No hace mucho,
Érika Gael se quejaba en “Títulos para dummies” de que los títulos de las novelas románticas son indistinguibles, reiterando las
palabras “amor”, “pasión” y “corazón”.
Aquí, mi duque favorito a día de hoy: El Duque de Hierro, de Meljean Brook |
Tanta cursilería,
¿viene o no de origen? Así que me propuse analizar si estadísticamente esto es cierto o no. He cogido la selección de títulos románticos
exitosos que tengo más cerca (estos Top 100 AAR) y me he fijado en los títulos, procurando tomar en consideración sólo verbos, nombres y adjetivos.
En los títulos
originales en inglés, el grupo de palabras más repetido gira en torno al amor:
3 love (amor), 1 loved (amado) y 2 lover
(amante). En total, seis palabras del mismo campo semántico. Personalmente, me parece
lógico para un tipo de obra cuya única exigencia es que por algún lado haya una
historia de amor con final feliz. En la novela negra uno espera ver, en los
títulos, palabras como sangre, asesinato, peligro o mortal.
Lo interesante viene en el segundo rango de palabras: la nobleza y en particular la más alta fuera de los Royals: los duques. Hay cuatro Duke (duque).
Ejemplo del fenómeno que yo llamo “hiperinflación de duques”. Ya en el post de 22 de noviembre de 2013, Dukes: The 0.0001735% ("Duques: el 0,0001725%"), Jackie C. Horne (“Romance Novels for Feminists”) llamó la atención sobre esta presunción editorial de que una novela con la palabra duke en el título vendía más.
Su búsqueda en
el tema romance de amazon.com le dio
unos resultados sobre la presencia de títulos de nobleza en los nombres de las
novelas. Yo hice la prueba con la FictionDB. Los resultados son muy similares:
Palabra
en el título
|
Amazon.com
(Jackie C.)
|
FictionDB
|
Duke (duque)
|
550
|
470
|
Earl (conde)
|
278
|
271
|
Viscount (vizconde)
|
101
|
95
|
Baron (barón)
|
133
|
175
|
Marquis / Marquess
|
109
+ 39 = 148
|
80
+ 40 = 120
|
Luego, Jackie
C. Horne (con un complejo de Registro Civil similar al de Fazio en las novelas
de Montalbano) nos proporciona el dato oficial: sólo había 25 duques fuera de
la familia real en 1818. De una población de 14,4 millones de habitantes, sólo
0,0001735%, o uno cada 576.000 de ingleses, tenía el título de duque.
Añado tres
advertencias más:
1) Sólo
estamos hablando de novelas que llevan el rango de nobleza en el título; la
mayoría que llevan “bicho dentro”, no lo advierten.
2) Sólo las
versiones masculinas del nombre, sin incluir duchess o marchioness, p.
e.
3) No se
incluyen otros títulos como príncipe (Prince),
archiduque (Archduke), caballero (Knight) o señor (Lord).
El tema lo ha
retomado Dear Author el 22 de julio de 2014: Accumulation or: The Problem With Too Many Dukes (“Acumulación o:
El problema con demasiados duques”). Lo que ha tenido, y cabe pensar que tendrá, ecos en otros lugares como el
blog de Emma Barry: Authenticity in Romance; or, The Land of 10,000 Dukes (“La autenticidad en el romance,
o La tierra de los 10.000 duques”).
Creo que es
legítimo preguntarse si realmente “venden más” estas novelas considerando que
esto, como se verá, no se repite en España.
Todo libro es social
y político, por lo que afirma y también por lo que omite. Esta tendencia da una
visión sesgada: sólo los amores de los ricos y poderosos merecen ser
romantizados.
De acuerdo, pero
somos adultos. Partimos de la base de que la novela romántica histórica es pura
fantasía. Sólo leemos por distracción y asumimos que en la evasión no hay que
buscar realismo porque,… Bueno, todos sabemos que 007 o Indiana Jones no
existen, y no influyen en lo que pensamos de verdad sobre las honorables
profesiones de espía o arqueólogo. Y que los americanos no son siempre los
buenos de la película.
¿De
verdad?
Asombrada me
he quedado cuando la propia autora del post en Dear Author, Kaetrin, confiesa que le horrorizó ver cómo era el personaje de
Ralph Fiennes en la película La duquesa, porque su idea sobre cómo se comportaban los nobles en la intimidad viene de
las novelas románticas.
