Pues mira, este de la Nora me ha gustado mucho. Es
que hay montañas y escaladores.
Ed. Debols!llo, 2017
Diseño:
Penguin Random House Grupo Editorial/
Ruxandra
Duru
Fotografía:
© Notyouraveragebear / Thinkstock
|
Subgénero: suspense
Traductora: Carme Geronès i PlanagumàFecha: 02/2006
Publicación: Plaza & Janés
Tras la
muerte de un compañero, de la que todavía se culpa, el detective Nate Burke decide aceptar el empleo de
jefe de policía en el lugar más inesperado: Lunacy, un aislado pueblecito de
Alaska con únicamente 506 habitantes. Esta pequeña y muy unida comunidad está
integrada por los personajes más excéntricos y cálidos que jamás haya conocido:
en especial Meg, la indomable piloto
de avionetas.
Dejando a un lado las particularidades de todos ellos, algunas riñas y
disputas ocasionales y los incidentes menores con los animales salvajes, parece
que nada puede alterar la armonía y tranquilidad de Lunacy. Hasta que el
hallazgo de un cadáver en las montañas revela que allí se ha ocultado durante
veinte años un frío asesino, dispuesto a matar nuevamente.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, está a día de hoy en mil y pico. Tuvo una crítica de DIK A- en All About Romance y la
bloguera Rosario (Rosario’s Reading Journal) también le hizo una crítica de A-. En la encuesta anual entre sus
lectores, eligieron a Nate Burke como el mejor héroe del año 2004.
CRÍTICA
Nate Burke
es tu policía típico que se siente culpable por la muerte de un compañero. Eso
le lleva a dejar su trabajo y la depresión.
Las
alusiones a esta enfermedad, a los momentos negros de vacío que padece Nate me parecieron
–hasta cierto punto- bien contados. El perro negro le ladra, pero él ni lo
niega ni es de los que culpa a los demás de lo que le pasa. Sigue viviendo, esperando
encontrar un trabajo en el que hundirse y no pensar, no sentir.
Acepta el
puesto de jefe de policía en Lunacy, una pequeña localidad del interior de
Alaska.
Allí se
encuentra a gente peculiar, un poco como cantos rodados que el glaciar de la
vida ha ido arrastrando hasta allí.
Un frío
inmenso que no deja ni respirar.
Las
montañas, un espléndido paisaje que a mí me ganó desde el minuto uno, como
suele ocurrirme siempre que hay algo de alpinismo en las novelas. Más que las
luces de la aurora boreal, me fascinaron las montañas y las historias de
escalada.
Conoce a
Meg, una piloto de avioneta que vive independiente en una casita muy chula a
unos kilómetros del pueblo, con un par de huskies
y un lago helado.
Nate y Meg
se ven, se hacen tilín, les ape y se ponen a ello. Sí, estos dos no son de
andar mareando la perdiz. Más que tensión sexual está la emocional de ver cómo
se enamoran.
Como es
suspense romántico, tiene que haber un misterio. Aparece en forma de un cadáver
congelado, con un piolet clavado en el pecho. Las cosas se van complicando y
Nate se encuentra con más trabajo del que pensaba para un remoto lugar de
Alaska.
Es un libro
entretenido, con dos personajes protagonistas muy atractivos. También lo son
las personas que los rodean, a los que escudriñas preguntándote quién será el
que lo ha hecho. Ya sabes, el típico whodonit
en el que pasas a sospechar de un personaje, luego de otro,… ¿Averigüé quién
era? Pues sí, pero no por pistas concretas, porque la autora no te las da.
Como novela
de suspense romántico está bien, pero sin particulares giros, y, en mi opinión,
se resuelve de forma algo torpe.
Lo que para
mí le da un punto extra, y esto es gusto estrictamente personal, es la
ambientación: el frío, las montañas, la naturaleza despiadada, que haya escenas
de montañismo… Hay un momento, casi al principio, en que uno de los personajes
lo anota en su diario:
Cuando el frío es como cristales rotos que te van segando el cuello, tienes la conciencia de estar vivo de una forma que solo se experimenta en la montaña.
Comprendí
perfectamente esa frase, ¡es tan típica de montañero…! No puedo explicároslo
mucho, porque o lo has vivido o no, y si nunca has sentido crujir la nieve bajo
tus botas, mientras asciendes entre los árboles desnudos,… no hay forma de que
yo te lo transmita. Algunas cosas, simplemente, hay que vivirlas y sentirlas.
Creo que lo
único que me incomodó, y mucho, es pensar que Roberts se “inspiró” por decirlo
suavemente de una manera tan descarada en la serie Doctor en Alaska. El planteamiento es el mismo: un tipo de la costa
Este que viene a vivir entre gentes extravagantes a las que no entiende (aquí,
un policía, allí un médico). Pero luego en detalles súper tontos que podría
haber cambiado algo más. El nombre del pueblo, Lunacy, es muy parecido al de la
serie, Cicely, lo mismo que el de la chica, aquí Meg, allí Maggie. Ambas de
apellido irlandés (aquí Galloway, allí O’Connell). Además, es piloto de
avionetas en las dos, la serie y el libro. Y, por último, el título en inglés: Northern Exposure la serie, Northern Lights el libro.
Así que yo
me estaba imaginando todo el rato la novela ambientada en Cicely, ¡hasta sale
el alce!
No soy
obviamente la única que piensa así, ya que lo he leído en más críticas. Al
menos los que somos suficientemente viejunos para haber visto la serie, claro.
Lo bueno es
que aquí no pasa como en la serie, que fue una tensión sexual no resuelta
permanente y para cuando ya llegamos al final todo se estropeó. No, aquí la
parte romántica está bien.
