martes, 18 de noviembre de 2014

Crítica: "Indigo", de Beverly Jenkins



Este NO es un libro de la lista Top 100 AAR
Indigo by Beverly Jenkins
Ficha en fdb

DATOS GENERALES

Título original: Indigo
Fecha de publicación original en inglés: 1996
Subgénero: histórica – 1858

SINOPSIS (según la página web de la autora)

De niña, Hester Wyatt escapó de la esclavitud, pero ahora esta belleza de piel oscura es un miembro entregado al “ferrocarril subterráneo” de Michigan, ofreciendo su casa como “estación” de paso a esclavos huidos. Cuando uno de sus compañeros en la tarea, le trae a un hombre herido, Hester no duda en acogerlo, incluso cuando le dicen el precio de su cabeza. El hombre en cuestión es un famoso “conductor” conocido como “Daniel el Negro”. Hester lo encuentra tan grosero y arrogante que empieza a dudar de si hizo bien al comprometerse ocultándolo.

Cuando el maltrecho Galen Vachon, conocido como Daniel el Negro, se despierta en el sótano de Hester, no está preparado para la joven que lo cuida. Como miembro de una de las familias negras libres más ricas en Nueva Orleans, Galen ha dado la espalda a una vida de lujos para proporcionar la libertad a los esclavos del Sur. Sin embargo, mientras se cura no puede darle la espalda a Hester Wyatt. Su inocencia lo llena como un soplo de aire fresco y está decidido a hacerla suya, pero hay que descubrir a los traidores, los cazadores de esclavos huidos tienen que ser alejados y el rechazo de Hester de confiar en su propio corazón tienen que ser superados antes de que ella y Galen puedan encontrar la libertad que sólo el amor puede traer.

CRÍTICA

De acuerdo, el planteamiento no es nada original. Chico rico que vulnera la ley por una buena causa. Resulta herido. Una joven buena y virtuosa lo cuida en su casa. El calavera queda seducido por la belleza de una muchacha sencilla, y conmovido por su sacrificio personal. La cubre de regalos. Busca amante y no esposa. Pero no puede olvidarla. Sexo. Matrimonio. Final feliz.

Sin embargo, la caracterización de los personajes y la recreación de una época terrible hacen que esta novela resulte muy atractiva. Galen es un negro libre y rico que opta por la aventura de ayudar a esclavos fugitivos, actuando como “conductor” de la red clandestina conocida como “ferrocarril subterráneo”. Lo de negro lo digo por decir, porque allí te clasificaban como tal, aunque sólo lo fuera tu tatarabuelo. Tiene sangre francesa, así que más bien sería mulato. Lo cual tiene relevancia en el contexto de la historia, ya que Hester resulta ser negra renegrida. Esto la coloca en otra categoría social dentro de “la raza” (expresión del libro, no mía). Al haber trabajado como esclava en una plantación de índigo, manos y pies se le quedaron teñidos de azul de por vida, lo que siempre delatará que fue esclava. Galen acepta esta “deformidad” de Hester, incluso la ama y parece orgulloso de ella. Pasa a ser uno de los rasgos más románticos de la historia.

El padre de Hester se vendió como esclavo para poder estar con el amor de su vida. De esta trágica historia, Hester saca la nada desdeñable enseñanza de que el amor provoca situaciones horribles. Por eso tiene un prometido al que no ama, pero que parece su pareja perfecta intelectual e ideológicamente.

Así que Hester no salta de alegría, precisamente, cuando aparece un tipo alto y guapo que despierta sentimientos totalmente desconocidos e inadecuados. Ello les lleva al sexo y a un matrimonio más o menos forzado por las circunstancias sociales. Las escenas amorosas son sexys, explícitas y abundantes, aunque -especialmente en la segunda parte-, no aportan nada a la historia.

