martes, 28 de octubre de 2014

Crítica: "Jane Eyre", de Charlotte Brontë



Literatura clásica sobre una heroína que aspira, simplemente, a ser respetada como un ser humano independiente, con voluntad propia. 
Portada de Wordsworth Classics
© Wordsworth Editions Limited 1992
Detalle de Rochester and Jane Eyre
de Frederick Walker (1840-1875)
Colección privada
Cortesía de Bridgeman Art Library, Londres


DATOS GENERALES

Título original: Jane Eyre
Fecha de publicación original en inglés: 1847
Subgénero: literatura clásica
Puesto en la lista AAR 2013: 24

SINOPSIS

La contraportada de mi edición en inglés de Wordsworth Classics, reedición de 1993, dice así:

“Una de las mayores y más constantemente populares obras de la ficción literaria inglesa, Jane Eyre fue la respuesta de Charlotte Brontë a un público lector que buscaba un cuento emocionante, ambientado en un país salvaje y rico en pasión humana, debilidades, tragedia y el triunfo final de un espíritu indómito”.

Lo sé, no dice mucho de qué va el libro. Quedémonos con la idea de un “espíritu indómito”.

CRÍTICA

Jane Eyre es una obra clásica de la literatura inglesa. De haberse escrito hoy se la consideraría women’s fiction. Obras como Paraíso robado de Judith McNaught o Mi nombre es Liberty, de Lisa Kleypas siguen una estructura parecida: una larga introducción dedicada a la infancia y juventud de la heroína, antes de encontrarla de adulta, con sus rollos románticos y laborales.

Capítulos 1-4. Gateshead. Conocemos a Jane Eyre como una niña de diez años, huérfana a la que sus parientes tratan bastante mal. Sincera y algo obstinada, siente que no tiene nada en común con esta gente tan cruel y superficial.

Capítulos 5-10. Lowood. Mandan a Jane a un internado, donde padece frío, hambre, castigos,… pero también encuentra la primera conexión auténtica con otro ser humano, la niña Helen Burns.

Capítulos 11-27. Principal escenario: Thornfield. Ya jovencita, Jane trabaja como institutriz en casa de un caballero, el señor Rochester. Se enamoran, pero hay ciertos obstáculos ("poca cosa") que les impiden ser “felices para siempre”. En el capítulo 21, Jane regresa a Gateshead para visitar a su tía moribunda.

Capítulos 28-33. Un condado norteño, tierra de páramos y montañas (inspirado por Yorkshire), donde Jane encuentra acogida entre familiares cuya existencia desconocía.

Cap. 36-38. Final, de nuevo en Thornfield y alrededores.

El nombre de la heroína nos dice cómo es. Jane, “Juana” transmite la idea de sencillez, algo acorde con su apariencia normalita. Pero Eyre, que se pronuncia parecido a air, “aire”, sugiere que idealismo, una mujer intelectual, de miras más altas que lo limitado de su existencia, alguien que sabe lo que quiere y lo que no está dispuesta a aceptar.

Narra en primera persona: vemos el mundo desde la perspectiva de Jane, sintiéndolo con su corazón a veces un poquito exaltado. Esto te añade una mayor ambigüedad, por ejemplo, en torno al señor Rochester, entre cómo lo ve ella y lo que este caballero debía ser realmente.

Charlotte Brontë (1816-1855) utiliza elementos de su propia vida, como la espantosa escuela en la que sus hermanas mayores enfermaron (y a la postre murieron), o el trabajo como institutriz. Aquí el tono es más realista que romántico. Pero luego hay momentos en que la imaginación de Jane se viene arriba y empieza a ver las cosas en plan novela de terror, como cuanto la encierran en el cuarto rojo de su difunto tío y empieza a imaginarse fantasmas. O con el señor Rochester, que parece uno de esos héroes misteriosos de la novela gótica, amenazador para la heroína,…

Jane Eyre se publicó en 1847 bajo seudónimo masculino, Currer Bell. En la segunda edición, de 1848, le dedicó el libro a Thackeray. Causó cierto escándalo, que perduró más allá de la muerte de su autora. La heroína tenía personalidad, era una mujer de carne y hueso, no un “ángel del hogar” idealizado y complaciente con el estado de cosas.

En un momento dado, Jane habla de sí misma como un ser humano independiente, con voluntad propia; y contiene reflexiones como que el ejercicio físico es tan necesario para las mujeres como para los hombres. En aquella época sonaba hasta políticamente revolucionario.

