Portada ed. Titania (2004) |
Una
bobadita intrascendente pero entretenida.
DATOS GENERALES
Título original: The Duke and I
Fecha de publicación
original en inglés: enero de 2000
Subgénero: histórica
– Regencia
Puesto en la lista
AAR 2013: 16
Parte de una serie:
Los Bridgerton #1
Traductora para la
edición 1/2004 de Titania: Mireia Terés Loriente.
SINOPSIS
¿Habrá encontrado
novia por fin “El duque devastador”?
Así lo dicen todos
los periódicos de sociedad. Pero sólo el duque de Hastings y su “pretendida”
saben la verdad. Pues el irresistible Simon
Basset ha trazado un plan para verse libre de todas las madres de sociedad
que sólo piensan en casar a sus niñas, fingiendo sentirse atraído por la
encantadora Daphne Bridgerton. Después
de todo, no es como si el melancólico calavera tuviera plan de casarse – aunque
hay algo en la atractiva señorita que acelera el corazón de Simon. Y para Daphne,
seguramente la más lista de las debutantes, atraerá a algunos pretendientes que
valgan la pena ahora que parece que un duque la considera deseable...
Mientras Daphne valsa
con Simon por los salones de la Regencia, se olvida de que su noviazgo es una
completa farsa. Quizá sea por la electrizante mirada en sus intensos ojos
azules, o la manera en que ella se siente en sus brazos, pero de forma, Daphne
se está enamorando del elegante duque… ¡de verdad! Ahora tiene que lograr lo
imposible e impedir la pérdida total de su corazón y su alma en manos de este
guapo canalla que ha jurado no casarse jamás.
CRÍTICA
“El duque y yo” se
publicó en enero de 2000. Es la primera novela de la familia Bridgerton, a cuyos
miembros, pura “carne de secuela”, nos los presentan aquí. Cuatro chicas y
cuatro chicos cuyos nombres están ordenados alfabéticamente, para no confundir quién
es el protagonista de cada libro.
Daphne Bridgerton es,
como su nombre nos permite sospechar, la cuarta de los retoños, y la mayor de
las niñas. Una chica sencilla: sólo quiere casarse y tener hijos con algún buen
hombre de la alta sociedad, sin inquietud
alguna por lo que ocurra más allá de sus saloncitos; tan tradicional que no se
siente completa si no se ve convertida en matrona. Ni guapa ni rica, los
potenciales pretendientes piensan en ella más como una amiga que como futura
esposa.
Simon, el
protagonista, tartamudeaba de niño, lo que hizo que su padre no quisiera ni
verlo. Creció aislado en el campo, mientras papá-maloso vivía en Londres. Para
cuando se dio cuenta de que Simon era un tipo del que podía sentirse orgulloso,
era demasiado tarde: Simon ya no sentía el menor interés por relacionarse con papá-maloso.
Se fue de Inglaterra y no volvió hasta que se supo huérfano.
A diferencia de Daphne,
él no tiene el menor interés en casarse y procrear, pues eso sería dar un
triunfo póstumo a papá-maloso. Claro que las mamás con hijas casaderas no lo
saben y el pobrecito se ve constantemente acosado por virginales jovencitas
arrojadas a su ducal camino.
Los dos deciden
entonces formar una sociedad de socorros mutuos: fingirán estar enamorados. Se relajará
el asedio femenino en torno a Simon. Y se elevará el valor de Daphne en el
mercado matrimonial. Él se siente sexualmente atraído por Daphne, pero como es
hermana de su mejor amigo, y no está dispuesto a casarse, es terreno prohibido.
Ella descubrirá pronto que con quien quiere casarse es precisamente Simon, el
irreductible. Un tipo que, si tiene que elegir entre el matrimonio o la muerte,
prefiere esto último.
