DeBols!llo, 2015 |
Una joven argentina y un príncipe saudí se enamoran en los años sesenta.
Argumento de la vieja escuela contado al estilo de la nueva.
Personajes y situaciones que no ves en novelas traducidas. Para mi gusto,
este es el tipo de novela romántica que hay que escribir en español, las que un
autor anglosajón nunca escribirá.
DATOS GENERALES
Subgénero:
contemporánea/1961
Publicación original:
2006
SINOPSIS (de la
contraportada)
¿Podrá triunfar un amor tan intenso
en un mundo tan hostil?
Argentina, 1961. Francesca, una joven inteligente, culta
y de una belleza extraordinaria, siempre ha trabajado duro parta labrarse un
buen futuro y evitar convertirse en una sirvienta como su madre. No obstante,
apenas iniciada una brillante carrera como periodista, sufre un desengaño
amoroso que pone en peligro todo aquello por lo que tanto se ha esforzado. El
hombre que le ha roto el corazón, Aldo, es el hijo de los señores de la casa
donde trabaja su madre. La ha abandonado después de que su familia descubriera
su idilio.
Francesca sabe que sólo
el tiempo y la distancia podrán curar sus heridas, y por eso acepta un puesto
en la embajada de su país en Ginebra. Esta será la primera parada en una gran
aventura que la llevará hasta los palacios más deslumbrantes de Arabia. Ahí
encontrará una segunda oportunidad para ser feliz.
Acá, el book tráiler que ilustra la trama de la historia.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Ni
idea. Supongo que no. La compré porque me gustó la trilogía Caballo de fuego.
Cuando se trata de novelas escritas en español, no tengo blogueros, páginas web
ni premios de referencia, para poder diferenciar entre las novelas buenas y las
malas. Ni aparece en mi base de datos. La edición Debolsillo de
2015 debió tener éxito, aunque sea una novela de hace diez años, pues le ha seguido una nueva edición en este mes de junio de 2016.
CRÍTICA
Este libro te cuenta la historia
desde la perspectiva de Francesca, la chica de la película, así que el “héroe”,
Kamal, no aparece desde el principio.
Comenzamos en el campo argentino,
provincia de Córdoba. Francesca es una joven hermosísima, hija de una criada
siciliana en la casa de los pijos del lugar. Es perfecta: elegante, bien
educada, habla varios idiomas y trabaja de periodista. Se enamora de Aldo, el niño
rico que, sin embargo, resulta ser un huevón incapaz de enfrentarse a su madre,
así que acepta casarse con la chica que ellos aprueban.
Para evitar convertirse en la
querida de Aldo, Francesca acepta trabajar en el consulado argentino en
Ginebra. Muy competente, en un pispás esta jovencita pone en orden la
delegación. Cuando menos se lo espera, y sin explicaciones, la trasladan a la
embajada de Riad, en Arabia Saudí.
Allí conocerá a un príncipe de la
casa reinante, Kamal Al-Saud. Un tipo rico, muy inteligente, versado en
política internacional, que tiene una posibilidad real de ser rey si su impresentable
hermano es depuesto. Con treinta y seis años, ya ha corrido lo suyo, con numerosas
amantes y gran experiencia en la vida. Sin embargo, hay algo en esta joven de veintiún
años que lo seduce sin remedio. Resulta un poquito misterioso, ya que no es
hombre dado a explayarse, sino más bien a observar y escuchar. Algo prudente
cuando se vive en una corte que es todo un nido de víboras.
Francesca se siente atraída por Kamal,
olvidando poco a poco a su joven amor argentino. En su presencia, habla
libremente, incluso a veces dice cosas que podrían entenderse como impertinencias
y teme que la expulsen del país. Pero eso es desconocer a Kamal. Para él, la inteligencia
de la joven es un valor añadido. Kamal no desaprovecha oportunidades de estar
con ella en los tiempos libres que le deja la política.
Porque esa es otra, el momento
internacional resulta interesantísimo. Estamos a principios de los sesenta, historia
ya para nosotros, ¿verdad? Se acababa de crear la OPEP como una reacción de los
países productores de crudo frente a las compañías petroleras que se lo
compraban por cuatro perras. Y te cuentan por qué los anglosajones, por
ejemplo, pusieron a Pahlevi en el poder, para asegurarse que al menos el crudo
persa siguiera llegándoles baratito. O sostenían al rey Idris de Libia con el
mismo fin. A Kamal no le parece mal, pero tiene sus dudas sobre la oportunidad
del momento.
De nuevo, encuentro el planteamiento
totalmente harlequinero: jovencita virginal y absolutamente perfecta (guapa,
inteligente, políglota…) que enamora al jeque árabe millonario que pretende
modernizar su país. El es macho alfa avasallador, celoso, que la besa sin pedir
permiso y decide casarse con ella sin pedírselo siquiera, más bien machistón. Encontrarás
aquí expresiones muy de la vieja escuela como que el sexo consista en que él la
“posea”, o “la haga mujer”, cosas que, a estas alturas, me suenan algo
viejunas. ¿Viejunas? ¡Qué digo! El patriarcado en acción.