Junto a una innegable pasión humana, hay en Jane un espíritu creyente, que no descarta servir y sacrificarse. Esta dualidad se refleja en dicotomías poco sutiles como hielo/fuego o blanco/rojo. Por ejemplo, la escena de presentación de Jane en el capítulo primero nos la muestra detrás de unas cortinas escarlatas mientras lee una Historia de los pájaros británicos y sueña con las desoladas costas árticas de Laponia, Siberia o Spitsbergen.

También en el amor tiene opciones enfrentadas: por un lado la pasión, la humanidad y el deseo que encarna Rochester, y por otro, la virtud y el sacrificio religioso que representa St. John Rivers. Jane elegirá al señor Rochester, aunque en tales circunstancias que requerirán cierta abnegación.

Jane conoce a Rochester
2.ª edición de Jane Eyre
F. H. Townsend, 1868-1920 [Dominio público]
Vía Wikimedia Commons

Desde el punto de vista literario, Jane Eyre le da cien vueltas a la inmensa mayoría de las novelas que aparecen en este Top 100. Fascina la descripción psicológica de Jane, los distintos ejemplos religiosos que se le ofrecen y que ella rechaza: la absoluta mansedumbre (Helen Burns), la hipocresía (señor Brocklehurst) y la fría virtud (St. John Rivers). Sus creencias religiosas no le impiden la felicidad terrenal, pero sí le exigen que mantenga su dignidad. Amará a Rochester, sí, mas no de cualquier manera: su enlace debe ser igualitario, será su esposa, no una muñeca a la que adornar con joyas.









He de reconocer, no obstante, que dentro de esa categoría de obras literarias clásicas no me gusta tanto como por ejemplo como Orgullo y prejuicio. Y paso a indicar algunas cosillas por las que –creo yo- Jane Eyre, aun gustándome, no es de las obras que relea a menudo:

Rochester no acaba de convencerme como héroe romántico por esos “pequeños” detalles de su pasado que oculta vilmente.

La narración en primera persona no es mi favorita. Aunque Jane resulta interesante, en muchos momentos sus comeduras de coco resultan cansinas.

La trama avanza a veces deus ex machina. Jane se marcha de Thornfield sin saber a dónde ni cómo, pero va a encontrar refugio, justamente, en la casa de sus únicos primos por parte de padre que tiene en todo el país. Ridículo. Y cuando regresa es gracias a la… no sé cómo decirlo, ¿“telepatía”? Really? ¿No se te podía haber ocurrido algo un poco más realista?

Finalmente, me resulta difícil de aceptar el nulo respeto a otros países, otras culturas, otras creencias. Exigencias del Imperialismo: tenían interiorizado en todo momento que, fuera de Inglaterra, sólo había vicio y superstición.

Pero bueno, son detalles menores en una novela destacada.

Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: los aficionados a una buena historia clásica, llena de pasión interior; a muchos escritores, primero a quienes escriben novela histórica, para que se empapen de lo que era la mentalidad y las condiciones materiales de vida a mediados del siglo XIX; y segundo a cualquier escritor masculino, para que sepa cómo puede ser el mundo espiritual y emocional de una mujer.

Otras críticas de la novela:

Siendo una obra literaria clásica, tiene artículo propio en la wikipedia. Además de en El Rincón de la Novela romántica, son numerosos los blogs de gente que la han leído, algunos de novela romántica y otros no: Una vida de novela, Bibliotecas Virtuales - “Jane Eyre”, Un libro para esta noche, Escribí escribí para no morirme, Abanico de libros, Anyway y Book Eater.

Hay tanto en español, que me limitaré a una sola crítica en inglés, la de All About Romance.  

Los estudios que se pueden encontrar en la red son numerosos. Por citar sólo algunos: Colonialismo y pos-colonialismo en torno a Jane Eyre. En el blog Maleducadas, la crítica es más bien un estudio o debate titulado "Mujer busca su sitio: el debate de Jane Eyre". Añado uno muy básico de un club de lectura, con más de un error de traducción, pero que vale como una primera aproximación: Club de lectura Biblioteca Ateneo La Calzada

En inglés. SparkNotes: Jane Eyre. Charlotte Brontë. Themes, Motifs &Symbols, y Jane Eyre: Seminar (Universidad de ST Andrews).

