Sorprendentemente buena
DATOS GENERALES
Título
original: Born in Sin
Género: histórica
Fecha de publicación original: 2003
Páginas: 384
Parte de una serie: The Brotherhood of
the Sword #2 / The MacAllister #3
1.ª edición en España
ISBN 13: 978-84-666-2195-3
Título: Nacido en pecado
Traductor: Albert Solé
Publicación: B
10/2005
Páginas: 352
Colección: Amor y aventura
SINOPSIS (de La casa del libro)
Caledonia MacNeely debe
afrontar un inesperado desafío cuando se ve ofrecida en matrimonio al abyecto
Lord MacAllister, apodado Sin
(Pecado). Se ve obligada a complacer al soberano, pues con el destino de su
clan pendiendo de un hilo no le quedan muchas alternativas... MacAllister, por
su parte, ha de regresar a las detestadas Highlands tras contraer matrimonio
con una joven seductora de espíritu fogoso...
¿Entra dentro de “Lo mejor de la
novela romántica”?
Sí, la
incluí en mi lista de Las mil mejores novelas románticas, versión de 2017, en
el puesto 167, y sigue dentro de las
mil mejores. Cuando esta novela salió, All About Romance todavía hacía esas
encuestas entre sus lectores y esta ganó en la categoría de mejor romance
medieval, y mención honorífica al héroe más torturado (Sin). Ese año fue una
categoría muy disputada, tanto que hubo un empate en lo alto: le ganó Zarek (de
Dance With the Devil, Sherrilyn Kenyon) y Ryan (de Fallen From Grace,
Laura Leone). En el top 1000 de RomanceNovels.Me aparece la 248. Gusta mucho en España. El rincón
de la novela romántica publicó una vez su Top 10 de medievales y tengo apuntada
esta como la 4.ª más apreciada. En
esa misma página en español hicieron un top 100 en 2010, y estaba la 26. Aquella página de romántica que
había hace años, Autoras en la Sombra, la tuvo la 53 (en el año 2012). Aparece, cómo no, en El ajuar de la lectora
romántica. No es de extrañar que aparezca entre las más apreciadas de El rincón
de la novela romántica.
CRÍTICA
Hace veinte años que salió esta novela, muy apreciada
en nuestro país.
Me sorprendió lo mucho que me gustó, porque mi
anterior experiencia con Kinley MacGregor fue decepcionante: una y dos
estrellas.
En cambio, esta ha resultado un placer leerla.
Empieza la novela en Oriente Próximo, donde Sin, un
chavalote británico de dieciocho años, esclavo del Viejo de la Montaña, se
dispone a cometer un asesinato. Se supone que es un ḥaššāšīn, ya sabéis la secta nizarí se dedicaba a asesinatos
selectivos de personalidades, tanto cristianas como musulmanas, para sembrar el
terror.
Ojo, eso lo explico por dar información histórica, porque en la novela no aparece nada: ni el supuesto consumo de hachís
del que les viene el nombre, ni adscripción religiosa alguna. Sin ha sido
vendido como esclavo, maltratado, torturado… y entrenado para ser un asesino. Eso es todo lo que necesitas saber, y punto.
La forma en que cuentan las cruzadas a veces es como
si fuera un Vietnam medieval. No es la primera vez que lo veo representado así.
Creo que el Robin Hood de Kevin Costner también tenía ese aire. Y en numerosas
novelas románticas.
Cuando este asesino debe acabar con un rey inglés,
acaba convirtiéndose en su servidor, su brazo ejecutor.
El rey no es otro que el despiadado Enrique II, sí, el malcasado con Leonor de Aquitania, y papá de Ricardo Corazón de León, la mano soberana detrás del asesinato de Tomás Becket.
Uno de esos monarcas medievales
a los que los papas excomulgaban y ponían sus reinos en entredicho, lo que los
hace de lo más interesantes, porque suele ser por temas políticos. Otros serían
Federico II Hohenstaufen o Pedro III de Aragón.
