Millonario +
muchacha virtuosa + bebé =
harlequín
sorprendentemente original.
DATOS GENERALES
Título original: The Nanny Plan
Subgénero: genérico
Fecha de publicación
original en inglés: 2015
Series: Billionaires and Babies / Mills & Boon Desire 2-in-1 (MD2) –
504 / Silhouette Desire (SD) – 2366
Publicación en español: Un cambio de
planes
Fecha: 2017
Sellos: Harlequin
Colección: Deseo n.º 2099
Cuando terminase el mes... ¿sería capaz de alejarse de ellos, sin más?
Ocuparse de su sobrina huérfana era algo para lo que Nate Longmire, un magnate de la informática, no estaba preparado.
Por suerte para él, la joven Trish
Hunter tenía un don para los niños, y había accedido a trabajar de niñera
para él durante un mes, hasta que encontrase a alguien que la sustituyera.
El problema era que, aunque él le había dado su palabra de que no habría
sexo entre ellos, la atracción que sentía por ella era demasiado fuerte.
Trish, por su parte, había accedido a ayudarle porque él le había prometido
que donaría una gran suma a su asociación benéfica. Enamorarse de él y
encariñarse con su adorable sobrina no entraba en sus planes.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Pues sí, mira, estaría como dentro de las tres mil mejores. Wendy the
Super Librarian le dio una A, y eso
ya es suficiente recomendación, porque no da esa calificación más que de ciento
en viento. Por si hubiera dudas, recibió el premio RITA 2016 al mejor romance
contemporáneo corto.
CRÍTICA
No estoy segura de cómo llegó este libro a mi Kindle. Posiblemente sea
porque leí la buena crítica de Wendy. Lo compré, estaba ahí en mi Kindle y me
olvidé durante meses.
Hasta que un día me apetecía desatascar neuronas con algo sencillito, y me
puse a leerlo, sin tener idea de qué iba.
Y yo creo que es lo mejor, dejar que un libro te sorprenda.
Trish, una universitaria a punto de acabar la carrera, interviene en una
conferencia de Nate, uno de estos millonarios jovencitos y con gafas que se han
montado en el dólar gracias a la informática.
Pero más en la línea de un centrado
Bill Gates que el místico Steve Jobs, ojo.
La cosa es que Nate se dedica ahora más a su fundación que al negocio. Da una
charla en la universidad. Al final, en el turno de preguntas, Trish le habla de
su organización de apoyo a la escolarización de niños en las reservas indias. Le
quiere convencer para que aporte dinero.
Hay algo en Trish que le gusta a Nate de forma inmediata, así que acabarán tomando
un café de manera bastante amistosa y relajada.
Está claro que se hacen tilín el uno al otro desde el primer momento. Trish
descubre que a un hombre inteligente, dispuesto a escuchar y a pensar, sin
decir que sí o no sin tener todos los datos. Y, por su parte, Nate encuentra a
una persona sincera, que quiere su dinero, sí, pero para su ONG. Una mujer
joven y atractiva que no le miente y le cae bien, alguien a quien merece la
pena conocer mejor.
Quedan en verse un par de semanas después. Él tiene que examinar el asunto,
saber más datos de su organización antes de tomar ninguna decisión. Muy
prudente por su parte.
Pero la vida es perra, da muchas vueltas, y en un instante, la tragedia
afecta a la vida de Nate. De repente, se encuentra a cargo de un bebé, porque
realmente no hay nadie más que pueda hacerlo, a pesar de que él no tiene la
menor experiencia con bebitos.
Casi sin querer, Trish se
encuentra echándole una mano con la criatura. Tiene
mucha experiencia, gracias a una madre despreocupada que trae hijos al mundo
con cada uno de sus sucesivas parejas. Para Nate, Trish es un auténtico milagro:
está dispuesto a pagarle lo que sea para que le ayude en ese momento hasta que
pueda encontrar una cuidadora definitiva.
Los dos son conscientes de que se gustan, de la atracción física que
sienten el uno por el otro. Sería totalmente incorrecto actuar sobre tales
sentimientos si ella trabaja para él.
