Mary
Stewart
falleció el 9 de mayo pasado. En España es una escritora ignorada o, más bien,
olvidada, puesto que muchas de sus obras sí que se tradujeron hace años.
Contraportada (detalle) de la edición Ultramar, 1978, de Nueves carruajes esperan |
Las hilanderas de la Luna Portada de la edición Bruguera 1973 |
Aparte de los obituarios en diversos periódicos, como The Guardian, The Telegraph, The New York Times o The Scotsman, Mary Stewart ha sido recordada en la blogosfera romántica en páginas web como All About Romance, las Word Wenches (Jo Beverley et alii), o el blog Mysterious Musings de Julia Buckley.
Protagonizan sus novelas educadas
jóvenes británicas que se enfrentan con flema e intrepidez a los obstáculos que
se cruzan en su camino. Son muchachas que combinan aplomo, elegancia y valentía
con mucho sentido común y un férreo sentido moral… Y son recompensadas con el
amor de caballeros misteriosos, apuestos y ricos. Todo, en un ambiente
elegante, algo sofisticado, que recuerda a la estética de las películas
Hitchcock de la época.
Aunque su suspense romántico
recuerda a la producción gótica de una Victoria Holt, el entorno es
contemporáneo. O lo era cuando se escribieron. Como azafatas de la serie Pan-Am,
sus protagonistas salen a la calle con sus bolsitos colgando del codo y
guantes, vestidas en plan New Look de Dior, y conduciendo
rápidos coches a juego.
Extraordinaria narradora, integraba hábilmente el romance en una trama de suspense. Para los ojos actuales, la parte de romance se limita a unas pocas escenas, predominando la atmósfera gótica sobre la interacción entre los dos protagonistas que, por supuesto, no tienen sexo antes del matrimonio. Lo mejor es el estilo y la ambientación. Elegante en su escritura, las descripciones sumergen al lector en esos mundos que tan exóticos y extraños resultaban a las heroínas. Situó sus historias en la Alta Saboya (Nueve carruajes esperan, 1958), Creta (Las hilanderas de la Luna, 1962), Viena (Comenzó en Viena, 1965) hasta en las islas Canarias (The Wind Off the Small Isles, 1968) o el Líbano (Los sabuesos de la muerte, 1967). Estos lugares no se usaban como mero decorado, sino que el lector se sumerge totalmente en estos entornos, sintiendo que está allí mismo, compartiendo aventuras y desventuras con la heroína de turno.
Tras varias novelas de suspense
romántico, cambió un poco de dirección emprendiendo la aventura de un ciclo
sobre el mago Merlín. Estas obras le dieron enorme fama. En esta trilogía que recreaba
el siglo V britano-romano se narra la historia arturiana, pero desde la
perspectiva de Merlín. Está formada por La
cueva de cristal (1970), Las colinas
huecas (1973) y El último
encantamiento (1979). Volvió otras dos veces a tratar la leyenda, con The Wicked Day, que recreaba la historia de Arturo y Mordred, y En busca del Grial (1995).
Hoy, sus libros traducidos están
descatalogados. Pero se pueden conseguir algunos, a un precio razonable, en
librerías de segunda mano. En inglés, muchos se pueden encontrar tanto en papel
como en electrónico. Aunque alguno, como el relato corto ambientado en las
Islas Canarias es difícil de encontrar y bastante caro. Sólo apto para
coleccionistas fervorosos.
Mary Florence Elinor Rainbow nació
el 17 de septiembre de 1916 en el condado de Durham (Sunderland, Escocia). Era
hija de un vicario. Estudió en la universidad de Durham. Trabajó en la
enseñanza y tenía lo que se suele llamar “una sólida formación clásica”,
destacando su interés por la Britania romana. En 1945, en el castillo de
Durham, conoció al que pronto sería su marido: el geólogo Frederick Stewart.
Llegó a ser uno de los científicos más destacados del Reino Unido, hasta el
punto de que lo nombraron caballero en 1974. Él murió en 2001. No tuvieron
hijos.
Si tenéis la oportunidad de leer
alguno de sus libros, no la desaprovechéis. Están traducidos los siguientes libros
de suspense romántico: Nueve carruajes
esperan (1958), Mi hermano Michael
(1959), La hiedra (1961), Las hilanderas de la Luna (1962), Magia negra (1964), Comenzó en Viena (1965), Los
sabuesos de la muerte (1967), No toquen al gato (1976) y La mansión embrujada (1988).
Y cuatro de los cinco libros
arturianos: La cueva de cristal (1970),
Las colinas huecas (1973), El último
encantamiento (1979) y En busca del
Grial (1995).
Tiene página en la wikipedia en español. Aquí se encuentra el enlace. Y también puedes leer su ficha en FictionDB, con el listado de todas sus publicaciones.
Aunque con bastante retraso, sumo mi pesar por la desaparición de esta escritora que me acompañó en mi adolescencia... Amé "El emblema" (o "No toquen al gato") y "Nueve caballos esperan". Y de vez en cuando los releo de nuevo... A raíz de ello es que me di cuenta de la COPIA que la autora Karen Ranney había hecho de ella en "su" libro "La Institutriz".
ResponderEliminarPero Mary siempre estará con nosotras.
Eva13
Yo confío en que alguna vez se la redescubra por estos lares. Merece la pena, si te gusta el suspense romántico, porque es de lo más hábil, aunque sus novelas no tengan el sexo explícito que hoy en día encuentras en la mayoría de las novelas románticas.
EliminarA mi me Mary Stewart no me parece tan diferente a las películas del Hitchcock más romántico, como Con la muerte en los talones o Encadenados. La sensualidad era muy pero que muy sutil y siguen gustando.
Pero Bona, es que NO HACÍA FALTA LO EXPLÍCITO.... Por lo menos a mi me lo parecía entonces (cuando era adolescente y la leía), y no me hace falta AHORA cuando releo sus novelas... Tengo los argumentos frescos en mi cabeza (aunque no los nombre de los personajes), pero no me digas que no te dabas cuenta de lo "embobado" que estaba el protagonista masculino de "Nueve caballos..." ante la institutriz de su sobrino; o que no se te partió el alma con su reacción cuando él se da cuenta de lo que lo creía capaz... Y el protagonista de "El emblema" te ENCENDÍA con sólo leer los besos que le daba a la protagonista!!!!, ja, ja, ja. Bona, TODO estaba en la pluma de la escritora, en mi imaginación y en mi cabeza, y no hacía falta más detalles...
ResponderEliminarSino, te invito a que habiendo leído "Nueve caballos..." LEAS a K. Ranney, llenado con sexo los blancos que deja en su novela Mary... A mi me DESAGRADÓ, me pareció un sacrilegio" a su obra, je, je, je... En fin, sobre gusto no hay nada escrito.
Eva13