viernes, 8 de septiembre de 2017

Crítica: “Beauty Like the Night”, de Joanna Bourne

 Dos años sin un Bourne que echarme a la cara y me lo leí en dos días. ¿Por qué, por qué, por qué? Y eso que me forcé a ir poco a poco pero,… Ah, qué bien escribe esta mujer.
Berkley, agosto 2017

DATOS GENERALES

Título original: Beauty Like the Night
Subgénero: suspense histórico

Fecha de publicación original en inglés: agosto 2017
Parte de una serie: Spymasters #7 (o 6.º según lo mires)

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS (según Fiction Data Base)

Sèverine de Cabrillac, huérfana de la Revolución francesa y durante un tiempo agente de la inteligencia británica, ha intentado dejar atrás el espionaje. Ahora investiga crímenes en Londres e intenta hacer justicia a los erróneamente acusados.

Raoul Deverney, un enigmático medio español con suficientes secretos como para satisfacer al espía más exigente, acude a ella en busca de ayuda. Es la única que puede encontrar al asesino de su esposa, de la que estaba separado, y rescatar a su hija desaparecida.

Sèverine acepta ayudarlo, a regañadientes, aunque sabe que no es muy inteligente hacerlo, dada la creciente atracción entre ambos. Su búsqueda desesperada de la chica desatará la traición y el asesinato… y ofrece una última oportunidad de enamorarse a dos personas fuertes, pero heridas,

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica?
Es aún pronto para decirlo, ya que escribo esta crítica al poco de salir, en agosto de 2017, pero a mí me parece que al menos estamos ante una de las novelas del año. De momento, tanto en All About Romance como en Dear Author le han dado una calificación de A-.


CRÍTICA

Séverine de Cabrillac es hija de la Revolución francesa. Un par de agentes británicos se la llevaron al Reino Unido, donde la han criado como una hija suya.

Inteligente, luchadora y muy hábil para obtener información, Séverine se dedicó al espionaje durante la guerra. Como no quería que su camino se cruzara con el de su hermana (agente del bando opuesto), buscó un escenario en el que no coincidieran, y eso la trajo a la península Ibérica.

Con quien sí se cruzó fue con el protagonista de la historia, Raoul Deverney, un hispano-francés que se refugió de la Revolución a este lado de los Pirineos. Séverine no recuerda aquel encuentro, pero él sí que lo tiene grabado a fuego en su memoria. Más que nada porque peligraba su vida.

Terminada la guerra, Séverine vive en Londres haciendo investigaciones privadas.

Se despertó suavemente y supo que había un hombre en su habitación.Estaba de pie, entre ella y el débil cuadrado de cielo nocturno de la ventana. Sólo de pie, lo que, en la práctica, suponía una amenaza suficiente. Cualquier hombre que se abriera paso tan silenciosamente a través de la ventana de un segundo piso no era un mero aficionado en el arte del allanamiento de morada. 
Así empieza la historia, con Raoul entrando sigiloso en la habitación donde duerme Séverine. Su esposa ha sido asesinada, y su hija Pilar ha desaparecido. Una pista lo ha llevado hasta Séverine, sin saber si es porque ella está implicada en el crimen, o si le puede ayudar a desentrañarlo.

De momento, opta por pedir su ayuda, esforzándose en esconder sus muchos secretos. Es (y ha sido) un poco de todo, vinatero, guerrillero, ladrón,… Lo suyo es el arte de salirse con la suya eludiendo las preguntas incómodas.

Pero Séverine es una profesional de la información.

Aunque ellos no sepan dónde está la criatura, el lector sí. Esta inteligente muchacha supo esconderse y huir cuando mataron a su madre. Durante años había soñado con su padre, pero en persona le decepciona por motivos varios, así que ahora sólo le queda la venganza. Acabará con los asesinos de su madre... siempre que averigüe quiénes fueron.

Parte del suspense deriva del hecho de que el lector sabe dónde está Pilar, pero los protagonistas no, y te preguntas cómo y cuándo lo averiguarán. Añádele al cóctel un complot contra la vida de Wellington, quién y por qué mataron a la mujer de Raoul, y unos cuantos momentos de peligro para nuestra pareja y tendrás una novela estupenda llena de misterios misteriosos.

Muchos hilos, y todos muy hábilmente entrelazados, hasta el punto de que, a pesar de que yo quería darle tiempo, saborear la historia poco a poco, no pude dejar de leer hasta el final.

