Este NO es un libro de la lista Top
100 AAR
…Y puedes apostar a que jamás
aparecerá. Pero es una curiosa y entretenida reliquia de otro tiempo.
Reedición Warner Books
Marzo 1997
|
DATOS GENERALES
Título original: Love’s Encore
Fecha de publicación
original en inglés: agosto 1981
Subgénero: genérica contemporánea
Candlelight Ecstacy
Romance, n.º 21
SINOPSIS
En una noche
temeraria, la vida de Camille Jameson
cambió para siempre: un desconocido alto y guapo, una velada romántica – y
arrepentimiento suficiente para llenar toda una vida.
Dos años después,
Camille es una exitosa decoradora de interiores con la oportunidad de restaurar
una de las más orgullosas mansiones de Misisipi. Acude dominada por el
entusiasmo, impaciente por afrontar lo que es su mayor desafío profesional
hasta la fecha – hasta que Zack Prescott
entra con paso despreocupado por la puerta principal de la mansión y vuelve a
su vida.
Es exactamente como
lo recordaba, salvo por la mirada de complicidad en sus ojos, que recuerda lo
que compartieron en el pasado. Ahora, obligados a vivir en una cercanía
insoportable, Camille y Zack descubrirán si su terco orgullo los mantendrá
separados para siempre – o si el destino les ha obligado a encontrar el camino
de regreso a casa.
CRÍTICA
Cuando escribí aquí mi artículo
sobre una de mis escritoras favoritas, Sandra Brown, pensé que sería
interesante rescatar de mis archivos mi crítica de su primera novela. Lo primerito, primerito
que salió a la luz con su nombre. Bueno, no exactamente con su nombre, sino con
el pseudónimo de Rachel Ryan.
Sus primeras palabras como
escritora fueron las siguientes:
Camille detuvo su utilitario bruscamente en cuanto vio
un poco de Bridal Wreath. Había seguido las instrucciones que le dieron en la
oficina de turismo en el histórico Stanton Hall y cogido la calle Homochitto
desde el centro de Natchez. La mujer que la atendió le dijo que la carretera que llevaba a la vieja
mansión quedaría a su izquierda justo antes de que aquella vía por la que ella iba se
cruzase con la autopista 65.
Estamos ante un Candlelight
Ecstacy Romance, n.º 21. Y diréis, qu'est-ce
que c'est un Candlelight Ecstacy Romance? Acudamos a la wikipedia romántica.
Candlelight Ecstasy Romance fue la colección de romance genérico que la editorial Dell publicaba bajo el sello Candlelight en los años ochenta. Candlelight sucumbió a una cosa llamada “la guerra del romance” de los años ochenta y que al final llevó
a que Harlequin comprase Silhouette. Resumiendo: allá en los ochenta Harlequin
no era la única editorial dedicada al romance genérico, y Sandra Brown empezó
su carrera como escritora de uno de esos otros sellos.
El título de Love’s Encore viene a significar más o
menos “Un bis de
amor”, una “Segunda oportunidad”. Ya lo advierte la autora en las reediciones,
“la historia refleja las tendencias y actitudes que eran por entonces
populares”. Una forma nada sutil de curarse en salud por si la historia te resulta algo anticuada.
Camille Jameson, una decoradora de
Atlanta (Georgia), ha recibido el encargo de reformar Bridal Wreath, una
mansión cerca de Natchez (Misisipi). Nada más verla, se enamora, recorriendo el
camino de entrada, con robles, y magnolios en flor a los lados y, por supuesto,
los arbustos de Spiraea x vanhouttei que
le dan nombre. Es tan magnífica que lo primero que “oímos” decir a Camille (tres
párrafos después del que he traducido) es “¡Chúpate esa, Escarlata O’Hara!”.
