martes, 6 de enero de 2015

Crítica: "Se abre la veda", de Linda Howard



Una de las reinas del suspense romántico, siempre cumplidora.

Open Season by Linda Howard
Pocket, 2002
DATOS GENERALES

Título original: Open Season
Fecha de publicación original en inglés: 2001
Subgénero: suspense romántico
Puesto en la lista AAR 2013: 72

Traductora para la versión española: M. Cristina Martín Sanz

SINOPSIS 

Ten cuidado con lo que deseas…

El día que cumple treinta y cuatro años, Daisy Minor decide rehacer toda su vida. Esta bibliotecaria de una pequeña ciudad ya se ha hartado de su ropa aburrida, un aspecto corriente y casi una década sin una cita en condiciones. Es hora de tener una vida, incluida una vida sexual. Daisy, la sempiterna niña buena, se transforma en una fiestera extraordinaria, bailando en clubes nocturnos y flirteando si reparos. Se ha abierto la veda para la caza de hombres.

Pero su despreocupada diversión se vuelve peligrosa cuando ve algo que no debería haber visto, y de esa manera se convierte en el objetivo de un asesino. Ahora, antes de encontrar a un hombre para compartir su vida con él, tendrá que encontrar uno que la salve.

El jefe de policía Jack Russo parece ideal para el papel, ¡lástima que no sea del tipo de Daisy!

CRÍTICA

¿Sabéis estos programas de televisión que te remodelan por completo? Sí, de esos que dicen a la protagonista que no tiene ni idea de cómo vestir ni cómo peinarse, que tire toda su ropa, incluida la lencería y que rehaga su fondo de armario a partir de diez básicos Bueno, pues un makeover semejante es lo que pretende Daisy al cumplir los treinta y cuatro años.

Es tu prototípica chica sencilla del Sur estadounidense. Viste de manera conservadora y aburrida, jamás pronuncia una mala palabra y nunca le han puesto ni una multa de aparcamiento. Es chapada a la antigua hasta en las palabras cursis con las que define algunas cosas. El cliché incluye trabajar de bibliotecaria e ir a la iglesia los domingos.

Afortunadamente, hay en la ciudad un tipo al que considera gay y que la ayuda a peinarse, comprar ropa, etc. Porque sí, a falta de un Tim Gunn, bueno es un Todd pseudogay. Con pelo teñido de rubio y vestida estilosa (cualquier cosa lo parecería en un mar de tops apretados y vaqueros aún más ceñidos) se lanza a bailar y flirtear por esos tugurios de Dios. A ver si así conoce al hombre de su vida. Nada de rollos de una noche, no vayáis a pensar. Porque Daisy lo tiene claro. De lo que se trata es de encontrar un tipo del que enamorarse, casarse y tener hijos. Esta chica es totalmente convencional.

Tiene ideas muy originales como por ejemplo ir a comprar condones a la tienda del pueblo para que se corra la voz de que la aburrida Daisy está disponible y así se le acerque algún soltero con buenas intenciones.

Cosas suyas. En fin, el problema que tiene es que todo no acaba de salir exactamente como ella pretende, ya que en su camino se cruza el grosero Jack Russo. Jefe de policía, yanqui que no sabe respetar ni las buenas formas sureñas ni siquiera el espacio personal de cada uno. Además está divorciado y el matrimonio es lo último que se le pasa por la cabeza.

Como esto es suspense romántico, hay una trama criminal. En este caso, la trata de blancas. La verdad es que el prólogo describe un desgraciado “cargamento” de muchachas con las que se trafica con ese fin. El tono inicial me resultó tan sombrío, que me pregunté si podría realmente interesarme este libro.

Pero a partir del primer capítulo, la historia se centra en Daisy y su cambio radical, sus intentos de ligar y la relación con Jack Russo. Es verdad que hay una tensión subyacente, porque por detrás de todas esas digresiones sobre cómo intenta maquillarse o si adopta una mascota, sabes que hay un grupo de gente muy siniestra traficando con mujeres. Que están dispuestos a matar para que no queden cabos sueltos. Que es en lo que se convierte Daisy, un detalle a eliminar.