Como es abituale, Ficha en la fictiondb.

No hay otras novelas de Charlotte Brontë en el Desafío AAR.

Charlotte Brontë publicó otras tres novelas: Shirley (1849), Villette (1853) y, póstumamente, aunque fue la primera que escribió, El profesor (1857). Final feliz para los enamorados encontramos en El profesor y en Shirley. Villette se nutre de las experiencias personales de Charlotte Brontë en Bruselas, y en ese sentido suele ser la más destacada de sus novelas, después de Jane Eyre. Pero no hay que esperar un final feliz sino,… ambiguo, por decirlo suavemente.

Aprovecho para recomendar la muy interesante Ancho mar de los Sargazos (1966), obra maestra de Jean Rhys y una de las mejores novelas en inglés del siglo XX. Cuenta la historia de la primera señora de Rochester, una decadente heredera antillana que se convierte en “uno de los personajes femeninos más desgarrados y fascinantes de la literatura del siglo XX”, como dice la sinopsis de la editorial Anagrama.

Adaptaciones cinematográficas

De esta novela hay varias. Podéis consultarlo por ejemplo en el Club de Lectura Biblioteca Ateneo La Calzada. Yo me quedaría con dos: la clásica con Joan Fontaine y Orson Welles, dirigida por Robert Stevenson (1944) y la más reciente de Cary Fukanaga (2010), que transmite todo el frío y la soledad de la heroína.

Ediciones en España

Como es un clásico, lógicamente son numerosas las ediciones que podemos encontrar en España de esta obra. Reproduzco a continuación las que mencionan en el ISBN del Ministerio de Cultura; espero que no se me haya pasado ninguna. Personalmente, yo me inclinaría por Cátedra, colección letras universales, porque suelen ser traducciones estupendas y con un estudio preliminar que te ayuda a comprender mejor la obra. Y comprender mejor es disfrutar más, a mi juicio.

-       Jane Eyre (1965, 1970) Gasso Hnos., S.A.
-       Jane Eyre (1968, 1973, 1974, 1976) Bruguera, S.A.
-       Jane Eyre (1971, 1973, 1981, 1986, 1987, 1995) Salvat Editores, S.A.
-       Jane Eyre (1971) Favencia, S.A.
-       Jane Eyre (1973, 2000, 2003, 2011) Espasa Libros, S.L.
-       Jane Eyre (1973) Editorial Iberia, S.A.
-       Jane Eyre [Con Cumbres borrascosas de E. Brontë] (1974) Aguilar
-       Jane Eyre (1974) Ediciones Petronio, S.A.
-       Jane Eyre (1974) Círculo de Amigos de la Historia, S.A.
-       Jane Eyre (1976) Ediciones Alonso, S.A.
-       Jane Eyre (1976) Editorial Juventud, S.A.
-       Jane Eyre (1977) Plaza & Janés Editores, S.A.
-       Jane Eyre (1979, 1996, 2002) Círculo de Lectores, S.A.
-       Jane Eyre. Alma rebelde (1982) Ediciones Toray, S.A.
-       Jane Eyre (1984) Fascículos Planeta, S.A.
-       Jane Eyre (1987, 1989, 1996, 2003) Editorial Planeta, S.A.
-       Jane Eyre (1991, 2001) Ediciones Gaviota, S.L.
-       Jane Eyre (1991) Pearson Alhambra
-       Jane Eyre (1992) Enciclopèdia Catalana, S.A.
-       Jane Eyre (1996) Ediciones Cátedra, S.A.
-       Jane Eyre (1996) Edicions Proa, S.A.
-       Jane Eyre (1997) S.A. de Ediciones y Promociones Audiovisuales
-       Jane Eyre (1998) Ediciones Orbis, S.A.
-       Jane Eyre (2000, 2013) Editorial Everest, S.A.
-       Jane Eyre (2001) Editorial Edaf, S.A.
-       Jane Eyre (2001) Columna Edicions, Llibres i Comunicació, S.A.
-       Jane Eyre (2002, 2012) Club Internacional del Libro. Marketing Directo
-       Jane Eyre [Archivo de Internet] (2002) Vision Libros
-       Jane Eyre [Archivo de Internet] (2003, 2012) Alba Editorial
-       Jane Eyre (2003) Debolsillo
-       Jane Eyre (2004, 2008) RBA Coleccionables
-       Jane Eyre (2005) Ediciones Altaya, S.A.
-       Jane Eyre, dos volúmenes (2005), Signo Editores
-       Jane Eyre (2006, 2010,2014) Alianza Editorial, S.A.
-       Jane Eyre (2006) McGraw-Hill Interamericana de España S.L.
-       Jane Eyre (2009, 2010) Editorial Teide, S.A.
-       Jane Eyre (2009) Literatura Random House
-       Jane Eyre [Archivo de Internet] (2009) JPM Ediciones
-       Jane Eyre (2010) Labutxaca
-       Jane Eyre [Archivo de Internet] (2010) 23 escalones E-ditores Independientes
-       Jane Eyre (2011) Elkarlanean S.L.
-       Jane Eyre (2012) JPM Ediciones

