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100 AAR
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DATOS GENERALES
Título original: Indigo
Fecha de publicación
original en inglés: 1996
Subgénero: histórica
– 1858
SINOPSIS (según la
página web de la autora)
De niña, Hester Wyatt escapó de la esclavitud,
pero ahora esta belleza de piel oscura es un miembro entregado al “ferrocarril subterráneo” de Michigan,
ofreciendo su casa como “estación” de paso a esclavos huidos. Cuando uno de sus
compañeros en la tarea, le trae a un hombre herido, Hester no duda en acogerlo,
incluso cuando le dicen el precio de su cabeza. El hombre en cuestión es un
famoso “conductor” conocido como “Daniel el Negro”. Hester lo encuentra tan
grosero y arrogante que empieza a dudar de si hizo bien al comprometerse ocultándolo.
Cuando el maltrecho Galen Vachon, conocido como Daniel el
Negro, se despierta en el sótano de Hester, no está preparado para la joven que
lo cuida. Como miembro de una de las familias negras libres más ricas en Nueva Orleans,
Galen ha dado la espalda a una vida de lujos para proporcionar la libertad a
los esclavos del Sur. Sin embargo, mientras se cura no puede darle la espalda a
Hester Wyatt. Su inocencia lo llena como un soplo de aire fresco y está
decidido a hacerla suya, pero hay que descubrir a los traidores, los cazadores
de esclavos huidos tienen que ser alejados y el rechazo de Hester de confiar en
su propio corazón tienen que ser superados antes de que ella y Galen puedan
encontrar la libertad que sólo el amor puede traer.
CRÍTICA
De acuerdo, el planteamiento no es
nada original. Chico rico que vulnera la ley por una buena causa. Resulta
herido. Una joven buena y virtuosa lo cuida en su casa. El calavera queda
seducido por la belleza de una muchacha sencilla, y conmovido por su sacrificio
personal. La cubre de regalos. Busca amante y no esposa. Pero no puede
olvidarla. Sexo. Matrimonio. Final feliz.
Sin embargo, la caracterización de
los personajes y la recreación de una época terrible hacen que esta novela resulte
muy atractiva. Galen es un negro libre y rico que opta por la aventura de ayudar
a esclavos fugitivos, actuando como “conductor” de la red clandestina conocida
como “ferrocarril subterráneo”. Lo de negro lo digo por decir, porque allí te
clasificaban como tal, aunque sólo lo fuera tu tatarabuelo. Tiene sangre
francesa, así que más bien sería mulato. Lo cual tiene relevancia en el
contexto de la historia, ya que Hester resulta ser negra renegrida. Esto la
coloca en otra categoría social dentro de “la raza” (expresión del libro, no
mía). Al haber trabajado como esclava en una plantación de índigo, manos y pies
se le quedaron teñidos de azul de por vida, lo que siempre delatará que fue
esclava. Galen acepta esta “deformidad” de Hester, incluso la ama y parece
orgulloso de ella. Pasa a ser uno de los rasgos más románticos de la historia.
El padre de Hester se vendió como
esclavo para poder estar con el amor de su vida. De esta trágica historia,
Hester saca la nada desdeñable enseñanza de que el amor provoca situaciones horribles.
Por eso tiene un prometido al que no ama, pero que parece su pareja perfecta
intelectual e ideológicamente.
Así que Hester no salta de alegría,
precisamente, cuando aparece un tipo alto y guapo que despierta sentimientos totalmente
desconocidos e inadecuados. Ello les lleva al sexo y a un matrimonio más o
menos forzado por las circunstancias sociales. Las escenas amorosas son sexys,
explícitas y abundantes, aunque -especialmente en la segunda parte-, no aportan
nada a la historia.
