Todos podemos cambiar
DATOS GENERALES
Título original: In Step
Subgénero:
contemporánea
Fecha de publicación original: febrero de 2022
Parte de una serie:
Painted Bay #3
Páginas: 344
NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL
SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Karma. Cosechas lo que siembras, y Kane
Martin no busca el perdón. Sin embargo, la llegada de Abe Tyler a Painted Bay hace que Kane sueñe con lo imposible. El
sexi coreógrafo, madurito interesante, está decidido a sacar a Kane de las
sombras, pero la carrera de Abe no se va a trasladar a Painted Bay, y la vida
de Kane está tan limitada por una razón.
Un pasado del que no está orgulloso.
Una familia de la que se ha alejado.
Un trabajo que no merece.
Un secreto del que se avergüenza.
Pero el baile de la vida puede traerte compañeros inesperados, y de lo que
se trata es de aprender a confiar y mantener al día el juego de pies.
Dos pasos adelante, uno atrás.
Se necesitan dos para bailar tango.
Advertencia: contiene referencias a abusos y bullying en el pasado.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica?
No. Acaba de salir. Tampoco es un tipo de novela que vaya a amontonar
premios. Pero es buena, de las que merece la pena, entraría dentro de las
veinte mil mejores, por aquello de que ha tenido una crítica de DIK A en All
About Romance. Sí que me parece de las buenas de este año, y no descarto que al
final, en diciembre, mucha gente la recuerde.
CRÍTICA
La serie se ambiente en una pequeña localidad de la costa neozelandesa. Debe haber algo en el agua, porque aquí hasta el que parece más hetero acaba saliendo del armario. Hasta hacen una broma de ello en un momento del libro.
Off balance es la primera novela de la serie. En ella, el bailarín Judah Madden regresa a su Nueva Zelanda natal después de ser diagnosticado una enfermedad que le impide seguir con su carrera. Ahí se reconcilia con su hermano, Leroy, con el que se ha llevado regulín en el pasado.
En la segunda, On board, Leroy sale del armario. Se dedica a la acuicultura del mejillón verde. Dará casa y trabajo a Kane, aunque a Judah no le haga la menor gracia. Al fin y al cabo, Kane, de jovencito, agredió a Judah. Ahora está flaco, consumido, viviendo en su coche con la sola compañía de unos cuantos gatitos.
Acabé mi crítica de On board diciendo esto:
No sé qué hacer a continuación. Tal vez dar un paso atrás y leer la primera de la serie, que está en Kindle Unlimited, la historia de Judah, el hermano de Leroy. ¿O seguir con la tercera, que ha salido en febrero de 2022? Te la anticipan aquí, en la intrigante figura de Kane, un tipo que agredió al hermano de Leroy y que ahora está en las últimas, viviendo en un coche, sin trabajo, y muy afectado por secretas angustias que aquí intuyes. Como un perro apaleado.
Bueno, pues la respuesta es esta. Decidí leerme la más nueva. Kane me llamaba más que Judah.
A sus treinta años, Kane solo quiere vivir en paz. Trabaja duro, baja la mirada y no interactúa. Sabe que lo que hizo en el pasado fue tremendo. No espera que lo perdonen. No se cruza en el camino de Judah. Mantiene las distancias. No quiere molestar a nadie.
Este personaje me intrigaba, ya lo digo. Así que deseaba leer su historia, para ver cómo es posible que este tipo llegara a ese punto tan bajo en su vida.
El interés romántico de Kane será Abe, madurito interesante de 44 años. Es un coreógrafo de fama mundial, que ha llegado a ayudar a Judah en un recital con chavales que tienen alguna discapacidad.
Abe vive de acá para allá, por América, Europa… allá donde le contraten como coreógrafo, por semanas, o meses, pero sin aselar en ningún sitio. Es su vida y le gusta así. Tiene su lógica, ya que tuvo que madurar pronto y hacerse cargo de su familia cuando su padre murió y su madre cayó en la depresión. En cuanto se enderezó la situación familiar, salió pitando para llevar esta vida tan cosmopolita.
Un pequeño pueblo neozelandés no es su lugar ideal, aunque está bien para descansar un rato, mientras ayuda a un amigo.
Abe no conoce nada del pasado de Kane. Solo nota la mala vibra de Judah y Leroy con este chico tan atractivo, de ojos azules y melenaza rubia de surfista. Un poco flaco, pero vamos, que a Abe se le hacen los ojos chiribitas en cuanto lo mira.