domingo, 26 de octubre de 2014

Cosas feas que pasan por ahí (2)



¿Por qué no voy a publicar críticas hasta la semana que viene? Porque me parecería de mal gusto, cuando parte de la blogosfera romántica, la parte que más aprecio y cuya independencia de criterio tomo como modelo, están haciendo un "apagón de críticas".
Como el tema es feo, lo ilustro con algo bonito, para compensar... La Torre de Babel de Libros
obra de Marta Minujín
Pl. S. Martín, Buenos Aires
Foto: Estrella Herrera;
fuente: wikicommons

El boicot viene para denunciar un caso de acoso pero, sobre todo, me parece a mi, el apoyo que ha recibido la parte acosadora.

Acoso, tercera acepción del DRAE (enhorabuena por la nueva edición, a ver cuándo lo publican en formato asequible para la gente normal): “Perseguir, apremiar, importunar a alguien con molestias o requerimientos”. 

El caso lo cuenta la propia implicada, una novelista, en The Guardian (18.10.2014), en un artículo en el que explica lo que hizo con una lectora, lectora a la que llamaré Ticia

La autora se sintió ciberacosada. ¿Por qué? Según ella, la lectora Ticia: a) publicó opinión negativa sobre su libro en Goodreads (cierto); b) ridiculizaba todo lo que ella tuiteaba (no he visto enlaces a esos supuestos tuits, y eso que lo he buscado, a ver qué considera “ridiculizar”); y c) sospecha que Ticia no es un nombre auténtico. La autora llama a esto catfishing. Este término, sin embargo, lo he visto usado como otra cosa distinta: persona que inventa una personalidad falsa en internet para ligar o estafar. 

La autora empezó a desarrollar comportamientos que ella misma califica de “ligero acoso” a la lectora. La palabra stalking, que es la que usa en concreto, viene definida por Collins on line así: “N (Jur) acoso cometido por un "stalker" y que constituye un delito”. Traduzco lo que ella dice que hizo. No por el caso en sí, sino para que se entienda la medida que después ha adoptado la blogosfera romántica independiente.

-          Sugirió el nombre de Ticia para que la entrevistara para un club del libro, y que así obtuvo la dirección de Ticia. [YaReads.com cuenta otra historia. No son un club del libro, sino una página web que organiza un evento que empareja a autores noveles con blogueros. La autora pidió expresamente que la emparejaran con Ticia, a pesar de saber que no le había gustado el libro. Así consiguió su dirección, diciendo que le iba a mandar un obsequio].
-          Buscó la casa en Google maps, comprobó en la guía telefónica y en el censo que allí no había ninguna Ticia, sino una tal Sempronia.
-          Pagó 19 dólares para que hicieran una investigación a Sempronia, averiguando su edad y en qué trabajaba.
-          Comparó los perfiles de Ticia con los de Sempronia.
-          Alquiló un coche y se fue hasta casa de Sempronia, dejándole en un escalón el libro Una breve guía a una vida feliz.
-          Llamó a Sempronia, a su trabajo, con una excusa y sin dar su nombre.
-          Contactó con “alguien que trabaja” en una editorial para saber si mandaban o no libros a esa casa. Esa “persona que trabaja en una editorial”, vulnerando –creo yo- la reserva que ha de guardar respecto a datos personales que conoce por su trabajo, se lo confirmó.
-          Volvió a llamar a Sempronia, esta vez identificándose y le dijo que sabía que ella era Ticia. En la conversación, Sempronia acabó gritando y llorando.
-          Ticia protegió sus páginas en internet: dejó de seguirla en Twitter, cambió su Instagram a privado y la bloqueó en Facebook. Sólo así pudo librarse del empeño de la autora de contactar con ella en internet.