Si ves el planteamiento es totalmente harlequin: millonario con bebé
repentino que contrata a virtuosa jovencita de la que acaba enamorado.
Lo diferente aquí es que
los personajes no son prototípicos. El que él sea
millonario no significa que la abrume llevándola de un lado para otro en un jet,
o que vayan a fiestas cosmopolitas, o le compre un vestuario completo. No. Ni
tampoco es de esos millonarios tan torturados por sus demonios interiores que resulta
desagradable con todos los que le rodean y que necesitan un psiquiatra más
desesperadamente que Kylo Ren.
No. Es sólo un hombre joven de clase
media. Como cerebrito nunca tuvo demasiada popularidad en el instituto,
mientras que su hermano mayor era el chico perfecto con amigos, deportista,
guapo, etc. Nate se da cuenta de que la gente lo trata distinto ahora, y que es
sólo porque tiene dinero. Así que guarda las razonables distancias. Sabe ser
agradable, atento, educado. Tiene suficiente cabeza como para saber cuándo
alguien finge con él y cuándo alguien es sincero. Como Trish.
Ella procede de una familia pobre. Conoce
de primera mano la dura vida de los niños en las reservas indias, y quiere
conseguir mejorar su vida. Empezando con pequeñas cosas, como el material
escolar. Pero pensando a lo grande en mucho que se podría mejorar con el
tiempo. Sus planes de vida no incluían una pareja, ni niños, debido a que tuvo
que crecer en una casa con una madre que cada dos por tres cambiaba de pareja y
parece que quiere un niño como suvenir.
Y, desde luego, Trish nunca pensó en mantener una relación con alguien de
un mundo tan ajeno al suyo como Silicon Valley.
Pero ya se sabe que en Romancelandia los mejores planes acaban cambiándose
cuando entran en juego sentimientos y deseos insospechados.
También encuentro un poco diferente que no se conozcan por el tema del niño.
El bebé es algo inesperado que aparece después de que ya se hayan conocido y
conectado de forma casi inmediata. Y luego intentan ser racionales respecto a
qué hacer en relación con sus sentimientos.
Y mira que, a pesar de no hacerme gracia los niños en romántica, aquí el
bebé entra en la historia de forma totalmente creíble. Le añade autenticidad a
la historia. La criatura tiene seis meses y hace lo que es habitual: comer,
dormir, llorar y… llenar pañales, por ponerme fina. No es nada idealizado de “uy
qué bebé tan mono y fíjate qué bien duerme para no molestarnos mientras nos
hacemos carantoñas”. No. Un bebé de esa
edad consume y agota. Y aquí lo ves totalmente.
Una novelita breve, que se lee en un suspiro. No va a cambiar tu visión del
mundo ni dejarte resacosa ni nada, pero es ideal para esos momentos en que
quieres una sencilla distracción harlequinera que no ofenda tu sentido común ni
tu feminismo.
La leí en inglés, así que no sé cómo estará la traducción española de 2017.
Valoración personal: entretenida, 3
Se la recomendaría a: cualquiera que guste de una historia
de amor sencillita pero moderna, y a los fans del tópico millonarios y bebés,
claro.
Otras críticas de la novela:
Aunque esta novelita ha sido publicada en España, no he encontrado críticas
en nuestro idioma. No he dado aún con ninguna página web o blog que comente
estas historias breves. Si alguien sabe de alguna, siéntase libre de añadirla
abajo.
Como sospecho que la culpa de que me fijara en esta novela es de ella,
tengo que poner en primer lugar la crítica de Wendy the Super Librarian, con su
A brillante como un solete.
Para RT Book Reviews fue un libro de 4 ½ estrellas y Top Pick!
En Harlequin Junkie, la premiaron con 4 estrellas.
Romancing the Book les gustó y su cita favorita fue:
“El poder había cambiado entre ellos otra vez. Él tenía el dinero, pero ella el know-how. Hizo lo que ella dijo, levantando los pies sobre el taburete y volviendo a sentarse en la silla”.
I'm so glad you liked this one!
ResponderEliminarThank you for coming here. I think you're guilty of discovering this book to me ;-)
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