Un yanqui en el Londres georgiano
DATOS GENERALES
Título original: To taste
temptation
Subgénero: histórica /
georgiana (1764)
Fecha de publicación
original en inglés: mayo de 2008
Parte de una serie: The
Legend of the Four Soldiers (La leyenda de los cuatro soldados) #1
En España:
Traductora: Victoria
Horrillo Ledesma
Titania, 10/2010
Colección: Titania
romántica-histórica
Páginas: 252
SINOPSIS (de la contraportada)
El norteamericano Samuel Hartley,
un exitoso hombre de negocios, llega a Londres con fines comerciales, aunque en
realidad oculta una segunda intención: encontrar al traidor que llevó a su
regimiento a una verdadera masacre a manos de los indios en la guerra contra Canadá.
Su aspecto inusual y su franqueza sin remilgos llaman la atención de la
sociedad de la capital inglesa, y en especial de la joven viuda lady Emeline Gordon, cuyo hermano fue
asesinado en la emboscada que Hartley investiga. A pesar de estar prometida,
Emeline no puede evitar sentirse atraída por este hombre tan peculiar, hasta
tal punto que es capaz de poner en riesgo su noviazgo debido a la creciente
pasión que siente por el recién llegado.
Pero hay algo que complicará aún más las cosas y que ella ni siquiera
imagina: su futuro marido, Jasper Renshaw, el vizconde Vale, es el principal
sospechoso de Samuel.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica?
Pues sí, entró en mi lista de Las mil mejores novelas románticas,
segunda edición, o sea, la de 2019, en el puesto 919. Tuvo crítica de DIK A-,
A. en A Book Lover y fue RT Top Pick!. Además de eso, ganó el premio RT de 2008
al mejor romance histórico del año y en la encuesta de All About Romance de ese
año tuvo una mención honorífica en la categoría de mejores escenas de amor, en
un romance mainstream (o sea, no específicamente erótica).
CRÍTICA
Samuel Hartley es un colonial que
acude a Londres. Es un comerciante de éxito. Aparentemente, quiere hacer
negocios y también presentar a su hermana en sociedad. De hecho, tiene una
intención secreta.
Esta no es otra que descubrir qué
ocurrió para que su regimiento resultara masacrado por los indios hurones en un
episodio de la guerra de los Siete Años, enfrentamiento que se dio entre
potencias europeas tanto en este continente como en América del Norte.
Alguien les traicionó, y cree que en
la metrópoli descubrirá al culpable.
Entra en contacto con la hermana de
uno de los oficiales fallecidos, lady Emeline Gordon.
Ella es aristocrática, refinada, se
mueve como pez en el agua en los salones de la alta sociedad. Es viuda con un
niño pequeño aunque la criatura, ¡gracias a Dios!, aparece poco en escena y no
la calificaría yo realmente de «novela con niño».
A veces ayuda a jovencitas a
refinarse un poco, así que la excusa de que tutele a Rebecca, la hermana de
Samuel, es perfecta.
En una sociedad tan clasista como la
inglesa, a estos ricos coloniales se les tolera, pero no aceptan del todo.
Samuel, con irónico distanciamiento, les da algo que hablar, con su apariencia
que incluye mocasines y polainas.
En el ejército fue un excelente
rastreador, dominando perfectamente el arte de moverse silencioso y rápido por
los densos bosques de Norteamérica. Algo muy diferente a estos salones
londinenses que, realmente, le agobian bastante.
Aquel episodio, aquella matanza en
la guerra, le afectó, con lo que padece un PTSD
avant la lettre de antología.
Es una novela estupenda, bien
entretenida, de estas que te tienen muy atareada yendo y viniendo de un salón
londinense a una casa de campo. Hay cierto misterio que resolver, pero todo
acaba siendo mera excusa argumental para que estos dos se traten, se miren, se
sonrían, se deseen…
Sigue ese modelo que he visto en
otras novelas de Hoyt: ellos, dramáticos; ellas, prácticas.
Las escenas eróticas sí que son
destacadas, Hoyt sabe incluir las emociones que agitan a los protagonistas al
tiempo que pierden el oremus por el cuerpo del otro.
Aunque a veces no es fácil ver en
qué se diferencia esta ambientación de un regencia trilladito, se desarrolla
medio siglo antes, en la época georgiana, con miradas a la Norteamérica
colonial, y eso nos aparta un poco de los escenarios más resobados de la
romántica histórica.
Me ha agradado mucho esta novela, y
me ha distraído durante el tiempo que la leí aunque, debo reconocerlo, una vez
terminada ya no me acordaba de gran cosa de lo ocurrido.
Lo que más destacaría yo, aparte de
las escenas sexis, es el héroe, Sam, al que te imaginabas en plan Daniel
Day-Lewis corriendo por los bosques, y cómo sabe calar a Emeline y le da algo
que ella nunca esperó: amor, respeto y pasión.
¡Ah se me olvidaba! Sí, como las
otras de Elizabeth Hoyt tiene un cuento que te va relatando al principio de los
capítulos. Esto era algo de un mago y un Corazón de Hierro que tenía que
estarse callado… lo leí por encima. Francamente, a mí me sobran. Pero si
Elizabeth Hoyt se empeña en meterlo, pues nada, bien por ella, será que alguien
le encuentra el gusto.
Forever, 5/2008 |
Valoración personal: buena, 3
Se la recomendaría a: las enaguas sexis.
Otras críticas de la novela:
Mariam firma la crítica en El rincón de la novela romántica.
El blog de Welzen también comenta esta novela.
Y en Divagando entre líneas.
Paso al inglés.
All About Romance, DIK A-.
Jayne, en Dear Author,
le pone una B.
Suzanne, en Under the Covers, lo deja en 2 ½ estrellas.
Esta novela me ha dejado tan buen
sabor de boca que me he puesto a mirar las demás de la serie, para ir
leyéndolas, y entonces me doy cuenta de que la tercera, Domar a un salvaje, ya la leí, y la comenté aquí, en mayo
de 2015. No me acordaba en absoluto de ella.
Así que ahora tendré que leerme las
otras dos para hacer así la serie entera y enterarme, de paso, quien es el
traidor que provocó aquella matanza.
Que gusto me da descubrir nuevas autoras de romance historico que prometen, nunca la he leído, y últimamente me he llevado muchos chascos con este sub genero, así que fiandome de tu criterio le daré un vistazo más adelante... gracias por la reseña!
ResponderEliminarEn mi opinión, Hoyt es una de las mejores en histórica, lástima que esté tan poco traducida. A ver si a ti también te convence.
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