Una de ciencia ficción cuyos protagonistas, además, se enamoran y tienen su
final feliz. Y es una primera novela, impresionante.
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DATOS GENERALES
Título original: Shards of Honor
Subgénero: ciencia
ficción / Space opera
Fecha de publicación
original en inglés: 1986
Editorial: Baen
Parte de una serie: #1
(o #2) de la Saga Miles Vorkosigan, depende de cómo lo veas.
Como señala la propia
autora, ella no le ha puesto nombre a la serie, hablándose de Vorkosigan Books,
el Vorkosiverse, los Miles books, y otros nombres. Y tampoco los numeró, en
parte porque quería que se leyeran individualmente y empezaras por donde
quisieras, y en parte porque si más tarde decidía soltar una precuela en algún
sitio (cosa que, en efecto, ha hecho) trastocaría el sistema de numeración.
Eso hace que cada uno
le ponga un orden de lectura y también de numeración.
Goodreads, señala que
cronológicamente es el libro 1, aunque en la cronología interna de la historia
estaría después del relato ‘Dreamweaver's Dilemma’ (1995) y En caída libre.
Para FictionDT este
es el libro #2 de la saga, anteponiendo En
caída libre, que se publicó dos años más tarde pero que tiene lugar mucho
tiempo antes de los acontecimientos de la primera novela.
Además, fue publicada
posteriormente junto con Barrayar
como Cordelia’s Honor.
Edición en español: Fragmentos de honor: la aventura de los
padres de Miles Workosigan
Traductor: Rafael Marín
Trechera
Edición: 1.ª edición,
1.ª imp. 02/2003
Publicación: B
(Ediciones B)
Colección: Nova, 157
SINOPSIS (según la Casa del Libro)
Cordelia Naismith, de la Fuerza
Expedicionaria Betana, estaba en el lugar y el momento equivocados, incluso
llevaba el uniforme que no debía. Así que su encuentro con Aral Vorkosigan sólo podía ser consecuencia de una de esas
estratagemas tan sórdidas y abundantes en la militarizada sociedad de Barrayar.
Un conjunto de intrigas, traiciones y engaños la conducen a establecer una paz
personal con Aral Vorkosigan, su principal enemigo.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Curiosamente, sí, aunque es más un clásico de ciencia ficción con
elementos románticos. A esta serie he llegado a través de las páginas web de
novela romántica. Así, All About Romance considera que toda la serie en su conjunto es merecedora de ser considerada DIK A, es decir, libros que te
llevarías a una isla desierta.
CRÍTICA
Tenía apuntada la serie de ciencia
ficción dedicada a Miles Vorkosigan desde hacía mucho tiempo. Me fue
recomendada y sabía que me iba a gustar. Pero lo he ido dejando por aquello de
que es una serie en marcha, con más de una docena de títulos y no sabía si
implicarme en algo así.
Hasta que en el Top 100 de NPR sobre
las mejores novelas románticas incluyeron una de esta serie, Una campaña civil. Y entonces me dije
que ya no había excusas, me tenía que poner a esto, sí o sí. Porque para llegar a esa, tengo que leerle las anteriores de la serie, ¿no?
Hay que advertir que he leído
ciencia ficción desde hace años, o sea, que sin ser de mis géneros favoritos,
lo puedo disfrutar. Creo que se debe a que te lleva sin esfuerzo a otro tiempo
y otro lugar. Y esta saga de Miles Vorkosigan es un clásico de la ciencia
ficción, ganando premios Nebula y Hugo, por ejemplo.
A la hora de enfrentarme a esta
serie tenía dos, no, tres opciones. Una, leer los libros en orden de
publicación; dos, leerlos conforme a la cronología interna (libros o cuentos
posteriores se refieren a eventos anteriores); y tres, por la que he optado,
que es seguir la propuesta de la autora: básicamente respeta la cronología
interna, pero empieza por la primera novela que publicó.
Y como Tristram Shandy de
Sterne, antes de conocer al héroe de la saga, Miles Vorkosigan, tienes que saber de su concepción, o sea, sus padres. Esta primera novela de Lois McMaster
Bujold precisamente trata de eso: de cómo estas dos personas se conocen, se
enamoran y tienen su final feliz, por lo que entra perfectamente dentro de la
definición de novela romántica. Al estilo de un suspense romántico, por
ejemplo, en el que la trama principal es una (thriller, o investigación
detectivesca, lo que sea) y al tiempo los dos personajes principales se
conocen, se enamoran, superan los obstáculos y acaban felices para siempre. O,
al menos, juntos y vivos, que también me vale.
La historia empieza con Cordelia,
investigando plantas y animales en un planeta cuando su grupo es atacado. Ella
es de la Colonia Beta, un sitio un poco en plan estadounidense, con un
presidente personalista, bastante libertad personal y soldados que discuten las
órdenes y que incluso votan cosas. Quienes los han atacado es un grupo de
Barrayar, planeta con una sociedad diferente, militarizada, muy “ordeno y mando”;
clasista, con una casta de nobles de sangre, un emperador y un príncipe
heredero natural; los padres son quienes arreglan los matrimonios.
Pronto se encuentra separada de sus
hombres, y prisionera de Vorkosigan, el comandante de los barrayaranos. Pero él
está sospechosamente solo, y tiene que ir hasta determinado punto, donde
encontrará recursos para poder regresar a su nave. Un hombre cuya mala fama
como “el carnicero de Komarr” le precede. No obstante, tendrán los dos que
colaborar para salir de ese planeta, y trabajando juntos aprenden a respetarse
y que el otro no es exactamente lo que parece. Ni el carnicero es tan
despiadado ni los colonos de Beta tan inocentes.