Me llamó la
atención que, para un lugar tan pequeño, de medio millar de habitantes, haya comisaría
de policía, ayuntamiento, bomberos, escuela, ambulatorio médico, un periódico, emisora
de radio,… O sea, me parece como mucho para tan poca gente. Me ha pasado con
otras novelas románticas contemporáneas ambientadas en pueblos pequeños de los
USA. ¿Será que es mucho territorio y poca población?
La traducción
me pareció competente, desabrida, pero es que eso es justo lo que le va a una
historia contada, en su mayor parte, desde la perspectiva de un policía. No es
primera persona, pero es a él al que sigues por las calles de Lunacy, y vas
descubriendo las cosas al mismo tiempo que él. Meg es sólo parte de lo que le
rodea. La historia aquí es cómo Nate se recupera, manteniendo en todo momento
su integridad, su fuerza, su inteligencia. Si te gusta el protagonista, es un
placer caminar a su lado. Si no te llama, sí, puede que te aburra.
Como
curiosidad diré que de esta novela hicieron en 2009 una película para televisión, con el
mismo título original de Northern Lights.
En español se llamó Resplandor en la
cumbre. Así de actores más conocidos, tenemos a Rosanna Arquette haciendo
de Charlene, la dueña del hotel muy sexy, y como Nate a Eddie Cibrian,
el que hizo de Jesse Cardoza en CSI:
Miami en la temporada 2010. No me parece mala personificación. A la que no
veo es a LeAnn Rimes como Meg. Yo me la imaginaba todo el rato como Janine
Turner, la de Doctor en Alaska, pero
con el pelo largo. O, a veces, como la cantante islandesa Björk pero con ojos
muy muy azules.
Valoración personal: notable,
4
Se la recomendaría a: los
que quieran una de suspense en un ambiente un poco distinto.
Otras críticas de la novela:
En El rincón de la novela romántica tenemos ficha con críticas.
A quien escribió la crítica en Un rincón para soñar le
aburrió un poco.
Foro Romántica y Misterio intercambian
opiniones pero parece que tampoco les gustó demasiado.
En
inglés he encontrado críticas más entusiastas, la verdad
Está el DIK A- de All About Romance.
También
Rosario (Rosario’s Reading Journal) le da una calificación de A-.
Finalmente, Azteclady en su blog Her Hands My Hands la puntúa 9.5 sobre 10.
En este libro es evidente que estoy más con las lectoras en inglés que con
las de mi propio país. Pero no es algo nuevo. Me suele pasar.
Me gustó mucho también. Siempre que leo a Roberts me pasa que sus historias están bien escritas pero muchas veces le faltan emoción. En las de suspense, las protagonistas suelen ser las mujeres y siempre las noto muy frías aunque hubieran sufrido traumas en el pasado. Y con el prota masculino acompañando sea un manitas o no. En esta el protagonista es él y no me pareció frío para nada, con su historia y traumas. Meg es la que acompaña, simplemente. La disfruté mucho. Quizá la resolución del misterio me pareció muy pavo.
ResponderEliminarAh y aunque soy viejuna, no vi ni la serie ni la película.
Besos.
Sí que es un poco diferente esta novela al centrarse tanto en la perspectiva de él.
EliminarCon las protagonistas frías lo difícil es empatizar. El problema con La Nora es que a veces, son directamente desabridas, bordes, y yo la mala educación y la descortesía... Lo llevo mal.
Bona, gracias por la liga! Y parece que coincidimos bastante respecto a esta novela.
ResponderEliminarPues sí. Sigue costándome leer y reseñar a Nora Roberts. Pero a veces que no hay nada mejor traducido al español. Y eso es tristísimo.
EliminarLa leí hace muuuchos años y recuerdo que me gustó. Y también me sorprendió que la parte policial tenía tanto peso como el romance.
ResponderEliminarComo fue una lectura que me dejó buen sabor de boca, me ha producido nostalgia leer tu reseña :)
Un abrazo.
Gracias por pasarte por aquí. En el suspense romántico el equilibrio es difícil. Yo tiendo a preferir que pongan más peso en el suspense que en el romance, como en este libro.
Eliminarla lei hace tiempo y en general me gusto (eso si me acuerdo) pero no esta entre mis favoritos de ella
ResponderEliminarSi te pasas otra vez por aquí, me ayudará saber cuales son tus favoritos de ella. Siempre estoy en busca de buenos libros de suspense romántico. Pero que sea de suspense, no me gustan los que tienen cosas paranormales.
EliminarAhora leyendo la reseña no tengo claro si la leí o no. Me suena lo de las montañas, la protagonista y demás pero creo que me estoy confundiendo con otra novela de Roberts también. Tengo que mirarlo.
ResponderEliminarNo sabía que se había inspirado en Doctor en Alaska pero como tampoco la he leído no creo que tuviera mucho problema.
Lo dicho, la buscaré.
Un saludo!
Sí, La Nora ha escrito tantas novelas (más de 200) que repite esquemas, tipos de personajes, etc., así que lo mismo la has leído u otra parecida.
EliminarDoctor en Alaska era la típica serie que estuvo genial varias temporadas pero al final parece que a los guionistas les dieron un golpe en la cabeza y se volvieron tontos. Y, como otras de los 80/90 (Luz de Luna, Remington Steele...) estiraron tanto la tensión sexual no resuelta que, cuando se resolvió, ya no le interesó a nadie.
Muchas gracias por tu reseña, aun no estoy segura de si lo leeré o no, pero me parece muy dinamica tu forma de comentar el libro!
ResponderEliminarVaya, pues gracias por el comentario. Y si te animas a leerla, ya me dirás.
Eliminar