miércoles, 18 de noviembre de 2020

Crítica: “Jaque al corazón”, de Johanna Lindsey

 

Una old skool sobre un tópico irritante de por sí, la fierecilla domada, 

¿qué puede salir mal?

 


DATOS GENERALES

Título original: The devil who tamed her

Género: histórica

Fecha de publicación original en inglés: junio de 2007

Páginas: 417

Parte de una serie: Locke Family (Familia Reid) #2

 

1.ª edición en España

Traductora: Ersi-Marina Samara Spiliotopulu

Edición: 5/2008, B (Ediciones B)

Páginas: 352

Col. Amor y aventura

 

SINOPSIS (de La casa del libro)

Raphael Locke, también conocido como Rafe, es el apuesto heredero de un ducado, inmensamente rico y perseguido por todas las jóvenes de Inglaterra. Detesta a Ophelia Reid, hija de un conde, porque la hermosa joven le parece una arribista. Hasta que la encuentra llorando y la consuela entre sus brazos, y empieza a pensar que quizá no sea tan mala… Cuando un amigo declara que Ophelia nunca será más que una arpía bonita, Rafe se compromete a convertirla en una gentil dama que un día encontrará al hombre adecuado.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

No. Estaría, como mucho, entre las cinco mil mejores. En el Club Romántica (ya desaparecido) aparecía en el Top 100, concretamente la 85; en la revista Romantic Times (también desaparecida) fue considerada un Top Pick! Y no sé por qué en algún sitio la he visto como ejemplo de cross-dressing & in disguise, pero no acabo de entender el porqué.

 

CRÍTICA

En la relectura que estoy haciendo este año de obras de Lindsey, me topo con este Jaque al corazón que compré en papel, en una oferta de novelas románticas rebajadas.

En aquel entonces hacía años que no leía nada de Lindsey y me decidí por esta obra que, para cuando yo la adquirí y leí por vez primera (año 2013) era relativamente reciente.

Los personajes debieron aparecer en el libro primero de la saga Reid/Locke. Ese libro no lo tengo por casa, así que no lo habré leído, pero el argumento me sonaba mucho, con un escocés al que llaman bárbaro y una heroína llamada Sabrina.

Es igual, lo que ocurrió entre los protagonistas de esta novela en aquella otra te lo cuentan en varios momentos. Ophelia es una muchacha de la baja nobleza guapísima cuyo padre quiere casarla por todo lo alto. Muchos hombres se sienten fascinados por ello y le proponen matrimonio sin conocerla en absoluto. 

Ella los desprecia, de hecho está desencantada con todo el mundo, incluidas las personas a quienes considera “amigas” que no saben ver más allá de su cara bonita.

Se supone que Ophelia es la mala del libro anterior. Lindsey se atrevió, y es una valentía que la honra, a hacerla protagonista de esta entrega. Redimir a un personaje maligno requiere un esfuerzo extra, como hizo Kleypas con Sebastian lord St. Vincent en El diablo en invierno.

Desde ese punto de vista, Lindsey ha logrado una heroína bastante coherente, que tiene sus razones para mentir y manipular, y también para no tener buena opinión de la gente. Así que, en mi opinión, tiene éxito en esta pretensión de redimir a una tipa que es un bicho.

Lo que ocurre es que para ello recurre a un tópico que es políticamente muy incorrecto, el de la fierecilla domada. En el título original se ve mejor: The devil who tamed her significa «El diablo que la domó»,

Rafe, chico rico, guapo y con dinero, un libertino con todas las de la ley, hace una apuesta con su amigo Duncan a que es capaz de convertir a esta chica tan odiosa en una mujercita dulce.

No sé, podía haber dicho aguántame el cubata que a esta me la paso por la piedra y me habría resultado menos ofensivo.

Para conseguir su objetivo, la secuestra y se la lleva a un casoplón en mitad de los páramos, cerca de la frontera con Escocia. Y con manipulación y un psicoanálisis avant-la-lettre, se supone que la cambia para convertirla en lo que pretendía.

Sinceramente, el planteamiento me resulta odioso. No tengo nada en contra de que uno de los protagonistas ayude al otro a sacar lo mejor de uno mismo, a que mejore cualquier aspecto que tenga a bien, a madurar, a hacer ejercicio físico o a saber combinar la ropa, me da igual, lo que quieras, todo lo que sea una mejora personal en la que te ayuden, está bien.

Pero hay un requisito muy grande para eso: la voluntad. No es lo mismo, “quiero controlar mi mal carácter, ayúdame” a “nena, tienes mal carácter, te lo voy a cambiar yo por la fuerza”.

Vamos, que aparecía Rafe con su complejo de superioridad y mi cabeza le gritaba aquello de Rata inmunda / Animal rastrero / Escoria de la vida / Adefesio mal hecho.

No puedo con ello, de verdad que no, los tipos sobrados que deciden ellos por si mismos lo que es mejor para la pobre señorita,... me superan.

Luego sí, hay besos, y algo de sexo y, ¡ah, sí! Acaban casados, pero vamos, que yo me quedo con unas ganas enormes de que Ophelia conserve su genio y se las haga pasar canutas en cuanto él se pretenda propasar un ápice controlándola o diciéndole lo que debe hacer.

La novela se me hizo larga otra vez, la cogía y la dejaba… hasta que hice lo de leer de través, solo los diálogos y poco más, y gracias a ello pude acabarla para hacer este comentario.

Cuando la leí, dejé comentario el 2 de noviembre de 2013 en El rincón de la novela romántica. Hablé de que la heroína era «odiosa, mentirosa y viperina», que Rafe «le hace un psicoanálisis de medio pelo para descubrir que toda la culpa está en papá y la infancia, etc. para que sea “dulce y femenina”. »

Mi reflexión fue: «¿No conocéis a gente así (en el trabajo, la familia –el estereotipo de la suegra y la cuñada se nutre de ello-, las “amigas”)? En mi experiencia personal, ni las mayores desgracias las hacen más humanas, siguen siendo bichos y malas».

Después de releerla, he sido un poco más tolerante con el cambio de la heroína, porque en realidad, ella no cambia, siempre ha tenido un fondo bueno, solo que es demasiado lista como para no impacientarse con la hipocresía de la gente.  Creo que la entendí mejor. O puede ser que con la edad, tenga yo más tolerancia a ciertos defectos de carácter.

Simplemente, Ophelia aprende a controlar un poco su mal carácter para no herir a las pocas personas que la quieren de verdad y que son sinceras.

Entonces la consideré pasable, dije que me costó acabarla y la puntué 5/10. Como no doy medias estrellas en el blog, lo dejo en 2.

8/2007, Pocket


Valoración personal: allá tú, 2

Se la recomendaría a: quienes gusten del tópico fierecilla domada.

Otras críticas de la novela:

En español, hay tres críticas en El rincón de la novela romántica y, por una vez, de las tres una es positiva, ¡y dos más bien negativas! 

Una de ellas la publicó Almudena también en el blog Novelas románticas

En Una locura romántica le ponen un 6

Paso al inglés.

De nuevo me ha ocurrido que, a pesar de ser una novela ya del siglo XXI, ha sido difícil encontrar alguna crítica de ella.

4 estrellas le pone Coffeeholic Bookworm.

En inglés, Historical Novel Society enfatiza lo poco histórica que es esta novela. 

Una crítica en… indonesio, según Googe. 

Como no he encontrado más, os dejo los enlaces a los sospechosos habituales, Good Reads, donde a día de hoy tiene 3.86 estrellas Amazon, 4.5 estrellas

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