Entretenimiento
harlequinero
LOVE LESSONS
Por
SARINA BOWEN ‧ Fecha:
julio de 2022
Definitivamente, la serie se ha ido por los cerros de Úbeda, quiero decir, por la fantasía harlequinera de millonarios NA, dejando a un lado el deporte y cualquier pretensión.
Que oye, conmigo funciona, pero admito que no es por donde yo
esperaba que fuese esto de los Brooklyn Bruisers cuando empecé a leerla.
Vera Vestini (27) está en los primeros años de su
empresa como estilista independiente, con su amiga Charli como socia. Tiene el
típico vecino ruidoso y tocaovarios
de Romancelandia, Ian Crikey (28).
Ian está remodelando
un edificio y parte de las tareas las hace él mismo con sus manos, porque es el
tipo de trabajo manual que le ayuda a desconectar un poco. Profesionalmente es
jugador de hockey.
En la
pista, es el enforcer, es decir, el
defensa que se dedica a proteger a sus compañeros dando mamporros. Una figura
siempre problemática; me quedé sobre todo clavada con la representación que de
esta figura dio Rachel Reid en Tough guy.
Aquí no
está ni de lejos siguiendo esa senda dramática. Pero también tiene su coste
para Ian. Algo le ocurrió en la última temporada que lo tiene con pesadillas. No
será su único problemilla. Está en un momento en que no se decide a enfrentarse
a ninguno.
En el
equipo le dan un toque por su imagen. La pizpireta vecina que consigue que lo
arresten por meter follón a horas intempestivas será, sin él pensarlo, quien le
ayude a mejorar esto en parte. La más superficial, la ropa que viste. Esta
parte me resultó interesante, por qué él viste como viste y cómo se puede
resolver.
Estos dos
se enamorarán en un viaje a Italia. La excusa para intimar está en que Vera
quiere recuperar a su ex, y como este idiota dijo que ella no era buena en la
cama, a Vera se le ocurre mejorar tomando lecciones de Ian. Que está encantado
porque se siente un regalo para las mujeres, la verdad. A chulito no le gana
nadie.
Sí lo sé,
es un tópico mñé, esto de que sea el varón de turno el que mejore tu vida
sexual. Pienso que a las mujeres más nos vale descubrirlo nosotras mismas, no esperar a que venga el tío de la vara mágica. Pero bueno, tampoco me molestó y eso da pie a que las escenas sexuales
tengan sentido dentro del desarrollo general de la historia, forman parte del
argumento.
Otra cosa
que me gusta que los problemas digamos emocionales de Ian los resuelve por sí
mismo, con ayuda de un profesional. Y me gusta porque, a diferencia de otras
novelas en Romancelandia, el amor no lo es todo, no arregla mágicamente todos
tus problemas.
El amor
no lo es todo, no puede ser la única motivación para cambiar.
La parte harlequinera es el viaje en jet privado a Italia, todos jóvenes y guapos, y enamorados, en el lago Como como telón de fondo, por supuesto con ropa de marca y dejándose la chequera (bueno, más bien, quemando la tarjeta de crédito) en Milán y Lugano.
Hay un momento en que se van a ver una Traviata en la Arena de Verona. Y mira, me parece original, dentro
de lo que es Romancelandia, que se empeñan todo el rato en ir a la Toscana,
¡que Italia tiene otras diecinueve regiones!
Lo dicho,
muy entretenida si te haces a la idea de que esto es un harlequín un poco
alargado. Y te olvidas de la parte deportiva.
Mi
experiencia: buena, 3 estrellas.
Print / eBook, 298 páginas
Tuxbury
Publishing LLC (12 julio 2022)
Parte de
una serie: Brooklyn #7 / Brooklyn Bruisers #10
ISBN13:
9781950155385
Simply Love Books, 5 estrellas.
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