Los blogueros independientes, después de leer este artículo y ver ciertos apoyos que ha recibido, han declarado públicamente que consideran que este acoso de una novelista a una lectora es injustificable. En la página australiana Bookthingo, se resume lo ocurrido y enlaza a numerosas páginas sobre el tema. 

Como protesta, se está produciendo un “apagón” de críticas hasta el 27 de octubre: no reseñarán novedades ni se promocionarán nuevos lanzamientos, rechazarán toda petición que en este sentido les hagan editoriales y autores.

Abro paréntesis. Gracias a este asunto he aprendido una nueva palabra de la jerga de internet: dox, o doxxing, que significa encontrar y publicar información personal como el nombre real de una persona y su dirección. Cierro paréntesis.

¿Qué está en juego, aquí?

Creo yo que es una advertencia de los blogueros independientes a la industria de determinados géneros. 

Imaginaos que esto pasa con otro tipo de autor. Pon en internet una tontería sobre el último libro del Sr. Muñoz Molina o del flamante Premio Nacional de Narrativa, D. Rafael Chirbes: sólo harás el ridículo y evidenciarás tu ignorancia. Es risible pensar que estos caballeros desarrollen un comportamiento obsesivo ante la chorrada de un bloguero. Dedican su tiempo a cosas mejores, como escribir libros extraordinarios. 

Lección para escritores: si quieres ser escritor profesional, compórtate como uno de ellos. 

Las novelas románticas, las juveniles, las de fantasía,… son productos editoriales que se comentan, de forma prácticamente exclusiva, en Internet. Por eso entregan libros a blogueros para que publiquen críticas en torno a la fecha de lanzamiento. Es crucial para ellos (no para los lectores) esta publicidad que les haga vender mucho en ese momento. Esa semana primera es decisiva. Si el libro no aparece en la lista de los más vendidos, desaparecerá para siempre… salvo que sea muy bueno y funcione el boca-oído.

A nosotros los lectores, en cambio, no nos hacen falta estas críticas. Sólo queremos leer y comentar libros buenos, da lo mismo que se publicaran ayer o hace veinte años.

El “apagón crítico” está recordando a la industria que se queda sin importante publicidad.

Derecho a opinar

En este caso, no es una cuestión de libertad de información, sino de opinión. El derecho –dicho en términos de la Constitución Española, por elegir una norma cualquiera - “A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción” (art. 20.1.a).

Cosas que no son acoso: Una crítica negativa, aconsejar a otros lectores que no lean tu libro, advertir que tiene determinados temas que pueden resultar problemáticos, que contesten a tus tuits en plan chorra...

Cosas que son acoso: que te digan por internet que te van a matar, o violar, o quemarte la casa; que llenen tu correo electrónico con odio; que revelen públicamente datos personales, seguir a la persona por la calle, en su casa, en su trabajo, de manera que coacciones su libertad, incitar a otros a desarrollar esos comportamientos… Eso sí es -en mi opinión- acoso, y en más de un caso, de juzgado de guardia.

En las páginas web en español que he leído nada sobre comportamientos tan relocos como los de EE. UU. Te puedes encontrar una de esas a quienes Lady Marian describió como “admiradoras de autoras románticas (similares a las fans que gritan y lloran en recitales) que se ve en foros, Facebook, blogs, etc.” Pero son poquitas. Me parece que todos somos conscientes de que estos comportamientos histéricos en realidad hacen más mal que bien a los autores a los que pretenden apoyar. Y si alguien lo ha sufrido, no le ha dado publicidad digital, lo cual quizá sea la opción más razonable.

Lecciones para blogueros:

Primera, hacer lo que ha decidido Sunita: sólo críticas de aquellos libros que ella haya comprado, los que a ella le interesan, no los que la industria editorial pone en su camino. 

Segunda, usar seudónimo sigue siendo la norma número uno para preservar tu seguridad personal en Internet.

Tercera, si eres de los que acepta con regularidad libros de editoriales para hacer crítica de ellos, que te los manden en digital; si aún lees papel, sopesa la posibilidad de contratar un apartado postal y que esa sea tu dirección. Así no podrán filtrar tus datos, consciente o inconscientemente, a perturbados.