Cuando Sin tiene treinta años, el rey le encarga algo
sorprendente: casarse con una prisionera escocesa, Caledonia MacNeely. Así,
podrá meter en cintura a un grupo de rebeldes de su clan.
Aunque tanto
Sin como Caledonia («Callie» para los amigos) quieren escaquearse del
compromiso, va a ser que no. Acabarán casados y en dirección a Escocia.
Lo que más me
ha gustado de este libro son los protagonistas y la dinámica entre ellos.
Sin es un
personaje tremendamente atractivo, del tipo callado y letal. Ni ingleses ni
escoceses lo aceptan como uno de los suyos. Las ha pasado canutas, se ha sacrificado
por otros, y actualmente se siente solo. Lo acepta como su sino en la vida.
Por no tener,
no tiene ni nombre, más allá que ese Sin (Pecado) con el que le bautizó una
dama que lo odiaba:
Mi madre dijo que lo habían concebido en pecado, nació en pecado y así moriría. Por lo tanto el único nombre que podía dársele sería Pecado.
Ha sufrido, le
han despreciado, ha perdido toda esperanza de ser querido por sí mismo. No es
de extrañar que sea un tipo duro, vacío de toda emoción, al servicio de su rey.
No se llama a engaño, asume que es sólo un peón más en la política de Enrique.
Callie tiene
todas las papeletas para ser una Mary Sue, feminista avant la lettre, perfecta, enamorando a todo caballero que se cruza
en su camino… O sea, la prototípica heroína de una Garwood.
Pues resulta
que no.
Sí, aúna belleza
e inteligencia, amor por los suyos y cierto sentido del humor. Pero sobre todo
es una tía sensata.
Intenta
liberarse de su cautiverio por medios diversos. Cuando comprende que sólo puede
llegar a casa aceptando como marido a un súbdito del rey Enrique, Sin será el
mal menor.
Callie sabe ver en Sin cosas de las que ni él mismo es consciente. Tiene la paciencia y la habilidad que hacen falta para que él acepte abrirse y sienta esperanza de que las cosas pueden ser de otra manera. Es abierta en su atracción sexual por él.
Sin, en cambio, recela.
La relación
entre ellos empieza un poquito hostil, pero pronto se aceptan, y aprenderán a
confiar el uno en el otro, hasta cierto punto. Solo que… si Sin cumple con su
misión, ella lo va a odiar.
Hay mucha tensión
sexual no resuelta que luego da lugar a unas poquitas escenas explícitas y muy ardientes. Es de esos libros que me hace recordar que no hace falta más,
puedes poner todo el sexo chorreante que quieras en cada capítulo, que si no
sabes crear tensión, son páginas aburridas que hasta te saltas.
Esta novela me
tuvo bastante entretenida. Cuando estaba haciendo otras cosas, seguía pensando
en los personajes. Sobre todo, le daba vueltas a cómo resolvería la autora el
dilema de Sin.
¿Aceptar el
amor de Callie para que luego ella le odie cuando él haga lo que tiene que
hacer? ¿Desentenderse del mandato de Enrique y traer con ello todo el odio
sobre el clan, una guerra que nunca pueden ganar los MacNeely?
Era realmente
una situación imposible y no me resultó muy convincente cómo lo resolvió la
autora.
La
ambientación es tipo Garwood, o sea, una Edad Media de cartón piedra. Sí que
hay un poco más de esfuerzo en crear personajes con pensamientos y creencias
medievales. La representación de Enrique II me pareció bastante creíble.
Algún detalle
sí que me sacó de la historia. Hasta donde yo sé, Enrique II nunca participó en
una cruzada. Los personajes empleaban palabras anacrónicas, como ‘romantic’ (de mediados del siglo XVII),
‘minute’ (que como unidad de tiempo
no existió como mínimo hasta un siglo después en la Inglaterra de la época), ‘terminally’ (del XIX) o ‘cliché’ (de mediados del XIX).