Es un placer leer una novela tan “bien escrita”, con un estilazo guapo del que no te puedes perder ni una coma, porque a veces es bastante sutil.

Los diálogos son inteligentes y con su punto de humor, en muchas ocasiones pura ironía. Como los personajes, que rebosan agudeza.

Como puntúo los libros en comparación con otros del mismo autor, este se me queda en “notable” porque para mí, la cumbre de Bourne es The Black Hawk, que me dejó absolutamente noqueada. Con este no he llegado a ese punto. Le da más peso al suspense que al romance o a la situación político-social.

Sin embargo, la gran objeción que le pongo a este libro es su Spanglish macarrónico en un par de ocasiones. Ya he dicho que Raoul es medio español, y su esposa e hija son españolas. La verdad es que no incurre en tópicos y en general sabe ambientar muy bien la parte que a este país toca. Ya me temía yo que le pusiera a torear o beber sangría o sacar la navaja cachicuerna por un quítame allá esas ofensillas al honor, o cualquier otro tópico-típico… aquí no hay nada de eso. Afortunadamente.

Lo bueno es que ha puesto todas las tildes bien.

Lo malo, que algunas cosas las escribe mal. Mete un par de nombres que no son propiamente españoles: Sanchia y Caterina. “Sanchia” es Sancha en inglés y “Caterina”, Catalina en italiano. O sea, Joanna, de verdad, mira la Wikipedia, que hay unas cuantas reinas o infantas peninsulares con esos nombres como para saber cuál es la traducción correcta.

Lo peor, la siguiente frase:

Madre de dios, me ayude a hacer mi trabajo. Trae a mis enemigo [sic] a mí para que yo pueda ser su muerte.

O sea, en román paladino, y por poner un ejemplo más natural, Pilar podría estar diciéndose:

Madre de Dios, ayúdame a hacer mi trabajo. Que vengan a mí mis enemigos para poder ser su muerte,

Francamente, no me lo esperaba de una autora que tiene tanto mimo con su propio lenguaje. ¡Es que ni respeta la concordancia de número gramatical entre el posesivo y el nombre!

Igual ella habla así español. O preguntó a alguien que no usa este idioma diariamente. O empleó el traductor de Google.

En fin, quitando este detalle, bastante nimio en relación con el conjunto del libro, esta espera de dos años ha merecido la pena. Bourne vuelve por sus fueros con una novela vertiginosa, de trama tan ligadita que si pestañeas igual te pierdes algo.

Aunque forme parte de la serie Spymasters, se mantiene muy bien por sí sola y no destripa las otras. Si no has leído otros libros de la serie, puedes darle una oportunidad a este para saber si te va el estilo de la autora.

Eso sí, advierto que su inglés no es sencillo, exige un poquito de nivel.

Como curiosidad, añado que el título procede de uno de los poemas más famosos de Lord Byron. Es de 1813 y empieza justo así:

She walks in beauty, like the night.

Ojo, no confundir con otra novela romántica, de Liz Carlyle, que se titula igual.


Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: amantes del suspense histórico.

Otras críticas de la novela:

Sólo he visto críticas en inglés. Ya he dicho que le han dado puntuación de A- tanto en Dear autor como en All About Romance, donde además es considerada como un libro DIK (de los que te llevarías a una isla desierta).

En Smexy Books, le dan una B. En la reseña de RT Book Reviews le dan 4 estrellas y media y la consideran un Top Pick!

Luego tenemos crítica en Criminal ElementEn Heroes and Heartbreakers le dedican un artículo al orden de lectura de la serie Spymasters, en orden cronológico, y no de publicación de las novelas. Tomo nota para cuando quiera releer la serie. 

En USA Today tenemos crítica y entrevista con la autora. Consideran que esta es una de las lecturas obligadas del año. Parece que de momento no habrá más novelas largas de los Spymasters, sí novellas (o sea, relatos cortos), y parece que quiere escribir algo con elementos de fantasia. Bien, aquí la esperamos.

Por último, Romance Novel News considera que tiene todo lo que califica un buen romance:

Beauty Like the Night, junto con el resto de los libros de la serie, es todo lo que debe ser una novela romántica: una trama intrincada (pero no enrevesada), personajes adorables y un romance reconfortante. La serie Spymasters es una de mis series románticas favoritas de todos los tiempos

Amén a eso.

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