Higgins es así: contemporánea con humor y su
puntito de sentimentalismo, sencilla pero totalmente recomendable.
Leído en Kindle |
DATOS GENERALES
Título original: Catch of the Day
Subgénero: contemporánea
Fecha de
publicación original en inglés: 2007
Publicación en español: Tirando del
anzuelo
Fecha: enero 2013
Editorial: Harlequin Ibérica
Colección: HQN, 25
Traductora: Ana Peralta de Andrés
Parte de una serie: #1 Gideon’s Cove, Maine
La suerte de Maggie Beaumont
estaba a punto de cambiar. Hasta ese momento era conocida por sus fracasos
sentimentales: su primer novio había roto con ella presentándose en el pueblo
con su nueva novia. Y después se había enamorado de un maravilloso irlandés que
resultó ser el padre Tim, el nuevo párroco de Gideon's Cove.
Pero la salvación de su vida romántica había llegado encarnada en Malone, un atractivo, aunque hosco,
pescador que, bajo un duro caparazón, escondía un corazón de oro. ¿Se
convertiría esta captura en el alimento para toda una vida?
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, dentro de las mil mejores novelas románticas. Allá por el puesto
seiscientos y pico. Ganó el premio RITA al mejor romance individual y tuvo una
crítica DIK A- en All About Romance.
Cuando esta página web hizo su lista Top 100 en 2013 no entró en ella, pero sí
estuvo entre “lo mejor del resto”, en el puesto n.º 140. Es una de esas favorite
funnies de todos los tiempos.
CRÍTICA
Maggie
Beaumont tiene un problema. O varios. Pero podemos decir que la cosa se torció
definitivamente cuando se enamoró del cura. Católico, claro, con lo que la
posibilidad de matrimonio queda descartada.
Y si todavía
se quedara en la intimidad,… Pero no. Esto es Gideon’s Cove, un pueblecito
pesquero en la costa de Maine. Aunque no está en la zona digamos turística,
sino bastante apartada. Así que tenemos novela ambientada en pueblecito
entrañable donde todo el mundo cotillea.
Maggie lleva
un café, aunque estudió en la universidad. Su madre querría algo mejor para
ella, pero es que a esta chica le encanta servir a los demás, tener un centro
donde se reúnan los parroquianos para una mínima vida social. Ayudar a los
ancianitos, al cura y a todo quisque.
Aparentemente,
es una sociedad sin ningún servicio público, todo lo solucionan con
voluntariado y caridad, hasta la atención a los ancianos.
También le
gustaría tener marido e hijos, y ya está alcanzando una edad que se pone muy
nerviosa.
Así que
entre todos intentan que encuentre pareja, solo que… La cosa no va bien, aunque
te lo cuenten con bastante gracia.
Maggie no se
da cuenta de que allá en la periferia de su vida, está un señor que se llama
Malone, un tipo callado. Un pescador de langostas bastante hosco, amigo de su
hermano, que acude al rescate en el prólogo y ya sospechas que ese es el chico
de la película, aunque luego pasa a un segundo plano durante todos los primeros
capítulos, mientras tú ves cómo Maggie va de acá para allá, intentando llevarse
bien con todos, siendo servicial, conociendo a diversos solteros que no son
precisamente el príncipe azul…
Maggie lo
cuenta en primera persona y ¡es tan self-deprecating,…!
¿Cómo se dice en español? “Crítico de uno mismo” dicen en Word Reference. Pues
eso, que ella misma no se toma muy en serio y está todo el rato haciéndose de
menos. Con gracia ya te digo.
Con lo cual
ya podéis haceros a la idea de que esto está bastante cerca del chick lit, con Gideon’s Cove como un
circo de tres pistas y Maggie el centro de atención en cada una de ellas. Ella
y su perro Colonel, ella y su hermana gemela, ella y sus padres, ella y su
pájaro espino particular…
Claro que
hay chico de la película. Aparece de vez en cuando. Malone es… un tipo
misterioso. ¿He dicho que es callado? ¡Ah, sí! Pues eso, que no le arrancas una
frase ni con el tercer grado. Se alza ahí, firme, apasionado, pero totalmente
cerrado en sí mismo. Cuando acaba la novela habrá cosas que querrías saber de
él, y no las sabes.
