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DATOS GENERALES
Título original: The Smuggler and
the Warlord
Subgénero: victoriana
/ relato corto
Fecha de publicación
original en inglés: enero 2013
Este es un relato corto
publicado por la propia autora. Son sólo tres páginas, en pdf, y lo encuentras
entre los relatos
cortos que la autora ha puesto gratis a disposición del público, pestañita Free Reads de su nueva página web.
Parte de una serie: A Charm of Magpies 0.5
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica?
No. Si la he leído es porque soy adicta a esta serie.
CRÍTICA
Empecé la serie A Charm of Magpies leyendo la primera novela, The Magpie Lord. Los protagonistas de la serie son el aristocrático
Crane y el mago Stephen. En las novelas y relatos de la misma se bromea alguna
vez con cierto episodio del pasado de Crane, cuando se ligó a un señor de la
guerra de la China septentrional. Y me intrigaba saber cuándo conocería esa
historia.
Cuando ya me había leído el resto de
la serie, me entero de que ya la contó KJ Charles en este relato corto. Así que
lo comento al final, como yo lo descubrí, en lugar de al principio, que sería
lo cronológicamente correcto. Es muy cortito, con nada de sexo ni
paranormalidades. Debe ser el único de la serie apto para todos los públicos.
Empieza la historia en una fortaleza
en mitad de las montañas, supongo que en alguna zona desértica cruzada por
caravanas de la Ruta de la Seda. Si es que a finales del XIX seguía
utilizándose. Que no lo sé.
Porque estamos en la época
victoriana, aunque en Asia. Merrick, un tipo grande y fuerte se ha infiltrado
en el hogar de un señor de la guerra bastante cruel, llamado Boghda, al que le
gusta usar los cuchillos con amantes renuentes a seguir la relación.
Viene al rescate de su amo, Lucien
Vaudrey, Lord Crane, un joven aristócrata inglés que vive en Shanghái y que,
como dice Merrick, “todavía no tiene el menor sentido común cuando se trata de
escoger a compañeros de cama”.
Crane lo ve aliviado pero, en su más
puro estilo británico le dice “Oh, eres tú, ya era hora”. A lo que el otro
contesta “Perdóneme, señor, no abandone el lugar si no le parece conveniente”.
Y claro, a Crane le parece que sí, que es “muy conveniente”.
Así que realmente tampoco te cuentan
la historia del flemático aristócrata inglés y su amante bárbaro, sino la huida
de Crane. Eso implicará algo de pelea, en la que el alto y joven noble lucha de
tal forma que Merrick recuerda que su amo era un Vaudrey,
“malo hasta la médula, su familia el peor hatajo de bastardos de toda Inglaterra”.
No creo que sea destripar mucho el
decir que acaban sanos y salvos porque, bueno, esta es la introducción a una
serie que tiene a día de hoy tres novelas y otros tres relatos cortos. Cuatro
novelas si se incluye Jackdaw (febrero
de 2015), que se ambienta en el mismo mundo paranormal victoriano, aunque el
protagonista es otro.
Que a Crane le gustan los hombres
peligrosos es una tendencia que parece que no va a cambiar, y a Merrick sólo le
va a quedar el recurso de “Te lo dije”.
Está agradecido por el rescate, sí,
pero él tiene sus gustos en materia de hombres. Merrick le pregunta qué va a
pasar la próxima vez, si le va a hacer caso de sus advertencias. Ahora que lo
pienso, tal vez no sean palabras aptas para todos los públicos *:
La próxima vez que te diga que no nos metas en un follón con algún maniaco peligroso que vaya a matarnos a los dos sólo porque quieres correrte a gusto. ¿Vas a escucharme entonces?
La respuesta es obvia: no.
Crane pertenece a la clase alta
británica, que se gana la vida como contrabandista en Shanghái, y está más que acostumbrado
a hacer su santa voluntad. Se meterá en otros líos en el futuro y acabará
enamorándose del hombre más peligroso de todos, un mago que no levanta metro y
medio del suelo. Pero eso, claro, es otra historia que descubren las demás entregas
de la serie.
(*) Traduzco la expresión inglesa “to get your end away” como “correrse a gusto”. En realidad, según leo en el Urban dictionary hay más connotaciones en la frase. En principio se refiere al momento
de eyaculación masculina, aunque puede usarse, de manera más genérica, para describir
cualquier experiencia sexual satisfactoria. Se usa habitualmente, y Merrick lo
hace en el relato, sugiriendo que el hombre está actuando como una especie de
prostituto, o que quien habla no aprueba lo que hace el hombre.
Valoración
personal: me supo a poco, 2
Se
la recomendaría a: fans de la serie A Charm of Magpies.
Otras
críticas de la novela:
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