Sabía que no
todos los duques eran héroes de romance, pero tuve que tener una conversación
conmigo misma sobre la actuación de Ralph Fiennes y lo que tenía que haberse
quedado en mi conciencia después de tantos libros sobre duques que aman
apasionadamente y con fidelidad… No me
había dado cuenta de que tenía tan interiorizada la mitología del género
romántico.
Hay quien dice
que esto es porque los autores se limitan a copiar lo que han visto que
funciona en otros. Vámonos a la madre putativa del género: ¿Jane Austen? No la culpéis. Ninguno de sus héroes es duque. Otro punto más a mi favor de
que ella no tiene nada que ver con la novela romántica actual.
¿Su imitadora low cost, Georgette Heyer?
En la lista de sus héroes
hay un rey y tres duques, sí, pero el resto son: tres marqueses, cuatro
vizcondes, cinco condes, tres barones, seis baronets,
y siete místeres (Mr.).
¿Y desde el
punto de vista práctico? ¡¡Mayfair y Belgravia no son suficientemente grandes
para albergarlos a todos!! Donde sólo había 25 duques no royals, la novela romántica ha creado miles, y todos ellos
amontonados en el mismo kilómetro cuadrado, ignorándose mutuamente. Alley ha sugerido que usemos Google
maps para ubicar exactamente donde vivían.
De Etv13, he aprendido que hay una cosa
llamada “revelación de Sturgeon”: el noventa por ciento de cualquier cosa es basura. Lo que aplicado a la novela
romántica es que un 90% es perfectamente prescindible, y este fenómeno puede
caer en ese porcentaje. La otra cara de la moneda es que el 10% restante es tan
bueno como el 10% mejor de cualquier otro género.
Acabo el
análisis recordando que a estos cuatro títulos con Duke, ha de añadirse otras cuatro Lady (dama o señora, dos en la forma de Lady y otras dos con el genitivo sajón Lady’s).
Eso sí, el
otro sustantivo que aparece cuatro veces es más bien maloso: Devil (“demonio”, una vez más dos con
genitivo sajón Devil’s y dos
sencillitos Devil).
Devil's Cub |
En resumen, que en versión original les va el amor (algo lógico, considerando el género), pero mucho más la nobleza y en particular los duques y las damas. Y, después, los malosos demonios.
Otro día analizaré los títulos en español. Lo adelanto: aquí los duques no gustan tanto. Tal vez porque podemos verlos en el telediario con comportamientos que no son de novela rosa, precisamente.
Ja, Ja, JA. Excelente artículo Bona.
ResponderEliminarTambién me preocupa mucho la abundancia de Duques. Hoy día, en Reino unido hay sólo 9 de los cuales 5 son de la familia real (marido, hijos y nieto de la reina Isabel, y un primo).
En histórica, preferiría que se usara ese título sólo cuando el personaje tenga importancia política. O sea, que sea relevante para el argumento (por ej. La guerra de la duquesa). Pero, mayormente, los muestran como vagos, libertinos, etc., en argumentos que serían lo mismo así el personaje fuera conde, barón o mister tal y cual.
Creo que los títulos deberían usarse en función de la historia.
Si es Conde, que haya un conflicto con sus tierras... y así.
Si el argumento es exclusivamente romántico, con Mr., Barón o algo así, me conformo.
Si se usan los títulos sin ton ni son, para mí, es un demérito para la novela.
Besos
Hola!!
ResponderEliminarExcelente entrada, como siempre. Cómo no se me habrá ocurrido mirar en tu blog!!!!
Y mira, me das la razón, Devil es uno de los más usados, jajajaja
No soy objetiva, admito que me encantan los duques, y si son estirados, mejor, quizás porque el batacazo que se terminan dando es mayor.... no quiero ser muy cruel. Pero creo que cualquier personaje bien estructurado y construido, coherente al máximo puede ser un protagonista estupendo
Supongo que el duque es equiparable al millonario actual... es una idea,
Me voy a mirar ahora el de los títulos en español
Un besote
¿Sabes qué pasa? Que todas nos hacemos las mismas preguntas... Me divierte mucho analizar estas cosas.
EliminarPues mira, algo parecido a lo que tú dices, creo que se lo he leído a alguien, que los duques de entonces eran como los deportistas o celebrities de ahora.