Qué cansino: peleas
continuas sin la menor chispa
Versión Kindle, CISNE (7/2012) |
DATOS GENERALES
Título
original: The viking’s woman
Género: histórica / Medieval h. 878
Fecha de publicación original en inglés:
julio de 1990
Páginas: 480
Parte de una serie: Viking Trilogy
(Vikingos MacAuliffe) #2
1.ª edición en España
Traductora: Amelia Brito
Edición: 1999
Colección: Cisne
SINOPSIS (de la Casa del Libro)
Un
matrimonio forjado en el rencor y la desconfianza. Un amor por descubrir
De la noche a la mañana Rhiannon, hija de un rey sajón, se ha
visto convertida en una atractiva ofrenda. Su padre, deseoso de agradecer la
ayuda que recibió de los vikingos de Irlanda en la lucha contra los agresores
daneses, la ha entregado en matrimonio al aguerrido príncipe Eric.
De nada sirve que ella se niegue con
todas sus fuerzas. Sabe que está condenada a compartir su vida con un hombre
tempestuoso y feroz por el que solo siente desconfianza y rencor. Pero en
ocasiones los modales más rudos esconden virtudes insospechadas que solo los
ojos más atentos pueden descubrir.
Nota:
esta es una de esas sinopsis escritas por un mono loco. Rhiannon no es hija de
ningún rey, ni es su padre quien la entrega a un príncipe irlandés.
¿Entra dentro de “Lo mejor de la
novela romántica”?
La
incluí en mi lista de Las mil mejores novelas románticas, versión de 2017, en
el puesto 820. Luego ha habido otras
novelas que se han valorado más y ya no entró entre las mil mejores en el año
2019. En su momento, consiguió el premio RT al mejor romance histórico ambientado
antes del año 1066. Es uno de esos favoritos de todos los tiempos, para Romantic
Times. Tengo apuntado que era una de las novelas románticas más apreciadas en
El rincón de la novela romántica en 2010, concretamente el puesto 67; no es de extrañar, pues, que la
metieran en el ajuar de la lectora romántica.
CRÍTICA
Hace treinta años las ambientaciones de novela
romántica histórica eran más variadas. Encontrabas novelas de vikingos, en plan
«civilizada doncella inglesa que doma al bárbaro del norte». Un ejemplo de este
tipo de novela es esta que cumple este mes los treinta años.
Rhiannon, muchacha noble que vive en la costa
occidental de la isla de Gran Bretaña, verá un día aparecer a la peor de sus
pesadillas: una flotilla vikinga.
Ignora que este grupo de guerreros irlandeses y
vikingos noruegos vienen en son de
paz. Acuden a la llamada del rey Alfredo contra sus enemigos los vikingos daneses. Por una traición, el mensaje
del rey no llegó a Rhiannon.
El choque será sangriento, también entre Rhiannon y el
jefe, el príncipe irlandés Eric, quien le asegura que mejor que no se vuelvan a
encontrar nunca jamás.
Por esas cosas de la romántica, sin embargo, Rhiannon y
Eric tendrán que casarse. Este matrimonio de conveniencia se produce entre dos
personas que no es que se lleven mal, es que se odian.
Él desconfía de ella, y con razón, ya que ha sido
víctima de una traición. Y ella ha tenido que renunciar al amor de su vida y se
ve en la cama de un señor que pertenece a la odiosa raza nórdica y tal.
En la cama, precisamente, será donde mejor se lleven,
aunque, bueno, como era en los noventa, olvidemos eso de que «no es no»: en la
romántica de aquella época «no» significa «tira p’adelante, que ya le gustará».
No en vano lo llamaban «seducción forzada».
Fuera del tálamo, las cosas son insufribles. A ver,
que soy la fan número uno del tópico «enemigos a amantes». Funciona genial si la hostilidad no les hace faltarse
al respeto, cuando debajo del odio puedes ver que no pueden dejar de pensar el
uno en el otro, que en el fondo se aprecian y se aman,… aunque solo sea un
poquito.
¿Sabéis eso que suelo decir del enemies to lovers, que es muy divertido ver lo mal que se llevan
algunos…?
Pues no lo encontré aquí. Riñen constantemente, a la
agresividad verbal le unen forcejeos físicos: ella dándole puñetazos, él
tirándola del pelo. Me resultó odioso. ¡Qué cansino ver todo el puto rato a dos
personas peleando sin la menor chispa!
En particular, el personaje de Rhiannon me parece una tarambana
irresponsable. A pesar de pertenecer a la familia real, qué mal preparada está
para todo. Para un matrimonio de conveniencia como eran los habituales de la
época, para intentar tender lazos entre grupos y fomentar la lealtad a la
dinastía…
Al contrario, más bien parece que se regodea enfrentando a la gente, lo
peor que puedes hacer cuando tu rey vive en el filo de la navaja, muy amenazado
por los daneses.
Es tan tonta que no pilla (o le resultan indiferentes)
las implicaciones políticas de sus actos, ni se interesa por quién sea el
posible traidor al rey.
Ejemplo de lo botarate que es: ya casada, insinúa a su
marido Eric que Rowan, el chico del que ella estaba enamorada, igual ha vuelto
para estar con ella y así poder traicionarle los dos, ella y él.
¿Para picarlo? ¿Y si resulta que este va y mata al
muchacho…?
Menos mal que Eric es un tipo sensato y no hace caso
de la mitad de las chorradas que ella suelta. Comprende que Rowan es leal y
tratará de ayudarlo en todo momento.
