Mediados de los noventa, mi primer viaje a París.
Entramos en una librería, aunque yo el gabacho lo leo más mal que bien. ¡Pero tenía novelas en inglés! ¡¡Románticas!!
No me pude resistir, tenía que comprar alguna.
Creo
que fueron las primeras novelas románticas en original que compré, un par de Jayne
Ann Krentz que aún andan por casa, con el precio en francos.
Y
allí estaba yo, en un café, tomando algo y leyendo, y uno de mis acompañantes
me dijo, ¿pero te vienes a París a leer
un libro…?
Bueno, sí, qué le voy a hacer, toda mi vida se caracteriza por eso, por leer constantemente. En fin, como me afearon la lectura, cerré el libro y me puse a hablar y a mirar el paisaje y el paisanaje.
Por cierto, entre nosotras, ¡qué visten las parisinas! En realidad, las francesas en general, tienen un estilo que parece fácil. En hombres pasa lo mismo en Italia, que hasta el más viejo va como un pincel que da gusto verlos.
A pesar de que me distraía mirando lo que pasaba delante del café, por dentro me moría por saber cómo seguía la historia.
Me
he acordado de aquello cuando una de las lectoras de este blog propuso este
tema de hablar sobre cómo leer romántica en inglés. Le he estado dando vueltas.
¿Lo
ideal?
Informar:
esta novela es para un B1, en este necesitas un C2, etc.
Solo
que yo no soy capaz de cumplir ese ideal. No controlo exactamente qué se
da con cada nivel ni puedo analizar objetivamente qué complejidad tiene un
libro.
Lo
único que sé que unos me cuestan más, y otros menos.
Así
que he decidido enfocar esto de otra manera, contando más o menos mi historia y
lo que hago yo. Hoy una pequeña introducción, y luego ya hablaré de lo que es leer en digital, y en papel.
Y
al final, una lista, o sugerencias, ¿cómo no?
Cuando
yo empecé a leer romántica en inglés, a mediados de los noventa, ya había
aprobado el Proficiency, así que no
me costó nada leer romántica en inglés. Ya no tengo ese nivel, porque el inglés
lo uso principalmente en mi tiempo de ocio; aun así, conservo soltura a la hora
de leerlo.
En
inglés leo ficción comercial, sobre todo romántica. Otras cosas me cuestan más.
Tanto
los textos literarios como los ensayos (los que compro, principalmente históricos
o de divulgación científica) los compro en español y en papel. En otro formato, no me concentro. Mi cerebro
está acostumbrado a trabajar así y de ahí no lo sacas.
Pero, ¿romántica? Sin problemas, en español o en inglés, tanto en papel como
en digital. Ya no solo en el Kindle, sino también en el móvil, como he descubierto
hace poco.
Empecé
leyendo romántica con mis autoras favoritas de entonces: Jayne Ann Krentz y Sandra
Brown. No ofrecen ningún problema, creo yo, a cualquiera que se apunte a
leer sus novelas.
Primero
compraba libros en mis viajes, especialmente en vacaciones. Las costas de España
están llenas de kioscos y tienditas donde venden… lectura playera para turistas
extranjeros. Y, ¿qué hay más playero que una buena romántica?
Cuando
descubrí en internet un sitio llamado Amazon, se me abrió un
mundo. Mi primer pedido fue el 27 de junio de 1999, y compré once libros, todos
de Sandra Brown, no sé, como si tuviera miedo de que desaparecieran o algo así.
En
los años siguientes, compré libros, en papel, y me venían de EE. UU. o del
Reino Unido.
Luego pasaron dos cosas:
Primera: abrieron Amazon en España. Hice mi primer pedido en mayo de 2012, romántica, por supuesto, pero era en papel y en español.
Conocí que había una cosa llamada Kindle, y me lancé cuando vi que el libro electrónico no tenía una pantalla brillosa, sino mate, y que se leía cómodamente.
Mañana sigo, contando lo que es leer en digital.
Puedes seguir con: (2) Leyendo en digital
Muy interesante saber de tus comienzos, me ha hecho mucho gracia lo que te pasó en París, cuando te engacha un libro todo lo demás pasa a segundo plano, aunque sea París, jajaja.
ResponderEliminarSobre lo que comentas sobre especificar grados en inglés a mi tu idea ya me va bien, básicamente porque no tengo títulos ni certificados, pero creo que me daré cuenta pronto de mi nivel en cuanto empiece a leer no? Ahora a esperar tus recomendaciones. Y muchas gracias por hacerte eco de la propuesta.
Ja, ja, sí, bueno, es que han pasado ya unos cuantos lustros y aún recuerdo lo fatal que me sentí cuando me afearon eso de andar leyendo cuando estaba de viaje.
EliminarConfío en que algo de lo que cuento resulte de alguna utilidad.
La propuesta era muy interesante. Reconozco que mi forma de realizarla es más limitada. No soy capaz de hablar de esto de una manera más técnica. Solo puedo compartir mi experiencia.
Esta entrada me va a venir bien a mí también que me quedo engolosinada muchas veces cuando hablas bien de una novela que no está traducida.
ResponderEliminarYo me vine de unas vacaciones en Escocia cargada de novelas románticas y galletas de mantequilla y ... ahí están, cogiendo polvo durante años esperando a que le eche ganas.
Me siento totalmente identificada, eso de ir de viaje y volver con libros, ¡con lo que pesa el papel...! Siempre con el corazón en un puño al pesar la maleta en el check-in.
EliminarA las novelas, que las galletas me las terminé enseguida. Dios, que ricas que están las shortbread.
ResponderEliminarAh... sí, lo confirmo: qué ricas están. No sé si son muy sanas, pero es de esos caprichos que nos merecemos de vez en cuando.
Eliminar