En resumen,
la típica novela contemporánea ambientada en pueblecito entrañable. De gente
normal y corriente, una dueña de una cafetería y un pescador. Cada uno con
negocio propio, pero nada sofisticado. Una historia de esas que llamarías muy
dulce, muy romántica, que cuando está a punto de caer en lo cursi de vergüenza
ajena, le da un giro humorístico a la cosa. Ese tufillo conservador que acaba
redimiéndose con personajes de carne y hueso que no son moralmente perversos… Y
los momentos de mojar la pestaña, ¡ay, sí! Así con lagrimones como puños,…
cayendo sobre la mano que sujeta el libro…
Sé que me
repito, pero Kristan Higgins es así. Lo que define sus novelas, más que los
personajes, es (ya lo dije en una crítica anterior) “esa mezcla de sentimientos
y emociones que recorren todo el libro pero sin perder nunca el tono de buen
humor, aunque te cuenten cosas que te ponen un nudo en la garganta”.
En cuanto a la parte erótico-festiva, sí que hay cierta tensión sexual,
pero luego el sexo en sí no es demasiado explícito. No deja de ser una de
Harlequin. Pero ojo, que no lo echas en falta. La parte física de las
relaciones está presente, es sólo que no le dedica páginas y páginas a
describir la gimnasia erótica.
Como Maggie lleva una cafetería, el tema comida está presente. No es sólo
los desayunos que sirve a sus clientes, está también la comida que lleva a
vecinos, a los bomberos, a reuniones parroquiales,… Este es uno de esos libros
que te sube el colesterol sólo con leerlo. No pude evitar fijarme en que todo
era comida poco sana. Harina, azúcar y grasa insana por doquier. Bizcochos,
tartas, galletas, tortitas,… beicon, huevos, patatas fritas,…
La base de la alimentación, que son las frutas y las verduras, brilla por
su ausencia. Ni una maldita ensalada, oiga. De las legumbres ya ni hablamos. Lo
del plato para comer saludable de Harvard, desde luego, no va con Gideon’s Cove.
Si no recuerdo mal, en algún momento aparece un zumo, justo la forma peor
de tomar la fruta.
En suma: la comida de cafetería es igualmente grasosa e insana en todo el
mundo. Pero me sorprendió que ni en sus casas prepararan nada medianamente
saludable. Cada vez que veía a Maggie calentándose una pizza precocinada me
daban los siete males.
Estamos en un pueblo de recios pescadores y ellos quemarán toda esa comida
basura. Pero, ¿el resto? Ya me estaba imaginando Gideon’s Cove lleno de
pescadores tipo armario empotrado rodeados de un montón de gente obesa.
Dejando a un lado lo mal que comen en este pueblo, debo reconocer que me leí
la novela de una sentada. Es de esas que te arriesgas a llegar tarde al trabajo
como te pongas a leerla en el desayuno. El precio era muy razonable, ya que la
compré en un Kindle Flash, o sea, menos de dos euros. La traducción simplemente
cumple, con alguna errata por ahí. Y aunque veo que es parte de una serie, se
puede leer de forma independiente sin problemas.
Me han gustado las que he leído de Kristan Higgins de la serie Blue Heron.
Seguiré leyéndolas, pero ahora he hecho un alto en el camino para esta historia
sencillita pero poderosa.
Valoración personal:
notable, 4
Se la recomendaría a:
quienes gusten de historias de amor sencillas, con sus buenas dosis de humor y
de cotidianidad.
Otras críticas de la novela:
En español tenemos hasta tres críticas en El Rincón de la Novela Romántica. A Dunia (La gata en el desván) le gustó esta novela. Yure publicó en Las memorias de una ansiosa su crítica, dándole una puntuación de 4/5. Dice algo que puede definir muy bien lo
que te encuentras al abrir un libro Higgins: “historias que me hagan sentir bien, que sean sencillas y que me hagan
reír”.
En inglés,
All About Romance publicó dos críticas. Una de DIK (libro que te llevarías a una isla desierta) A- y otra de B- porque la
parte romántica le pareció insuficiente. Allison (The Allure of Books) le gustó, se
rió y lloró, aunque no conectase con él tanto como con otros libros de Higgins. La crítica que Jayne publicó en Dear Author lleva una calificación de B+.
Y para acabar, Deirdre
Donahue publicó en USA Today un
artículo titulado “Top 10 reasons to fall in love with Kristan Higgins' books” en el que
explica por qué le gustan los libros de Kristan Higgins. Lo clava.
No he leído aún nada de ella pero la tengo apuntada para cuando quiera un "nadismo" que me despeje la mente. Por lo que comentas, veo que para eso es perfecta. Me apunto este libro :)
ResponderEliminarPues sí, es justo ese tipo de novela contemporánea, en plan pueblecito pequeño, casi chick lit pero sin llegar a ello.
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