Rhiannon se tira todo el libro soltando cosas a ver si
él salta. Picajosa y desagradecida, ni da las gracias cuando la rescata de un
peligro en el que ella sola se metió.
Por no mencionar a cierta tendencia a encontrarse
en bolas en todo tiempo y lugar, a cubierto o en el exterior, para que su marido
la sorprenda de la forma más inconveniente... Y no siempre es porque le
desgarren la ropa, que también ocurre unas cuantas veces.
Le doy dos estrellas por el estilo y la ambientación. Estamos
ante un libro ágil, muy fácil de leer; si quitas las tontás de los protagonistas, te atrapa. Las escenas sexis son
estupendas, muy bien escritas y explícitas, mucho, para la época.
La ambientación es un puntazo. Captas muy bien la desesperada
necesidad de Alfredo de unir a la gente, evitar traiciones y enfrentarse con
cierta solvencia a los daneses. Y de pasada aparece su deseo de educar a estos embrutecidos
sajones.
Pese a ello no, no me parece una ambientación
perfecta. Las novelas románticas tienden a una visión muy decimonónica de la
historia, o sea, nacionalista, usando términos como Inglaterra o ingleses,
palabras y conceptos que no existían en tiempos de Alfredo el Grande. Leo aquí, que será veinte años después de los hechos que se
narran en esta novela cuando se usa algo vagamente parecido a England
para referirse a la parte sur de la isla de Gran Bretaña, escribiendo la
palabra latina Anglii, o sea, hablarían
en su caso de los anglos, no de ingleses.
Alfredo, al que después se conoció como «el Grande» y
considerado santo por ortodoxos y anglicanos, era rey de Wessex y rey de los
anglosajones, no de Inglaterra ni de los ingleses. En la Edad Media el poder
era algo personal del monarca, que se proyectaba más sobre personas que sobre
territorios. Era tan grande (o tan pequeño) como la fidelidad de sus vasallos. No
era «nacional», no existían naciones, sino que era un poder patrimonial y dinástico.
No es el único detalle que me sacó del libro. Hay un
momento en que Eric le da a Rhiannon «diez minutos» para que vaya. Yo me dije:
«¿qué, bonito, y con qué vas a medir esos diez minutos, con el reloj de
pulsera?».
(Aparte de que entonces no se dividían las horas en minutos. Se atribuye al astrónomo persa Al-Biruni la división en minutos y segundos,... en torno al año 1000... allá por Asia central... sin contacto con Europa y menos la parte menos civilizada del continente. ¿Por qué los humanos tendemos a pensar que nuestra vida cotidiana ha sido siempre igual?).
Resumiendo: pese a alguna torpeza, la ambientación y
el estilo están bien, pero a los protagonistas me entraron ganas de darles de
zurriagazos. Cerré el libro con la impresión de que tras su «final feliz» les
esperaba un matrimonio muy tormentoso.
Valoración
personal: allá tú, 2
Dell, 7/1990 |
Se
la recomendaría a:
fans de los vikingos.
Otras
críticas de la novela:
Como siempre que estamos ante una novela que gusta mucho, recomiendo leer otras críticas más positivas que la mía, para que podáis contrastar opiniones.
En El rincón de la novela romántica hay
dos críticas. Maddy le da un 9/10 y
Lilian, 4,5/5.
Dragones en los libros le pone 3,5 sobre 5.
Océano de libros hace una crítica en la
que también usa el adjetivo «cansino», pero al final valora en 6 sobre 10.
Paso al inglés.
Análisis detallado y crítica en Allreaders.
En Historical Romance Review, Regan la recomienda y
dice: «Great Viking Romance!».
Y acabo con un artículo académico que menciona esta
novela: Romancing
the Dark Ages: the Viking Hero in Sentimental Narrative, escrito por María José
Gómez Calderón, de la Universidad de Sevilla.
Hola!!
ResponderEliminarJope
Qué chasco, justo lo tengo apuntado para leer para un reto, como bien dices ya no hay muchos de temática vikinga y este me lo acaba de dejar una amiga.-.. No soy muy fan de esta temática, pero todo sea por superar una prueba, jajaja
Ahora parece que la prueba es alta, la verdad
Me encanta esa frase de «seducción forzada», resume perfectamente el teme en los años 90
Un besote
De vikingos acabo de leer Fuegos de invierno de Johanna Lindsey, de 1980 (por lo que es todavía más bestia en el tema de la violació)n. Sin embargo, me ha gustado mucho más que esta, porque tenía una heroína más sensata. Todavía no he encontrado una de vikingos que sea un poquito más políticamente correcta, la verdad.
EliminarFuegos de invierno me gustó porque se lee fácil es interesante y aprendí algunas cosas pero esos temas son difíciles de soportar digamos que se tolera por la época en que se escribió. Te recomiendo la que sigue de esa Corazones en llamas es menos violenta y creo que podría ser la que te guste de vikingos. Para mi es la mejor de lo que he leído
EliminarPues gracias por la recomendación. Me lo he pasado tan bien con Fuegos de invierno que estaba dudando si leer las otras dos de la serie o no. Me has ayudado a decidirme, al menos para seguir con la segunda.
EliminarComo bien los expresas la protagonista es de lo peor a mi me dieron ganas de darle un solo por tonta de verdad detesto las protagonistas tan testarudas y odiosas y pues si solo pelean a cada rato. Pero es una novela que se lee bien que está bien escrita para mi gusto.
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