¿Lo bueno de la
novela? Es cortita, ligera, con diálogos ágiles que mueven toda la acción y que
te mantienen sonriendo casi todo el rato. Como una pompa de jabón, brillante,
atrapa tu mirada y no puedes evitar seguirla en su deambular por el aire.
Eso sí, está totalmente
vacía. Una vez que estalla, desaparece sin dejar rastro. La trama es
prácticamente inexistente, y se basa en un enfurruñamiento de pobre niño rico
ignorado/abandonado/rechazado por papá-maloso. ¿La ambientación? Regencia
trilladito: bailes y rosaledas. Nula ambición literaria, tan planita como sus
personajes, que tienen la profundidad de una ameba, sin la menor inquietud
personal (política, intelectual, social, artística, científica…). Lo único que
se nos dice (pero no se nos muestra en forma alguna) es que Simon está dotado
para las matemáticas. Pues bueno, pues vale. A mí me parece un petimetre que se
limita a pasear su huraño palmito por los salones. El único momento en que me interesó
fue cuando habla de sus viajes, describiendo a Daphne su impresión sobre el
cielo austral, algo que, por cierto, interesa poco a la heroína. Por lo
general, los personajes me resultaron pura parodia: el duque torturado, el
hermano sobreprotector, la virginal heroína redentora del héroe, la mamá
cazafortunas, la viejita gruñona pero de buen corazón…
Es una de esas fantasías pseudohistóricas sin el menor
sentido de la época. El equivalente, en la Regencia, a la Edad Media de la
Garwood: los personajes ni piensan ni se comportan como ingleses de principios
del siglo XIX. Son adolescentes del siglo XXI vestidos de época, en un
escenario de cartón piedra, que se dan golpecitos –bueno, la prota más bien
tiene afición a dar puñetazos a los caballeros, y a ejem,
***Spoiler***
violarlos cuando no están en disposición de consentir, momento en que mi
valoración bajó irremediablemente del 3 al 2 ***spoiler***
… personajes que
estallan en carcajadas, otros que se ponen en plan matón como si pillaran a un
compañero de instituto metiendo mano a su hermana bajo las gradas del estadio,
cotilleo de cosas “personales personalísimas” con el servicio doméstico al que
acabas de conocer...
Es esa “Regencia de
fantasía” tan cultivada por muchas autoras del Nuevo Mundo. Sus personajes carecen
del humor sutil o la contención o la ironía británicas. ¡Por favor! ¿Qué han
pillado estas escritoras de Austen o Heyer? ¡¿Los vestiditos?!
Lo mejor es, ya lo he
dicho, los diálogos. La novela es prácticamente un guión sin más que las
imprescindibles indicaciones escénicas.
Vamos, lo he pasado
como con esas comedietas románticas que Hugh Grant ha
hecho en Hollywood. Ligeritas, entretenidas,… pero que te hacen lamentar cómo
desperdicia Hugh su talento, y que olvidas nada más salir del cine.
Estoy en minoría, lo
sé. Muchos lectores han tenido que acordarse perfectamente de ella, y de otras
varias novelas de Julia Quinn, porque las tiene en general muy bien colocadas
en el Top 100. No ha faltado nunca en las listas AAR, y en buenos puestos: 25
(2000), 46 (2004), 13 (2007), y 17 (2010). Está incluida en El rincón de la novela romántica, y
entre las mejores de la Regencia para
los lectores españoles.
Soy consciente, por
lo tanto, de que no carece de mérito, ni quiero decir que me parezca fácil de
escribir. La ligereza y el encanto
exigen talento, e indudablemente Julia Quinn lo tiene. Pero basar todo tu
éxito exclusivamente en diálogos ingeniosos supone que, cuando se te agoten los
chistes, no tienes ningún otro recurso para interesar al lector. El slapstick funciona pero tiene corto
recorrido.
No sé qué tal estará
la versión española. Leí en digital y en inglés porque la versión española está
descatalogada y sólo la encuentras muy
cara de segunda mano.
