En la
blogosfera romántica anglosajona de vez en cuanto se arma la marimorena. Un kerfuffle lo llaman ellos. Curiosa
palabra que acabo de añadir a mi vocabulario inglés. Habitualmente se trata de un follonero varón (aunque
no siempre) que jamás leyó novela romántica alguna, pero que asume que a) son todas iguales; b) las mujeres (¡nunca hombres!) que las
leen están frustradas sexualmente y que ignoran que existe la Literatura, por lo que c) él (“el macho que sí que sabe”) les
indicará qué “deben” leer, en vez de perder el tiempo con esas “cosucas de
mujeres” (la infeliz expresión, por desgracia, es de Corín Tellado).
El lío que se
montó en abril de este año fue original. Porque lo provocó un varón que sí lee romántica,
no desprecia el género en su conjunto (sólo Harlequín y Nora Roberts) y su desdén
por las lectoras es tan sutil -e inconsciente por su parte-, que hay que leerlo
con detenimiento para darse cuenta.
El 22 de abril
de 2014 publicó el artículo “I’m a guy who loves romance novels – and Jennifer Weiner is right about reviews” (En román paladino: “Soy un tipo que ama
las novelas románticas, y Jennifer Weiner tiene razón respecto a las críticas”).
Su
planteamiento es más o menos el siguiente:
Me gusta la
romántica. Pero no cualquiera. Quiero leer la buena y no perder el tiempo. Le
recomendaron a Nora Roberts, pero no pudo superar su “terrible prosa”. Quiere
un canon de romántica, escrito en papel por algún académico. Admite que desconfía
un poco de los cánones porque nadie se ha leído todo y no deja de ser algo
arbitrario. No le convencen los premios de la industria (los RITA) ni tampoco
las listas de los mejores como mi bienamada AAR Top 100 porque las hacen, ejem, lectores.
¿Quién es la
Jennifer Weiner del título y en qué tiene razón? Según la wikipedia, Jennifer Weiner (n. 1970) es una escritora, productora de televisión y
anteriormente periodista. En español está publicada por Umbriel Editores. Weiner considera que existe una
distorsión de género en la crítica literaria: los libros escritos por hombres son
mejor recibidos que los que escriben las mujeres, consiguen que se hablen de
ellos y además se los alaba más. En 2010, opinó, en The Huffington Post, que “Hay un doble estándar muy viejo y
profundamente arraigado según el cual cuando un hombre escribe sobre la familia
y los sentimientos, es literatura con L mayúscula, pero cuando una mujer trata
los mismos temas, es romance, o un libro de playa– esto es, algo que no merece
una seria atención de la crítica”. En otra entrevista, esta de 2011 para el
blog Speakeasy, de The Wall
Street Journal, señaló que “Hay guardias a la puerta que dicen que la chick lit no merece atención pero luego
le hacen una crítica a Stephen King”.
Este es el
planteamiento del Sr. Berlatsky: no hay crítica seria del género romántico que
te permita orientarte un poco en este mundo.
Comparto que
hace falta cierta orientación. Me gusta la romántica, pero no estoy dispuesta a
leerme mil Harlequines para encontrar los dos que son joyas escondidas. Quiero
que alguien me indique lo que merece la pena.
Pero (y este
es un PERO enorme) yo considero que sí hay “crítica seria”. Cada vez son más
numerosos estudios académicos sobre el género. Pero además, están todas esas páginas
web que el Sr. Berlatsky desdeña. Miles de lectores, críticos y autores, con
sus votos, comentarios y participación en la blogosfera romántica, van llegando
a acuerdos, repitiendo una y otra vez las mismas autoras, los mismos libros que
resultan relevantes/icónicos/significativos. Todo eso vale, y mucho.
Si no fuera por
sitios como All About Romance o El Rincón de la Novela Romántica, yo
seguiría atrapada en el triángulo de las Bermudas formado por Nora
Roberts-Johanna Lindsey-Jayne Ann Krentz. Gracias a internet descubrí a autoras
como Susan Elizabeth Phillips, Jennifer Crusie, Susan Brockmann o Laura Kinsale.
Sospecho que
este bloguero quiere esto mismo que hacemos en internet, pero escrito en papel,
y publicado por alguien con muchos Ph.D. detrás del nombre. El mítico “consenso
crítico” al que aspira, sin embargo, apenas existe en nada, como demuestra la
reacción -en países distintos a los de sus autores-, a libros como La cultura. Todo lo que hay que saber de
Dietrich Schwanitz o El canon occidental
de Harold Bloom. Creo que el bloguero de autos quiere algo equivalente, sólo
que dentro del género romántico.
¿Lo hay?
Hombre, si quieres, puedes leer The 100
Best Romance Novels, de Crimson Romance Adams Media, 2013. Pero es posible
que eso no lo consideres sesudo, sino la opinión de…lectores. Existen estudios académicos
sobre la novela romántica, pero son recientes y –sobre todo- muy fragmentarios.
Es verdad, aún
no he encontrado el libro titulado Todo lo que debes leer para considerarte
un lector de romántica pata negra.
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