, iluminada por la luna, cuando el feroz toque de sus labios la marcaron para siempre como suya…

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Estaría entre las diez mil mejores, por aquello de que algún lector la señaló alguna vez como una de sus novelas románticas favoritas.

CRÍTICA
Esta novela la recordaba como una de las potables de Sandra Brown de los años ochenta. No recuerdo cuándo la compré, pero tenía un buen recuerdo de ella. Luego os digo lo que me pareció en una relectura.
La novela comienza con Laura regresando a su casa cuando de repente de la nada sale una moto, cuyo ruido la asusta. Vive en el número 22 de Indigo Place, un casoplón aislado en un pueblo de Georgia. Te lo tienes que imaginar como una espléndida mansión sureña que ella adora y que, lamentablemente, tendrá que vender.
Porque resulta que aunque sea una niña rica, al morir su padre descubre que no tiene más que deudas, y lo mejor es vender la casa, para ir pagando parte. Por supuesto, como es un poquito esnob, viene a decir que lo vende porque es muy grande para ella y tal, por no reconocer que está en la ruina, pero no sé si logra engañar a alguien.
A quien desde luego no engaña es a este potencial cliente que se acerca en moto, a echar una ojeada. La agente inmobiliaria tarda en llegar y Laura se ve obligada a mostrarle la casa. No habría problema si no fuera porque él es James Nolan, tan atractivo y peligroso como siempre.
Como esto es Romancelandia, ya se sabe que toda chica rica es objeto de deseo de chico malote del “lado malo de la ciudad” que con los años en lugar de acabar en la cárcel, como todo el mundo espera, acaba convertido en millonario y volviendo a la ciudad que lo despreció en el pasado.
James Paden cumple a la perfección el papel, es un poquito grosero, demasiado franco y se pone a preguntar por la vida privada de Laura, que le deja clarito que no es cosa suya. Pero él no se parará ante nada. Ha vuelto a este pueblo, llamado Gregory, con la clara intención de pasarle a todos por el morro su éxito.
Su plan es hacerse con el casoplón más precioso del lugar, Indigo Place. Pero no sólo eso, sino que también quiere conquistar a Laura Nolan, la chica rica venida (muy) a menos, y que siempre fue un objeto de deseo para él, que tuvo que mirarla desde lejos. Es un héroe bastante años ochenta. No es que llegue a violarla en ningún momento, más bien al contrario, llegado el momento del sexo, como que se acompleja un poco. No, lo que pasa es que para llegar ahí, ha pasado por movimientos bastante avasalladores: impone su presencia, la besa sin permiso, la mangonea y manipula un poquito,…
Claro que Laura tampoco es que sea tu heroína ideal. No sólo tiene poco carácter, es que lo poco que tiene es bastante esnob. A ella lo que le importa es el nombre de su familia, la casa en la que generaciones han invertido sus esfuerzos, y desprecia bastante a la gente pobre o “basura blanca” como la llaman por allá. Es cierto que James siempre le pareció interesante, y en el pasado, siendo jovencitos, tuvieron una pequeña experiencia que consistió básicamente en un rescate y un beso bastante excitante. Pero no deja de pensar que James Paden no es adecuado para la sacrosanta Indigo Place.
La primera vez que leí esta novelita me gustó. Ya sabéis que a mí el tema de las segundas oportunidades me va un montón. También cuando aparece un edificio que le da cierta atmósfera o carácter a la historia, es un añadido atractivo. El tópico de la mansión sureña ya ha aparecido en otras novelas de Sandra Brown, como la primera que escribió, Love’s Encore, y seguirá apareciendo en el futuro, como en su estupenda Odio en el paraíso, en que la mansión y todo lo que la rodea es también objeto de deseo y odio por parte del protagonista Cash Boudreaux. Y Sandra Brown sabe convertir muy bien a esos edificios en un protagonista más de la historia, a veces refugio, otras veces ominoso motivo de enfrentamientos, amor por la herencia de tus antepasados pero también símbolo de añoranza por un pasado no siempre ejemplar.
Tras aquella lectura, habría dicho que esta es una novela de mínimo tres estrellas. Me gustó tanto que empecé a traducirla yo por mi cuenta, como un ejercicio, una distracción, más que nada.
Sin embargo, cuando la he releído, no me ha gustado tanto. El protagonista es demasiado avasallador con un complejo de inferioridad como una catedral y ella una esnob de cuidado. Esta vez no he podido conectar emocionalmente con los personajes y ha sido algo fallido. La recordaba como una buena historia y se me ha quedado en menos.
Así que creo que a estas alturas, no pasa el corte y no sería buena idea traducirla.

Valoración personal: prescindible, 2

Se la recomendaría a: fans del romance sureño con casoplón incluido.

Otras críticas de la novela:
Como es habitual, no hay muchas críticas de cosas tan antiguas. Siempre tenemos Good Reads, donde tiene una puntuación de 3.63.
Tenemos el habitual resumen detallado (que te destripa casi todo el libro), en AllReaders.com.
Y una crítica en rumano en The Club of Serial Readers, donde le dan cinco estrellas.
Si alguien conoce alguna otra crítica de la novela, en inglés o español, siéntase libre de enlazar abajo. 


2 comentarios:

  1. De esta lo unico de lo que realmente me acuerdo es de lo irracional que me parecia la obsesion de la protagonista con la dichosa mansion.

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    1. Creo que en la primera lectura no me fijé en eso, pero en una segunda lectura, creo que tienes toda la razón, esa irracional obsesión por la casa es uno de los motivos por los que la historia decepciona. Es como si se enamorase de él sólo porque ser su pareja le permitiría conservar la casa.
      "El casoplón", otro personaje típico de la novela romántica, ya desde el Pemberley de Austen.

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