Galen es detallista, dulce,
paciente, un aventurero encantador (una vez que se recupera de su herida), con
sentido del humor, que ha encontrado algo que le gusta y que va a conseguir sea
como sea; como amante y, si no es posible, como esposa. O las dos cosas a la
vez, que da más juego. Es tan adorable que podemos pasar por alto que la llame
todo el rato “pequeña” (paternalista); o que entre subrepticiamente en su casa
para verla dormir (inquietante); o que le compre todo un guardarropa nuevo (tópico
millonetis de película). Sospecho que esto sólo molesta a quienes teñimos
canas, los espíritus jóvenes pueden encontrarle su aquél a este tipo de escenas. Hester, por su
parte, es una heroína de una pieza: decidida, valiente, firme en sus
convicciones y a la que yo imagino con el físico de Kerry Washington.
En cuanto al estilo, se lee fácil.
En mi opinión, desaprovecha las ocasiones para el suspense. La intriga de quién
será el traidor que entrega esclavos huidos se resuelve por sí sola, sin que
los protagonistas hagan nada al respecto. Muchos acontecimientos ocurren fuera
de escena, y sólo lo sabes por lo que cuenta un personaje. Por no destripar el
asunto, no digo nada de la guinda del pastel que aparece al final, surgiendo de
la nada, salvo que me pareció un poco cursi.
Dos cositas que me gustaron.
Primera, como novela histórica, funciona perfectamente, nada de fantasía
pseudohistórica. El género romántico tiende con demasiada frecuencia a suavizar
los aspectos más desagradables de la vida. Esto no ocurre aquí, donde todo suena
(desgraciadamente) muy auténtico. Vamos, que aunque no sea Toni Morrison (Beloved me viene a la mente) es
suficientemente realista como para descollar en un piélago de edulcoradas
novelas románticas sobre el Sur de antes de la guerra.
Segunda, aparecen dos poemas que no
sólo son conmovedores, sino que vienen muy a cuento: el Cantar de los cantares
y, sobre todo, “Sepúltame en tierra libre”, de Frances Harper, cuyo comienzo
traduzco a mi manera:
Haz mi tumba donde quieras,En una humilde llanura, o en una colina elevada;Hazla entre las tumbas más modestas de la tierra,Pero no en una tierra en la que los hombres sean esclavos.No podría descansar si, alrededor de mi tumba,Oyese los pasos de un esclavo tembloroso;…
(Para una mejor traducción de este y
otro par de poemas de Frances Harper, Centauro Cabalgante)
Nota sobre el nombre del héroe. Se
supone que en realidad se llama Galeno, diciendo la novela que es un nombre
español que significa “el ligero”. Primera noticia. Galeno era un médico griego,
¿no? Miré en el diccionario y, por lo visto, también se llama “galeno”, en el
ámbito marinero, a un viento suave y apacible. Beverly Jenkins cuenta que
encontraron este nombre mientras buscaban en repertorios onomásticos para el
hijo de una amiga. Pues no sé qué libros mirarían porque el nombre no es de
origen español sino griego, Γαληνός. Vale que
“Galeno” es la forma en español del nombre, pero también lo es en vasco,
gallego, italiano y portugués. Ya puestos, lo mismo podría haber dicho que era
un nombre vasco. En fin, la típica tontería que me saca de la historia.
Tenía apuntado este libro en mi
lista porque The Romance Reader lo escogió entre las mejores novelas románticas
del siglo XX. Cuando me lo recomendaron por otra vía, me decidí a probar esta
autora nueva para mí. Beverly Jenkins estará incluida, a partir de ahora, en la
categoría “leer otras novelas de ella, siempre que vengan recomendadas”.
Valoración
personal: buena, 3
Se
la recomendaría a: los aficionados a la novela romántica histórica.
Otras
críticas de la novela:
No está traducida. No
he encontrado otras críticas en español. Y la única en inglés, en el blog Guilty Pleasures.
En la página Smart Bitches Trashy
Books fue uno de los libros para su club del libro. Beverly Jenkins
dijo que quería que su libro fuera “Edutained”,
o sea, que aprendas algo al tiempo que lees una historia entretenida. Prueba
conseguida.
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