jueves, 18 de septiembre de 2014

Obituario: Mary Stewart



Mary Stewart falleció el 9 de mayo pasado. En España es una escritora ignorada o, más bien, olvidada, puesto que muchas de sus obras sí que se tradujeron hace años.
Contraportada (detalle) de la edición Ultramar, 1978, de Nueves carruajes esperan
Sin embargo, es muy reconocida en el mundo anglosajón, donde la consideran la autora que lanzó el suspense romántico como un género nuevo. No es de extrañar que Sandra Brown escribiera el prólogo para la edición de 2006 de Nine Coaches Waiting (1958), en el que dijo que “El libro no sólo encantó a los lectores, sino que también definió el género del suspense romántico al combinar, hábilmente y sin que se note, los elementos góticos y de misterio con una historia de amor clásica”.

Las hilanderas de la Luna
Portada de la edición Bruguera 1973


Aparte de los obituarios en diversos periódicos, como The Guardian, The Telegraph, The New York Times o The Scotsman, Mary Stewart ha sido recordada en la blogosfera romántica en páginas web como All About Romance, las Word Wenches (Jo Beverley et alii), o el blog Mysterious Musings de Julia Buckley.



Protagonizan sus novelas educadas jóvenes británicas que se enfrentan con flema e intrepidez a los obstáculos que se cruzan en su camino. Son muchachas que combinan aplomo, elegancia y valentía con mucho sentido común y un férreo sentido moral… Y son recompensadas con el amor de caballeros misteriosos, apuestos y ricos. Todo, en un ambiente elegante, algo sofisticado, que recuerda a la estética de las películas Hitchcock de la época.

Aunque su suspense romántico recuerda a la producción gótica de una Victoria Holt, el entorno es contemporáneo. O lo era cuando se escribieron. Como azafatas de la serie Pan-Am, sus protagonistas salen a la calle con sus bolsitos colgando del codo y guantes, vestidas en plan New Look de Dior, y conduciendo rápidos coches a juego.

Extraordinaria narradora, integraba hábilmente el romance en una trama de suspense. Para los ojos actuales, la parte de romance se limita a unas pocas escenas, predominando la atmósfera gótica sobre la interacción entre los dos protagonistas que, por supuesto, no tienen sexo antes del matrimonio. Lo mejor es el estilo y la ambientación. Elegante en su escritura, las descripciones sumergen al lector en esos mundos que tan exóticos y extraños resultaban a las heroínas. Situó sus historias en la Alta Saboya (Nueve carruajes esperan, 1958), Creta (Las hilanderas de la Luna, 1962), Viena (Comenzó en Viena, 1965) hasta en las islas Canarias (The Wind Off the Small Isles, 1968) o el Líbano (Los sabuesos de la muerte, 1967). Estos lugares no se usaban como mero decorado, sino que el lector se sumerge totalmente en estos entornos, sintiendo que está allí mismo, compartiendo aventuras y desventuras con la heroína de turno.

Tras varias novelas de suspense romántico, cambió un poco de dirección emprendiendo la aventura de un ciclo sobre el mago Merlín. Estas obras le dieron enorme fama. En esta trilogía que recreaba el siglo V britano-romano se narra la historia arturiana, pero desde la perspectiva de Merlín. Está formada por La cueva de cristal (1970), Las colinas huecas (1973) y El último encantamiento (1979). Volvió otras dos veces a tratar la leyenda, con The Wicked Day, que  recreaba la historia de Arturo y Mordred, y En busca del Grial (1995).

Hoy, sus libros traducidos están descatalogados. Pero se pueden conseguir algunos, a un precio razonable, en librerías de segunda mano. En inglés, muchos se pueden encontrar tanto en papel como en electrónico. Aunque alguno, como el relato corto ambientado en las Islas Canarias es difícil de encontrar y bastante caro. Sólo apto para coleccionistas fervorosos.

Mary Florence Elinor Rainbow nació el 17 de septiembre de 1916 en el condado de Durham (Sunderland, Escocia). Era hija de un vicario. Estudió en la universidad de Durham. Trabajó en la enseñanza y tenía lo que se suele llamar “una sólida formación clásica”, destacando su interés por la Britania romana. En 1945, en el castillo de Durham, conoció al que pronto sería su marido: el geólogo Frederick Stewart. Llegó a ser uno de los científicos más destacados del Reino Unido, hasta el punto de que lo nombraron caballero en 1974. Él murió en 2001. No tuvieron hijos.

Si tenéis la oportunidad de leer alguno de sus libros, no la desaprovechéis. Están traducidos los siguientes libros de suspense romántico: Nueve carruajes esperan (1958), Mi hermano Michael (1959), La hiedra (1961), Las hilanderas de la Luna (1962), Magia negra (1964), Comenzó en Viena (1965), Los sabuesos de la muerte (1967),  No toquen al gato (1976) y La mansión embrujada (1988).

Y cuatro de los cinco libros arturianos: La cueva de cristal (1970), Las colinas huecas (1973), El último encantamiento (1979) y En busca del Grial (1995).

Tiene página en la wikipedia en español. Aquí se encuentra el enlace.  Y también puedes leer su ficha en FictionDB, con el listado de todas sus publicaciones.

3 comentarios:

  1. Aunque con bastante retraso, sumo mi pesar por la desaparición de esta escritora que me acompañó en mi adolescencia... Amé "El emblema" (o "No toquen al gato") y "Nueve caballos esperan". Y de vez en cuando los releo de nuevo... A raíz de ello es que me di cuenta de la COPIA que la autora Karen Ranney había hecho de ella en "su" libro "La Institutriz".
    Pero Mary siempre estará con nosotras.

    Eva13

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    1. Yo confío en que alguna vez se la redescubra por estos lares. Merece la pena, si te gusta el suspense romántico, porque es de lo más hábil, aunque sus novelas no tengan el sexo explícito que hoy en día encuentras en la mayoría de las novelas románticas.
      A mi me Mary Stewart no me parece tan diferente a las películas del Hitchcock más romántico, como Con la muerte en los talones o Encadenados. La sensualidad era muy pero que muy sutil y siguen gustando.

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  2. Pero Bona, es que NO HACÍA FALTA LO EXPLÍCITO.... Por lo menos a mi me lo parecía entonces (cuando era adolescente y la leía), y no me hace falta AHORA cuando releo sus novelas... Tengo los argumentos frescos en mi cabeza (aunque no los nombre de los personajes), pero no me digas que no te dabas cuenta de lo "embobado" que estaba el protagonista masculino de "Nueve caballos..." ante la institutriz de su sobrino; o que no se te partió el alma con su reacción cuando él se da cuenta de lo que lo creía capaz... Y el protagonista de "El emblema" te ENCENDÍA con sólo leer los besos que le daba a la protagonista!!!!, ja, ja, ja. Bona, TODO estaba en la pluma de la escritora, en mi imaginación y en mi cabeza, y no hacía falta más detalles...
    Sino, te invito a que habiendo leído "Nueve caballos..." LEAS a K. Ranney, llenado con sexo los blancos que deja en su novela Mary... A mi me DESAGRADÓ, me pareció un sacrilegio" a su obra, je, je, je... En fin, sobre gusto no hay nada escrito.

    Eva13

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