Y lo mira mucho, sí. Pronto le cuentan más o menos lo ocurrido en el pasado, que siendo chicos Kane agredió a Judah, y que si ahora le dan casa y trabajo es con la prevención de que no se cruce con Judah, que no se dirija a él, que ni lo mire. Y Kane lo acepta, porque sabe que lo que hizo está fatal, no puede pedir que le perdonen, por mucho que lo lamente, años después.
Tanto mirar a Kane, Abe ve en él algo que le pasa desapercibido a los demás. Algo que le interesa, que le atrae, aunque todos piensen que es hetero porque, claro, si no, ¿cómo iba a haber cometido una agresión homófoba?
Abe nota que Kane se siente atraído por él, que no es algo unilateral. Poco a poco consigue que Kane se abra algo a él. Para ello, en parte, usa el baile. Y así va descubriendo los problemas de Kane, porqué llegó a ese punto tan bajo de no tener ni siquiera una casa.
Pian pianito, se enrollan,
y sienten algo, sin confesárselo. Acuerdan no ponerle etiquetas, porque cualquier
cosa entre ellos es imposible. Uno no ha salido de este rincón de Nueva
Zelanda, mientras que él recorre el globo, incansable.
Las novelas de Hogan me llaman, ante todo, porque se ambientan en Nueva Zelanda. Son contemporáneas que desarrollan la historia de amor paso a paso, mientras sigues la vida cotidiana de sus protagonistas. Tampoco es que les pasen cosas muy interesantes.
No es un tipo de novela para todos los días si lo que quieres es solo distraerte. Sin llegar al melodrama de una Kennedy Ryan, trata de cosas serias. Es más de personajes que de trama. Lo cual hace que sea más lenta de leer, pero también te deja un poso más profundo, como que realmente has conocido a personas auténticas, que deben existir, de verdad, en alguna parte.
Aquí hay mucho baile, con los niños, entre ellos, descripciones detalladas por ejemplo del tango en versión pareja gay. No sé si es que no me llama mucho, o que es difícil contar con palabras la pasión del baile, pero en esas escenas me perdía un poco.
Aparecen bastante los protagonistas de las otras novelas. Aunque, a mi modo de ver, no les conserva la personalidad. Leroy, por ejemplo, un tipo que en su novela era de un padentrismo espectacular, aquí parece la alegría de la huerta.
Contada en primera persona dual, de nuevo, aquí es difícil saber cuándo habla Abe y cuándo lo hace Kane. Sí, viene al principio de cada capítulo, pero si paras en mitad y lo retomas, no sabes quién está hablando. Lo sé, el pan nuestro de cada día. Bueno, o mío, que otra gente parece no tener problemas con esto.
Si no fuera por esos detalles, sería una sólida novela de 4-5 estrellas.
Valoración personal: buena, 3
Se la recomendaría a: quienes gusten de romances cotidianos.
Otras críticas de la novela:
No he encontrado críticas en español.
En inglés, tenemos DIK A de Caz Owens en All About Romance.
BfD pone un extracto y hace una crítica de 5 estrellas.
Love Bytes, 4.75 estrellas.
Michelle, en Joyfully Jay, le pone 4.5 estrellas.
Para Char (Kinzie Things) este es el mejor libro de la serie, hasta la
fecha. No le pone estrellas porque entiende que evaluar con estrellas es
limitante y no anima a una discusión crítica de los libros. Oye, a cada uno sus gustos.
«Tour Stop, Excerpt & Giveaway: In Step by Jay Hogan» en Book Reviewsand More by Kathy.
Estoy con ella y me esta gustando bastante, aunque en este caso casualmente yo sí las leí en orden y el primero se me hizo más ameno que el segundo. El tema del ballet me enganchó tanto que acabe siguiendo a varios bailarines en instagram. Jay Hogan me gusta en general pero me pasa un poco lo que dices que no para todos los días porque en el desarrollo es un poco lento y a veces me apetece algo más ligero. Me encantan tus reseñas, muchísimas gracias. Y llevo dos libros seguidos coincidiendo con ellas a la vez que las publicas jajaja.
ResponderEliminarPues me animas a leer la primera de la serie. No lo tenía claro. Sí que hay que advertir que el desarrollo es lento, aunque merece la pena.
EliminarNada, que me alegro que disfrutes de mis reseñas. A veces coincidiremos y otras veces no, pero mientras te sean de alguna utilidad, cumplen su función. Besiños.