Pero, ¡ay, amiga! lo envuelve en una
ambientación cosmopolita, en la que no te ahorran los aspectos más oscuros de
la política. El estilo es agilísimo, es de esas novelas que no puedes parar de leer. Hay un poquito
de sexo, explícito pero para mí del que pueden leer adolescentes.
Francesca es joven y buena gente, aunque
no una ingenua. Ha sido periodista y tiene pensamientos propios. Que no siempre
verbaliza porque trabaja en una embajada: la prudencia es requisito sine qua non. Tiene ojos para ver y rechaza
la sumisión de la mujer saudí, la horrible limitación de su libertad personal,
por mucho que pretendan que las occidentales también viven en cierto sentido encerradas.
Hay un momento en que la visten como una novia musulmana, y aunque todo el
mundo la encuentra bellísima como un sueño, a ella no le gusta nada. Lo piensa,…
pero se lo calla.
Y, a diferencia de esos harlequines
anglosajones en los que se suele ignorar las implicaciones de la religión del
héroe, aquí se evidencian los aspectos espinosos. Francesca es católica y Kamal
musulmán, y ello causa problemas por ejemplo a la hora de casarse, a ver cómo y
ante quién y por qué rito. Si están juntos, los planes políticos de Kamal
resultan imposibles, ella es su punto débil: nunca admitirán un rey casado con
una occidental católica. Y si él no quiere entenderlo por las buenas, se lo
podrán en evidencia por las malas.
Francesca nunca sería una mujer
tradicional en una sociedad tan machista, con tan escasa libertad para las
mujeres. Vamos, en la que las mujeres viven –en la práctica- en arresto
domiciliario vitalicio.
Tienen que buscar una solución para
estar juntos y ser razonablemente felices. Porque, a veces, no se puede tener
todo en la vida, sino que tienes que descubrir qué es lo más importante y
sacrificar cosas para estar con la persona que quieres.
Yo no sé qué tiene el estilo de esta
autora, que me es abrir un libro suyo y no poder parar de leer. Me encanta el
estilo, la ambientación, los protagonistas,… lo único que no me acaba de
convencer es el uso de expresiones chirriantes del tipo “tú me hiciste mujer” y
tal. O eso tan de violación como “de palabra me dices una cosa, pero tus ojos
dicen otra…”
Añado que me parece todo un acierto
esto que ha hecho Debolsillo en 2015, de reeditar las novelas de Florencia
Bonelli en formato bolsillo pero con tapa un poco más dura que la rústica, y
con portadas tan actuales, elegantes y nada cursis. Portadas normales. Ojalá vendan mucho y se
permitan seguir así.
La portada de junio de 2016 me gusta
un poquito menos.
Valoración
personal: buena, 3
Se
la recomendaría a: quienes gusten de contemporáneas en
ambientaciones exóticas con un aire de la vieja escuela.
Otras
críticas de la novela:
De las entusiastas: hay crítica en El rincón de la novela romántica; para Encontrada entre Libros es su
favorito; Leyendo Ando le hizo crítica de 4 estrellas.
Gracias a los libros
hace una reseña diferente, porque a ella le decepcionó: Francesca
es una de esas heroínas absolutamente perfectas que enamoran a todo el mundo y
además le pareció un planteamiento trillado. Tiene razón, sólo que a mí me
gustó tanto que lo pasé por alto. Dice también que hay sexo por todas partes, y
eso sí que no lo entiendo porque a mí me pareció lo contrario, que había
poquito.
4,5 gandys le dieron en A la cama... con un libro.
4,5 gandys le dieron en A la cama... con un libro.
Muchísimas gracias por la mención, Bona!
ResponderEliminarYo leí esta novela antes de la trilogía CdF y creo que fue un acierto, pude disfrutar mucho más de toda la parte familiar de los protagonistas de CdF.
Esta novela me resultó totalmente adictiva, tanto por la trama amorosa como por la trama política. Realmente se me hizo muy corta y el sexo demasiado escaso, creo que habría necesitado un poco más de extensión para resolver mejor toda la parte final y para brindarnos alguna secuencia más subida de tono.
La verdad es que no soy nada fan de este tipo de machismos, tanto en los comportamientos masculinos como en el lenguaje pero realmente considero que aquí encaja muy bien con la época en la que se sitúa y el carácter y educación del personaje. Me sorprendió mucho y la disfruté enormemente, de ahí mi puntuación.
Estupenda reseña, comparto todo lo que dices.
Un saludo!!
Yo la lei después. La verdad es que no creo que el orden importe mucho, ¿no? Me hace gracia que eches en falta más sexo (y coincido contigo), pero ya ves que hay quien opina justo lo contrario. Por eso me gusta poner enlaces a otras críticas, para que se vean distintas experiencias con el mismo libro.
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