En Cordelia tenemos una heroína kick-ass de lo más decidida e
inteligente, el auténtico personaje inolvidable de esta historia. Parece poca
cosa, muy compasiva, hasta que le inflan los ovarios y siendo una mujer
bastante práctica, acaba ella solita con cuanto necio (o necia) se le pone por
delante. Una “bocas” capaz de soltar frases ingeniosas en las situaciones más
peligrosas, con un humor ácido ciertamente agradable de ver. Eso sí, cuando va
a ver a su chico, no duda en soltarse el pelo y ponerse un vestidito de flores.
Aral Vorkosigan es más tu militarote
estándar: un estratega de primera, que a veces se involucra en complots
demasiado retorcidos, muy propio de la política de Barrayar. Pero con Cordelia
suele ser ecuánime, honesto, nada avasallador,… salvo algún detallito exigido
“por necesidades del servicio”. Él la salva, ella le salva. Todo muy
equilibrado e igualitario.
Tal vez por el género al que
pertenece, o por ser de los ochenta, la parte sensual es mínima o inexistente,
un beso y nada más. Pero sus diálogos son fantásticos, y luego tienes miraditas
y el regodearse cada uno en el cuerpo del otro. En fin, que la parte romántica
está ahí, entre batalla y batalla, y tú te puedes imaginar en tu cabeza toda la
tensión sexual no resuelta que quieras.
Hay en la novela una interesante
exploración entre la realidad y la distorsión de esa realidad para fines
políticos o propagandísticos, y la cerrazón, tan fanática, de quien no quiere
creer nada bueno. Por ejemplo, a Aral le llaman el “carnicero de Komarr” por
una matanza que él no perpetró. A Cordelia la consideran una heroína por haber
matado a un malo muy malo, pero lo cierto es que ella no lo mató, y aunque
proclama esto una y otra vez, no la creen. Y, en su lógica de fanáticos, le
buscan explicaciones alternativas a las afirmaciones de Cordelia. Esa parte es
realmente estremecedora, cómo puedes estar diciendo la verdad y simplemente se
niegan a creerte porque lo que tú dices no encaja en sus ideas preconcebidas.
Frente a esa visión distorsionada que
la sociedad tiene de uno, está siempre el “honor”, como motivación central de
los personajes, de Aral y también de Cordelia, aunque ella misma se sorprenda
cuando se lo dicen. El honor no tanto como visión que otros tienen de uno, sino
la propia estima, aprecio, coherencia con la conciencia de uno mismo.
Está muy lograda la construcción de
un universo alternativo, con distintas sociedades, cada una con su mentalidad,
sus propias instituciones e historia, o su política. Te traslada totalmente a
ese otro mundo, y eso es de lo mejor que se puede decir de novelas de ciencia
ficción. Pero, al mismo tiempo, no puedo olvidar que se publicó en 1986, y que
entonces aún estaba la Guerra Fría y el mundo dividido en dos bloques
ideológicos, y no es difícil ver a Barrayar como un modelo inspirado en el
totalitarismo soviético, y a la Colonia Beta como un trasunto de los Estados
Unidos.
Las opciones de los protagonistas
hacen ver que no todo es blanco y negro, sino que hay toda una gama de grises
que hace que ninguna sociedad sea tan monolítica como parece. ¿Y el final? Me
dejó apabullada. Ya sé que es un ***spoiler***
decirlo pero, ¡qué demonios! Esta novela lleva rulando por el mundo treinta
años, así que lo digo: una larguísima escena de una especie de forense
recogiendo los cadáveres de los caídos en una absurda guerra, de uno y otro
bando. No puede haber nada más desolador.***Fin del
spoiler***
Por cierto que la he leído en
digital y en inglés, porque en español sólo está en papel y a precios de
coleccionista obsesionado por la saga. Y en menos de veinticuatro horas, por
cierto, así de fuerte me agarró la historia.
Valoración
personal: estupenda, 4
Portada de 1986 |
Se
la recomendaría a: todos los aficionados a la ciencia ficción.
Otras
críticas de la novela:
Como es un clásico,
tiene página en la wikipedia. En español, han dedicado atención
a este libro sobre todo páginas de ciencia ficción, que como la serie se
tradujo desordenada, lo han leído después de otras de Miles Vorkosigan, como El aprendiz del guerrero, y dicen que
les sirvió para explicarse cosas que aparecían en ella. Yo, como he optado por
el orden que sugiere la autora, no he tenido esa experiencia.
A Cyberdak lo que le
molestó de este libro es que tardaran 17 años en traducirlo, y no ignora que
aquí se está contando la historia de amor (“rosa” dice él) de los padres de
Miles Vorkosigan.
También comentan esta novela en Un libro para esta noche y Guardia oscura.
Pasemos al inglés, All About Romance considera (ya lo adelanté arriba) que toda la serie es DIK A, es decir, libros que te
llevarías a una isla desierta.
Para The Book Smugglers, es
demasiado “vieja escuela”.
Smart Bitches Trashy Books le dan
a Cordelia’s Honor (Shards of Honor + Barrayar) una B+, aunque
advierte que es una C+ para Shards y una A+ para Barrayar. Y
señala que:
“Shards of Honor fue escrita en 1986, y entra sólidamente dentro del género de la novela romántica, aunque con algunos giros”.
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