Afortunadamente, no es de esas novelas que te tienen con el alma en vilo en plan ahora los malos van a hacer algo terrible con lo que ninguno de los protagonistas cuentan. Daisy tiene muy buen sentido y nunca incurre en esos comportamientos de damisela en peligro “demasiado estúpida para vivir”.

Los personajes son prototípicos Linda Howard. ¿El héroe? Un macho alfa estándar: policía que ha trabajado de SWAT, fuerte como un toro, no repara en nada con tal de salirse con la suya, invade el espacio personal de Daisy, y cuando decide ir a por ella, controla dónde está, qué hace y se entromete, como en el asunto de los condones. Muy machote. ¿Romanticismo? El justo. Su pensamiento pasa más o menos por estas fases: 1. Quiero sexo contigo y lo voy a tener; 2. Eres divertida y me caes bien. 3. Me siento muy protector, no quiero que te pase nada. 4. Debe ser amor. 5. ¿Quieres casarte conmigo?

Nada más sutil ni declaraciones floridas a la luz de la Luna.

La chica, aunque muy tradicional, cae bien y tiene su chispa hablando. Aunque se tiña de rubio y vista más sexy, toda su aspiración en la vida es convertirse en esposa y madre. Cuando se imagina a sus niños, por supuesto es al chaval jugando a un deporte con su padre y la niña, como si lo viera, en plan mona. ¡Ojalá la niña le saliera líder de la liga juvenil de béisbol! Todos los roles masculinos/femeninos están muy marcados y son muy pero que muy convencionales, como el que un hombre no sabe lo que es el color malva o el castaño. A menos que sea gay.

Una novela muy entretenida que te hace pasar un buen rato. Dentro de lo que es el suspense romántico, no es de las que te hace sufrir, centrándose más en la remodelación de Daisy y su relación con Jack Russo, el cachas jefe de policía. Sexo explícito y bien dosificado.

La parte que menos me convence es lo convencional que resulta todo en esta novela en cuanto a los roles de género y la ambientación en una pequeña localidad sureña. A pesar de ello, la autora no nos engaña: advierte que está lleno de cotillas que se entrometen en la vida de los demás, y unos cuantos gusanos pervertidos, como en todas partes.

Obtuvo el Premio de la lista de Internet Romance Readers Anonymous a la mejor novela de suspense/misterio/aventura del año 2001. Además, en la encuesta anual de All About Romance tuvo una mención honorable como “contemporáneo favorito”. Cuando se hizo la miniencuesta de suspense romántico en 2007 obtuvo el puesto 14. Apareció en las listas Top 100 a partir de 2007 (puesto 92) y 2010 (82).

Como El hombre perfecto, que apareció por aquí el mes pasado, es una de esas novelas que he leído en inglés, en digital, de manera que no puede opinar sobre qué tal está la traducción. Recuerdo, de nuevo, que la traductora habitual de Linda Howard lo suele hacer bastante bien.

Valoración personal: bueno, un 3

Se la recomendaría a: todos los aficionados al suspense romántico.

Otras críticas de la novela:


En inglés, está la crítica de RT Book Reviews y All About Romance

Ohiko per bezala, la ficha en FictionDB
 


Otras novelas de la autora en el Desafío AAR:



Ediciones en España

-       Se abre la veda (2002) Titania; col. Titania contemporánea

2 comentarios:

  1. Me gustó pero no para tirar cohetes. Creo que fue por Jack Russo, romántico para nada. Sin duda no es el protagonista con el que una sueña por las noches.

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    1. Sí, creo que esa sería la reacción mayoritaria: para pasar el rato. Y no te diría yo que no fuera por ese protagonista tan alfa, tan machista. Aunque bueno, oye, para gustos los colores, igual hay quien prefiere que su fantasía romántica sea así. Personalmente, todo me resultó demasiado rol de género estereotipado en esta novela.

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