viernes, 21 de noviembre de 2025

Crítica: “El destino de una condesa”, de Eva Ibbotson


 

Con aire de cuento de hadas, con humor, estilo y bastante romance

 

 


DATOS GENERALES

 

Título original: A Countess Below Stairs. En 2007 la reeditaron como The Secret Countess

Subgénero: histórica

Fecha de publicación original en inglés: 1981

Editorial: Macdonald Futura

Páginas: 383

ISBN13: 0-354-04714-0

 

En España

Título: El destino de una condesa

ISBN 978-84-253-3710-9

Traductora: Ana Quijada

1.ª ed.: 2002, Grijalbo

Páginas: 269

Encuadernación: cart.

 

SINOPSIS (tomada de La Casa del Libro

La condesa Anna Grazinsky, protagonista de est exquisita novela de corte romántico, será víctima de las grandes convulsiones que azotan Europa durante la segunda década del siglo XX. Forzada a huir de Rusia tras la revolución, encontrará refugio en Londres, en casa de su institutriz inglesa.

 

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Sí. Entró en mi lista de mil mejores novelas románticas, en el puesto 596, y todavía pasa el corte. En la lista Top 1000 de Book Binge, está la 591. También Dear Author la incluyó entre los mejores romances históricos no ambientados en la regencia. The Hope Chest Reviews hace lo mismo, dentro de lo que son los mejores romances históricos, los más dulces y los villanos más perversos (obviamente, en referencia al personaje de Muriel Hardwicke), de sus lecturas en el año 2016. Tiene crítica de DIK A en All About Romance, de 5 estrellas por parte de Becky y The Hope Chest Reviews. Aparece en dos listas habituales de romántica, la del «disfraz» y favorite funnies.

 

CRÍTICA

Me gustó tanto A company of swans, que me he comprado en español, en papel, las que he podido, de segunda mano. No me importa de qué fecha es una novela, si el estilo de la autora me va, y encuentro que estas de Ibbotson las disfruto un montón.

¡Qué lindo cuento de hadas, y tan romántico...!

La cenicienta de turno es Anna Grazinsky (21 años, le calculo), condesa rusa en el exilio, después de que el padre muriera en la Primera Guerra Mundial y ellos tuvieran que huir con lo puesto tras el golpe de estado bolchevique.

En Inglaterra los acoge su antigua nanny, miss Pinny.

Como no tienen dinero, en el verano de 1919, Anna decide emplearse como doncella en una casa de campo, Mersham, a espaldas de su familia. Trabajará duro, siguiendo el Compendio doméstico, en tres volúmenes, de Selina Strickland (hay más de un chiste a cuenta de este su libro de cabecera).

Su príncipe azul será Rupert Frayne, conde de Westerholme. Ha heredado el título después de que su hermano mayor muriese en la guerra. Él mismo ha pasado por la Gran Guerra, tripulando un avión de manera heroica.

Resultó herido y, en el hospital, conoció a la bruja de esta historia, Muriel Hardwicke, con la que se compromete. El dinero de ella le ayudará a salvar Mersham, y sus habitantes.

Que son unos cuantos secundarios de lo más atractivos: su madre Mary, y todos los criados, desde el mayordomo Proom hasta Win, la fregona con mudez.

La mayor parte del libro se ambienta en ese Mersham a donde llegan Rupert y su prometida, preparando la boda.

Rupert y Anna se conocerán y se caerán bien, poco a poco se enamoran. Rupert se siente atrapado entre su deber y este amor sin esperanza. Por eso, cuando Anna se dé cuenta de sus sentimientos, queda apesadumbrada.

Por lo demás, mantenía el silencio. Solo sus ojos traicionaban su perplejidad ante el hecho de que el amor, cuando al fin llegaba, pudiera ser tan físico, tan extenuante y tan triste.

Esa ambientación de posguerra, con restos eduardianos, me recordó más a una novela de E. M. Forster, o a «Arriba y Abajo» (Anna sería la condesa que vive «abajo», a countess below stairs del título original), que a cualquier cosa que se publica normalmente como «novela romántica».

Desde luego, tiene unas cuantas cosas que hoy en día jamás verían la luz, por políticamente incorrectas, y eso incomoda un poco.