Valoración
personal: pues bueno, pues vale, 2
Se
la recomendaría a: amantes de la Regencia sin pretensiones y
tono ligero.
Otras
críticas de la novela:
Como siempre que
puntúo bajo una novela que tanta gente adora, recomiendo especialmente leer
otras opiniones más favorables.
*En español*
Read a Book, que le pone lo máximo, 5/5 y dice que es lectura obligada.
El Blog de Lady Marian le pone un 8/10, pero coincido prácticamente en todo su análisis.
También en El rincón de la novela romántica la ponen por las nubes.
*En inglés*
RT Book Reviews le da
4 ½ estrellas, y publica un mensaje de la autora, en el
que explica sus dificultades a la hora de ponerle título; acabó siendo “El
duque y yo” inspirado por la película El rey y yo. Aunque hay que advertir que la trama no tiene nada que ver con el argumento de esa obra teatral. También nos cuenta que parte
de los beneficios del libro se donan a la Sociedad Nacional de Esclerosis
Múltiple.
En All About Romance logra
un DIK A-, (casi) la máxima puntuación el libro que te llevarías a una
isla desiera.
En Dear Author me entero de que este es un Regencia más bien serio, frente a otros libros de
J. Quinn, que son más triviales (¡¡¿más?!!).
Otras
novelas de la autora en el Desafío AAR:
AAR 09. The Viscount Who Loved Me / El vizconde que me amó
(2000)
AAR 10. Romancing Mr. Bridgerton / Seduciendo a Mr. Bridgerton (2002)
AAR 42. When He Was Wicked / El corazón de una Bridgerton (2004)
AAR 44. What Happens in London / Secretos en Londres (2009)
AAR 83. An Offer from a Gentleman / Te doy mi corazón (2001)
Ediciones
en España:
- El
duque y yo (2004) Titania
- El
duque y yo (2008)
Círculo de Lectores, S.A.
- El
duque y yo (2008) Books4pocket
Me pareció un libro muy entretenido, pero coincido contigo en que no tienen ninguna sustancia.
ResponderEliminarLe tengo un cariño especial a esta saga, especialmente a "El vizconde que me amó", porque con ellos volví a leer novela romántica y fue en un momento en que necesitaba evadirme mucho de la realidad. Lo conseguí, je, je. Por lo demás, no creo que Julia Quinn sea de las mejores escritoras de romántica, aunque es cierto que es de las más famosas.
... Pues "El vizconde..." (ya saldrá aquí la critica) me gustó más o menos lo mismo. ;-) Y todavía me quedan por leer... cuatro más de esta autora. Snif! Igual en algún momento le pillo el truco.
ResponderEliminarEn fin, reconozco que el problema es mío. Julia Quinn hace muy bien lo que hace, y le funciona. Por eso recomiendo especialmente, cuando un libro no me gusta, que se lean las críticas de gente a las que sí le ha gustado. Cada lector es un mundo. Lo que a mi no me convence, a otro le puede encantar. Nadie tiene la última palabra sobre ningún libro.
Personalmente, disfruto libros más densos que a otra gente le resultan pestiños.
Para los incondicionales de Julia Quinn: Ha salido en netflix una serie dedicada a los Bridgerton. La primera temporada (6/7) capítulos se basa en "El duque y yo". Han tirado la casa por la ventana con la ambientación y se han tomado toda clase de licencias (por ejemplo la mitad de la alta sociedad inglesa, incluida la reina son de raza negra),y mucha escena de cama para añadir picante. Reconozco que el prota masculino está como un tren chicas, pero es difícil verlo como el traumatizado Simón de la novela y ya no solo por el color... En cuanto a Dafne...ni opino, mejor lo juzgáis vosotras mismas. Preparémonos para las siguientes siete entregas que a una media de 6/7 capítulos por cada Bridgerton al que casar...
ResponderEliminarUn saludo de Luz. Paisana a mucha honra.