Las palabras
son artefactos, con su historia. Nacen en un determinado momento de la
historia. Encontrar que un personaje medieval habla de alguien como «romántico»
o «terminalmente complaciente» es como encontrarse una lata de sardinas en un
yacimiento tardomedieval: canta mucho.
Quitando esos anacronismos
lingüísticos, reconozco que me ha encantado volver a leer una novela así. Una
romántica de las de siempre, ambientada en la Edad Media, contada en tercera
persona, con personajes interesantes y su dosis justa de amor y sexo.
No me extraña
que sea la más apreciada de MacGregor.
La he leído en
inglés, no sé cómo estará la traducción.
Valoración
personal: notable, 4
Se
la recomendaría a:
quienes disfruten de históricas ligeras con momentillos de humor.
Otras
críticas de la novela:
En español, tenemos varias críticas en El rincón de la novela romántica, todas encantadísimas.
Undécimo reino, 4 estrellas.
En Babelio, un par de comentarios.
Foro en Cazadoras del Romance.
Paso
al inglés.
Book Binge, 4.75 estrellas.
All About Romance, una B+.
Mrs.Giggles, 3 Oogles.
Hola! Este libro me gustó mucho también y coincido con que los personajes son queribles. Sin es el tipo de personaje masculino que me gusta así que estaba encantada. La historia es interesante pero hay ciertas cosas que no recuerdo bien porque la leí hace unos años. Debería volver a leerla ya que tengo un buen recuerdo. Saludos!
ResponderEliminarPues yo creo que aguantaría bien una relectura, prueba a ver y ya nos contarás.
EliminarMi única experiencia como kingley MacGregor fue a través de una antología que leí porque en ella estaba la Kleypas, cuando todo lo de la Kleypas lo leía. Recuerdo que era un relato corto, también medieval, que me pareció de lo más artificioso y ridículo, para eso ya perdí mi tiempo con la otra autora que mencionas (obligándome a que me gustara pero no) por culpa de mis manías según qué tipo de contextos. Sin embargo en su día me recomendaron mucho esta novela y la verdad es que la tengo anotada, pero con el tiempo la novela ha caído en el olvido!
ResponderEliminarPor lo que cuentas, obviando la ambientación y otras cosillas, intuyo que la historia podría gustarme por la clase de protagonistas y la difícil posición en la que él se encuentra, que también sospecho que da juego a la relación. En histórica me encantan las protagonistas con la cabeza bien amueblada y entiendo que el protagonista es de los fuertes por fuera pero vulnerables por dentro, y eso es algo que también me gusta mucho.
Si me cruzó con la novela no dudaré en hacerme con ella, Bona.
Un 😘
Sí, yo creo que te puede gustar. Tipos duros y heroínas sensatas... solo pido eso, ¿tanto cuesta...? La antología a la que te refieres igual es «¿Dónde está mi héroe?». A la de Macgregor le puse una estrella, a la de Kleypas, tres y, la que más me gustó fue la de Julia Quinn, así que no, no pasará a las historias de las antología.
EliminarHola!!
ResponderEliminarLo leí hace tanto que ni lo recuerdo, pero no me animo a relectura, la verdad
Creo que esta época no me atrapa o no me gusta porque las novelas que transcurren en esta época no suelen gustarme mucho, o quizás es que me saturé porque cuando empecé con la histórica es de lo que más leía
Recuerdo que de los tres de la serie, este fue el mejor, pero no que me gustara tanto como a tí
Un besote
Sí, cuando se lee mucho de una época, o un tipo de novela, entiendo que canse. A mí me pasa con la Regencia inglesa, que me tiene «jartita». Y lo medieval, en cambio, me suena diferente. Igual me gustó tanto por leerla en inglés, las traducciones muchas veces suena más ramplona. O se nota más la pobreza de según qué cosas... No sé.
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