Pero tiene una manera de contar las cosas terriblemente romántica, aunque por supuesto cero spicy. Por eso, creo yo, han vendido estos libros de Ibbotson, en el siglo XXI, como novela romántica juvenil, «blanca».

Esto es... otra cosa diferente a lo que se publica hoy.

Ante todo, son novelas muy bien escritas, con ambición literaria, que rezuma cultura. Te cuentan que el tío-abuelo de Rupert escucha Liebestod; por influencia de Anna, cambia a Stravinski. Tú ya te imaginas qué quiere decir eso.

La autora te atrapa y no puedes dejar de leer: está bien trabado, y, cada personaje, muy bien caracterizado.

Muchas veces lo importante no es solo lo que dice, sino lo que insinúa con una palabra, con una mirada o un gesto. Por ejemplo, Muriel, ese mal bicho, se portará mal con mucha gente, pero hay veces que ni siquiera sabes exactamente lo que dice o hace. Lo comprendes viendo sus efectos. Es devastador ver a Hannah Ravinovitch con la mirada perdida por algo que le ha escrito Muriel, y que no te dicen expresamente.

Hannah estaba inmóvil junto a la ventana, con la carta en las manos. Parecía súbita, inmensa, absolutamente cansada y tan vieja como una de las plañideras vestidas de negro de la aldea saqueada por los cosacos de su juventud.

Hay otra historia de amor, tierna, entre Tom Byrne, un vizconde amigo de Rupert, y Susie Ravinovitch. Están colados el uno por el otro, pero Susie rechaza casarse con él, una y otra vez, porque considera que Tom, rico, guapo y de buena familia, podría casarse con cualquiera, y no con ella, gafosa y poco agraciada; cree que él solo está enamorado de alguien «creado en su imaginación». Harán falta palabras bien románticas para que ella, finalmente, le diga que sí.

Esta novela tiene sus toques de humor no exactamente británico, sino con un aire centroeuropeo, o sea, de sonrisa melancólica. Pese a su aspecto de cuento mágico, de identidades ocultas, hay un trasfondo de cosas terribles y amargas, como los efectos de la guerra mundial. 

Hay un momento tristísimo en que Rupert va a Cambridge, y mientras recorre sus patios y edificios, se acuerda de sus amigos, aquí Con Grainger borracho recitó… allí Naismith trepó al tejado… Y luego te dice que uno murió al llegar a Francia, otro quedó casi ciego, y un tercero saltó en pedazos al pisar una mina…

Duele ese vacío enorme, de todos los chicos ausentes

Te lo imaginas con música de Empty chairs at empty tables

Hubo por entonces una ola de espiritismo, de dolidos parientes que querían hablar con los muertos en la guerra, y eso también se ve aquí.

O, aunque te lo pongan con gente optimista y vital, el exilio de los rusos blancos, que de ser ricos han tenido que aprender a buscarse la vida (a veces con ideas de lo más peregrinas).

Muy relevantes para la trama son las ideas eugenésicas que recorrieron Occidente en los años veinte. Se personifica en Muriel y su gurú, el Dr. Lightbody: un par de fanáticos de lo más odiosos, que caen en capacitismo, o el despreciable antisemitismo.

Me leí esta novela de un tirón, y eso que es una de esas novelas que me gusta leer poco a poco. Me encantó.

Si no le doy cinco estrellas es, creo yo, por el personaje del tío Sebastián, un viejo verde solterón que acosa a las doncellas, y aunque no lo disculpan, tampoco acaban de condenar su actitud. Lo toman con cierto humor, pero a mí me incomodó un tanto.

Quitando eso... me ha tenido enganchadísima, disfrutando de cada palabra, cada frase.

Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: quienes gusten historias románticas con aire de otra época

Otras críticas de la novela:

Como es un clásico, tiene página en la Wikipedia. No aconsejo leer la sinopsis, porque te cuentan toda la historia. 

 


Mipeti, en El rincón romántico, le pone 4,5 estrellas.

Silvia, en Divagando entre líneas, positiva.

Paso a las opiniones en inglés.

All About Romance, DIK A.

The Hope Chest Reviews, 5 estrellas

Cannon Ball Read, 5 estrellas

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