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DATOS GENERALES
Título original: Everything I Know
About Love I Learned from Romance Novels
Género: ensayo
Fecha de publicación
original en inglés: enero de 2011
Editorial: Sourcebooks
Casablanca
222 páginas
NO TRADUCIDA AL
ESPAÑOL
SINOPSIS
Coge un héroe elegante,
con un corazón de oro y un peinado corto por delante y melenilla por detrás. Añádele una heroína con un polisón y toda la intención de andar pateando
culos. Incluye entonces suficientes ardides para mantenerlos ocupados peleando
al mismo tiempo que los dejas solos y –posiblemente- sin alguna pieza
estratégica de ropa, ¿y qué es lo que tienes? Una novela romántica. ¿Y qué más?
Suficientes lecciones sobre la vida, el amor, y todo lo que hay en medio, para
ayudarte a tu propio final feliz.
Lecciones como...
El romance significa creer que te mereces un final
feliz.
Aprendes a diferenciar el príncipe de la rana.
El romance en la vida real está aún vivito y
coleando.
No importa lo mal que estén las cosas, al menos a ti
no te ha secuestrado un duque escocés (probablemente).
Sarah Wendell es
cofundadora de uno de los más destacados blogs de romántica, SmartBitchesTrashyBooks.com.
CRÍTICA
Por una vez, voy a
comentar un libro de ensayo o no ficción. Aunque en realidad no es ningún
estudio sesudo sobre el género. Más parece una especie de conversación en la
que lectores y autoras hablan sobre la novela romántica y lo que se puede aprender
de ella. Sobre nosotros mismos, el sexo y los sentimientos, nuestras
relaciones, la vida en general.
La tarea de la autora ha
sido más bien compiladora y compositiva, organizando el material y añadiéndole
reflexiones desenfadadas. A veces divertidas, otras profundas. Cuando se habla
de amor y sentimientos el tono varía entre lo entretenido y el manual de
autoayuda.
Incluye algunos
fragmentos de obras bastante conocidas como El diablo en invierno de Lisa Kleypas, o Atrapada por tus caricias de Loretta Chase, para ilustrar algunos puntos de su
tesis.
¿Y cuál es su tesis? Que
la novela romántica valora a la mujer, su felicidad personal y sexual.
Es por ello que, de este género, se pueden obtener enseñanzas para la vida
emocional.
El índice del libro te
orienta un poco al respecto:
Sabemos quiénes somos, y conocemos nuestros méritos
En este
capítulo se lee, por ejemplo: Los
lectores de romance experimentan el descubrimiento reiterado de alguien que no
sólo lucha por su felicidad, sino que se da cuenta de que ella merece la pena.
Esa es la primera lección de las novelas románticas, en realidad: el romance se
encuentra en cómo nos tratamos a nosotras mismas.
Sabemos más que unos pocos hombres buenos
Aquí
desmonta esa idea tan idiota de que las novelas románticas crean falsas
expectativas sobre lo que es un buen hombre. Como si la lectora de romántica no
diferenciara entre realidad y ficción. Encontramos a una profesional de la
Sanidad que habla de las mujeres que acuden a quimio con sus maridos, y que,
cuando les toca entrar, le dejan el bolso y él queda afuera, sosteniendo el
bolso. Es, la verdad, el momento más conmovedor del libro.
El hombre ideal no es el que tiene la cuenta corriente más
abultada o el deportista más potente, sino el hombre que sostendrá tu bolso
cuando estés en la clínica oncológica.
Sabemos lo que no queremos
Más tarde, los romances me enseñaron a no conformarme. A
las jóvenes se les dice con frecuencia que se asienten. Con su novio del
instituto, o con cualquiera que sea “suficientemente bueno”.
Y las
novelas románticas te enseñan justo lo contrario: no te conformes con el
primero que pase.
Sabemos cómo identificar a héroes y heroínas de la vida
real
Respeto es el ingrediente clave en un héroe o heroína.
Sabemos lo que es el buen sexo
Los romances no son pornografía. Pero contienen sexo. Lo
mismo Policía de Nueva York,
Gigoló por accidente, y Coupling de la BBC, y ninguno de ellos era
pornografía. La presencia de sexo no equivale a la definición de porno.
Sabemos cómo resolver problemas
¿La esencia
del género? En una novela romántica, las
cosas siempre acabarán bien al final, y si no están bien, es que no es el
final.
Porque en
una novela romántica, no todo es rosa. Es decir, precisamente trata de resolver
problemas y obstáculos, internos o externos, para merecer un final feliz.
Sabemos cómo pedir lo que queremos
Una enseñanza
de lo más útil: hay que tener claro lo que uno quiere, y decirlo, porque nadie
es adivino:
Aunque dé miedo, hay que pedir lo que uno quiere, o nunca
lo obtendrás. No puedes esperar que nadie, sea hombre o mujer, un amigo o tu
media naranja, te lea el pensamiento y anticipe exactamente lo que quieres.
Sabemos que el final feliz exige esforzarse
La autora
de paranormal Kresley Cole da en el
clavo cuando dice:
Una cosa que creo que la mayor parte fuera del género no
percibe, es que los protagonistas del romance se ganan su final feliz. Tienen
que trabajar por él. Creo que por encima de todas las cosas, las novelas
románticas nos enseñan que los finales felices no vienen fácilmente. Como
ocurre en la vida real, estas relaciones requieren esfuerzo, dedicación y
sacrificio.
El capítulo final: el final feliz empieza… Ahora
El romance es también cómo te tratas a
ti mismo: con compasión bondad, respeto, y comprensión. Es importante saber lo
que tú quieres, y pedirlo, porque tú también eres importante y valioso.
Quien no sea aficionado
a la novela romántica, puede sorprenderse del mucho jugo que le sacamos a estas
historias de amor, la “ganancia psicológica” que se obtiene de leer novelas de
amor.
Los aficionados al
género compartiremos bastantes reflexiones. Leer este libro es como estar en un
café con amigas virtuales hablando de estas cosas. En definitiva, es un manual
de autoayuda que te permite entender un poco el atractivo de este tipo de
novelas y compartir el entusiasmo de otros lectores.
Como estudio serio o
académico, pues no, posiblemente no valga gran cosa. Por eso, aunque me gustó,
se me queda -en conjunto- en 3 estrellas.
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