Bien, pero no
da para mucho
DATOS GENERALES
Título original: The year we hid away
Subgénero: NA
Fecha de publicación
original en inglés: mayo de 2014
Parte de una serie: 2.ª
de The Ivy Years
Páginas: 272
NO TRADUCIDO AL ESPAÑOL, AUNQUE SÍ, SEGÚN GOODREADS AL
ALEMÁN, FRANCÉS, CHECO, NEERLANDÉS, DANÉS Y RUSO
SINOPSIS (Copiado de A la cama con… un libro)
Bridger Macaulley solía ser un jugador, dentro y fuera del hielo. Pero ahora, mientras sus
compañeros de hockey persiguen la próxima victoria, Bridger se preocupa de que
el decano pueda descubrir que esconde a su hermana de ocho años en su habitación
de la residencia. Haciendo malabares con un curso lleno de asignaturas y su
gran secreto, es solo cuestión de tiempo que se derrumbe su castillo de naipes.
Scarlet Crowley es la única novata en la Universidad Harkness que tiene que esconderse de
los periodistas que campan delante de su casa para salir de ella. Su nombre es
tan nuevo como su carnet de estudiante y el único modo de sobrevivir en la
universidad es ocultar su identidad, incluso si eso significa mentir al chico
de ojos verdes del que se está enamorando.
Bridger y Scarlet inician una relación basada en el entendimiento de que
algunas cosas no deben conocerse. Pero cuando unos sombríos acontecimientos les
amenazan, enfrentarlos uno solo ya no sirve. Y si no pueden aprender a confiar
en el otro, las familias que les han defraudado se llevarán todo aquello que
han intentado mantener.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
No la tengo entre las mil mejores, pero sí en torno al puesto cuatro
mil de mi base de datos. Tiene una crítica de A en Kaetrin’s Musings y The Badass Reviews, 5 estrellas Malin y tiene un tópico atractivo, un inesperado héroe
beta.
CRÍTICA
Aprovechando que Sarina Bowen puso hace poco esta serie de The Ivy
Years en Kindle Unlimited, me dediqué a leerla en el mes de diciembre de
2022. Así, una tras otra.
Es una novela contemporánea en formato NA, ya se sabe, primera persona
dual, con lo que tengo el problema de que me confundo una y otra vez sobre qué
personaje está contando la historia.
Además, como no suelen ser personajes muy interesantes, pues chico, estar en su cabeza no es algo que siempre enganche.
El título está bien traído, «El año que nos ocultamos», porque los dos protagonistas
están ocultando algo.
El protagonista de ésta, Badger, le vimos como un jugador de hockey muy
fiestero y ligón en el libro anterior. Aquí le hacen una especie de trasplante
de personalidad, porque de repente se ha convertido en otro: uno que no sale,
que no juega al hockey, que solo trabaja, estudia y cuida a su hermana pequeña.
Ese es su secreto, que cuida a su hermanita porque la madre es una
yonqui. Tiene que ocultarla en su residencia de estudiante. Intenta que no se
la «lleven» los servicios sociales. Ahí se ve que es jovencito, porque ni se le
pasa por el magín aquello de consultar a un abogado.
Su camino se cruza con Scarlett, otra que oculta sus cosillas. En
realidad se llama Shannon, y su padre ha sido acusado de pedofilia, de agredir sexualmente
a toda una serie de menores a lo largo de los años.
Ella quiere quedar aparte de todo ese follón. Pero los tipos que llevan la defensa legal de su padre no quiere eso, sino aprovecharla para intentar que salga mejor
parado de sus problemas penales.
Es una historia NA más, agradable de leer, con sus momentos románticos
y otros sexis. De esto que te quedas pues bien, pues vale, pero que no te saca
de nada.
La parte del libro que se refiere a la niña me pareció un poco tonto,
todo el planteamiento, pero bueno, vale, me alegro de que lo resolvieran
sensatamente.
Lo que más interesante me pareció fue lo del padre pedófilo, cómo opera el sistema.
No sé si la autora pretendía que hubiese algún suspense respecto a
si el padre lo hizo o no. A mí me parece claro desde el principio que sí, es
obvio, cuando a una persona la acusan repetidamente personas diversas, víctimas
de momentos diferentes que no tienen relaciones entre ellas, criminológicamente
es evidente que hay un 99 % de posibilidades de que efectivamente sea cierto.
Y claro, luego está la perspectiva de la familia, ¿cómo pudo
Scarlet/Shannon no darse cuenta de que su padre hacía eso? Es lo que le hace
dudar, que estaba in albis al respecto.
Es una perspectiva bastante interesante, que te hace pensar si realmente
sabemos lo que hace o no la gente de nuestro entorno. Yo creo, de todas formas,
que los parientes de los delincuentes tienen eso que se llama «ignorancia deliberada»,
o sea prefieren mirar a otro lado, hacer como que no se dan cuenta de dónde
viene el dinero a la familia.
También llamada la defensa de la mujer tontita o cómo hacerse la rubia con éxito... El yo no sabía nada, no me consta, etc. Normalmente no funciona en
los tribunales (salvo que una sea exministra o infanta).
Eso es lo único que le pone algo de tensión en toda esta novela, a ver
cómo se resuelve el problema de Shannon/Scarlet con su familia.
Ojalá pudiera contaros más de esta historia. Lo cierto es que, a mi modo de ver, ni
los protagonistas ni el argumento dan para más.
Está bien, me ha gustado, pero no me ha parecido nada especial. No me
gustó tanto como la primera.
Valoración personal: buena, 3
Se la recomendaría a: los que gusten de la novela
universitaria
Otras críticas de la novela:
En español, tenemos
crítica de 3 gandys en A la cama con… un libro.
Paso a otros idiomas, Kaetrin (Kaetrin’s Musings) le puso una A-.
5 estrellas le da Malin’s Book Blog.
Dog-eared daydreams, 5 estrellas.
Book Binge, 3.5 estrellas.
Dear Author, B+.
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