Bridal wreath
Fuente: wikicommons
|
Esta veinteañera volcada en su
trabajo no siente interés por el sexo opuesto. Hace dos años “se entregó a un
hombre” y después no sintió más que “vergüenza y humillación”. Oh, sí, es "ese tipo de novela". Y con ello ya sabes que esta chica tiene serios problemas de autoestima…
Vestida con su traje de lino
amarillo y una ligera blusa de gasa estampada (siempre puedes contar con Sandra
Brown para estos detalles), Camille espera sentada como una correcta dama
sureña a que la atienda el encantador anciano que la ha contratado para redecorar
su hogar, Rayburn Prescott. Pero quien entra por la puerta es el hijo y
heredero de Rayburn: Zack, un guapo treintañero de cabello castaño entreverado
de reflejos dorados y que la mira con penetrantes ojos azules. Precisamente, el
hombre que en el pasado compartió unos románticos días con Camille.
Lo que realmente está pasado de moda
en esta historia es la heroína, ñoña e insípida. A partir de una palabra
aislada, empieza a montarse en su cabeza historias siempre desfavorables para
ella y llega a conclusiones precipitadas. Remilgada, piensa que él “le ha
robado algo que no le pertenecía salvo que fuera su marido”. Eso sí, sabe
vestir bien y como es una profesional de la decoración, puedes sacar un par de
ideas muy útiles.
En cambio, el atractivo Zack Prescott
es un hombre hecho y derecho, diez años mayor que ella (algo que era bastante
habitual en aquella época). A estas alturas, tiene bastante claro lo que espera
de la vida. En ningún momento lo ves como Camille, un “despiadado que sedujo a
una niña inocente”, sino como un tipo normal y agradable, bastante realista,
como todos los hombres de Sandra Brown. No es meloso ni se complica mucho la
vida con reflexiones sentimentales. Su actitud es más bien: “Me gustas, lo
pasamos bien juntos, el sexo es estupendo y querría conocerte mejor por si
acaso esto va a alguna parte” pero “tampoco esperes que me ponga a buscar los
nombres de nuestros hijos después de la primera cita”. O sea, un tipo nada
acartonado.
Como Camille tiene que vivir en la
mansión mientras se planifica y ejecuta la reforma, la situación es incómoda
para los dos. La trama gira en torno a un “estúpido malentendido” que se habría
resuelto de inmediato si, al encontrarse en la página 8, hubieran hablado como
adultos. Pero no, prefieren pasarse la novela como adolescentes enfurruñados.
Hay momentos sensuales, besos, roces y algo de sexo, pero nada demasiado
gráfico. Como es habitual en estos romances genéricos, aparece la “otra mujer”,
con todos sus atributos propios de la época: uñas con manicura profesional,
cabello rubio perfectamente peinado y exquisitamente vestida. Pongámonos en
situación, esta novela es coetánea de los culebrones Dallas
y Dinastía. ¿Qué heroína no se sentiría torpe y descuidada?
No está nada mal para una primera
novela. No es, ni de lejos, lo mejor de su autora. Pero sigue resultando una
lectura rápida y entretenida. Lo más logrado es la atmósfera sureña, el calor y
la humedad del Misisipi, las mansiones con columnas griegas, el sabroso gumbo
y los distintos aspectos del proceso de reforma. Realmente disfrutas paseando
por sus salones, contemplando los parterres de flores y comiendo en un
pintoresco restaurante de Natchez, aunque preferirías hacerlo en los zapatos de
una heroína un poco más intrépida.
Valoración
personal: buen romance genérico con aire de otra época, 3
Se
la recomendaría a: entusiastas de Sandra Brown
Otras
críticas de la novela:
Ficha en FictionDB |
Una versión anterior
de esta crítica la publiqué en El rincón de la novela romántica, y creo que es la única que hay en español.
Como es una novela de
1981, tampoco es que en inglés encuentres muchas. Cuando la reeditaron junto a Eloquent Silence (otra obra browniana de aquella época), hicieron crítica de los dos libros conjuntamente en Booze Bookz and Bad Boyz y en Clue Review.
Encontré otra en Once Upon a Chapter. En general, les gusta a pesar del tiempo transcurrido.
Creo que es de lo más
potable que puedes rescatar de aquella época dentro de este tipo de novelitas cortas de género.
No hay comentarios:
Publicar un comentario