miércoles, 8 de febrero de 2023

Crítica: “The year we hid away”, de Sarina Bowen


Bien, pero no da para mucho



DATOS GENERALES

 

Título original: The year we hid away

Subgénero: NA

Fecha de publicación original en inglés: mayo de 2014

Parte de una serie: 2.ª de The Ivy Years

Páginas: 272

 

NO TRADUCIDO AL ESPAÑOL, AUNQUE SÍ, SEGÚN GOODREADS AL ALEMÁN, FRANCÉS, CHECO, NEERLANDÉS, DANÉS Y RUSO


SINOPSIS (Copiado de A la cama con… un libro)

Bridger Macaulley solía ser un jugador, dentro y fuera del hielo. Pero ahora, mientras sus compañeros de hockey persiguen la próxima victoria, Bridger se preocupa de que el decano pueda descubrir que esconde a su hermana de ocho años en su habitación de la residencia. Haciendo malabares con un curso lleno de asignaturas y su gran secreto, es solo cuestión de tiempo que se derrumbe su castillo de naipes.

Scarlet Crowley es la única novata en la Universidad Harkness que tiene que esconderse de los periodistas que campan delante de su casa para salir de ella. Su nombre es tan nuevo como su carnet de estudiante y el único modo de sobrevivir en la universidad es ocultar su identidad, incluso si eso significa mentir al chico de ojos verdes del que se está enamorando.

Bridger y Scarlet inician una relación basada en el entendimiento de que algunas cosas no deben conocerse. Pero cuando unos sombríos acontecimientos les amenazan, enfrentarlos uno solo ya no sirve. Y si no pueden aprender a confiar en el otro, las familias que les han defraudado se llevarán todo aquello que han intentado mantener.

 

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

No la tengo entre las mil mejores, pero sí en torno al puesto cuatro mil de mi base de datos. Tiene una crítica de A en Kaetrin’s Musings y The Badass Reviews, 5 estrellas Malin y tiene un tópico atractivo, un inesperado héroe beta.


CRÍTICA

Aprovechando que Sarina Bowen puso hace poco esta serie de The Ivy Years en Kindle Unlimited, me dediqué a leerla en el mes de diciembre de 2022. Así, una tras otra.

Es una novela contemporánea en formato NA, ya se sabe, primera persona dual, con lo que tengo el problema de que me confundo una y otra vez sobre qué personaje está contando la historia.

Además, como no suelen ser personajes muy interesantes, pues chico, estar en su cabeza no es algo que siempre enganche.

El título está bien traído, «El año que nos ocultamos», porque los dos protagonistas están ocultando algo.

El protagonista de ésta, Badger, le vimos como un jugador de hockey muy fiestero y ligón en el libro anterior. Aquí le hacen una especie de trasplante de personalidad, porque de repente se ha convertido en otro: uno que no sale, que no juega al hockey, que solo trabaja, estudia y cuida a su hermana pequeña.

Ese es su secreto, que cuida a su hermanita porque la madre es una yonqui. Tiene que ocultarla en su residencia de estudiante. Intenta que no se la «lleven» los servicios sociales. Ahí se ve que es jovencito, porque ni se le pasa por el magín aquello de consultar a un abogado.

Su camino se cruza con Scarlett, otra que oculta sus cosillas. En realidad se llama Shannon, y su padre ha sido acusado de pedofilia, de agredir sexualmente a toda una serie de menores a lo largo de los años.

Ella quiere quedar aparte de todo ese follón. Pero los tipos que llevan la defensa legal de su padre no quiere eso, sino aprovecharla para intentar que salga mejor parado de sus problemas penales.

Es una historia NA más, agradable de leer, con sus momentos románticos y otros sexis. De esto que te quedas pues bien, pues vale, pero que no te saca de nada.

La parte del libro que se refiere a la niña me pareció un poco tonto, todo el planteamiento, pero bueno, vale, me alegro de que lo resolvieran sensatamente.

Lo que más interesante me pareció fue lo del padre pedófilo, cómo opera el sistema. 

No sé si la autora pretendía que hubiese algún suspense respecto a si el padre lo hizo o no. A mí me parece claro desde el principio que sí, es obvio, cuando a una persona la acusan repetidamente personas diversas, víctimas de momentos diferentes que no tienen relaciones entre ellas, criminológicamente es evidente que hay un 99 % de posibilidades de que efectivamente sea cierto.

Y claro, luego está la perspectiva de la familia, ¿cómo pudo Scarlet/Shannon no darse cuenta de que su padre hacía eso? Es lo que le hace dudar, que estaba in albis al respecto.

Es una perspectiva bastante interesante, que te hace pensar si realmente sabemos lo que hace o no la gente de nuestro entorno. Yo creo, de todas formas, que los parientes de los delincuentes tienen eso que se llama «ignorancia deliberada», o sea prefieren mirar a otro lado, hacer como que no se dan cuenta de dónde viene el dinero a la familia.

También llamada la defensa de la mujer tontita o cómo hacerse la rubia con éxito... El yo no sabía nada, no me consta, etc. Normalmente no funciona en los tribunales (salvo que una sea exministra o infanta).

Eso es lo único que le pone algo de tensión en toda esta novela, a ver cómo se resuelve el problema de Shannon/Scarlet con su familia.

Ojalá pudiera contaros más de esta historia. Lo cierto es que, a mi modo de ver, ni los protagonistas ni el argumento dan para más.

Está bien, me ha gustado, pero no me ha parecido nada especial. No me gustó tanto como la primera.

Valoración personal: buena, 3


Se la recomendaría a: los que gusten de la novela universitaria

 

Otras críticas de la novela:

En español, tenemos crítica de 3 gandys en A la cama con… un libro

Paso a otros idiomas, Kaetrin (Kaetrin’s Musings) le puso una A-

5 estrellas le da Malin’s Book Blog

Dog-eared daydreams, 5 estrellas

Book Binge, 3.5 estrellas

Dear Author, B+. 

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