Galen es detallista, dulce, paciente, un aventurero encantador (una vez que se recupera de su herida), con sentido del humor, que ha encontrado algo que le gusta y que va a conseguir sea como sea; como amante y, si no es posible, como esposa. O las dos cosas a la vez, que da más juego. Es tan adorable que podemos pasar por alto que la llame todo el rato “pequeña” (paternalista); o que entre subrepticiamente en su casa para verla dormir (inquietante); o que le compre todo un guardarropa nuevo (tópico millonetis de película). Sospecho que esto sólo molesta a quienes teñimos canas, los espíritus jóvenes pueden encontrarle su aquél a este tipo de escenas. Hester, por su parte, es una heroína de una pieza: decidida, valiente, firme en sus convicciones y a la que yo imagino con el físico de Kerry Washington.

En cuanto al estilo, se lee fácil. En mi opinión, desaprovecha las ocasiones para el suspense. La intriga de quién será el traidor que entrega esclavos huidos se resuelve por sí sola, sin que los protagonistas hagan nada al respecto. Muchos acontecimientos ocurren fuera de escena, y sólo lo sabes por lo que cuenta un personaje. Por no destripar el asunto, no digo nada de la guinda del pastel que aparece al final, surgiendo de la nada, salvo que me pareció un poco cursi.

Dos cositas que me gustaron. Primera, como novela histórica, funciona perfectamente, nada de fantasía pseudohistórica. El género romántico tiende con demasiada frecuencia a suavizar los aspectos más desagradables de la vida. Esto no ocurre aquí, donde todo suena (desgraciadamente) muy auténtico. Vamos, que aunque no sea Toni Morrison (Beloved me viene a la mente) es suficientemente realista como para descollar en un piélago de edulcoradas novelas románticas sobre el Sur de antes de la guerra.

Segunda, aparecen dos poemas que no sólo son conmovedores, sino que vienen muy a cuento: el Cantar de los cantares y, sobre todo, “Sepúltame en tierra libre”, de Frances Harper, cuyo comienzo traduzco a mi manera:


    Haz mi tumba donde quieras,
    En una humilde llanura, o en una colina elevada;
    Hazla entre las tumbas más modestas de la tierra,
    Pero no en una tierra en la que los hombres sean esclavos.

    No podría descansar si, alrededor de mi tumba,
    Oyese los pasos de un esclavo tembloroso;…


(Para una mejor traducción de este y otro par de poemas de Frances Harper, Centauro Cabalgante)

Nota sobre el nombre del héroe. Se supone que en realidad se llama Galeno, diciendo la novela que es un nombre español que significa “el ligero”. Primera noticia. Galeno era un médico griego, ¿no? Miré en el diccionario y, por lo visto, también se llama “galeno”, en el ámbito marinero, a un viento suave y apacible. Beverly Jenkins cuenta que encontraron este nombre mientras buscaban en repertorios onomásticos para el hijo de una amiga. Pues no sé qué libros mirarían porque el nombre no es de origen español sino griego, Γαληνός. Vale que “Galeno” es la forma en español del nombre, pero también lo es en vasco, gallego, italiano y portugués. Ya puestos, lo mismo podría haber dicho que era un nombre vasco. En fin, la típica tontería que me saca de la historia.

Tenía apuntado este libro en mi lista porque The Romance Reader lo escogió entre las mejores novelas románticas del siglo XX. Cuando me lo recomendaron por otra vía, me decidí a probar esta autora nueva para mí. Beverly Jenkins estará incluida, a partir de ahora, en la categoría “leer otras novelas de ella, siempre que vengan recomendadas”.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los aficionados a la novela romántica histórica.

Otras críticas de la novela:

No está traducida. No he encontrado otras críticas en español. Y la única en inglés, en el blog Guilty Pleasures.

En la página Smart Bitches Trashy Books fue uno de los libros para su club del libro. Beverly Jenkins dijo que quería que su libro fuera “Edutained”, o sea, que aprendas algo al tiempo que lees una historia entretenida. Prueba conseguida.

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